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ISSN 1886-2799

Revista  MLRS
nº 19

(diciembre de 2008)

>>>>>>>>> poemas

por el Cabanyal

 

 

[Selección de  poemas recitados
en las casas de los vecinos del barrio del Cabanyal (Valencia)

durante las Xªs Jornadas de Puertas Abiertas

"Arte, resistencia y participación ciudadana"

SALVEM EL CABANYAL: Octubre-noviembre de 2008]

 

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PAMFLET CABANYALER

(Maria Fullana)

 

Les hordes feixistes

fa setanta anys

bombardejaven sense pietat

el Cabanyal.

Les hordes feixistes

van arrasar cases,

van assassinar la gent d’a peu,

van fer un altre Guernika

d’aquest barri indefens.

 

Setanta anys després,

una filla de falangista,

amb les seues hordes destructores,

vol tornar-ho a fer:

arrencar les cases d’arrel,

enviar a la mort un barri

castigat contínuament,

–un barri bell i preciós

carregat d’història i geni

com no hi ha a la resta del món,–

crear el pànic desencisat,

el cansament de molts anys

cridant SALVEM, SALVEM!!:

les vagues de fam,

les portes obertes,

les botigues que tanquen,

els judicis d’uns togats comprats,

l’enrunat que es va amuntegant:

tot plegat

un bombardeig sense final

per omplir-se les butxaques

aquestes legions Còndor

de factura nova i ferum agra

que arrosseguen la cua negra

sobre les cases malva.

 

Però el cor republicà

encara batega sota els doquins,

sota les teulades,

albira des dels miramars,

s’enlaira en la mirada

de cada veí de la platja: no podran

els bombarders traçar la urpada,

no tornaran a fer el seu alçament.

Mentre estiguem vius

viurem a vora la mar

a les nostres cases petites rosades,

amb la mar per aliada,

armats amb la mar armada.

 

 

 

 

LLUVIA TEMPRANA

(Enrique Falcón)

 

                                          El desastre, la resignación, el deseo de perder

                                          para descansar, no merecen la pena.

                                                    (Belén Gopegui: El lado frío de la almohada, 2004)

 

Esperan que te rindas.

 

Que devuelvas las canciones a sus cuartos.

 

Que lenta y pobremente

atiborres sus rincones con cristales

 

y apartes de tus hijos la visión de una revuelta.

 

Esperan que claudiques

–seas piel, dentada o marzo.

 

Que suavemente caigas.

 

No les libres de la piedra que respira en tus manos.

No les venzas los ojos.

 

Nada dice

de la lluvia temprana que va a abatir las puertas,

 

                                                                                    nada

de ese incendio intacto y por venir.

 

La tormenta, compañero, llegará.

 

                    Contra todos los pronósticos,

menos tarde que temprano,

           –seas piel, dentada o marzo–

el ciclo de las lluvias / llegará.

 

 

 

 

El vertedero

(Laura Giordani)

 

Dunas que ningún viento puede erosionar

ni siquiera tus manos rompe-cielos

tus manos despluma-ángeles

sucias manos de ellos   de mí

tus manos sucias de todo.

 

Paraje de lo olvidado,

de los pájaros de buche hondo

sobrevolando las costillas.

 

Desvencijada viaja la vida en tu sangre

tu vida siempre sin un asa.

 

Vas enhebrando deshechos

descontándoles el asco

para construirte un arca imposible

un arca que te lleve lejos del fondo

a orillas sin estrenar todavía.

 

Sale el sol del otro lado

en tu Este salen tábanos

                                       cartones

                                                     puntas

                                                               cada vez más afiladas

para tus pies de nieve encallecida.

Para ti salen soles enfermos

y la luz se va pudriendo

en tu nuca.

 

Niño que vas entre nuestros restos

los ángeles te hablan

con un lenguaje de moscas

humo

hollejo

llaga  corte  tachadura

y a punto de perecer

y flores amoratadas.

 

Ahí vas

por un rompecabezas inmundo

como si el mundo se rompiera

cada día a tus pies

y no encontrara sutura.

