14 Mar '09 -"Literatura y compromiso", de Laura Giordani

Se puede leer esta intervención aquí.

Editado por conversacion, el día 14 Marzo '09 - 13:10, en Critica Comentario.

Han dicho algo al respecto:

Comentario de Ishtar - 15 Marzo '09 - 17:01



“Articular belleza y verdad”, ja, y ¿quién tiene la divina potestad de decidir lo que es verdad y lo que es bello?. La historia está llena de dictaduras de verdades y belleza.



Comentario de ar - 16 Marzo '09 - 20:11



Pues tú también detentas la verdad para invalidarla y fijarte en la última postura: la “verdadera”, la que que se arroga la verdad de la no verdad: “yo denuncio la no verdad de todas las verdades, salvo la mía”. Pues bien, ¿quién dice que no articular belleza y verdad es mejor que procurar hacerlo? Y ¿qué es el capitalismo en tu (no) verdad: un cuento chino inventado por izquierdistas dictatoriales?



Comentario de Ishtar - 16 Marzo '09 - 23:33



Muy bieeen. Ya veo que entendemos de filosofía y de paradojas. Efectivamente, si no existe verdad absoluta ninguna, ni siquiera mi afirmación puede serlo. No es fácil definir poesía comprometida, ni belleza, ni verdad ¿a que no?. Simplemente no me gusta que se simplifique todo con tanta facilidad. Probablemente sea mejor intentar articular belleza y verdad que no hacer nada de nada, pero siempre será la verdad y la belleza del autor (para Neruda Stalin era su verdad y para Franco lo bello era lo uniforme). No creo que el capitalismo sea peor de lo que han sido, y son, las izquierdas dictatoriales, por lo menos es un lobo que no se disfraza con piel de cordero. Lo único cierto es que existe, su maldad es cuestión de interpretaciones (si no que se lo pregunten a Bill Gates). Pero esa es mi verdad, y no tiene por que ser la de nadie más.
De todas formas gracias por expresar tus pensamientos sin tapujos ni adornos, así da gusto conversar.



Comentario de ar - 17 Marzo '09 - 13:17



Sigamos entonces… Claro que el absolutismo lógico no es sostenible demasiado seriamente, pero el relativismo potenciado tiene iguales dificultades (lógicas y políticas). Si algo es verdad o no según el autor, entonces nada es verdad, como no sea identificando verdad con percepción individual. Pero las cosas no parecen funcionar así. Toda verdad tiene un trasfondo creencial, es cierto, pero eso no quita que seamos capaces de discernir la validez diferencial de marcos creenciales distintos. Me explico: Neruda cantó loas (y odas) a Stalin, pero sobre la base del conocimiento histórico disponible, sabemos que Stalin fue un genocida. Luego, las odas de Neruda son hipóstasis, falsificaciones de Stalin. Sin temor, podemos decir que Neruda, excelente poeta por lo demás, se equivocó mucho en este punto.
El capitalismo, a raíz del conocimiento que disponemos de economía política y sistemas económicos, es un sistema que por definición produce desigualdades insalvables, sobre la base de la extracción de la plusvalía. Eso no es una cuestión de “verdad de autor” (Marx por ejemplo), sino una realidad histórica efectiva, constatable por millones de trabajadores. Otra cuestión es que digamos que el conocimiento (o la verdad) no tiene nada que ver con el sujeto… Claro que tiene que ver, pero puestos a comparar, algunas versiones son mejores que otras para explicar las “mismas” realidades.
Para terminar, no estamos obligados a elegir entre Stalin y el capitalismo. Las dictaduras de izquierda han sido totalitarias, y todo señala que tendremos que inventar otros horizontes políticos, ajustados ya no a “verdades” inamovibles, sino más bien a principios normativos contingentes.
En fin, muy largo… pero confieso que cansa bastante el credo relativista, que finalmente diluye la injusticia histórica en una cuestión de perspectivas, cuando no de gustos.
Bye



