¡Libre cultivo de la hoja de coca! ¡Libertad para los presos políticos! 

      
               Ollanta Humala acusa a Alan García por violación de Derechos Humanos

                 

               Falta de perspectiva. De Ollanta Humala y los partidos de izquierda, quienes  boicotearon la jornada anti imperialista organizada por ellos mismos. (Foto: Pukllaytamunani)

Poniéndose al día con la historia

Dante Castro Arrasco / Mariátegui
 02/12/08


Saludable reacción de Ollanta Humala frente a la nueva maniobra represiva montada por DIRCOTE y la fiscalía. Llamar "violador de los derechos humanos" a Alan García constituye un deslinde claro que no hizo en su anterior campaña electoral. Ha roto un silencio que no le favoreció ante los ojos y oídos de la izquierda peruana, la misma que esperaba esa actitud en la polémica por la segunda vuelta (2006).

Sabemos el capítulo que se viene. Ollanta Humala será acusado por las violaciones a los derechos humanos perpetradas contra campesinos de Madre mía, cuyos familiares lo señalan como el misterioso "Capitán Carlos". Ollanta Humala tiene la oportunidad de aclarar esa situación por el bien de su próxima candidatura.

Un soldado que sirvió al Estado burgués (lo cual no es un orgullo) está obligado a hacer lo que su jefatura máxima le manda. Eso no es secreto. Matar en la guerra es condición ineludible para sobrevivir. Disparar a quien me dispara, es la actitud natural del combatiente. No lo es la tortura y desaparición física de civiles. No lo es la ejecución extrajudicial de heridos y rendidos. No lo es la violación de adolescentes campesinas. No lo es la tortura de sospechosos.

Ollanta no sólo está en la obligación de deslindar con Alan García y de acusarlo por las matanzas de Accomarca, Cayara, El Frontón, Lurigancho, etc., en su primer gobierno 1985-90. La izquierda revolucionaria le exige aclarar su responsabilidad en medio de la guerra y que deslinde también, usando igual energía, con malos militares que perpetraron horrendas acciones genocidas. Esto significa romper con toda concesión a la impunidad y ponerse de parte de miles de peruanos asesinados a sangre fría en nombre del combate al terrorismo. Muertos como los de las fosas de Putis, recientemente descubiertas, son suficiente prueba de una guerra antipopular de tierra arrasada y sin prisioneros.

La oportunidad que perdió
El viernes 21 de noviembre, en pleno congreso de la APEC (Foro de Cooperación Económica Asia Pacífico) y con la ominosa presencia de George Bush en el Perú, se debía efectuar un mitin de masas que concentrara a todos los opositores al imperialismo. Los líderes de los partidos de la izquierda tradicional, se evaporaron por encanto, incluido Ollanta Humala.

La manifestación más raquítica de América Latina contra la presencia del terrorista George Bush, se ha dado en el Perú gracias a la actitud claudicante de quienes estaban obligados a asistir, convocar y movilizar la totalidad de sus fuerzas.

Ollanta Humala, dijo en una reunión con la prensa extranjera que su partido "se sumará" a los actos de protesta contra la política exterior estadounidense, pero no los promoverá, y que en ningún caso marchará ni protestará contra la misma APEC. "No estamos contra la APEC ni estaremos en las protestas contra ese foro", concluyó el presidente del Partido Nacionalista. 

Pues tenía que promover esas acciones, marchar con el pueblo y llamar a toda su militancia a que lo secunden para repudiar activamente la presencia de George Bush. La APEC no era precisamente un foro de demócratas, sino un lavado de cara del neoliberalismo agonizante. No hizo lo que tenía que hacer por razones que ninguno de los ausentes voluntarios quieren explicar.

El diablo siempre paga mal
El imperialismo y su títere de turno, Alan García, no le iban a brindar concesiones a la izquierda tradicional ni al nacionalismo por ese gran favor. Su ausentismo deliberado no pudo aplacar las iras santas de los dueños de poder. Ahora desatan una campaña de persecuciones que empieza por los dirigentes más moderados de la oposición, pero que proseguirá contra las organizaciones contestatarias en general.

Esta cacería de brujas amenaza con generalizarse. El plan es abortar toda iniciativa del pueblo contra los abusos de las transnacionales, la corrupción y el desgobierno, encarcelando a los líderes opositores y desarticulando la creciente protesta popular. Así lo tiene que hacer Alan García para garantizar la paz social en medio de una profunda crisis de poder, en el contexto de la peor catástrofe del capitalismo monopolista y cuando se previslumbra en el horizonte la aplicación de medidas inflacionarias para compensar los efectos de la crisis económica mundial.

Ollanta frente a los resultados de la APEC
Ya sabemos a qué llegaron los presidentes títeres en la APEC. Por lo que a nosotros importa, nos interesa la alianza de Alan García con Chile y las consecuencias que ello acarrea para la economía nacional: la profundización de la chilenización de la economía peruana. La frontera marítima con Chile, al frente de las costas de Tacna, no ha sido discutida con la Bachelet. Capítulo cerrado. La lotización de los cielos del Perú y su uso indiscriminado por un país altamente peligroso a los intereses nacionales, sigue siendo bendecida por nuestro primer mandatario. Ahora Alan García le presenta a la Bachelet, en una bandeja de plata, la cabeza del general EP Edwin Donayre. Un escándalo producido por una grabación irregular ha sido suficiente para descabezar al Ejército. Y esto también es resultado de la APEC, por si no lo sabe Ollanta. En pocas palabras, el dirigente máximo del Partido Nacionalista, previendo tales resultados, debía haberse manifestado contra la APEC como foro de prominentes articuladores del neoliberalismo trasnochado y mesa de negociaciones perjudiciales para todos los peruanos.

Como decía un egregio libertario peruano, don Manuel Gonzáles Prada, hay que romper el pacto infame de hablar a media voz. A Ollanta Humala le ha tocado el turno y no puede eludir esta obligación bajo ninguna circunstancia. La persecución política y el acoso policial son accidentes naturales en la vida de quienes quieren cambiar el mundo. Que tal "novedad" no interfiera en su visión del conjunto.

                         

 

                         

                




                  


 

 

 

 

 

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