 

 

 

 

HINCAPIÉ

(Víctor Gómez)

 

La noche permite no ver –una lentitud en la escucha caracolea– no decir o 

susurrar, en severa y reposada, reptante ira y lazo.

                                                                                    Une.

 

En el vaso vacío no cabe un alfiler. Despierta, signo, buey en la espesura –

incierto presente no acalla- el sentido involuntario, ciego, de respirar.

 

Haces hincapié  como se respira se vive–.      Alta la noche, permite no ver. 

Oficio es del insomnio, consiste en decir no a la desesperanza. Y seguimos 

respirando.

                                                                    Y  seguimos respirando.

 

 

 

 

RAN DE TERRA

(Manel Rodríguez-Castelló)

 

            El pitjor és allò que hom oblida.

            (Enrique M. Piera)

 

Una almosta de fang vam preservar

del país de cada exili. Nus terrissaires

removien la secreta llum de l’àmfora.

La pluja lenta percudí

els tambors de l’aire

amb els seus arpegis de plata.

Els líquens pintaven ocre als boscos

i respiraven els bedolls des del centre

de la seua transparència.

 

Uns cudols de la vora del riu,

una almosta de paraules,

abraçada als roures la nostra fraternitat

sense esperança.

Per un enyor que dúiem enganxat

als ulls d’argila i sarment,

d’oli i d’espart, de fusta i sègol,

de pedra. De terra i de pedra.

La clau rovellada empenyé el xerric del temps

rere les portes i les finestres

que somiaven l’avenir

vam obrir de bat a bat.

 

Quin desgavell d’arams

ens havia privat del tacte, quanta confusió ofegava el mot

i la mirada, quins murs d’oblit

grimpava la tenacitat de la memòria!

Exiliats del país, exiliats de la terra.

En l’opaca permanència del plàstic,

en nínxols de ciment

construïts per a l’insomni de l'urani,

sumant dígits en una glopada d’abismes,

en la pressa suïcida dels rellotges, atrapats en asfalts

de pena negra.

 

Vaig tornar a l’aire, lliure,

a la llum incandescent de primeres matèries,

vam tornar a les mans,

als cabells d’arrels de l’estimada.

 

Resistents.

Fins que el lament dels protozous

vam saber irrevocable.

 

 

A RAS DE TIERRA

(Manel Rodríguez-Castelló; traducción)

 

            Lo peor es lo que se olvida.

            (Enrique M. Piera)

 

Una almuerza de barro preservamos

del país de cada exilio. Desnudos alfareros

removían la secreta luz del ánfora.

La lluvia lenta percudió

los tambores del aire

con sus arpegios de plata.

Los líquenes pintaban ocre en los bosques

y respiraban los abedules desde el centro

de su transparencia.

 

Unos guijarros de la orilla del río,

una almuerza de palabras,

abrazada a los robles nuestra fraternidad

sin esperanza.

Por una añoranza que teníamos pegada

en los ojos de arcilla y sarmiento,

de aceite y esparto, de madera y centeno,

de piedra. De tierra y de piedra.

La llave oxidada empujó el chirrido del tiempo

tras las puertas y las ventanas

que soñaban el porvenir

abrimos de par en par.

 

¡Qué desastre de alambres

nos había privado del tacto, cuánta confusión

ahogaba la palabra

y la mirada, qué muros de olvido

trepaba la tenacidad de la memoria!

Exiliados del país, exiliados de la tierra.

En la opaca permanencia del plástico,

en nichos de cemento

construidos para el insomnio del uranio,

sumando dígitos en un trago de abismos,

en la prisa sucida de los relojes, atrapados en asfaltos

de pena negra.

 

Volví al aire, libre,

a la luz incandescente de primeras materias,

volvimos a las manos,

a los cabellos de raíces de la amada.

 

Resistentes.

Hasta que el lamento de los protozoos

supimos irrevocable.