Comentario de Ishtar - 18 Marzo '09 - 00:35



Que gusto da leer tu disertación, de verdad. Pero discrepo. Puede que el credo relativista no nos guste porque conduce a la inseguridad y tal vez, sólo tal vez, a la insolidaridad. Pero el de las verdades absolutas tampoco es cierto. “La verdad” es que el capitalismo, a raiz del conocimiento que tenemos, conduce a esa realidad de la que nos informas, a saber, que sus consecuencias son terribles desigualdades. Lo que yo cuestiono es que sea “verdad” que esa realidad sea mala. No hay versiones mejores que otras para explicar las mismas realidades. Son mejores para quienes las formulan. Obviamente una visión que denoste el capitalismo y sus desigualdades es una interpretación mejor para los desfavorecidos que lo sufren (que deberían defenderse); pero insisto en que preguntemos a Bill Gates, seguro que su interpretación es otra; seguro que él sabe que produce desigualdades, pero igual piensa que la mejor forma de regirse el mundo es la competitividad y que las personas tienen lo que se merecen según su valía, su capacidad o su debilidad… La interpretación de la realidad es lo que no es una verdad absoluta, aunque nos pese. No sé si sería mejor o no que los defensores del derecho natural tuvieran razón y existieran leyes naturales absolutas por las que intentar regirnos, al márgen del consenso humano; pero si fuera así tal vez nuestro sentido de la libertad nos empujara a saltárnoslas, o por lo menos, a discrepar.
¡Ah!, y quien quiso enterarse de lo de Stalin pudo hacerlo en su día. Como de lo de Hitler. Porque Neruda además de alabar a Stalin alabó el castigo (literalmente), y obviar eso es ya mucho obviar. Saludos.



Comentario de ar - 18 Marzo '09 - 15:28



Me parece bien que discrepes; es parte de la libertad de disenso que un relativista no podría defender como derecho universal, porque siempre podría haber otro sujeto que señale que dentro de su mundo el Otro (y todos sus derechos) no tiene razón de ser. Luego, defender la libertad de disenso o no sería una opción estética, que no comprometería en absoluto ninguna evaluación de estos discursos indecidibles. Claro que hay grados de incedibilidad y que las “verdades absolutas” son ficciones teóricas. Lo que una sociedad fija como verdad no trasciende su rasgo histórico; aún así, no es preciso ser absolutista para defender la validez diferencial de las versiones. Nelson Goolman, relativista radical y estricto, aceptó él mismo que hay versiones mejor construidas que otras. No conozco epistemólogo alguno que defienda la pura equivalencia cognoscitiva de las perspectivas. La verdad es relativa a un sistema téorico, pero ese sistema puede ser confrontado con y por otros y en la mutua crítica podemos evaluar (nunca concluyentemente, pero sí con cierta confiabilidad) el valor específico de cada uno.

