¡Libre cultivo de la hoja de coca! ¡Libertad para los presos políticos! 

      
                
En Defensa de Virly Torres, Embajadora Bolivariana

                 

         Dignidad diplomática. La encargada de negocios venezolana (izq.) en Lima resiste estoicamente las calumnias e insultos de los medios de desinformación y políticos peruanos.

Macarthismo tarifado contra Venezuela

"Los perros, ladran, Sancho: señal de que avanzamos" 
Cervantes: Don Quijote

Winston Orrillo / Mariátegui
 27/07/07

Cuarto 402, cama B. Centro Clínico, en Lima, Perú. Despierto luego de una anestesia. Operación de Cirugía, creo que no muy complicada. Medio en sombras, aún, empiezo a discurrir, luego de que me alcanzan una revista bataclanesca (menos mal que traje mi lap-top, pues, de otro modo, estas reflexiones, en altas palabras, se hubieran perdido).

Y, entonces con la mejor buena voluntad, empieza uno a preguntarse ¿por qué el encono, por qué el ataque artero, por qué la grita desaforada que, contra Venezuela Bolivariana, ha emprendido, de un tiempo a esta parte, la jauría entera de la derecha, la ultraderecha fascista, y sus turiferarios y tarifados fámulos de los medios de (in) comunicación social? 

¿Por qué las celestinas, los tartufos, los AlCapones de la prensa escrita, radial y televisada que medra en nuestro país, y que son el Coro (poco original) de las trasnacionales mediáticas; por qué esa morralla de androides tiene, en una suerte de Cantata o Sinfonía Concertante, la puntería puesta contra la Patria del Comandante Hugo Chávez? 

¿Por qué, ellos, que hacen del silencio culposo y culpable su mejor estilo, desenvainan las lenguas triperinas y las calumnias más desopilantes contra un país que labra su futuro y, como es natural, intenta ayudar a sus hermanos de idioma y vicisitudes a dejar atrás su secular condición de humillados y ofendidos? 

¿Por qué todo esto, sino porque desde los llanos de Venezuela, y habiendo partido desde la Sierra Maestra, se viene un huracán que está cambiando la historia de derrotas y continuas calamidades que azotaban a nuestras dolorosas repúblicas de América (Martí dixit).

Porque la historia ya no es más protagonizada solo por los sátrapas, por los vendidos, por los sicarios, por los tránsfugas, por los que hacían un trabajo de proxenetas con sus patrias, una vez tomado por asalto el poder. 

Porque se ha tenido que resemantizar términos, y vocablos engolados como aquellos de "democracia", "popular" "revolucionario" y "libertad", entre otros, que han tenido , por fin, que ceñirse a sus verdaderas y auténticas significaciones. (Solo imaginemos lo dadaísta que era el Partido "Popular" de España, que capitaneaba el fascista en miniatura Aznar; y hasta, en nuestro Perú, "de metal y melancolía", hay un Partido "Popular" Cristiano, refugio de empresarios y depredadores de toda calaña). 

Y esta vez le tocó el turno a la dignísima Encargada de Negocios ad ínterim de Venezuela, Virly Torres, a la que no nos equivocamos al llamar Embajadora, porque eso es lo que es: reemplaza al Jefe de la Misión Diplomática, y, además, soporta la arremetida de la manada de búfalos del Gobierno que, para que la cosa quede clara, digitan un artículo que, diz que difamatorio, aparece en una de las revistas peruanas que, otrora, blasonaba de defensora de la democracia, y ahora no es sino portavoz de los más resobados clichés del State Department: Caretas, que, en realidad, eso es lo que es: la careta detrás de la que se esconden los intereses creados de un descendiente de la burguesía de provincias, de Arequipa, para mayores señas: un tal Enrique Zileri Gibson, descendiente de un apreciable poeta que, por cierto, no tiene la culpa de que su nieto se arrastre, sin vergüenza alguna -tragos van tragos vienen- entre los albañales del anticomunismo, del anticastrismo, del antichavismo de hogaño. 

