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ISSN 1886-2799

Revista  MLRS
nº 24

(septiembre de 2009)

 

>>>>> ELLAS DICEN (2)<<<

[Una serie abierta y en construcción 
iniciada por La Palabra Itinerante]

 

Este número es la continuación de Ellas Dicen (1), que puede leerse aquí:
http://www.nodo50.org/mlrs/Numer/21.htm

[Sobre La Palabra Itinerante: http://www.soloamedias.net/quienes/palabra.html]

 

 

OTRO PRÓLOGO, EN ONCE  VOCES:

 

 

De memoria aprenderse y después olvidarse.  

 [1]

 

Que fabules tu historia tu cuerpo

A toda hora sin tregua

Como una llama que a nada se parece

Sino a una llama.

 

   [2]

 

 

Lo que es el agua lo enseña la sed.
Lo que es la tierra el mar que hay que cruzar.
El júbilo lo enseña la amargura,
la paz lo que se cuenta de batallas,
el amor el mantillo de la tierra.
Sólo la nieve dice qué es un pájaro.

 

[3]

 

 

No es lo mismo estar que estar.

 

[4]

 

 

Todos mis poemas nacen del amor. Diría incluso que todos los poemas nacen del amor; incluso aquellos que transmiten el mal tienen en el fondo una forma de amor hacia el mundo. Estoy totalmente convencida.

 

 [5]

 

 

En la diferencia femenina hay una especie de resistencia humana al capital. Las relaciones familiares, como las de la amistad, las del amor y las políticas, se basan en una forma de intercambio que la lógica mercantil tiende a negar y a destruir. Y estas relaciones no solamente se pueden mantener, sino que, además, en ellas está la parte más importante de nuestra vida. Son las relaciones en las que nos arriesgamos personalmente, en las que nos damos a nosotras mismas, y en donde las personas cuentan porque son únicas.

 

[6]

 

 

No se trata de llenar el vacío sino de dar vueltas a su alrededor para dibujarlo en su creciente enormidad.

[7]

 

 

Baile de máscaras:

Tú y yo danzando

Entre palabras.

[8]

 

 

Anda hombre
levántate de ti.

 

 [9]

 

 

Este es el lenguaje del opresor

Y sin embargo lo necesito para hablarte.

  [10]

 

 

Sólo es el imperio quien desprecia cuanto ignora.

 

   [11]

 

 

Las autoras:

 

                     [1] Isabel Pérez Montalbán.

                     [2] Blanca Varela.

                     [3] Emily Dickinson.

                     [4] Teresa de Ávila. 

                     [5] Wislawa Szymborska.

                     [6] VVAA (2001), Una revolución inesperada.

Simbolismo y sentido del trabajo de las mujeres. 

                     [7] Luisa Muraro.

                     [8] Isabel Escudero.

                     [9] Miriam Reyes.

                     [10] Adrienne Rich

                     [11] María Ángeles Maeso

                     

 

 

Ellas dicen (20):

3 poemas de Izaskun Gracia

 

el espacio se llena de sombras alargadas que contraen el aliento

sudan sangre los caminos

y cae el cielo sobre nuestras cabezas sucias de remordimiento

inquirimos en qué se han convertido los cuerpos que con tanto ahínco intentamos defender de la vejez

y suplicamos

                                caída la medianoche

                                                                              un alba más a conquistar antes de nuestra caída

 

             ****      

 

dejamos de rezar y ya nunca veremos la luz

dejamos de buscar

intentando inútiles permanecer al margen deshojamos mariposas huéspedes del desaliento

y silenciamos los latidos que entremuros reclaman su eco

 

             ****      

 

vivo en espejismo

oasis de malfelicidad continua destinada al hundimiento y la rabia

y no me canso

mérito pues reconocerme en lo eterno sin caer a sabiendas de lo real efímero.

 

 

 

 

 

Ellas dicen (19):

3 poemas de Belén Artuñedo

 

DESOLACIÓN

Le he sobrevivido al árbol
y lloro esta desolación
como a un hermano muerto.

¿Cómo han conseguido envenenarlo
y arrebatarme su sombra?

Enlodaron las aguas
fingiendo ir a beber en su curso
y arrasaron las casas
con las armas de la salubridad.

Ahora me miran fijamente
y deciden mi suerte:
realojar lo que de mí queda.
No es ese el daño.

Le he sobrevivido al árbol.
Hubiera preferido que me viera caer
a sus pies centenarios.

               ****

PALABRAS

He dado por casualidad con ellas
y, desde entonces,
busco su fuerza milagrosa
no sé si en sus flaquezas de junco
o en su severidad de cañada
eternamente transitada.