Lo que me preocupa más del relativismo es sus consecuencias políticas (las del absolutismo son más fáciles de discernir). Una de ellas la expones tú y me parece preocupante. Dices que el capitalismo conduce a “terribles desigualdades” para oración seguida decir: “Lo que yo cuestiono es que sea “verdad” que esa realidad sea mala”. ¿Pero no eran “terribles” las desigualdades? O sea: ¿en el segundo enunciado niegas tu propia evaluación (relativa)? Más allá del problema de la coherencia, diría: ¿crees que no estamos en condiciones de decir que el capitalismo es una máquina de explotación humana y que esa explotación es “terrible”? Una cosa es que no podamos “deducir” de lo descriptivo lo normativo; otra que digamos que esas normas (o mejor dicho, los juicios críticos que lanzamos basados en la norma de la “igualdad humana”) carecen de toda base cognoscitiva.
Que toda realidad es interpretada es obvio (en el S.XXI). Lo que no es obvio es que alegremente podamos prescindir de toda condición de validez. Seguro que Bill Gates cantará loas al capitalismo (a lo Neruda con Stalin), pero en ambos casos podemos decir: están equivocados o, lo que es peor, omitir las masacres (silenciosas o abiertas) es hacerse co-responsable de las mismas o, al menos, cómplices activos de esos crímenes. Entonces: Gates falsifica la realidad, no porque nosotros tengamos la verdad absoluta, sino porque su “versión” no soporta una crítica seria. Si se le pregunta por el desierto contestará que no existe. Pero a pesar de eso, el desierto está ahí y es verdad porque una comunidad interpretativa se pone de acuerdo en que está ahí. La verdad reposa en una cierta intersubjetividad, no en la independencia del sujeto. Nada de esto remite al “derecho natural”. Las leyes morales, jurídicas, políticas son invenciones humanas que carecen de fundamento último, pero que son susceptibles de argumentarse. Por tanto, de ahí no se sigue el puro relativismo (a lo sumo, es una alternativa posible).
Para terminar, lo de Stalin lo sabían contemporáneos a Neruda, sin dudas. En ningún momento insinué siquiera lo contrario. No obstante, me pregunto desde qué horizonte no-relativista lo juzgas tú. No tienes fundamento alguno para hacerlo, si es que estás convencido de lo que dices. Y si todo depende desde dónde se lo mire, tampoco puedes estrictamente discutir conmigo, porque has renunciado de entrada a admitir la posibilidad de un consenso razonable (y revisable)entre pares. O, lo que es más grave: porque al aceptar el credo, estás diciendo no sé si concientemente que tanto dominadores y dominados tienen razón (según cómo se lo mire). Por mi parte, diré que los amos del mundo podrán ejercer su poder de forma aplastante, pero mal que les pese, no sólo no tienen razón, sino que cometen tropelías y genocidios imperdonables. Y afirmo con pretensiones de validez normativa: deberán pagar por ello, si es que somos capaces de construir una sociedad con un mínimo de justicia humana.

Otro saludo



Comentario de Ishtar - 18 Marzo '09 - 20:13



Deduces un montón de cosas de mi defensa del relativismo que, en ningún momento, pueden extraerse como conclusiones de la afirmación de que, la interpretación moral de la realidad, es algo totalmente subjetivo. Es cierto que me contradigo con lo de “terribles desigualdades”, probablemente me ha traicionado el inconsciente, porque mi juicio moral es que son terribles. Pero no puede inferirse de mi alocución que niegue la capacidad de consenso entre los seres humanos; al contrario, para construir una sociedad más justa (siempre bajo mi perspectiva moral) hay que pasar, ineludiblemente, por el debate y el consenso. Gates no falsifica la realidad, sólo que le da un valor diferente al mío o al tuyo, porque sus valores morales son otros. No hay nada más subjetivo que la justicia o la injusticia (por cierto, es una redundancia lo de “humana”). Toda esta discusión remite, sin lugar a dudas, y aunque tú no lo creas, a la validez o no de las teorías iusnaturalistas. Los genocidios son imperdonables, pero sólo desde la aceptación previa de que matar impunemente es moralmente inaceptable. ¿Es esa premisa moral una verdad absoluta proveniente de una ley ética pre-existente (en cuyo caso ¿de dónde sale?), o es producto de un consenso social?. Y para rizar más el rizo, ¿habría que acatar normas morales aceptadas por mayoría, o consenso, si consideramos que son, desde nuestra perspectiva, injustas y abusivas?. Si no existe una ética universal, al margen del ser humano, que guíe sus actos, y si el consenso tampoco es sinónimo de “justicia” (porque todos los alemanes podían estar de acuerdo con quemar judíos y eso no lo convertía en algo justo desde mi perspectiva moral), entonces ¿dónde mirar?. ¿Será lo aceptable defender el no genocidio sólo en base a que somos seres sociales y debemos salvaguardar la especie? o es éste un razonamiento demasiado cientifista;¿es la empatía y la solidaridad algo innerente al ser humano? ¿o sólo es “altruismo egoista”, para protegernos de la barbarie?. No creo que sea un debate nada fácil. Yo por lo menos estoy ahora más liada que al comenzarlo. Pero me alegro, porque odio las simplificaciones cómodas. Así que gracias por darme argumentos para que me trabajen las neuronas.



