Mostrar menú / Recargar
ISSN 1886-2799

Revista  MLRS
nº 21

(marzo de 2009)

 

>>>>> ELLAS DICEN (1)<<<

[Una serie abierta y en construcción 
iniciada por La Palabra Itinerante]´

 

 

Este número se continúa con Ellas Dicen (2), que puede leerse aquí:
http://www.nodo50.org/mlrs/Numer/24.htm

 

 

 

PRÓLOGO EN DOCE VOCES:

 

 

Al azar agradezco tres dones: haber nacido mujer,

de clase baja y nación oprimida.

Y el turbio azur de ser tres veces rebelde.

[1]

 

 

Vine a explorar el naufragio.

Las palabras son intenciones.

Las palabras son mapas.

Vine a ver el daño causado

y los tesoros que perduran.

[2]

 

 

Este es mi oficio de poeta para la reconstrucción del mundo.

[3]

 

 

Porque yo escribo para, escribo desde, escribo a partir; del Amor. Escribo de Amor. Escribir: Amar, inseparable. Escribir es un gesto del Amor. El Gesto (…) Escribir: hacer el amor al Amor. Escribir al amar, amar al escribir. En la Escritura el Amor abre el cuerpo sin el cual la Escritura se marchita. En el amor la letra se hace carne amada, leída, multiplicada en todos los cuerpos y textos que el amor porta y espera del amor. Texto: no el rodeo, sino la carne en trabajo de amor.  

[4]

 

 

Toma este sueño que traigo

y engárzalo a tu collar.

 [5]

 

 

Miedo, tal vez, de que la llamaran sentimental; o quizás recordaba que los escritos de mujeres han sido llamados floridos, y ella por consiguiente suministraba una superabundancia de espinas.

[6]

 

 

Escribir (y leer) como mujer es una opción política y no el producto automático de una condición genérica. Pienso que sólo puede producir una escritura ‘femenina’ (en el sentido no trivial del término) quien tiene consciencia de todo lo que implica ser educada para subalterna y ‘complemento’ del género masculino y quien, además, decide hablar de esa experiencia. 

[7]

 

 

Lo personal es político. Ningún aspecto de la vida de las mujeres es trivial y lo más insignificante de nuestra vida es útil a la hora de  desarrollar estrategias que puedan ayudar a cambiar el orden social preestablecido.

[8]

 

 

Así pues, el conocimiento que aquí se invoca, por el que se suspira, este conocimiento postula, pide que la razón se haga poética sin dejar de ser razón, que acoja al “sentir originario” sin coacción, libre casi naturalmente, como una fisys devuelta a su original condición.

[9]

 

 

Hablar una lengua viva no consiste en combinar palabras según reglas establecidas, sino en inventar siempre combinaciones nuevas y, de este modo, poder adivinar lo que nos ocurre. Sí, adivinar. Lo hace la poesía, de la manera más libre y bienaventurada, pero lo hace también la ciencia, en definitiva, como saben y reconocen las mentes científicas libres de dogmatismo. Y lo hacemos también la gente corrientemente, todos los días, cuando decimos: <Hoy hará buen tiempo> o <Te quiero>, si lo decimos de verdad y no como relleno del silencio.

[10]

 

 

La autoridad femenina consiste en reconocer a otra u otras mujeres como medida del mundo, como mediadoras con lo real.

[11]

 

 

Ven y mira

como quien quiere ver: adentro mira.

[12]

 

 

 

Las autoras:

 

                     [1] Mª Mercè Marçal.

                     [2] Adrienne Rich.

                     [3] Sophia de Mello Breyner Andresen.

                     [4] Hélène Cixous. 

                     [5] Concha Méndez.

                     [6] Virginia Woolf.

                     [7] Susana Reisz.

                     [8] Adrienne Rich.

                     [9] María Zambrano.

                     [10] Luisa Murano.

                     [11] María Milagros Rivera Garretas.

                     [12] Sara Ibáñez.

 

 

 

 

Ellas dicen (10):

7 poemas de Isabel Escudero

 

La vida se me va
y esta cristalería de Bohemia
sin estrenar.

