¡Libre cultivo de la hoja de coca! ¡Libertad para los presos políticos! 

      
                 La Copa América desde Argentina 

                  

La insoportable levedad de verte por TV 

Víctor Ego Ducrot / Agencia Periodística del Mercosur - Mariátegui
Desde Buenos Aires 
 27/07/07

La paciencia tuvo que ser. Apenas balbucean en su especialidad. ¿Por qué encima se las dan de opinadores políticos? A ciertos enviados de la tele gaucha habría que sacarles tarjeta roja. 

El tango esta vez bailó al ritmo de samba. Por suerte para los argentinos no fueron más de tres. Otra vez Brasil puso las cosas en su lugar. Son los mejores, y como decían los niños de mi ciudad cuando jugaban a las escondidas, punto y coma el que no se escondió se embroma. Perdimos y a otra cosa. 

Vayamos ahora al tema que queríamos tratar. Como el fútbol concita la atención (y la pasión) de millones de seres humanos en todo el planeta, las grandes cadenas de televisión no pierden la oportunidad de hacer aquello más les gusta hacer: facturar gigantescas sumas en dólares en concepto de publicidad y contrabandear mensajes políticos, las más de las veces sin siquiera constatar si lo que dicen se ajusta a la realidad, un trámite que se enseña a cumplir en las más elementales escuelas de periodismo.

La transmisión en directo de la Copa América Venezuela 2007 fue hegemonizada aquí por el Canal 13 de aire y la señalTorneos y Competencias, en el cable.

De una forma u otra, detrás de esos grandes emprendimientos siempre se encuentra el poderoso consorcio mediático del Grupo Clarín, el mismo que en las últimas semanas recrudeció su política editorial contra el gobierno de Néstor Kirchner porque están en juego gigantescos negocios en torno al papel prensa y al proceso de digitalización en la TV. Pero eso es harina de otro costal.

El Canal 13 -de propiedad directa del Grupo Clarín- cuenta con un comentarista estrella que hace décadas le explica a los "idiotas" televidentes que, por ejemplo, la pelota se estrelló en un palo del arco rival, unos segundos después que millones de "idiotas" vieron justamente eso, como la pelota se estrellaba en un palo. Sus sesudos análisis sólo compiten con sus silencios, toda vez que - y con mucha frecuencia - el tablero del fútbol se ve invadido por actos de violencia, corrupción y entuertos con el poder político.

Por su parte, Torneos y Competencias hizo un despliegue monumental, con periodistas, técnicos y productores distribuidos a lo largo y a lo ancho de toda la Copa América.

Entre los primeros se "destacaron" algunas voces juveniles y chillonas que, entre relator y comentarista, competían a la hora de afirmar sandeces; sandeces que, en términos objetivos, fueron funcionales a la campaña que las grandes corporaciones mediáticas y la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) se esfuerzan en desplegar contra Venezuela, después que el gobierno del presidente Hugo Chávez apelara a la Constitución y a las leyes de su país para no renovarle la concesión a la cadena RCTV.

Entre las joyitas de esa corona de lata mediático - futbolística se pueden citar las siguientes: "que barbaridad, parece que el gobierno castrista repartió entradas para que estén llenos los estadios"; "estamos en una país en el que la libertad de expresión esta bajo sospecha"; "tené cuidado que aquí hay más policías que gente"; "ja, ja, mirá a estos venezolanos que no entienden nada"; "y…aquí la gente va a la cancha para criticar a Chávez"…y la enumeración podría seguir, pero proponemos deteneros en las mencionadas hasta aquí.

Parece que los amigos relator y comentarista no saben que en Venezuela no gobierna Fidel Castro sino Hugo Chávez….o será que el vocablo "castrista" fue utilizado, una vez más, con intención descalificadora.

Efectivamente, esa siempre fue la semántica de la SIP, que ya huele a viejo, a aquellas campañas de la pasada década del ´60, cuando estaban de moda los reportajes de revistas como Life y Selecciones, ambas instrumentos de la inteligencia estadounidense en tiempo de la llamada guerra fría.

¿En qué quedamos, los estadios se colmaron gracias a las entradas repartidas por el gobierno o por las masas de indignados venezolanos que aprovecharon las gradas para manifestarse contra el presidente Chávez?

¿Y si los estadios se transformaron en tribunas antigubernamentales, en donde queda entonces la teoría de la falta de libertad de expresión?

Sin lugar a dudas, estos jóvenes relatores y comentaristas adolecen de severos problemas en lo más elemental de la estructura lógica, y en ese sentido merecen atención y criterio comprensivo, pero por qué los televidentes -que no son idiotas - deben ser sometidos a semejante agresión.

Sucede, y esto que sigue no debe quedar en el tintero, que esas expresiones como las otras ya citadas, esconden un trasfondo aún más grave que el que surge de la obvia desinformación que padece cierta clase de periodistas deportivos: esconden un tan profundo como ignorante y ofensivo desprecio por lo distinto, por lo que no se conoce.

Esos son los mensajes preferidos por la estrategia manipuladora de las grandes corporaciones mediáticas.

En el fondo, y más allá del disgusto futbolero de los argentinos, la Copa América dejó una enseñanza que poco tiene que ver con el arte de la pelota: cuando los consorcios periodísticos hablen de democracia y libertad de expresión, no les creamos, o por lo menos detengámonos a pensar…en qué andarán estos muchachos.

                                                            Mariátegui. La revista de las ideas.