Comentario de ar - 19 Marzo '09 - 13:37



Ishtar, me parece que obviás una parte central de mi argumentación. El relativismo (moral) tiene implicaciones lógicas y políticas claras, lo desees o no. Por ejemplo, mi señalamiento de que para posturas como la tuya el fascismo y el comunismo soviético, según cómo se miren, son tan defendibles como cualquier otra postura (digamos, el igualitarismo o el socialismo). Yo afirmo que hay formas que permiten decir que unas pertenecen a regímenes totalitarios condenables y que las otras se acercan a lo deseable. Tampoco consideras mi argumento de la intersubjetividad. Una cuestión es asumir la subjetividad, otra muy distinta caer en un rancio subjetivismo moral que desconoce cualquier pauta que escape al puro arbitrio. El relativismo al no tener forma de dirimir el valor de las versiones no puede por definición construir un consenso común, a menos que acepte A y no A al mismo tiempo, lo cual vulnera uno de los principios más elementales de la lógica y hace literalmente imposible la tarea de una argumentación coherente.
Que Gates de “un valor diferente al mío o al tuyo” a sus actos no quita que, dentro de una sociedad específica (en la que hemos instituido valores como la dignidad humana o repudiado la práctica de la explotación o la especulación), podamos decir: sujetos así son políticamente repudiables, porque producen a través de sus operaciones bursátiles un mal muy concreto.
Dices que “No hay nada más subjetivo que la justicia o la injusticia (por cierto, es una redundancia lo de “humana”)”. ¿Así que decir que alguien es “genocida” o “no” es de lo más subjetivo? ¿Decir que el franquismo, los torturadores, Stalin o Bush son de la peor calaña es pura subjetividad? Además de que dudo que tu teoría de la subjetividad resista el análisis, pienso que te equivocas, incurriendo en un error serio (políticamente pernicioso, por decir poco). La (inter)subjetividad está ahí, pero nada nos impide evaluar experiencias diversas, algunas de las cuales son auténticos crímenes contra la humanidad. (Por cierto, desde el momento en que hay teorías de la “justicia divina”, hablar de justicia “humana” no es ninguna redundancia).
Por otra parte, esta discusión tiene una larga historia en la filosofía y las ciencias sociales. Es una simplificación importante de tu parte remitirla a una única matriz, del tipo “iusnaturalista”. Hay debates contemporáneos sobre las “univesalidades en competencia” o lo universal como construcción hegemónica, por poner dos ejemplos, que no tienen ninguna relación con la apelación a un fundamento natural del derecho. (EL universalismo abstracto sólo es una variante de los universalismos).

“Los genocidios son imperdonables, pero sólo desde la aceptación previa de que matar impunemente es moralmente inaceptable”.

Esto es decir, simplemente, que los juicios morales son condicionales (relativos a una cultura) y falibles. De acuerdo, pero de ahí no se infiere la imposibilidad de crítica y si hay posibilidad crítica el credo que defendés es inválido.

“¿Es esa premisa moral una verdad absoluta proveniente de una ley ética pre-existente (en cuyo caso ¿de dónde sale?), o es producto de un consenso social?”.

Que las leyes éticas sean construidas en prácticas sociales determinadas no habilita a una perspectiva objetivista, pero abre múltiples posibilidades normativas, entre otras, aquella que sostiene que es preferible una sociedad donde las mujeres tienen derecho a gozar a otra que afirma que las mujeres deben ser sometidas a la castración (clitoriptomanía, si mal no recuerdo).