               ****

Baile de máscaras:
Tú y yo danzando
Entre palabras

                ****

De mí sin ti qué sería,
sin este dulce tormento
que me complica la vida.

               ****

Que a ratitos le quiero
y a ratos no
que no es estado el amor.

               ****

Tú crees que esto es la paz:
esto es la guerra disimulá.

               ****

TRAS el llanto
te voy viendo bueno,
te voy viendo manso:
El cristal de mis lágrimas
te va cambiando.

               ****

Guioncito entre dos cifras
¿era eso
mi vida ?

 

 

 

 

Ellas dicen (9):

3 poemas de Ana Pérez Cañamares

 

LA TRINCHERA

Lo malo de la trinchera
no es su húmeda estrechez.
El barro y la sangre abrigan
somos muchos aquí
y las fotos que nos mandaron desde casa
nunca se desgastan.

Siempre hay tiempo para una partida de cartas.
Para el momento íntimo y juguetón
de despiojarnos.
Alguien que baila al ritmo
de los tableteos lejanos
de las ametralladoras
o un buen imitador de generales
que nos hace reír.

Lo malo de la trinchera
es que no sabemos cuando
tendremos que abandonarla.

               ****

A SALVO EN LA DERIVA

Me quito el reloj:
me suelto las esposas.
El día deja de ser
un mar señalizado por balizas.
Como bancos de peces
bajo mi cuerpo
pasan las horas.

               ****

CON PULSO de artificiero
escojo las palabras.
Manejo con tacto
la nitroglicerina de cada sílaba.

Por culpa de palabras mal usadas
a mi corazón lo cruza
un alfabeto de cicatrices.

 

 

 

 

Ellas dicen (8):

3 poemas de Miriam Reyes

 

MI PADRE enfermo de sueños
en el asfalto incandescente de cien mil mediodías caminados
bajo el sol en vertical
perdió sus pies
y apoyado en sus rodillas sigue buscando
el camino de vuelta a casa.
Mi padre sueña,
rendido por el cansancio,
que vuelve a su tierra y planta sus piernas y le crecen pies jóvenes
y la savia de su tierra negra le alivia el dolor de las arrugas
y resucita sus cabellos muertos.
Luego despierta en un piso alquilado a la ciudad de los huracanes de la miseria
y blasfema y maldice y no tiene amigos.

Escondido en la noche
papá llora por las certezas que lo defraudaron.
Del otro lado de su piel
mamá llora por mamá
mamá llora por su casa que ya no habita
y por paz y reposo y risa.

Papá y mamá lloran
cada uno a espaldas del otro en la cama
en el más crudo estruendoso hermoso silencio
que modula en frecuencias infrahumanas
sonidos que se articulan como palabras:
«si aquí no están mis sueños
cómo puedo dormir aquí».
Y que sólo yo escucho
con la cabeza enterrada en la almohada.

Concebida de la nostalgia
nací con lágrimas en el sexo con tierra en los ojos con sangre en la cabeza.
No soy lo que soñaron
como tampoco lo son sus vidas.

               ****

NO SOY dueña de nada
mucho menos podría serlo de alguien.
No deberías temer
cuando estrangulo tu sexo,
no pienso darte hijos ni anillos ni promesas.

Toda la tierra que tengo la llevo en los zapatos.
Mi casa es este cuerpo que parece una mujer,
no necesito más paredes y adentro tengo
mucho espacio:
ese desierto negro que tanto te asusta.

               ****

¿Vas a enseñarme a vivir?
Te dejaré tocar mi colección de cáscaras
compartiré contigo las uñas que guardo en los bolsillos.
Las semillas que nos dieron
son pastillas para dormir
y del ombligo dormidos
nos crecen frutales.

Te daré de comer.

Ven.
La tierra prometida es cosa de otros.
Para nosotros la arena:
un paisaje que cambia con el viento.

 

 

 

 

Ellas dicen (7):

15 minimás de Carmen Camacho

 

MINIMÁS *

 

* En palabras de su autora, “las minimás son aforismos poéticos que no tienen cuerpo de máximas, pero tampoco son mínimas, así que son, eso, minimás: nanopoemas, verso solo, afanes míos de jíbara literaria, poesía en píldoras”.



Todo Sistema aprieta. Decide cómo usar tu destornillador.