 

 

 

 

Mirant d'obrir les portes

(Alexandre Ros)

 

Les portes tancades, les persianes encegant els ullals de la casa. L'estora eixuta, els llençols vestint l'abandó. Els prestatges conquerits per la pols desficiosa. Mentre t'ho anaves mirant sense mirar. Mentre t'ho anaves mirant sense copsar. Greu desfeta la del pas del vent gelador. Ni rastre de l'antiga llar. Ni rastre de les converses que van poblar els paisatges dels quadres, dels retrats fotogràfics. Paràlisi del marbre, malaltia de la fusta, gran sordesa del ferro.

 

Tratando de abrir las puertas

(Alexandre Ros; traducción)

 

Las puertas cerradas, las persianas cegando el alma de la casa. La alfombra seca, las sábanas vistiendo el abandono. Las estanterías conquistadas por el polvo perezoso. Mientras todo lo mirabas sin verlo. Mientras todo lo mirabas sin entenderlo. Graves destrozos los del paso de un viento helador. Ni rastro del antiguo hogar. Ni rastro de las conversaciones que poblaron los paisajes de los cuadros, de los retratos fotográficos. Parálisis del mármol, enfermedad de la madera, gran sordera del hierro.

 

 

 

 

POE-MA-NIFIESTO

(Alicia Martínez)

 

Avergonzáos.

No levantéis orgullosos la cabeza coronada de jazmines de fracaso

Nada hay aquí.

Nada queda entre las manos sucias que rompieron la línea de tus pupilas

Huele.

Aspira el incienso corrupto de los días perdidos por el hombre

Hunde la barbilla en el barro de los muertos.

La culpa hundirá su hacha en los cráneos de los despechados por la gloria

 

Friego los cacharros

Atisbo la vida de los otros a través de mi ventana, siempre sucia

El moho crece imperturbable en la pila pretenciosa

No veo. No pienso. No siento.

Nadie lo hace ya.

¿Por qué habría yo de variar la rutina de estos tiempos?

¿Porque quedas tú?

Pero tu voz es débil

Ya no quedan altavoces en las esquinas de los pueblos de España

¿Cuántos somos? ¿Qué podemos?

¿Sumar voces?

Sí sumarlas ¿Y luego?

¿Estamparlas contra el muro prohibido? ¿Y romperlo?

Culpa. Desesperanza. Miedo

¿Miedo?

Hablo. Diálogo. Di algo.

Di.

¡Somos un trillón de voces cansadas que se estampan,

por inercia colisionan y destruyen el mundo,

comiéndoselo de dentro afuera!

 

Hagamos un agujero

Cavemos. Nosotros cuatro.

¡Qué más da por qué galería!

¡Qué más da que sólo sea por y para nosotros cuatro!

 

Y: PROPUESTA DE ACCIÓN ¿Qué?

 

La miseria del poeta

Su fracaso y su derrota

Es que sólo le oyen

Los que están dispuestos a escucharle

 

Al poeta, hoy, se le desprecia.

La poesía ya no se canta en las calles

Ya no eriza el vello de las mujeres hermosas y los hombres bravos

De los hombres hermosos y las mujeres bravas

De ellas. De ellos

(Esto es un poema políticamente correcto

No podía ser de otra forma)

A la poesía nos la usurparon las salitas

Allá por los 60

¿No fue entonces cuando encendimos el primer televisor?

Sólo sirve para vender coches

Envía POEMA al 5555

 

La poesía hay que cantarla en las fiestas de barrio.

Conspirar con los músicos de charanga y pandereta

Y tomar los escenarios de verbena

Hay que colarla, sin avisar, en

Los casales de todas las fallas, de todas las collas.

Interrumpir con ella, subrepticiamente,

La emisión del Barça- Real Madrid.

 

¿Cuántos somos en esta ciudad perdida?

¿Cincuenta? ¿Cien poetas?

¡Subamos a cien cajas de fruta!

Paguemos la multa al excelentísimo ayuntamiento

por ocupación de vía pública y actividad ilícita

Todos. A la misma hora. Del mismo día.

En todas las esquinas de un mismo barrio.