“¿habría que acatar normas morales aceptadas por mayoría, o consenso, si consideramos que son, desde nuestra perspectiva, injustas y abusivas?”

No si no soportan un martillazo. El consenso per se no es signo de validez.

“¿Será lo aceptable defender el no genocidio sólo en base a que somos seres sociales y debemos salvaguardar la especie?”

Un argumento biológico no permite más que apoyar un principio normativo. Bien podría invocarse también para mostrar que el genocidio permite mejorar la tarea de la selección natural.
Claro que nada es fácil en este debate. Aún así, espero haber mostrado que el relativismo es, mal que pese, una posición que evita pensar en la construcción intersubjetiva de condiciones de validación. Que seamos sujetos culturales no nos inhabilita a juzgar ni mucho menos a buscar en lo intercultural pautas comunes de convivencia.



Comentario de Ishtar - 20 Marzo '09 - 14:36



Tienes tantos prejuicios que insisto en que deduces cosas que no se infieren del relativismo moral. Que yo piense que los valores morales son subjetivos no significa que un mismo sujeto pueda defender todas las posturas existentes (salvo que sea sofista, y eso ya es un posicionamiento moral determinado). Sólo digo que mi ideología no se basa en valores universales, pero no por ello dejo de creer en ella; que las ideologías y morales, mías y ajenas, sean producto de la cultura, sólo significa eso, no que yo vaya a defender cuestiones que, en mi modo de entender la vida, considero aberraciones o abusos contra otros seres humanos (pero esa valoración de “aberraciones” es mía, lo que no significa que, bajo ningún concepto, vaya a permitir, si puedo evitarlo, el que se den, ni que crea justificadas las atrocidades, para eso tengo mis valores, y son los que regirán mi conducta y me harán pelear por ellos). Y el consenso es más factible con el relativismo que con el absolutismo. Un valor absoluto y acertado jamás podrá discutirse; los valores que tenemos cada uno pueden exponerse, debatirse y negociarse, llegando entre todos a un consenso que beneficie a la mayor parte posible de los afectados por ese consenso. Yo juzgo a los demás con mis cristales de ver; cada uno con los suyos, pero eso no significa que renuncie a intentar que mi visión sea la de más gente y que entre todos busquemos alterntivas válidas para todos. Otros no querrán semejante componenda y preferirán dominar ellos todo el espectro social, político y humano; muy bien, es su forma de entender la vida, pero me da igual, me van a tener siempre en frente. Lo “normal” es que los desposeídos no deseen serlo, y que peleen por ello(digo “lo normal” porque hemos llegado a tal punto de alienación que los desheredados de la tierra admiran y consideran amigos a sus amos, peleando sólo por ser como ellos). Está claro que los que tienen todo no van a dejar que se lo quiten de las manos (para ellos esa visión es más justa, porque pensarán que lo merecen). Pero si es que eso es lógico, sería tan necio que no defendieran sus privilegios como el que los trabajadores defendieran (que por desgracia lo hacen) el interés del patrón. La cuestión es que yo, que soy de los “nadie”, lógicamente tengo una postura contraria a las desigualdades que defenderé hasta que me maten, si es preciso; que, cuando no tenga fuerza suficiente para que se convierta en los valores por los que se rija la sociedad, no me quedará más remedio que consensuar con los privilegiados. Pero aunque todos los credos sean producto de la cultura, la educación, las experiencias y hasta los genes, me importará un pimiento, y me pondré en medio entre el que desee ablacionar a una muchacha y la muchacha. Aceptar la relatividad de los valores no implica renunciar a defender lo que crees acertado, ni dejar que otros impongan valores que consideras no válidos o perjudiciales, por muy libres que sean de tenerlos. Precisamente porque no es válido A Y B a la vez, sino para mí A, y sólo A; e intentaré que sea A lo que predomine en la sociedad, para que sea A lo que me afecte, pero reconozco que A es sólo mi verdad y la de los que piensan como yo, y que estaré en frente de los que piensan B; aunque ninguno de los dos pensamientos sea una verdad universal preexistente ajena a lo humano; yo me posicionaré en uno de ellos, porque soy libre de hacerlo; el otro también es libre de darme un machetazo (para él será su verdad), pero yo voy a intentar no dejarlo, ni que me lo dé a mí ni a nadie, entre otras cosas porque creo en la solidaridad; el que otros no crean forma parte de la relatividad de los valores, pero yo intentaré ser fiel a los míos.
Disculpa el desorden de las ideas, pero hoy estoy un poco espesa. Saludos.



