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Palabras en la calle: propuestas de acciones rápidas para la supervivencia.

(...) deberían entender los trabajadores de esos departamentos (también, indiferentemente,
los productores de filosofía y literatura fina y para masas de selectos)
lo que no les gusta entender: que, al hacer literatura o filosofía, están haciendo política,
la política de la conformidad (...)
Y, por tanto, si a alguien le da por hablar con la voz del pueblo, hablar por lo
sometido y nunca del todo conformado, ése no puede hacer ni filosofía ni literatura,
que es hacer la política de Ellos, sino hacer ¿qué?: pues hacer política, hombre, de la otra, de la contraria.
Agustín García Calvo, Análisis de la Sociedad del Bienestar.

Pocas o ninguna de las formas de comunicación social existentes son accesibles para la ciudadanía. Existen, por ejemplificar con lo más obvio, miles de vallas urbanas, cientos de carteles en autobuses o soportes municipales, millones de espots televisivos o en pantallas digitales en el metro reservados en exclusiva para quienes pueden pagar su utilización.

Esos medios, inaccesibles para nosotros, contienen los mensajes que, en primera y última instancia, están configurando la realidad en que vivimos. Los mecanismos con que se producen y distribuyen esos mensajes de dominación ideológica, social, política y vital son accesibles sólo para unos pocos individuos, que, además, sólo pueden reproducir los contenidos y las formas (ya de por sí sobreabundantes) de la susodicha dominación. Por otra parte, un número cada vez menor de grupos empresariales (e individuos) se están adueñando de una cantidad cada vez mayor de medios de comunicación.

Dado este breve retrato (ampliable a través de los enlaces que al final de la sección ofrecemos), el MLRS considera inevitable que la práctica y la reflexión poética se dirijan también hacia la cuestión de los medios. Por ello, aportamos en esta sección una serie de prácticas (realizadas, realizables o no) de distribución de mensajes poéticos. El único criterio de selección y publicación es, con todo, el de su viabilidad: nada de grandes proyectos con abultadas necesidades económicas; nos faltan medios, pero nos sobra ingenio y paciencia. Por otra parte, cada proyecto estará acompañado de cuanta documentación sea necesaria para facilitar su realización. Cualquiera que desee colaborar publicando aquí su proyecto, puede enviárnoslo por correo-e.

Para finalizar, consideramos que con todo esto no nos apartamos ni un ápice de la más antigua tradición. Si recordamos que la primera poesía era oral, cantada o recitada de pueblo en pueblo, mientras que la escritura nació como un acto notarial para las transacciones económicas, es muy fácil concluir que no podemos limitarnos a encerrar la poesía (esto es, la política, la vida) entre las pastas de nuestro beneméritos libros.