               ****

Viajar en el AVE: el estrés del paisaje.

               ****

A penurias de prisa, alegría lenta.

               ****

¿En qué inviertes tus latidos?

               ****

Una es multitud.

               ****

No se puede expresar mejor: nichos de mercado.

               ****

Se venden
bálsamos de miedo contra el miedo.

               ****

Sin regateos
El problema no sólo está en que te vendas. Lo peor comienza el día en que eres tú el que intenta comprarnos.

               ****

Publicistas: mercenarios de la palabra.

               ****

ARENGA AL SAHARAUI
(fragmento)

¡Ciudadanos extrañoles!

               ****

Se le olvidó la realidad de tanto ver telediarios.

               ****

Escucho un ruido de monedas cada vez que agitas la cabeza.

               ****

Desconfío de la puerta a la que le brillan los candados.

               ****

Arandelas, arras, aranceles.

               ****

Arcos del triunfo, muros de la vergüenza.

 

 

 

 

Ellas dicen (6):

3 poemas de Beatriz Ros

 

TRAS el "gracias" y el "sí",
aprendí el no a los caramelos de las salidas de los colegios,
a las manos extrañas y a los hombres con gabardina.

Y después hubo otros no aprendidos, y los "sí, por favor" de cortesía.

No hubo vacilación.
Para un: “¿Quieres bailar?”
No, gracias.
Otra copa desechada

Por encima del "no sé" mi cuerpo
se agita de lado a lado, de arriba a abajo;
en señal inequívoca, básica, primaria, significativa.

No es "por aquí" o "por aquí", salirse del cuento
y escribir una historia con un boli de los que se pueden borrar.

Sin la duda, el sí y el no
son los extremos atados de una misma cuerda.

De estar vivo o muerto, de "esto" o "aquello",
por lo único que cojo tu mano,
es por la virtud y el beneficio
de la duda.

               ****

VOY a decirte algo muy importante:

El corazón está situado
justo en el centro del pecho.
Se piensa que está más a la izquierda
porque el lado izquierdo late más fuerte.

Lo he leído en una enciclopedia

               ****

ESTO ha sido un accidente.
Las ambulancias llegarán pronto.
Expertos nos catalogarán por la gravedad de nuestras heridas.
El viento que mueve el pelo sólo puede mover el pelo,
la muerte se agita como si alguien respirara cerca.
Sólo puede mover el pelo. Y lo enreda.
Os miro.
La tristeza ha sido pintada en la mayoría de las frentes.
Tenemos la ventaja de la mala letra médica que merece esa palabra.
El amor acaricia los rostros,
retira el pelo que se pega protector a la piel y la tristeza respira.
Lo peor es destaparla.
No encuentro en mí la posibilidad de ser reversible.
Tengo la incapacidad de sonreír con la elevación correcta.
Me miran.
Soy una torcedura esperando un diagnóstico permanente.
El flequillo roza mis cejas,
me cubre como si no hubiese otro sitio para él en el mundo.
Tú piensas que mi frente está resuelta.
Hay cosas que siempre entenderás al revés.
Pienso en tus ojos como en los espejos.
Los espejos no saben nada de mí.
Tu incomprensión me salva.

 

 

 

 

Ellas dicen (5):

3 poemas de Lola Crespo

 

Aterida de frío
se plantó la mañana
entre brumas.

Aún era visible
el paraíso.

Las metáforas estaban por nacer,
entre columpios vacíos
y ramas quietas.

Amanecía el mundo a la posibilidad.
Y cantó el mirlo.

               ****

Cuando te pienso
se diluyen las calles,
las plazas, las ciudades;
caen los mapas y sus coordenadas

y emerges tú

entre el desarraigo.
Prescindo de parentescos
de la formalidad de los años,
de los colores, del gesto,

y emerges tú

en la palabra que sigue a la siguiente,
en las ganas de perpetuar
un himno a capella.

               ****

Me he dedicado a borrar las páginas del cuaderno.
No.
No está vacío.

Está listo.

 

 

 

 

 

Ellas dicen (4):

3 poemas de Dolores Herrera Uribe

 

PASADIZOS DEL TIEMPO

Navegar a través de los siglos
con las velas encendidas de la imaginación.
Cruzar mares y estrechos nunca vistos.

