¡Libre cultivo de la hoja de coca! ¡Libertad para los presos políticos! 

      
                                                                  Coca y Mundo Andino 

El Tawantisuyo y la colonización.

La organización incaica , impulsada por la elite de Qosqo (Cuzco), había desarrollado antes de la colonización española un sistema de comunicaciones muy eficiente, con caminos, puentes colgantes y escalinatas trabajadas en piedra, atravesando los altos Andes y los desiertos costeros que recorrían por igual los veloces "chasquis , correos de apie", como los define el Vocabulario de la Lengua General de Todo el Perú..." (Gonzalez Holguín ,1608). El escaso territorio agrícola estaba debidamente aprovechado mediante obras de irrigación y sistema de andenes . Distribuidos en el territorio, existían depósitos de alimentos fundamentales, ropas y armas. Nada de lo logrado con el continuado esfuerzo habría sido posible sin el sostenimiento de la coca que seguraba el cuidado religioso de la Pachamama, la Madre Tierra.

Al entrar a Kusku o Qosqo (Cuzco), los españoles encontraron por ello, junto al maíz, que le llamaban en quechua sara , dos variedades de coca : mamox coca (Erythroxylum coca en Lamarck), de la vertiente oriental de los Andes, y tupa coca (Erythoxylum novograntense, identificada por Morris), más pequeña, reservada para el Inka, llevada a Qosqo incluso desde Simbal, en Trujillo (costa norte del Perú, en la vertiente del Pacífico) Granos de un maíz selecto y hojas de coca componían el Tupa cocao (viático del Inka), la alimentación de emergencia, que aseguraba el ánimo y la resistencia a los chasquis y viajeros.

Los españoles y la coca.

La costumbre del coqueo fue vista con malos ojos por los colonizadores. El considerado apostol de los Indios, Fray Bartolomé de las Casas, reconoció que la practicaban "por salud y mantenimiento", pero registró que ¨daba grande asco verlos, a nosotros digo". La Iglesia Católica, mediante el Segundo Concilio Limense, intentó prohibirla en 1567, por estar intimamente unida a la religiosidad andina, pero de inmediato un consultor político de esas épocas objetó : "querer que no haya coca es querer que no haya Perú" (Matienzo, 1567), pensando en la productividad del trabajo indígena que había asegurado el apogeo de Potosí. Fue así como se consagró una distancia entre runas y mistis(mestizos).

Al comenzar el siglo XVII, en sus Comentarios Reales, el Inca Garcilaso de la Vega consignó las virtudes y los prejuicios existentes en torno a la coca. Por ello durante la dominación española se mantuvo la distancia social de la coca y de los coqueros por ser "cosa de indios", de la cual la Iglesia y la Corona, sinembargo, recibieron ingentes beneficios.

A finales del s. XVIII se volvió a discutir si su uso era "vicioso, o era útil a los Naturales", motivo que llevó al doctor Hipólito Unanue, gran figura de la medicina peruana, a responder con su "Disertación sobre el aspecto, cultivo, comercio y virtudes de la famosa planta del Perú nombrada Coca" publicada en Mercurio Peruano en 1794, donde la definió como"architónico del reino vegetal". 

Años más tarde se publicaría en los Estados Unidos el primer informe médico peruano mediante la "Communication to Mr. Mitchil"del mismo doctor Unanue, publicada en American Journal Sciences and Arts (New Haven,1821),artículo que está al origen del interés norteamericano en la planta peruana.

Le correspondería finalmente al doctor Paolo Mantegazza, personaje de la historia de la Medicina en Italia , anunciarle sus propiedades a Europa con su ensayo premiado Sulle virtio igieniche e medicinale della Coca, a sugli alimenti nervosi in generale (Milan,1859). Viajeros notables, como el general Miller (1828), J.J.von Tschudi(1853) y sir Clements Markham (1862), comprobaron y dieron testimonio de sus virtudes, recomendando su empleo. Poco después un médico peruano, el doctor Tomás Moreno y Maíz, esta vez en Francia, informó de sus investigaciones publicando Recherches Chimiques et physiologiques sur l'Érythroxylum Coca du Pérou et la cocaine (Paris,1868).

Acogida industrial.

Mientras en el Perú se seguía ignorando a la coca, la medicina experimental del siglo pasado le había recibido con entusiasmo debido a los diversos informes, publicados tanto en Norte América como en Europa, que propiciaron su industrialización. Los recuerdos sobran de su acogida industrial: Parke,Davis & Co. en Detroit ; Angelo Mariani en Paris; E.Merck en Darmstad, crearon distintas líneas de productos con coca y el genio de Pemberton daría como resultado la Coca Cola en Atlanta.