Comentario de ar - 21 Marzo '09 - 12:15



No voy a repetirme. Es claro que no entendiste lo central de mi argumentación y eso hace que lances acusaciones vacuas del tipo: “tienes muchos prejuicios…”. He sido cordial contigo, pero podría haber sido mucho más duro por tus posicionamientos triviales que parten de un relativismo arrogante para terminar en un relativismo vacilante, que se limita a afirmar: la verdad depende de la subjetividad. Eso es tan obvio como insuficiente. Las implicaciones de los discursos en que nos posicionamos son independientes al deseo del locutor.
Las brechas argumentales que has mostrado te han conducido finalmente a afirmar: “Que yo piense que los valores morales son subjetivos no significa que un mismo sujeto pueda defender todas las posturas existentes (salvo que sea sofista, y eso ya es un posicionamiento moral determinado)”. El “salvo” rehabilita lo que excluías por principio: que el sujeto puede defender cualquier cosa. Pero este principio excluido es el que sostenías al principio. También alegas: “eso no significa que renuncie a intentar que mi visión sea la de más gente y que entre todos busquemos alterntivas válidas para todos”. ¿Cómo: no es que una cosa es válida según cada cual? Decir eso ya no coincide con tu subjetivismo inicial y la subjetividad-mónada que fundamentaba tu epistemología se derrumba. Eso es un auténtico “pasaje al contrario”. No hay mucho más para decir.
Lo que no has comprendido es que se trata de pensar entre el relativismo y el absolutismo. Ni lo uno ni lo otro. Pero argumentas desde una perspectiva binaria y eso sesga toda tu posición. Ya son muchas galimatías:
“Precisamente porque no es válido A Y B a la vez, sino para mí A, y sólo A; e intentaré que sea A lo que predomine en la sociedad, para que sea A lo que me afecte, pero reconozco que A es sólo mi verdad y la de los que piensan como yo, y que estaré en frente de los que piensan B; aunque ninguno de los dos pensamientos sea una verdad universal preexistente ajena a lo humano; yo me posicionaré en uno de ellos, porque soy libre de hacerlo; el otro también es libre de darme un machetazo (para él será su verdad), pero yo voy a intentar no dejarlo, ni que me lo dé a mí ni a nadie, entre otras cosas porque creo en la solidaridad; el que otros no crean forma parte de la relatividad de los valores, pero yo intentaré ser fiel a los míos”. Esto ya no sólo no es relativista: es una especie de fundamentalismo invertido, a pesar que unos párrafos antes decías: “entre todos busquemos alterntivas válidas para todos”. Ahora niegas lo que antes afirmabas: la posibilidad de la validez intersubjetiva. No hay verdad objetiva alguna, pero hago “como si”: me impongo a pesar de saber que todo es relativo, y para ello uso la lógica del machetazo o de la defensa; nada que se parezca a un diálogo, a un intercambio crítico, a un trabajo compartido de búsqueda de una verdad humana común (que es de lo que siempre hablé). Buscar la verdad es todo lo contrario a ejercerla (y tú lo has hecho con una risa irónica que termina afirmando pragmáticamente lo que negabas).
Hasta otra vez,
Ar



