¡Libre cultivo de la hoja de coca! ¡Libertad para los presos políticos! 

      
                  Los Culpables del Crimen de Uchuraccay

                    

     

Para nunca olvidar

Dante Castro / Mariátegui
 13/02/08

Fue un 27 de enero de 1983. La matanza de periodistas en Uchuraccay enlutó más a nuestra generación. Ya veníamos conociendo los primeros resultados de los operativos de los Sinchis, el escuadrón antisuvbersivo de la Guardia Civil (GC). Esos operativos terminaban con la muerte y la desaparición de decenas de campesinos, con la prisión y tortura de estudiantes y maestros. Pero no sabíamos que la intervención de las Fuerzas Armadas en el conflicto interno implicaría condenar a muerte a profesionales de la prensa.

Responsables y Responsabilidades:

La táctica de usar población civil para que suplante a soldados en el conflicto, convirtiendo a campesinos en combatientes de primera línea, fue empleada mucho antes en Guatemala. Esa táctica exige matar a quien venga a la comunidad, a quien transite los caminos, al que pase por ahí y no sea conocido. Hasta aquí llegaron las investigaciones de la CVR, muy similares a los resultados de la comisión Vargas Llosa. 

Resulta sospechoso que el informe de la CVR alivie la carga de la prueba a quienes tenían el control militar de la zona. Resumiendo, dice en pocas palabras: fueron los campesinos y no los podemos condenar porque fueron obligados a hacerlo, al margen de su voluntad. 

¿Y por qué no se señalan las responsabilidades políticas de aquel que manda a matar?
Si absuelven al que mata, ¿también perdonan al que manda a matar?... ¿Desde cuando?...

Anteriores asesinatos de supuestos senderistas se habían perpetrado meses o semanas antes en comunidades de Iquicha, como Huaychao. El presidente Belaunde felicitó a los campesinos por su participación en la lucha antisubversiva. Con esto se daba patente y derechos a quienes quisieran matar. No había necesidad de tribunales, ni de la dación de una ley de pena de muerte. La legislación sobraba.

Lo que no nos cuadra es la absolución de los servicios de inteligencia del Ejército y de la Marina, máxime si ésta última tenía presencia en Huanta. Diversas fotos en distintos medios de prensa delataban a elementos de Inteligencia entre el campesinado. Campesinos emponchados y con chullos, todos quechua hablantes, todos ellos pobres. Pero entre éstos habían super cholos con relojes de uso común en la Marina de Guerra, por supuesto, ataviados de paisano. 

Demostramos Responsabilidad de las FFAA:

El general Luis Cisneros Vizquerra, entonces Ministro de Guerra del segundo belaundismo, le respondió a Raúl Gonzáles, entrevistador de Qué Hacer: 

"Lo que se acabaría es el que la prensa pueda llegar con la facilidad con que llega y pueda terminar haciendo apologías. Se delimitaría una zona donde no ingresarían... (Qué Hacer, N° 20, enero de 1983)

En el N° 21 de Qué Hacer, en febrero de 1983, ya nos estaban describiendo la muerte de ocho periodistas en Uchuraccay. Fue un plazo demasiado corto el que corrió desde las declaraciones de "el gaucho" hasta la perpetración del delito. De un número a otro de la revista, la historia del Perú cambiaba radicalmente a favor de la impunidad absoluta y en contra de la tan proclamada libertad de expresión e información. ¡Qué manera de delimitar los espacios!

Conclusiones:

La responsabilidad de los crímenes que cometen miembros de las FFAA y FFPP le corresponde a los autores por dolo, violencia, error u omisión. Uno es el que mata con sus manos, otro es quien ordena matar y otro más es quien permite que se implemente una guerra de "baja intensidad" con las características descritas. El general Clemente Noel Moral no ha sido condenado por este delito. Luego vino a ocupar su lugar el general Huamán centeno, quien también aplicó la receta de tierra arrasada. Los torpes de la izquierda tradicional quisieron ver en Huamán Centeno a un iluminado "progresista", pero no era más que otro genocida. Paralelamente, ningún alto oficial de la Marina de Guerra del Perú ha sido procesado por sus incontables crímenes en Huanta. El encubrimiento de la Comisión Vargas Llosa y el consentimiento del presidente Fernando Belaunde Terry oficializaron un modo perverso de combatir a la subversión. Justamente es Fernando Belaunde el principal culpable por ser jefe supremo de las Fuerzas Armadas. Él no desconocía la aplicación de estos planes. Que no nos vengan con el viejo cuento: "lo hicieron los indiecitos ignorantes". Ya conoce el público las declaraciones del general Cisneros Vizquerra días antes del asesinato de los 8 periodistas en Uchuraccay.


 

                                                            Mariátegui. La revista de las ideas.