Psiquiatría y mundo andino.

En 1860 el químico Albert Niemann dió conocer el alcaloide extraído de la planta, que fue considerado como "la sustancia activa". Su uso fue preconizado especialmente por Sigmund Freud (1884), asumiendo que daba razón de todas las propiedades reconocidas a la planta. Satanizada la cocaína por Erlenmeyer (1885), quien acuñó la expresión de " tercer flagelo", debido a públicos casos de abuso e intoxicaciones agudas, dió pié para que Emil Kraepelin, en su manual fundador de la Psiquiatría, como especialidad médica, juzgara que su consumo habitual constituía una "intoxicación crónica" y su apetencia una "toxicomanía".

El sofisma quedó planteado:

Puesto que la sustancia activa de la coca "intoxicaba" jy la hoja de coca la contenía, consumir habitualmente hojas de coca era también una un "intoxicación crónica".

En igual forma se amplio la "psicopatología" del alcohol y del opio,cuyo uso moderado respaldaba la medicina.

En el caso de la coca Kraepelin se apoyaba en un presunto conocimiento médico peruano de los males derivados del su uso, siendo verdad lo contrario. La misma Facultad de Medicina de San Fernando había emitido , a través de una Comisión especial (Ulloa,Colunga y Rios,1888) ,un informe favorable a la coca y a la misma cocaína.

De toda esta etapa médica que fue echada posteriormente al olvido, dió cuenta el médico e historiador de Nueva York, doctor Golden W. Mortimer , con su clásico libro Peru, History of Coca, The "divine plant" of the Incas (1901), que en una versión abreviada, recogiendo los aspectos médicos, fue traducida al francés en 1904 . No deja de sorprender que la formidable obra de Mortimer no haya sido traducida al español, pese a sus reediciones recientes, en San Francisco(1974) y en Paris(1992) respectivamente

El prejuiciado fallo de Kraepelin no tardó en llegar al alcanzar al continente americano. La psiquiatría proporcionó entonces (y mantiene hoy día) el "racional" del prohibicionismo de los Estados Unidos y sirve de doctrina al controlismo colonialista, por lo que ya en 1906 se limitó severamente el uso industrial de hojas de coca, quedando practicamente la Coca Cola como la única firma autorizada, dado que "descocainizaba" las hojas desde 1903, como presumiblemente lo sigue haciendo hoy día con el medio millon de kilos que acostumbra comprar anualmente en Bolivia o Perú. La cocaína extraída es presumiblemente aprovechada por laboratorios autorizados e incluso por su intermedio se exporta para usos tolerados.

La escuela psiquiatrica en Lima.

En 1913, el mismo año que el Perú se adhirió a la llamada Convención del Opio (La Haya,1912) , en cuya elaboración no había participado, desatando la lucha contra "la cocaína y sus sales",el reconocido padre de la Psiquiatría peruana, doctor Hermilio Valdizán, publicó en La Crónica Médica de Lima su aporte fundante del descrédito moderno de la coca que mantiene la O.M.S. Con el título de "El cocainismo y la raza indígena", sin revisar los antecedentes médicos , pero partiendo de los dicho por Kraepelin, pretendió dar cuenta de los males aludidos atribuyéndole parte de la responsabilidad en la "degeneración indígena". La Disertación del doctor Unanue era recordada como "un estudio agronómico" que habría tenido como título "El cultivo de la coca"(sic) . El prestigio logrado por el doctor Valdizán en los años siguientes (ocupó la creada cátedra de Psiquiatría de la Facultad de la Universidad Mayor de San Marcos durante una década), avaló el olvido de su historia médica, de lo que se valió la Comisión de las Naciones Unidas (1950) que omitió en su bibliografía anotada todos los informes médicos peruanos de los que hemos dado cuenta. Respecto a la obra de Mortimer anotaba el antologista P.O.Wolf:" puede pasarse por alto"

El caso de la hoja de coca, perfectamente documentado, pues lo actuado en instancias internacionales ha quedado por escrito en el expediente que iniciara el Gobierno del Perú en 1947 al abrigo del "prejuicio de la duda"( Mortimer,1901), puede ejemplificar el tipo de revisión que debiera hacerse igualmente con otros grandes cultivos, como el cáñamo y el opio.
                                                                            

                                                                  mariategui@riseup.net