Comentario de Ishtar - 21 Marzo '09 - 15:37



Puedes adornarlo todo lo que gustes pero tú partes también de un relativismo que consensúas con otros para llegar a un entendimiento al que das valor de verdad humana absoluta (cuando quedaste en que el consenso no es sinónimo de justicia ¿recuerdas?). Lo retuerzas como lo retuerzas. Para tí no son válidas ninguna de las dos posiciones, pero tu opción no es una mezcla; es puro y duro relativismo disfrazado con la absolutez y veracidad que para tí da el consenso sobre algo. Está claro que cada uno se engaña como puede o quiere, pero tu tíbia y autogratificante posición, que en la práctica se traduce en lo mismo que yo afirmo, es mucho más suceptible de ser absolutista, autoritaria y tirana. Muchas gracias por tu “benvolencia” y no haber sido “más duro” conmigo; lo tendré en cuenta en próximos debates y seré buena y condescendiente con tus argumentaciones. Salud.



Comentario de Para isthar - 02 Mayo '09 - 14:04



Isthar, querida, tu posición es absolutamente idealista, hiperindividualista, innegociable, intratable. Dicho con la dureza que reclamas como medida para evitar la condescendencia en tu último mensaje: defiendes una postura autoritaria, sino directamente fascista, disfrazándola de un relativismo postmoderno que desearías hacer pasar como un libertarismo extremo. Un libertarismo tan hiperindividualista, tan robinsoniano, una libertad tan canija e idealizada, que te hace imposible encontrarte políticamente con ninguna opción emancipatoria pues coloca en la misma posición a oprimidos y opresores. Pero como oprimidos y opresores no ocupan la misma posición, de hecho, lo que haces es defender a los opresores. Como entiendes poco y mal, para escapar de esta contradicción, defiendes, pero solo eventualmente, el consenso (el consenso entre individuos, que desde tu posición de Robinson social, no son más que mónadas libres, formadas en el vacío abstracto de tu cabeza). Las ocurrencias disparatadas de tu cabeza se te ofrecen así como más reales que cualquier realidad sencillamente constatable. En el colmo del disparate, acusas a “ar” de autocomplacencia en su fe, cuando eres tú quien, una y otra vez, tratas de clausurar el diálogo en torno a tus disparates con todo tipo de peticiones de principio. Como cualquier teólogo (pues teología es lo que haces, aunque no lo sepas ni lo quieras saber), reduces todo a una cuestión de fe, para poder afirmar, como todo pope, que las fes de los demás son falsas. Te obstinas en no entender que alguien pueda ser un descreído, vivir sin fe, especialmente la tuya. Para contrargumentar esto que te digo, harás lo propio: decir que no te entiendo, tratar de refutarme con fragmentos aislados de tu discurso (tus contradicciones de conjunto los obviaras o las defenderás como la prueba notoria de que llevas razón), indicar que mi discurso está animado de una evidente animadversión. En definitiva, te conducirás nuevamente con paranoia solipsista, pues el solipsimo es tu destino forzoso. Para terminar, si no fuera que tu posición es una posición inducida por el contexto político, sino fuera porque estás de acuerdo con la opresión y sino fuera porque para desgracia de tus pobres devaneos hiperindividualista, esa posición es MUY COMÚN Y ESTA MUY EXTENDIDA, me inspirarías compasión. Pero no hay tiempo de tener compasión. Simplemente: estás enfrente, eres enemiga de la emancipación. Ya te lo han dicho otros otras veces: vienes aquí con el objetivo deliberado de sembrar la confusión.



Comentario de Ishtar - 02 Mayo '09 - 14:31



Yo también te quiero.