Cronometremos los relojes y gritemos palabras,

Escupamos versos

 

Huyamos de los ateneos, los círculos literarios,

Las librerías, los bares culturales.

Olvidémonos de los marginados

Ellos quieren pan y libertad... la poesía ya la tienen

Pongamos un altavoz en las casas

De los que tienen pan y creen gozar la libertad

Metamos la poesía en los discursos de nuestra comunidad de vecinos

Discutamos con ella la derrama del ascensor,

En las reuniones de padres y madres (el AMPA sin hache)

En las colas del banco, del súper, del registro civil, en todas las colas.

 

Que nos obliguen a callar a martillazos

Llamemos al periodista descontento

Víctima de un ERE atormentado

A todos los periodistas, pues señor.

 

Declaremos el Día Internacional de la Poesía Callejera

Y que dure abierto las 24 horas de los 365 días del año,

De 8 a 2.

Imprimamos octavillas con nuestros cantos

Y que las vocee el repartidor de prensa gratuita

¿Para qué editar libros que sólo leeremos nosotros?

¿De qué carajo sirven nuestros versos de guerra

si no hay soldados para empuñarlos?

 

Nos prohibirán.

Pero también dicen que asegura una ordenanza

que en su artículo 5 c. contempla que

está prohibido pegar publicidad en las farolas y las paredes;

distribuir folletos a la salida del metro,

Que los monopatines estropeen el mármol de la plaza de la Virgen

Que las bicicletas circulen por las aceras

Escupir en la calle, tirar corzas de pipas, que se caguen los perros,

Tender la ropa en los balcones, sacudir las alfombras

Y decorar las fachadas con banderas o pancartas

Y jugar en los parques si tienes más de 13 años.

 

Hay quien ya se atreve a pegar poesía en los muros

Pero sólo hablan de amor, y sexo...

Y el amor no salvará a los muertos

No a mis muertos.

 

 

 

 

"Y ahora..."

(Lucía Boscà)

 

              Para Nieves, que murió de cáncer.

             Y para los olvidados, de África, de aquí o de donde sea.

 

Y ahora entre el polvo,
con los pies en ningún lado,
troceada por las hélices de tanto dolor,
sin saber cuál de los dos mundos fue el real,
sin entender muy bien a ésa de entonces, que era yo
y que camino de la universidad lloraba por ti,
sin saber si lloro por tu muerte
o porque tu hija perdió a su madre,
o si es que,
en realidad,
me apena saber que no volverás a sonreírme,
ni a decir
cuánto me querías. A mí.

Ahora, confundiendo todo eso
con el polvo de un continente
delimitado por jirones
de un azul contaminado,
de un azul de ira ,
de un azul de sangre ,
se abaten mis uñas negras bajo

cuerpos cuarteados como montañas, curvas
que perfilan cada espacio de mi alma:
eso es la música
de un infierno
que llaman costumbres.

Y es que no tienen para comer.
La muerte es
el plato de un día -el suyo-
que se escribe entre interrogantes.
Y cuando me dijeron que habías muerto
sólo pude caerme al suelo. Y llorar.
Aunque no sabía bien quién lloraba.
Ni por qué.
Y él no me dejó
sola
ni durante una respiración.
A miles de kilómetros con todos sus problemas
me cogió de la mano. Con su mano negra.

Y ahora soy polvo.

Como tu pelo moreno
bajo una tierra que todo lo ofrece.
Ese todo y nada.

El polvo detiene mis latidos
para que pueda escuchar sus voces.

Y las oigo.

Entre mis pechos tierra y mi espalda blanca,
las escucho.

Son gemidos.

Y queman más que el propio hielo. Se acallan
si sigo respirando,
así que es fácil deshacerse del dolor.
Es fácil ignorar la herida de vientre
que tan lejos nos queda.

La distancia es equiparable
a la de tu muerte,

cuando no pienso en ella.
Y es que basta con mirar hacia arriba,
hacia adelante o hacia abajo,
pero nunca mires hacia un lado
o verás el negro de su piel,
la oscuridad de la noche y de
todas sus carencias.