Molinos de viento,
un ejército chino de terracota,
Flandes en el siglo XVI…

Visiones ancestrales que nos recuerdan
el continuo peregrinar del Hombre
-sin otro báculo que el de sus frágiles pies-,
por un interminable latifundio de esperanzas.

               ****

SIN CAMBIOS

Amontono objetos en desuso,
fotografías inservibles,
vida gastada.

Se suceden las estaciones
y no hay rupturas definitivas
ni bienvenidas permanentes
que destrencen el tedio de las horas.

No hay alarmas que me pongan sobre aviso.

Una monotonía de historias conocidas,
la repetición de un recurso puesto en práctica,
la sensación de ya vivido.

Un nuevo amanecer como una fuga,
como un latido que cae en saco roto.

               ****

DÍAS DE VINO Y ROSAS

No sabíamos de los días de vino y rosas,
aturdidos como estábamos de que el deseo
se empeñara en ajarse en la costumbre
y en rebelarse contra el orden establecido.

Pronto comenzamos a pagar el alto precio
que supone saberse diferentes,
y aprendimos a rendirles vasallaje al ansia
y a su estigma.

Tuvimos que pagar un alto precio
y aún hoy lo pagamos,
pero vamos conociendo
el sabor del vino y el olor de la rosa.

 

 

 

 

 

Ellas dicen (3):

4 poemas de Susana González

 

Camino como quien camina
por la periferia de un sueño
de plastilina:
con las brújulas rotas.

               ****

Nos inflaron con mentiras
aquel globito rojo
que llevábamos atado
a la muñeca.

Nos acolcharon la vida.

En el suelo de rodillas
intentamos rescatar
los trozos de nuestra fe
que se anega.

               ****

Porque encuentro la senda
y hago como que no la veo.

Porque me pongo la venda
que lleva un caleidoscopio dentro.

Porque la casilla de meta
siempre está tras la siguiente puerta,

y porque desayuno espirales de papel cada mañana.

Por todo eso,
yo también soy como tú.

              ****


Mis días pesan
porque son de oro.

 

 

 

 

 

Ellas dicen (2):

3 poemas de Beatriz Viol

 

¿Quién me reconocerá cuando
me deshaga de
los lazos, el jabón, el pelo,
el carmín, el flúor, los dientes,
las gafas, el rimel, las pestañas,
la ropa, el perfume, la piel?

Y cuando me muestre entonces en carne viva
frente a los maniquíes de los escaparates
en las calles, ¿Quién me reconocerá?

¿Resistiréis la tentación de llevarme
a un lugar seguro?

               ****

Pregúntale al bosque
de dónde provienen sus miedos.

Por qué entreteje cada noche su cuerpo vegetal
conformando nuevos escondites.

Por qué se forman huecos
en la madera de los árboles.

Por qué cuando todo esta tan oscuro, el viento
susurra más alto en un idioma extraño.

La luna esta inquieta en el agua de un charco.

Varios lobos se han acercado a beber.

               ****

El silencio de tu cuerpo.
Ese rincón en el que acurrucarse
donde no se inventaron las palabras.

 

 

 

 

 

Ellas dicen (1):

3 poemas de Natalia Ruiz de Almodóvar

 

Quizás haya un día en donde hallarnos.
Tartamudos son los confines
de las rutas que hablamos.
Retrasamos lentamente
la llegada a los puertos
que no acaban de desperezarse,
se vuelven ecos,
quizás haya un lugar en donde hallarnos.
¿dónde está esa maldita brújula que nos despista?

               ****

Hace un día precioso
con esas nubes
procedentes de Atlántida
relincha de nuevo el aire.

               ****

TRAS INTERROGATORIO

Palabras mudas marchitas de esencia,
esquivan la respuesta. Porque no la hay.
La bruma era apariencia taciturna.

 

 

-------------------------------------------------------------------------------------

MANUAL  DE LECTURAS RÁPIDAS
PARA LA SUPERVIVENCIA

(Prácticas comunistas y libertarias

de la poesía y la literatura)

www.nodo50.org/mlrs

 

 >>>>>