Como muestra de su libro, alojado en nuestra Biblioteca.
EL TALLER
El taller
en un polígono industrial
de la periferia de Valencia
era la España de los setenta
en pequeño.
Un encargado
y veinte obreros trabajando
mientras el jefe
pensaba por todos.
Entré al taller en octubre
tenía quince años
hacía frío
y los de mono azul
me llamaban el escribiente.
Compartía adolescencia
de ocho a dos y de tres a seis
de lunes a sábado
con cuatro o cinco chavales
que tenían un corazón
más grande que la nave industrial
que nos albergaba
y llegaban al taller
aún con legañas
a las siete de la mañana
entre campos de cebollas
a pie o en bicicleta.
En casa dejaban a una madre
probablemente emigrada
y por lo general cargada de hijos
que trabajaba hasta la extenuación
mientras el padre de alguno de ellos
plantaba cara a la durísima jornada
que se le venía encima
tragando de golpe “un carajillo”
en el bar de cualquier polígono
y los labradores
se enriquecían vendiendo tierra de labor
a las constructoras que edificaban a toda prisa
con la intención de vender pisos sin balcón
a los currantes que aún habían de llegar.
Y mientras esto pasaba
en el pueblo
a un kilómetro del taller
había quien enviaba sus hijos a Londres
para practicar el idioma
y completar su formación universitaria.
Solo cuestión de un kilómetro.