Y es que ahora mismo está ocurriendo.
Hay, ahora, un dolor de vientre
tan grave como tu cáncer.
Y esta vez es un niño el sujeto,
un niño de mirada carbón
porque no tuvo tiempo de jugar:
le tocó ir al pozo y vender trigo.
Esta vez es una madre. Es un abuelo.

Y en este estado
de no ser ni a pequeños pasos,
de amar a todos aquellos que se han quedado,
de amar a todos aquellos que se han quedado bajo tierra,
entre ella o a la espera de ella,
no consigo entender por qué estás muerta,
no consigo, simplemente, entender.

Así es que con los añicos de mis pocos años
voy juntando vida,
por si en algún momento nos cruzamos
poder regalártela
toda entera.

 

 

 

 

HAIKÚS DE LA IMPOSTURA

(Vicent Penya)

 

Penes i glòries,

oscil·la l’existència

així com pèndol.

 

Paraules buides

de contingut arriben

amplificades.

 

Fa mala espina.

Interroguen amb fúria

els drets humans.

 

Per què no es deixen

imposar el civisme

a colp de bombes?

 

Contradictoris,

perpetren violacions

des de la treva.

 

Hem vist tortures

per canals mediàtics

que ens esgarrifen.

 

Bagdad, Bagdad.

Del mite a l’indubtable.

De l’ara al mai.

 

És clar com l’aigua

que per a omplir espais

no cal buidar-los.

 

La major part

d’activitats cruels queden

sense control.

 

Al capdavall,

vell negoci —i redó!—

el de les armes.

 

Tornar enrere,

contra tots els pronòstics,

no és un avanç.

 

Llamps i trons! I és que

no tenen cap escrúpol

d’empastifar-se.

 

Txetxènia oculta.

La cortina de fum

cala l’horror.

 

Des de les runes

anuncien reformes

falsos profetes.

 

És tan patètica

aquesta democràcia

que exportarem.

 

Valga’m Déu! I ara

per refer la desfeta

caldran cent anys.

 

Deriven greus

responsabilitats

d’irresponsables.

 

És que no aprenen.

Reediten els errors

un colp i un altre.

 

Mesopotàmia

duia aires de llegenda;

ara, de foc.

 

Irresistible

fins a quin punt colpeja

la resistència.

 

Un tel als ulls,

un boç que estreny els llavis

i greu sordesa.

 

El dia a dia

d’aquesta pau fictícia

asseca estímuls.

 

Entra en vigor

un atac preventiu

contra la lògica.

 

Si només foren

errors, no fóra greu.

De sang ens taquen.

 

Cap a on ens menen?

No es distingeix encara

la fi del túnel.

 

En peu de pau

s’enlairen les paraules

cap al no-res.

 

 

HAIKÚS DE LA IMPOSTURA

(Vicent Penya; traducción)

 

Penas y glorias,

oscila la existencia

así como el péndulo.

 

Palabras vacías

de contenido llegan

amplificadas.

 

Da mala espina.

Interrogan con furia

los derechos humanos.

 

Por qué no se dejan

imponer el civismo

a golpe de bombas?

 

Contradictorios,

perpetran violaciones

des de la tregua.

 

Hemos visto torturas

por canales mediáticos

que nos estremecen.

 

Bagdad, Bagdad.

Del mito a lo indudable.

Del ahora al nunca.

 

Claro como el agua:

para llenar espacios

no hay que vaciarlos.

 

La mayor parte

de actividades crueles quedan

sin control.

 

Al fin y al cabo,

viejo negocio —¡y redondo!—

el de las armas.

 

Volver atrás,

contra todo pronóstico,

no es un avance. 

 

¡Rayos y truenos! Y es que

no tienen ningún escrúpulo

de salpicarse.

 

Chechenia oculta.

La cortina de humo

cala el horror.

 

Desde las ruinas

anuncian reformas

falsos profetas.

 

Es tan patética

esta democracia

que exportaremos.