Las veo levantar pesados siglos
de historia y de violencias
como si se retiraran solas a un último descanso,
capaces de pronunciar los nombres de verdugo
que penden de su cabecera,
a la espera de una voz prestada
que los decapite.

Cuando las miro,
sé que soy yo quien poco ha visto de esta vida,
persigo en sus caras mi espejo
pero me dan la espalda
y corro entonces a pedir que me descubran
la verdad que llevan.

               ****

LEGADO

Mi legado sería esta reserva de agua.
Nada más puedo darte a mi partida.
Ha sufrido inclemencias pero aguanta en silencio
contra todo pronóstico de sequía.
He hecho provisión sin saber bien por qué
de la gota caída del pico de los pájaros,
del sudor exhausto en las huidas,
de los ojos de niños asustados.
La lluvia siempre se alió a mi cuidado
y es agua limpia saciando abrevaderos,
pero piensa que,
si para algo sirve un día lo que pueda dejarte,
estará en el rocío de una brizna de hierba
un día de verano, al despertarte.

 

 

 

 

 

Ellas dicen (18):

3 poemas de Laura Giordani

 

ESTA PALABRA deberá volverse contra sí misma,
malherirse en la aspereza
de las lenguas, hacerse topo,
niño, cobrar tu estatura,
volverse raquítica, lesa,
abrir aún más sus vocales para
para recibir de lleno la indigencia.

Esta palabra deberá aprender a desaparecer,
volverse transparente y
diáfana como vientre
para decir el desplome inaudible de tus bosques,
la alegría maltratada de los patios,
tu primavera que viene
con las rodillas lastimadas.

Decir cómo tiembla la hierba
antes de recibir tu sombra.

Para decirte al menos con la misma
constancia del olvido
para que se escuche alto tu caída:
ese crujido terrible de todos los huesos
que se desploman para vertebrar este poema.

               ****

PRIMERA VEZ

Sus noventa y siete kilos y toda
su lujuria cayeron sobre tu pubis
de nieve aún blanda.

Si hay dios, que esta noche
caiga de rodillas y llore
todo lo creado.

               ****

OTROS OJOS

Ojos nuevos, ojos otros pido
de un cristal desmesurado,
aumento sin bálsamo
para ver el temblor íntimo
de los astros y las cosas,
la pelusa, la herrumbre,
esa mueca oscura de los manteles
al levantarnos de la mesa.
No más ojos amansando mareas
y tapiando con su mesura los prados.

 

 

 

 

 

Ellas dicen (17):

1 poema de Alicia Martínez

 

Capítulo 1.

EL REY SOLO domina la niebla
Opulencia desgastada sobre
Hormigas soldado, obreras
Software del
GRAN ARQUITECTO

EL REY SOLO vive en la montaña
Escarabajos negros
Danzan bajo su figura imponente
Gordos arrastran pelotas de barro

Excrementos recolectados
Por hormigas silenciadas

EL REY SOLO observa
el movimiento de su cetro:
Danza de escarabajo, trabajo de hormigas
Niebla, montañas y hasta su única lágrima
A una orden: todo
PARA


Capítulo 2.

El REY SOLO no quiere montaña
Que quiere castillo de foso y almenas
Gente nueva construye castillo de plástico


Capítulo 3.

Gente nueva construye
Castillo de plástico
REY SOLO pisa escarabajos
Hormigas soldado,
Pasillo de niños
Gente nueva acarrea
Amontona y colorea
El castillo sube
Hormigas obreras retiran cadáveres
Hormigas soldado,
pasillo de rey
Pasillo de Rey
Murmullo de hormiga
Murmullos de hormigas
Pasillo de rey
Grito de hormiga
Gritos de hormigas
Pasillo de rey
Castillo de plástico
Aullido
Un hormiguero menos


Capítulo 4.

Una hormiga, hatillo al hombro
Llega al castillo
En sus ruinas plantó su tienda
Más hormigas
Algunos escarabajos cojos
El rey solo mudo
Castillo roto
Hormigas cantan,
escarabajos bailan
Castillo roto

Hormigas beben
Escarabajos comen
Castillo roto
Hormigas sueñan,
escarabajos duermen
El GRAN ARQUITECTO calla
Una hormiga piensa
EL GRAN ARQUITECTO habla
Tres hormigas dudan
EL GRAN ARQUITECTO ordena
50 hormigas gritan


Capítulo 5.

