¡Libre cultivo de la hoja de coca! ¡Libertad para los presos políticos! 

      
              ¿Reconstruimos o hacemos justicia? 

                 

        Reconstruir es el business(izq.) Julio Favre, Jefe de FORSUR, (medio) Ministro de Educación, Juan Antonio Chang, (der.) Ministro de Economía, José Luis Carranza. (Foto: Andina)

Roberto Aguilar Valera / Mariátegui
 10/09/07

Es el nuevo dilema que el Gobierno, la Gran Prensa y los Empresarios Constructores, ¡Santa Alianza!, promueven y el credo dice así: "En estos críticos momentos, lo más importante es la reconstrucción del pueblo de Ica. Depongamos, pues, nuestras pasiones políticas y dejemos trabajar a la empresa privada ya que, al margen de sus defectos (léase corrupción e ineficacia), siempre es mejor que el Estado. Prefiramos, ¡oh, dolorosa decisión!, la reconstrucción a la justicia"

"Y aprovechemos para privatizar (léase "levantarnos") las propiedades públicas de esa región, digo ¿no?, ya que estamos por ahí…" agrega, como un eructo, el reciclado fujimorista José Chlimper, uno de los invitados a devorarse a la convaleciente Ica.

"¡Amén!", dicen todos en coro.

No estamos en el Fujimorato, ¡pero que genuflexa es la Gran Prensa, ni siquiera disimula! Corrección: voluntariamente genuflexa. Pero, ¿qué más podría hacer? No podría oponerse a si misma, ella es un Gran Capital Privado y con la familia no se choca. Por eso denuncian muy orondos los negociados del gobierno, como con el Ministro aprista Alva Castro y sus patrullas chinas, pero no a las empresas privadas que son cómplices de los arreglos ilegales y de los delitos de la burocracia, es más, hasta les organizan talk shows en sus noticieros para que sollocen ante las cámaras y entre babas acusen: "el gobierno nos violó…".

El Estado renuncia una vez más a su deber como tal y se lo encarga al grupo social que más méritos ha hecho en los últimos veinte años (en su versión extranjera y nacional) para ser calificado casi como el enemigo público número uno del país, al lado del terrorismo y el narcotráfico: los peces gordos de la empresa privada, en este caso: los Constructores. 

Los peces gordos piden incentivos (que los exoneren de impuestos y demás) y todos los que comen de las migajas que caen de sus mesas aplauden y gritan: "¡Mozo, facilidades para los señores!". Y el gobierno dice: "Todo lo que los señores donen a la reconstrucción se deducirá de su impuesto a la renta" Es decir no van a donar nada y quieren adueñarse de Ica aprovechándose de la desesperación del pueblo iqueño (y sin poner un cobre de su bolsillo). Ya quieren privatizar la vivienda (que ni siquiera han construido), el Aeropuerto de Pisco, la carretera Pisco-Ica, el agua potable, etc. ¿Muertos, damnificados, heridos, hambre, enfermedades, etc? "¡Sensiblerías caviares!", dirían ellos.

¿Se puede reconstruir Ica con justicia?, ¿se puede contar con Empresas Privadas que reconstruyan Ica sin privilegios, sin directorios compuestos por buitres y bajo la atenta mirada de la justicia? No estamos condenados a aceptar a Julio Favre y a la banda que este trae consigo: FORSUR. Sí se puede reconstruir Ica con justicia. Los empresarios no son dioses cuya cólera y caprichos hay que soportar y satisfacer a cambio de la benevolencia de sus Capitales (beneficios que hasta ahora sólo se manifiestan en el discurso). 

La Sociedad y el Estado, el pueblo y el gobierno, podrían emprender el proceso de reconstrucció n con mucho menos costo, con más eficacia y con mayor beneficio para ambos. La iniciativa ya partió del Presidente Regional de Ica, enfrentado con el Gobierno porque ha pedido, con justo derecho, liderar la reconstrucción de su región en lugar del FORSUR y también se ha dado cuenta de que el gobierno aprista no va a dar marcha atrás en un negociado en el que este mismo está envuelto, a menos que se vea ante la firme oposición de un pueblo organizado.

Es verdaderamente sintomático de un gobierno aprista que lleguemos a situaciones en que tengamos que preguntarnos si podemos reconstruir un pueblo dentro de los marcos de la justicia. El Perú no parece Macondo, sino el Infierno de Macondo en el que el mismo Satanás ha enloquecido.

 

 

                                                            Mariátegui. La revista de las ideas.