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Revelado: Plan secreto para mantener a Irak bajo el control de EEUU

 

Patrick Cockburn / The Independent - Mariátegui
Traducido por Mabel Sarco
 08/07/08

Un trato secreto negociado en Bagdad perpetuaría la ocupación militar norteamericana indefinidamente, sin importar cuál sea el resultado de la elección presidencial norteamericana en noviembre.

Los términos del trato que pende, cuyos detalles fueron filtrados a The Independent, parece que tendrán un efecto político explosivo en Irak. Los funcionarios iraquíes temen que el acuerdo bajo el cual las tropas EEUU ocuparían bases permanentes, conducirían operaciones militares, arrestarían iraquíes y gozarían de inmunidad frente a la ley iraquí, desestabilizará la posición de Irak en Medio Oriente y sentará las bases para un conflicto sin fin en su país.

Pero el acuerdo también amenaza con provocar una crisis política en EEUU. El presidente Bush quiere impulsarlo para fines del próximo mes de modo que pueda declarar una victoria militar y proclamar que su invasión del 2003 fue justificada. Pero, al perpetuar la presencia EEUU en Irak, el establecimiento a largo plazo socavará las promesas del candidato presidencial demócrata nominado, Barack Obama, de retirar las tropas EEUU si es elegido presidente en noviembre.

El momento del acuerdo también ayudará al candidato republicano, John McCain, que ha dicho que Estados Unidos está a un paso de la victoria en Irak -una victoria que, dice, Obama echaría por la borda con una prematura retirada militar.

Actualmente EEUU tiene 151 mil tropas en Irak e, incluso después del proyectado retiro el siguiente mes, el nivel de las tropas estará en más de 142 mil -diez mil más que cuando comenzó la "operación" militar en enero del 2007. Bajo los términos de un nuevo tratado, los norteamericanos retendrán el uso a largo plazo de más de 50 bases en Irak. Los negociadores norteamericanos también están demandando inmunidad de la ley iraquí para las tropas y contratistas EEUU, y mano libre para realizar arrestos y conducir actividades militares en Irak sin consultarle al gobierno de Bagdad.

La naturaleza precisa de las demandas norteamericanas se ha mantenido en secreto hasta ahora. Los trascendidos con seguridad generarán una reacción airada en Irak. "Es una terrible violación de nuestra soberanía", dijo un político iraquí, añadiendo que si se firmaba el trato de seguridad deslegitimizaría al gobierno en Bagdad que se vería como un peón norteamericano.

EEUU ha negado repetidamente que quiera bases permanentes en Irak pero una fuente iraquí dijo: "Esto es un subterfugio táctico". Washington también quiere el control del espacio aéreo iraquí bajo los 29 mil pies y el derecho de seguir su "guerra contra el terror" en Irak, dándole la potestad de arrestar a quien sea y emprender campañas militares sin consulta.

Bush está decidido a forzar al gobierno iraquí para firmar la llamada "alianza estratégica" sin modificaciones, hacia fines del próximo mes. Pero ya está siendo condenada por los iraníes y muchos árabes como el intento continuo norteamericano de dominar la región. Alí Akbar Hashemi Rafsanjani, el poderoso y normalmente moderado líder iraní, dijo ayer que el trato crearía "una ocupación permanente". Añadió: "La esencia de este acuerdo es convertir a los iraquíes en esclavos de los norteamericanos".

Se cree que el primer ministro de Irak, Nuri al-Maliki, personalmente está contra los términos del nuevo pacto pero siente que su gobierno de coalición no puede permanecer en el poder sin el respaldo de EEUU.

El trato también corre el riesgo de exacerbar la guerra por poderes que libran entre Irán y Estados Unidos sobre quién debería tener más influencia en Irak.

No obstante que los ministros iraquíes han dicho que rechazarán cualquier acuerdo que limite la soberanía iraquí, los observadores políticos en Bagdad sospechan que al final firmarán y simplemente quieren poner sus credenciales como defensores de la independencia iraquí mediante un espectáculo de desafío. El único iraquí con la autoridad para detener el trato es el líder espiritual de la mayoría chiíta, Gran Ayatola Alí al-Sistani. En el 2003, forzó a EEUU a llevar a cabo un referéndum sobre la nueva constitución iraquí y la elección de un parlamento. Pero se dice que piensa que una pérdida del apoyo estadounidense debilitaría drásticamente al Irak chiíta, que ganó una mayoría en las elecciones parlamentarias en el 2005.

EEUU se opone de modo inflexible a que el nuevo acuerdo de seguridad se someta a referéndum en Irak, sospechando que no sería aprobado. El influyente clérigo chiíta Muktada al-Sadr ha convocado a sus seguidores a que se manifiesten todos los viernes contra el acuerdo en razón de que compromete la independencia iraquí.

El gobierno iraquí quiere retrasar la firma del acuerdo pero la oficina del vicepresidente Dick Cheney quiere forzarlo. El embajador EEUU en Bagdad, Ryan Crocker, durante semanas ha estado tratando de asegurar el acuerdo.

No es probable que la mayoría de iraquíes acepte la firma de un acuerdo de seguridad, y un trato paralelo que proporcione una base legal para mantener las tropas norteamericanas en Irak. Pero los kurdos, que constituyen un quinto de la población, probablemente favorecerán una presencia norteamericana continua, como los dirigentes sunitas árabes que quieren que las fuerzas EEUU diluyan el poder de los chiítas. La comunidad sunita árabe, que ha apoyado ampliamente una guerra de guerrillas contra la ocupación estadounidense parece estar escindida.


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