Gente nueva reconstruye el castillo
CASTILLO DE HIERRO
Las hormigas:
1 REINA
5 danzan bajo su figura imponente
10 gritan
10.000 escuchan
100.000 trabajan, trabajan, trabajan


Epílogo:

Todas saben que el hierro es más pesado que el plástico
Que un castillo es mejor morada que la niebla
Que en la montaña sólo habita Sofía
Y que a Rey muerto, rey puesto. 

 

 

 

 

 

Ellas dicen (16):

3 poemas de Virginia Villaplana


LA AUSENCIA DE BIOGRAFÍA

es la relación que mantienes
con las ciudades
en las que has vivido
y trabajado.

Nada te ata a una biografía cosmopolita,
sin embargo,
Madrid ahora es una ciudad suspendida
en un amplio bosque inmóvil.

Madrid es drama y herida.

La biografía no escapa
a la vivencia del trauma
y se torna suave e iluminada,
esa ciudad suspendida.

Sociedades del riesgo global.

Madrid,
los desechos violentos de Londres
y Nueva York nos atrapan.

Los esfuerzos de las palabras
pacificando las calles.

               ****

DE LOS CIRCUITOS INTEGRADOS

Los raptos de las fronteras
y los asesinatos de mujeres
el desierto los cubre con polvo de siglos.
Operación digna.
Diminutas partículas de polvo son
las que vamos respirando.
Una nube de helicópteros se acerca
a las tumbas improvisadas
por la misma muerte en Ciudad de Juárez y Chihuahua.
Ciudades del futuro.
Migraciones de trabajadoras, migraciones de sueños
y raptos del capital económico.

               ****

DE LAS FUGAS Y LAS DIÁSPORAS

El lenguaje tendido a los pies de la historia
y sus márgenes sintácticos.

La naturaleza se ha transformado
en una imagen artificial.

Un globo terráqueo implementado
por las tecnologías de control social.

Los residuos melancólicos de la historia
suplantan el artificio de la antigua cultura occidental.

 

 

 

 

 

Ellas dicen (15):

1 poema de María Salgado

 

(poética de tecla insert)

Memorizo antes de escribir a no ser que escriba antes de memorizar;
escritura sobre escritura, paso antes que huella, paso que se come las huellas,
pie que se muerde los puños, niño que no nace, viejo que rejuvenece.

Escribir o morir alternativamente, oh payador!

(poética de insert-coin)

escribo sin memorizar, porque todo lo que no sé se guarda en la hucha de mi escritura;
escritura que se combina con números de suerte en la máquina trucada;
escritura sobre vidrio; retraso en la madera; escritura prohibida en vasos de papel
en el campo de presos de Guantánamo.

Oh payador, el mundo se escribe sobre una transacción cerrada en un baldío.

(poética koiné)

los disturbios de anoche en yvelines recuerdan a los de antesdeanoche en villiers-le-bel,
y a los de dos años atrás en la columna suburbial francesa.
Tags de transmisión del post: Banlieue, Sarkozy, Marsella, fuego, citoyens, hijos de la patria, payador, sabed:
que el jour de gloria es arrivée; que viene el tiempo de los signos mudos luminosos;
escritura en el efímero en el páramo en la sierpe.

(payador 1)

escribo pulsos de neón descabezados, poca luz líquida sobre un inmenso raso negro;
escritura fría-mecanografía; escritura quieta para que suene su latido contra su chapa: escribo como finjo y sufro alternativamente catalepsia y epilepsia, o el emblema:
curtis da de beber a la santa teresa.

(payador 2)

miedo de que se acabe lo que no ha comenzado; miedo de que caiga la casa sin construir; escribo porque cabe llorar en las inmediaciones de la casa desplomada
o en un terreno infértil holográfico de santos sedientos de electricidad

oh los impulsos del doble, del triple, del número de desaparición.

(payador 1 y 2)

desdóblale el peso al místico, hace de él la cruz dos místicos,
uno diurno aguarda en silencio; otro nocturno enmudece;
escritura sobre escritura, paso antes que huella, paso que se come las huellas,
escriben porque se despliegan hacia donde dure el gasto o

alternati-va-men-te muerte.

 

 

 

 

 

Ellas dicen (14):

4 poemas de Celia García

 

DE CÓMO LAS LUCIÉRNAGAS ILUMINAN LAS NOCHES DE VERANO

La joven de lengua montaraz
la indómita dama
la que sin premura
tras nosotros camina
se detiene
y grita
-dejad dejad los cuchillos
mirad como bailo.

               ****


LIBRETAS QUE RECOGEN LOS SUEÑOS. DIARIOS DE INVIERNO

Han cercado la ciudad
muchos se han quedado fuera
las del otro lado danzan.