 

¡Válgame Dios! Y ahora

para rehacer lo deshecho

harán falta cien años.

 

Derivan graves

responsabilidades

de irresponsables.

 

Es que no aprenden.

Reeditan los errores

una y otra vez.

 

Mesopotamia

traía aires de leyenda;

ahora, de fuego.

 

Irresistible

hasta qué punto golpea

la resistencia.

 

Un velo en los ojos,

un bozal estrujando los labios

y grave sordera.

 

El día a día

de esta paz ficticia

vacía estímulos.

 

Entra en vigor

un ataque preventivo

contra la lógica.

 

Si sólo fuesen

errores, no sería grave.

De sangre nos manchan.

 

¿Hacia dónde nos llevan?

No se distingue aún

el fin del túnel.

 

En pie de paz

se elevan las palabras

hacia la nada.

 

 

 

 

oraciones sin voz

(Antonio Martínez i Ferrer)

 

un barrizal de excrementos

 

la escalera se alza infinita

sobre la crueldad

 

pasa el fuego

entre los pobres

rompiendo huesos

 

¡cuánto silencio

en las aceras!

 

el dueño reparte espanto

y en soledad

se llega a la tumba

 

los templos ignoran

los vientres de hielo

 

la oración vomita

 

 

 

 

ELS GERANIS

(Begonya Pozo)

 

Sempre tornem al que fórem:

aquells geranis rojos

quasi sense flor

en l’hivern que no arriba.

 

LOS GERANIOS

(Begoña Pozo; traducción de Méndez Rubio)

 

Volvemos a lo que fuimos:

geranios rojos

casi sin flor

en el único invierno

que no llega.

 

 

 

 

LA MAÑANA DEL DESAHUCIO

(Jesús Ge)

 

Las aves rapaces sonreían

                                         ante los escaparates.

Se reflejaban sus dientes en los ojos de los portales.

Caía su saliva sobre charcos de asfalto empobrecido.

Los hijos de la pena

se abrochaban los insultos bajo el pantalón.

Los edificios dejaron de sudar.

Se cosieron bombas alrededor de sus cimientos.

Los abedules de la avenida cerraron sus persianas

ante el espanto de un nuevo día.

Tropezaban las margaritas en el proscenio

al saludar a la ovación monstruosa.

Y el conserje del dolor

mantuvo siempre la misma pregunta.

La pregunta que atormenta.

La pregunta que sofoca el fuego de la vida.

La pregunta que va derribando,

uno a uno, los pilares de la espera.

 

Todo esto pasó

la mañana del desahucio.

 

 

 

 

NUEVO OFICIO

(Pedro Montealegre)

 

Nuevo oficio el de la inscripción. Uno ve perros, pasean por la calle, sus correas rojas de fibra plástica, la mecánica del perro al cruzar la avenida y dejar lo suyo –lo duro– ahí, y la mirada, ahí. Ahí qué es. Ahí qué trama. Ahí ¿estás?  Allí. O Así. Nada de nada. Digan nada. Nuevo oficio el de la inscripción (arrójala, arrojalá). El vuelo –su semilla– (arrójala, arrojalá). El cerebro volviéndose esponja marina (recuerda: es mirilla). La rima te sustenta cuando meas como perro, y sube por el amarillo la idea de errar. Eso es ritmo. Eso es timo. Eso es hijo. Eso hilo. Escúchalo tú, profesional del vuelo. Escúchalo, hijo del pedernal y del granito. Porque estás bendito. Porque estás inscrito. Porque estás solo. Estás solito (y con sustito, como un gatito). Nuevo oficio el de la sedimentación. Nuevo oficio el de la farsa. Nuevo oficio el de la perdición. Nuevo oficio el de ser zarza. Ahora que subes por la herida y supuras, y es pura tu subida, y suturas, y es hermético tu hilo, y es sino, y es vino, lo que sale de allí, entre pliegues, entre cierres, entre formas dolorosas de erres. Porque subes por la palabra y dices abran. Y subes por la onomástica y dices masca. Y subes por el éxtasis y dices ex. Y subes por el ser, y subes por la red, y hay males –lo sabes– y vales lo que sales.