Comentario de Para Isthar (again) - 21 Mayo '09 - 19:16



Me dices que me quieres y me desarmas (será que es primavera). Porque aunque emplees esos términos como un desafío irónico, percibo por debajo una posibilidad. ¡Ay, los sentimientos! En eso coinciden los proyectos de los poetas (casi siempre reaccionarios) y de los terroristas (reaccionarios siempre): “¡hay que sentir y actuar, actuar y sentir! ¡Pero jamás penséis!”. Los que intentamos allanar el terreno para una sociedad futura mejor sabemos que es mejor que no nos confundan esos cantos de sirenas. En ese mundo mejor ya no será necesario emplear un falso “yo también te quiero” para concluir un debate. En ese mundo mejor es probable que nos quisiéramos de verdad. Hasta ese día, el único cuerpo a cuerpo que nos vamos a poder permitir, Isthar, es de otra naturaleza.



Comentario de Ishtar - 21 Mayo '09 - 20:09



Pues es una pena, porque ya veo que cuando tu apasionado genio te deja eres un rato dulce. Nos vemos en otro mundo, o en otro debate, o en otra barricada, o en tu cielo, o en el mío, o en la madre de todas las guerras. Para que me reconozcas llevaré un mundo nuevo en el corazón, tú lleva un poema en los labios. Hasta entonces, sigo queriéndote.



Comentario de david - 27 Mayo '09 - 02:22



son todos unos plag
asssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssss



Comentario de yohana - 27 Mayo '09 - 02:23



soy floggeerrrrr todo bien



Comentario de Juan Faneca Pérez () - 02 Junio '09 - 18:43



Me abrumais con tanta erudición. No obstante, creo que la discusión debería plantearse en otros términos. La cuestión no es si tiene sentido hacerse la pregunta de un sofista del siglo V: ¿Hay una verdad?, sino más bien plantearse esta otra: ¿Hay una mentira?, es decir: ¿Acaso todo este sistema que nos venden no se sustenta en una mentira radical? Entiendo que el relativismo llevado a su extremo nos sitúa directamente ante el fascismo. Pero la necesidad de una verdad positiva, la necesidad experimentada por muchos compañeros de plantear una alternativa a lo dado ( porque parece que siguen guardando algún aprecio a la historia, a la marcha de la cosa, al progreso….de Ellos, claro) nos situaría, es más, nos ha situado ( no hace falta recurrir a Stalin),en este orden angustiante, mortal, delincuente que padecemos. Lo de “Historia magistra vitae” debería ser desechado de una vez por todas. Esto es lo que sufrimos, esto es: este presente vacío, el tiempo de trabajo que mata, el ocio complemento del trabajo, etc . Dejémonos de expresar nuestras opiniones, nuestras ideas ( cosa liberal donde las haya) y busquemos la verdad, esto es, develemos la mentira.



Comentario de Ishtar - 03 Junio '09 - 01:23



Madre del amor hermoso. O sea que expresar nuestras ideas es liberal; ala, ahí queda eso. Será mejor no poder expresarlas para ser revolucionarios del todo. ¡Busquemos la verdad! ¡desvelemos la mentira!, y después de este grito mesiánico ¿comulgamos todos o encendemos velas para buscarla, o nos vestimos de blanco inmaculado, adoramos a Buda y plantamos María en dirección a la Meca?.



Comentario de harelennon () - 03 Junio '09 - 03:25



¡¡¡Gran idea!!! Plantemos María , cantemos Imagine, adoremos a Krishna, y miremos hacia el Vesubio.



Comentario de Juan faneca Pérez () - 03 Junio '09 - 17:57



¿Tu verdad? No, la verdad.
Y ven conmigo a buscarla,
la tuya guárdatela.
ANTONIO MACHADO



Comentario de Juan Faneca Pérez () - 03 Junio '09 - 19:19



Este mundo, Ishtar, querida, se sustenta en la creencia de que cada uno tiene su opinión personal, que piensa como piensa, que tiene sus gustos, que vota lo que quiere. Pero tú y yo sabemos que la gente quiere, vota y piensa lo que está mandado. Esa es la puta realidad , corazón mío, porque si no ¿Qué sería del Corte Inglés ( “Especialistas en tí”)?



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