¡Libre cultivo de la hoja de coca! ¡Libertad para los presos políticos! 

      
                                                                   Cocaína 1880 - 1950

Abogar por la reforma de las leyes sobre drogas, auspiciando trabajos académicos analíticos que muestren en diferentes contextos el trasfondo político, social y económico de cada una de ellas, es una entre otras apreciables labores llevadas adelante por The Lindesmith Center, creación de George Soros, a cargo de la reconocida autoridad de Ethan Nadelmann , consagrado analista político desde que , en el verano de 1988, adquiriera notoriedad con un brillante artículo publicado en Foreing Policy . En éste, luego de señalar las negativas consecuencias económicas, políticas y sociales de la política contra las drogas imperante, calificaba a la prohibición como una mala exportación de los Estados Unidos y proponía considerar enfoques alternativos.Ethan Nadelmann visitó Lima en 1993, con motivo de la conferencia internacional organizada por la Comisión Andina de Juristas, registrándose, en la publicación resultante , la traducción de otro pormenorizado análisis suyo que, con el título "Pensando seriamente en alternativas a la prohibición de las drogas", publicó originalmente en DAEDALUS, Journal of the American Academy of Arts ans Sciences (1992, Vol. 121, Nº3). 

En él, contando con el financiamiento de la Fundación Smart Family y apoyo de la Fundación Ford y de la F. Robert C.Linnell, se tomaba a la americana todo el tiempo necesario para darle mil vueltas al tema y terminar proponiendo , ingenuamente diría yo , "un sistema de distribución de pedidos por correo" que reconocía Nadelmann "es fácil blanco de burlas de parte de aquellos que tienen poco interés en pensar seriamente sobre alternativas a la prohibición de las drogas". Agregaré de mi parte que no sólo de ellos. Atendiendo, como el reconocía, a los "prohibicionistas progresistas y los legalizadores de toda índole", la solución sugerida me parecía y me sigue pareciendo provinciana y escapista, pues sólo se refería a la problemática de las drogas en los Estados Unidos, cuando a todos nos afecta, en la aldea global, la política americana. En cualquier caso , la venida de Nadelmann le debió poner al tanto de los que sobre el tema veníamos pensando en Lima, gracias justamente a la Comisión Andina de Juristas. La gigantesca confusión lograda por la jerga psiquiátrica sobre substancias psicoactivas, mediante su estigmatizador lenguaje psicopatologizante, que asume la "adicción" como una "enfermedad mental" , no permite distinguir entre saludables plantas y peligrosas drogas , ni entre usos y "abusos" . 

Tal perspectiva bloquea la alternativa real de fundamentar la propuesta en la información científica puesta al día, superando el cuento de horror psiquiátrico que obnubila la conciencia pública. Hace unas semanas agradecí el envío del libro Cocaine, Global histories (Routledge, London and New York, 1999) editado por el profesor Paul Gootenberg y prologado por el mismo Nadelmann. Es el ilustrativo resultado de una reunión de investigadores auspiciada por la Russel Sage Foundation y The Lindesmith Center, realizada hace dos años en Nueva York , sobre historias de la cocaína entre 1880 y 1950.. Gracias a la amabilidad de un participante pude anteriormente aprovechar los informes compartidos y que han servido de base para la presente publicación. Incluso tuve oportunidad de informar sobre su variedad y dispersión, puesto que iban desde la complicada trama que llevó a la virtual prohibición de la cocaína dentro de los Estados Unidos, pasando por la relación entre sexo y cocaína en el londinense West End nocturno, hasta el cultivo de la coca y la producción de cocaína en el sur este asiático. Comenté en especial el informe de Paul Gootenberg que, con el título "Renuencia o resistencia" pretendía adivinar en la actitud del gobierno del Perú, que según él sólo se habría incorporado a la cruzada mundial lanzada en La Haya (1912) al suscribirse el Tratado de Versalles, una consciente estrategia defensiva de nuestro recurso natural, en la cual , personalmente, sólo veía negligencia y sumisión a las potencias mundiales ("La Historia de la cocaína", El Peruano, 27-8-97).

La publicación definitiva , con la que se enriquece notablemente la historia de la cocaína legal, merece sin embargo , desde el punto de vista andino, algunas consideraciones críticas. Si bien es cierto que nadie podrá negar el esfuerzo sistemático realizado por Gootenberg y colaboradores en desentrañar la historia de la cocaína legal entre 1880 y 1950, labor que en el Perú es para el autor "intrínseca e intrigantemente detectivesca" (¿dónde no?- pregunto yo- puesto que reconoce igualmente la restricción de información en los Estados Unidos), llama la atención el vacío existente sobre la naturaleza psiquiátrica de la versión que le prestó respetabilidad internacional a simples prejuicios, como eran los "daños" atribuídos a los productos de coca por contener cocaína. La exclusión es especialmente notable dada la expresa pretensión de Gootenberg de haber "desenmarañado el torbellino de los procesos ocultos que dramáticamente y finalmente, en los tardíos años cuarenta, criminalizaron la cocaína en el Perú" . Pese a tomar como "fuente primaria" (?) la revisión de Joseph Gagliano, Coca Prohibition in Peru (1994), donde aparece claramente Hermilio Valdizán y su prédica en el origen de la posterior prohibición, Gootenberg no consigna siquiera su nombre, como tampoco se interesa en precisar la naturaleza de la discrepancia que se diera entre Gutiérrez Noriega y Carlos Monge, a quienes califica por igual de científicos. Por otro lado, al mencionar el Informe de la Comisión de Estudio de la Hoja de Coca de las Naciones Unidas, pieza central para la internacionalización de la prohibición, descuida el autor mencionar todas sus limitaciones, pese a la críticas ya hechas públicamente y parece avalarlo cuando sostiene que Monge, "aparte de reclamar estudios científicos adicionales no se opuso en forma sustantiva al informe". Olvida igualmente precisar que el juicio final fue dado por el Comité de Expertos en Drogas Susceptibles de Engendrar Toxicomanía de la Organizaciòn Mundial de la Salud.

Curiosa coincidencia en verdad. Todos los autores, incluyendo a Nadelmann como autor del prólogo, siguen ciegos a la distinción entre la información médica y la versión psiquiátrica, escondiendo por igual el rol de la OMS en la definición del "problema". Tan es así que el mismo Gootenberg se refiere a la "adicción" como un paradigma "medicalizado", como si el trabajo académico gringo tratara de escamotear la diferencia fundamental que, justamente, podría llevar a la reconsideración integral de las sustancias psicoactivas y a la solución de los problemas creados por el prohibicionismo beligerante del Congreso y la Casa Blanca. 



                                                                  
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