 

 

 

 

Acopio *

(Arturo Borra)

 

Sobre niños sedientos se derraman ríos

blancos. No beben: tienen sus labios

cosidos. Un duraznero se consume

aguardando la sequía con augurios

de bonanza.

 

También la fiebre acopia

vanamente

un futuro. Mientras sus mandatarios

disparan una promesa falsa

alguien acumula paraísos

sobre la indefensión de los tejados.

 

* En Argentina, en la debacle de 2001, los propietarios agrícolas derramaron millones de litros de leche diariamente, mientras la mortalidad infantil por desnutrición se disparó a niveles alarmantes. En España, a pesar de que existen más de 800.000 pisos vacíos, otros propietarios insisten en derrumbar barrios enteros, incluyendo el histórico Cabanyal.

 

 

 

 

Para Putas y Dioses

(Agustín Linuesa)

 

Debe ser terrible

Atorarse con el último bocado de un pez

Saludar al infectado de bostezo

Aconsejar el suicidio de unos pocos

Finalizar la cornucopia de otros tantos,                 también

Ser concebido desprovisto de laringe y cuerdas o labio sencillo

y

sin texto

Pertenecer al vulgo,

Debe ser monstruoso

Tapar con las rasgadas vestiduras de otros tu cuerpo

Descender a los infiernos al menos una vez en la vida y llorar

En los cines y en los nobles cementerios,           concebirse un

Asclepio fulminado y ascenderse después al Olimpo

Es tan aterrador

No conocer rincón ausente de muerte o metralla y

Esforzarse tanto para no seguir las huellas únicas

Autorizar un intelecto quemado y letal

Retener tanta sangre en la memoria inmediata o

Desaparecerse en un gusano cerrado

Arriesgarse en la característica del miedo

Asumir la idea tan deplorable y cierta de que

             Debe ser tan terrible esto,

Al menos tan terrible como        soportar

este poema ordenado

para Putas y Dioses

 

 

 

 

EL TEMPS

(Francesc Rodrigo)

 

Mira el temps com s’empassa voraç

els dies resplendents de la joventut,

i les hores lluminoses s’esborren

en el bardissar de la incertesa.

 

Mira el temps com escombra lent

la superfície tèbia de la pell

i esborra els signes de la innocència,

esvaint les carícies transparents.

 

Mira el temps com surt sigil.lós

de la selva, com un tigre inclement,

que devora la bellesa de les hores

i les transforma en flors marcides.

 

Però tu perseveres

contra els estralls del temps

i, des de l’aixopluc del silenci,

el combats amb l’espasa

encesa dels versos,

-guerrer contra l’oblit-.

 

I, amb l’alfabet del desig,

tatues la nit i la distància

per ferir el temps i eixamplar-lo,

i transformar la solitud en paradís.

 

EL TIEMPO

(Francesc Rodrigo; traducción)

 

Mira el tiempo como engulle voraz

los días resplandecientes de la juventud,

mientras las horas luminosas se borran

en el umbral de la incerteza.

 

Mira el tiempo como barre lento

la superficie tibia de la piel

y borra los signos de la inocencia

desvaneciendo las caricias transparentes.

 

Mira el tiempo como surge sigiloso

de la selva, como un tigre inclemente,

para devorar la belleza de las horas

y transformarlas en flores ya marchitas.

 

Pero tú perseveras

contra los estragos del tiempo,

y desde el refugio del silencio,

lo combates con la espada

encendida de los versos

-guerrero contra el olvido-.

 

Y, con el alfabeto del deseo,

tatúas la noche y la distancia,

para herir el tiempo y ensancharlo

y transformar la soledad en paraíso.

 

 

 

 

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MANUAL  DE LECTURAS RÁPIDAS
PARA LA SUPERVIVENCIA

(Prácticas comunistas y libertarias

de la poesía y la literatura)

www.nodo50.org/mlrs

 

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