¡Libre cultivo de la hoja de coca! ¡Libertad para los presos políticos! 

      
        Mujeres y la Crisis

Aída García Naranjo M / Mariátegui
 03/12/08

Entre los tres encargos por los que el presidente García hizo jurar a su nuevo premier: lucha contra la corrupción, cuidar al país de los embates de la actual crisis financiera internacional y desarrollar políticas para reducir la pobreza; una de ellas (la corrupción) ha quedado a la espera de un plan a 120 días, como si no se tratara que estamos ante un caso de emergencia en el que las muestras de cambio debían ofrecerse desde el primer día; la segunda (efectos de la crisis internacional), se ha convertido en monotema presidencial que sirve para negarse a ver los nubarrones que se ciernen sobre el ambiente, y afirmar la equívoca tesis que estamos "blindados". 

Por tanto, al premier Simon le ha ido quedando como tarea inmediata definir lo que en esta nueva etapa del gobierno aprista se hará frente al problema de la pobreza, una vez hecha distancia del vicioso debate sobre las cifras de reducción que querían transmitir la idea de que este mal se cura solo. En su discurso ante el Congreso dijo al respecto que la derrota de la pobreza "sólo se logrará a través de la implementación de políticas públicas como el desarrollo rural, la ampliación de los servicios públicos, la promoción de la micro y pequeña empresa, la descentralización con equidad y la profesionalización del servicio civil".

Es evidente que uno de los instrumentos y equipo de confianza más importantes que el premier tiene en sus manos para implementar esas nuevas políticas públicas son el sector Agricultura (Carlos Leyton), el sector Salud (Oscar Ugarte) y el MIMDES (Ministerio de la Mujer y el Desarrollo Social), encargado a una ministra de su confianza directa y que tiene como campos de atención: (1) la búsqueda de una mayor equidad de género a través del Ministerio de la Mujer, encargado a Cecilia Aldana y (2) la promoción de desarrollo social de los sectores más postergados y excluidos a través del Ministerio de Desarrollo Social, encargado a Maria Rosa Boggio del cual dependerían PRONAA y FONCODES. 

No hay duda que la pobreza tiene un marcado rostro femenino y está detrás de las prácticas de discriminación que afectan a millones de mujeres. Y también es claro que el carácter masivo de la pobreza y la existencia de grandes concentraciones de población cadenciadas por regiones, y en zonas rurales y urbanas, requieren una acción política del Estado y gran cantidad de recursos para hacerles frente. Ello de partida nos plantea la demanda de un diferente Presupuesto 2009.

En esas condiciones lo que podría esperarse del primer ministro de "centro izquierda" del gobierno aprista de extrema derecha, gira en gran medida de lo que sean capaz de hacer los ministros de Agricultura, Salud y la propia ministra Carmen Vildoso Chirinos al frente de un Ministerio de la Mujer, debilitado y bastante lejos del enfoque y de las ilusiones que se forjaron con su creación. Y aunque sea temprano para una evaluación, lo que se recoge como primera impresión no despierta demasiado entusiasmo. 

Definitivamente la nueva ministra debe estar consciente que su inscripción en el gobierno ya está fuera del compromiso original incumplido por Alan García de un gabinete paritario, cuyo sentido era trasladar al centro del poder una gestión compartida entre hombres y mujeres. 

Esta idea que tuvo algún significado en otras experiencias (España, Chile), se diluyó muy pronto en el Perú, a pesar del notable incremento inicial de ministras mujeres (seis sobre quince, que luego bajó a cuatro sobre dieciséis (25%) y ahora anda en cinco sobre esa misma cantidad: 29%). La decepción, ciertamente, no vino sólo del número, sino del olvido de los temas, enfoques y prioridades que en ese momento interesaban más vivamente a los más grandes colectivos de mujeres: implementación de la ley y la efectiva igualdad de oportunidades, más Centros de Emergencia Mujer (CEM) perfeccionamiento de la ley de cuotas con alternancia de género o mandato de posición para la participación política, medidas contra la discriminación en el trabajo especialmente en sectores con alta concentración femenina (textiles, agroindustria), situación y cumplimiento de la Ley de las trabajadoras domésticas, recursos para los programas sociales alimentarios, reparación para mujeres afectadas por la violencia política, protección contra la violencia doméstica y social y planes nacionales pendientes de culminar (Trata de Personas y II Plan Nacional contra la Violencia, etc.) Nada de esto ha estado en la preocupación ni de las ministras ni de los ministros en más de dos años de gobierno, ni tampoco en los mensajes de la nueva gestión. 

¿Hará algo sobre ello la ministra Vildoso? 

En las entrevistas para el diario "La República" (04.11.08) y "El Comercio" (10.11.08), la ministra presenta algunas prioridades acerca de su gestión: 
- Que el MIMDES sea una plataforma para influir en otras instancias del Estado sobre el tratamiento de los derechos de las mujeres y la equidad de género, y que se suscriban convenios referidos a estos aspectos; 
- Que por decreto, con propuestas de normas (algunas de las cuales deberán pasar por el Congreso), se establezcan cursos sobre equidad de género y derechos de la mujer en los ministerios de Defensa (fuerzas armadas) e Interior (policía) dentro del proceso de formación de su personal;
- Que se modifique la ley de paternidad para que los varones puedan tomar licencias de 3 a 5 días, por nacimiento de sus hijos; (propuestas por detrás de iniciativas en curso sobre responsabilidades familiares compartidas)
- Que el viceministerio de Desarrollo Social impulse una estrategia de seguridad alimentaria a través de sus organismos descentralizados como FONCODES y PRONAA evitando dispersarse en pequeñas obras e inversiones;
- Que se mantendrá la prórroga en la descentralización de FONCODES todo el 2009 y se seguirá evaluando la permanencia de Carlos Arana, no por el factor político (o moral) sino por su capacidad para el cargo; (pese a que reconoce, que por su perfil debería estar en el sector Vivienda);
- Que los malos manejos en PRONAA son pequeños en realidad y que no ve razones para cambiar al jefe del organismo; 
- Que no sabe con qué presupuesto se atenderá los desayunos escolares, los comedores populares, el vaso de leche, y que las organizaciones deberán entregarle nuevos padrones para poder conversar con el MEF; 
- Que le cree al ministro de Economía cuando dijo ante representantes de Naciones Unidas que no habría recorte en la inversión social;

Se puede concluir que la propuesta es sumamente limitada y no se conjuga con el encargo de profundizar el combate a la pobreza del gabinete Simon, lo que apunta a convertirse en nueva promesa incumplida, pero también de que se trata de una clamorosa ausencia de ideas nueva, y compromisos de nuevos rumbos en la política del sector. 

En términos de equidad no hay ideas movilizadoras de las mujeres ni ofertas de compromiso con las principales organizaciones femeninas. Y en el aspecto de desarrollo social no sólo se afecta el proceso de descentralización y democratización del uso de los recursos de inversión social sino que se duda abiertamente en poner a un lado a los operadores que el partido aprista colocó en organismos con importante poder económico y político como son el PRONAA y FONCODES, en una situación en donde además el FONCODES tiene la "discrecionalidad de decidir que proyector y a que Municipios apoya al margen de los fueros de decisión locales-municipales. 

Como programa de gestión las primeras ofertas de Carmen Vildoso no son prometedoras. Esperábamos más. Seguiremos atentas a su gestión, luego del penoso paso de las ministras Borra y Pinilla por ese mismo despacho. 



                         

 

                         

                




                  


 

 

 

 

 

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