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                 Ramón Chao escribe Los milagros de Cuba inspirado en sus colores y sonidos   


                  

          Foto: EFE


EFE / Mariátegui
 04/12/08


Cuba, su música, su gente sonriente, sus colores y sonidos, y su revolución contra los americanos, que ha perdurado a lo largo de cincuenta años, son el "prodigio" que ha inspirado al escritor Ramón Chao, padre del cantante Manu Chao, para escribir el libro "Los milagros de Cuba". 

"Los milagros de Cuba" (Icaria Editorial) es una mirada a la isla antillana desde los ojos del cariño. La relación sentimental de Chao con el corazón de la tierra del son tiene su origen en la época de su abuela, quien se fue de Galicia a Cuba huyendo de un marido maltratador, y trabajó con un alto funcionario cubano que "le hizo un hijo", sembrando desde entonces en la memoria colectiva de la familia un "amor genético" por la isla. 

Nacido en Villalba, Lugo, pero de vida cotidiana francesa, Chao ha confesado en una entrevista con Efe ser un seguidor de la idea lorquiana de que "para ser buen español hay que ser buen latinoamericano", y ha reconocido sentirse "heredero de un pasado español, sin matices de gloria y sin honra de conquistador". 

"Los milagros de Cuba", ilustrado por el dibujante polaco Wozniak, incluye un CD realizado por su hijo Antoine Chao, musicólogo y músico (ex trompeta de Mano Negra), quienes suman a los textos de Ramón Chao un juego de sensaciones que dan forma a una Cuba "íntima y acogedora". 

El canto de un gallo y la música que suena dentro de alguna "guagua" camino a La Habana, la inconfundible presentación de Radio Reloj o las conversaciones callejeras de niños, mujeres y viejos, son algunos de los sonidos cotidianos que Antoine Chao incluye en la "postal sonora" que acompaña al libro. 

Chao, el escritor, describe la obra como "el objeto más bonito que se ha hecho con textos míos" y aclara que no se trata de un libro "político, ni tampoco encomiástico", aunque se note "un cariño". 

Probablemente sea la píldora del PPG (Policosanol) de la cual se confiesa ferviente seguidor, una de las maravillas que alimentó ese cariño que en el caso de Chao va más allá de lo político, y con gracia anecdótica el escritor cuenta en el libro cómo descubrió los poderes curativos del "viagra cubano". 

"Los milagros de Cuba" es el inicio de una serie de libros sobre los "países emergentes" de América Latina, que continuará con un nuevo viaje hacia Venezuela y, más adelante, Bolivia o Ecuador, lugares a los que prefiere catalogar de "morales" antes que de "revolucionarios". 


Ramón Chao y Wozniak retratan una Cuba idílica

El periodista y el dibujante han colaborado en un libro ilustrado 

Ernest Alós 

El periodista francogallego Ramón Chao no oculta el origen del libro que presentó en el Instituto Francés de Barcelona: nació de una propuesta de Abel Prieto, ministro de Cultura cubano. Ni tampoco su postura ante el régimen cubano. El "milagro" del título de Los milagros de Cuba (Icaria Editorial) es tanto la existencia de Cuba como país independiente como los logros de la revolución de Fidel... como los efectos de una molécula extraída de la caña de azúcar, el PPG, que reduce el colesterol a la vez que anima la líbido. 

Ramón Chao, su hijo Antoine Chao (colega de su hermano Manu en Mano Negra), el dibujante del Canard Enchainé Jacek Wozniak y la diseñadora Majorie Guigue se fueron de viaje por Cuba y del periplo nació un libro ilustrado y complementado con un CD que recoge la banda sonora de las calles de La Habana, Manzanillo y Santiago de Cuba. Incluyendo organillos que, sorpresa, tocan el Clandestino de Manu Chao. 

¿Es un libro político? "Sí, pero no tanto. No hablo del comunismo, cuento lo que hemos vivido. Doy una idea de cómo viven los cubanos, pero eso incluye cómo son el único país del mundo donde es obligatorio estudiar hasta los 18 años, cómo la medicina está al alcance de todo el mundo..." 

El viaje es un retrato costumbrista, un libro ilustrado pero también una experiencia solo apta para incondicionales. Cuestiona la idolatría en torno al Che pero durante el recorrido el visitante francogallego se encara a los cubanos críticos que le salen al paso: "Nos vimos con grupos marginales de música y les pregunté: ¿que reclamáis? Querían vivir como se vive en Occidente. ¿Pero no saben cómo vivirían aquí? Todo lo que llega de Cuba que hace referencia a la disidencia toma una amplitud enorme. ¿Lo de la chica del blog? Pero eso no es nada..." 




                         

 

                         

                




                  


 

 

 

 

 

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