               ****

ESPEJISMOS EN DÍAS DEL MAYO NUBLO. PASEANDO EN BICICLETA CAMINO DEL ZAIDÍN.

Hay calles en las ciudades
en busca del horizonte
- caminos de árbol -
lugares que invitan a la música.

               ****

LOS OJOS QUE BUSCAN ILUMINAR UN LUGAR, URDIENDO LA TRAMA DEL MUNDO, NOS DICEN:

En lo profundo de las cajas de música
habitan intrépidas trapecistas.
Bailarinas al viento
ensayan su función.              

 

 

 

 

 

Ellas dicen (13):

3 poemas de Alba González Sanz

 

BERLÍN

El futuro se levantó en los 60,
dijiste en Alexander Platz.
¿Y qué de nosotros
-pensé-
sin guión, sin rumbo?

              ****

INVOCACIÓN

¿Qué sucederá si no soy capaz de atajar con mi espada el recuerdo,
poner voz a la voz de la tierra,
geografía a la nada;

beberán del cordero los muertos
y me dirán: Nadie;

qué sucederá si no puedo blandir ante mí la palabra?

              ****

MAMÁ

Te nos diste
y tu amor rebosaba como el agua
que sale de la bañera,
empapando las baldosas,
la toalla.

Tanto amor,
que no sabíamos recogerlo,
detener el torrente, devolverte un poco:
qué hacer con ello.
Tanto amor,
hasta que tuviste sed.

 

 

 

 

 

Ellas dicen (12):

3 poemas de Sofía Castañón

 

FAMILIA fue aquello
que se rompió por una herencia
o un chisme, un rumor vecinal
—estos pueblos pequeños,
esas vidas vacías, ya se sabe—
y nadie lloró desde entonces
al morirse un primo
o un hermano.
Unamuno ya nos avisó
de los estragos de Caín:
un siglo después este país sigue
apretando demasiado
al dar la mano.

               ****

HABLAMOS de la mañana
ancha temiendo que conociesen
nuestro secreto, que nos pasasen
coches por encima al descubrir
—ellos, que siempre van con prisa—
que tenemos alquitrán en el pecho,
que padecemos la gripe de los siameses
o alguna otra alergia tan mortal
como perder un órgano o un hueso hermano.
La mañana ancha,
el sol que parecía inofensivo,
nosotros tan vivos
y con tanto miedo.

               ****

POÉTICA

Hay una máquina de CocaCola
en la antesala de la mina.
Mina
no es una metáfora.
Mina
es el carbón en la frente
y el sudor en las manos.
La mina de mi abuelo. Puede
que también de tu abuelo.
Mina negra. Mina grisú.
CocaCola
es lo que aparece en la caja
de luz donde los hombres se cambian
y cambian palabras —porque
así no piensan— y esperan
sin céntimos
para la máquina.
En la antesala de la mina
no hay ninguna metáfora.
Hay una máquina de CocaCola
muy luminosa y muy blanca.
Y nadie la toca.

 

 

 

 

 

Ellas dicen (11):

3 poemas de Laura Casielles

 

LO QUE más molestaba
a Teseo
-motivo suficiente incluso para un abandono
sin excesos sutiles-
era saber que, sin ella,
nunca hubiera desatado el laberinto,
nunca sido héroe,
nunca vencido fieras ni fantasmas.

Muchacho,
dijo el minotauro atravesado,
eres el más grande de los héroes,
tremendo truco el hilo
.

Y mientras el monstruo se desangraba,
afligido por la duda de su mérito Teseo
comprendió
que ya
no iba
a amar a Ariadna.

               ****

ACARICIO la cabeza del perro del hortelano.
Huele un poco a tristeza entre tomates.
Apuesto conmigo misma:
“si muerde, me quedo”.
Y el perro del hortelano ladra, ladra, ladra,
igual que si le fuera la vida en ello.

               ****

LA CERTEZA DEL AGUA

Conoces
el manantial. Sabes
que hay agua.
Tienes agua siempre
que tienes sed.
Si no te descuidas,
tienes agua incluso
antes
que sed.

Algunas noches apartas las cortinas
y lo miras fijamente.
Lo tapan los árboles, las rocas, un viajero,
pero hace tiempo que has memorizado
su ubicación exacta.

Conoces el manantial.
Sabes que hay agua.

Esa fe
no se quiebra. Tu sed
es dulce.

 

 

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MANUAL  DE LECTURAS RÁPIDAS
PARA LA SUPERVIVENCIA

(Prácticas comunistas y libertarias

de la poesía y la literatura)

www.nodo50.org/mlrs

 

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