Es decir, un maccarthista de dos por medio, que no vacila en repetir las estolideces del Gobierno de turno, que quiere echarle la culpa de su desgobierno, al "chavismo", a los círculos bolivarianos, y a todas las entidades culturales y de solidaridad que, como es natural, florecen en los pueblos hermanos: ¿alguien se rasga las vestiduras por los institutos culturales peruano-norteamericanos, peruano-alemanes, peruano-chinos, peruano-británicos? 

Cada uno de ellos hace difusión de las bondades de sus madres-patrias: ¡Perogrullo!

Solo a la estulticia aprista y, por cierto, a todos los que, por órdenes directas del Departamento de Estado Norteamericano, atacan a la Patria de Bolívar, puede ocurrírsele tamaño despropósito.

El detonante fue la aparición del ALBA. Claro que sí. Cómo les va a gustar el ALBA a los que son hijos putativos de la noche, y cuyos propósitos -implícitos y explícitos- es dejar en tinieblas a los pueblos y gentes que los rodean, por ser ellos los únicos dueños del brillo del oro (ésa, sí, es el ALBA, en la que ellos creen) que saquean a nuestras patrias. 

El ALBA es un propósito de justicia y hermandad (La Alternativa Bolivariana para las Américas y el Caribe) en el que están varias de nuestras naciones que más se distinguen por sus auras progresistas y que saben que, luchando juntas, se podrá enfrentar, mejor, al Norte Revuelto y Brutal que nos desprecia (Martí dixit).

La siniestra Caretas pretende denunciar a Virly Torres por ser ella una propulsora del ALBA. Y ¿qué queréis, imbéciles, que sea su enemiga? ¿La acusan de haber sido poco menos que expulsada de la Panamá trastabillante por haber impulsado el ALBA en la Patria del asesinado (por los yanquis) Omar Torrijos? 

Pretenden endilgarle el epíteto injurioso de "agente", haciendo gala de supina ignorancia, pues la palabra de marras tiene, si se dan el trabajo de revisar el DRAE, el significado positivo de "persona que tiene a su cargo una agencia para gestionar asuntos ajenos o prestar determinados servicios". Y, en efecto, eso es lo que es ella: una agente diplomática. Pero claro que diplomáticos de nuevo cuño, y no los sofisticados y engolados representantes de pacotilla, sino el verdadero vocero de su pueblo, de su circunstancia, de su historia. (Es como cuando, ¿lo recuerdan?, algunos parkinsonianos de El Comercio o de otros diarios y medios de similar catadura, criticaban a los parlamentarios progresistas y revolucionarios, cuando encabezaban las marchas de sus pueblos, y dejaban sus doradas curules en el desprestigiado Hemiciclo: entonces, ¿para qué los eligieron? Para que cometan delitos como la ultraderechista Canchaya o la aprista Benites?). 

En fin, la revistilla de marras -que ya ha dedicado varias carátulas a insultar groseramente (habría que hacerle dosaje etílico al responsable de aquéllas) la majestad del Presidente Hugo Chávez, al que, en fotomontajes delirantes, visten con atuendos zoológicos- ha dedicado, pues, ahora, algunas de sus páginas (a cuánto por página, ¡no lo hemos podido averiguar!) en el vano intento de desprestigiar a la embajadora de Venezuela, la combativa Virly Chávez, amiga de los pobres del Perú, que no es sino la representación de la nueva mujer americana, la que lucha, la que combate, la que denuncia, la que marcha con la historia renovada de su pueblo, y no, por cierto, esos fantoches de pasarela y miriñaque, que adornan muchos de sus espacios y el suplemento entero Ellas & Ellos, o algo así, de esta revista que tiene, ya, ganado su puesto de honor en el Museo de la Desinformación y el Maccarthismo Tarifado.

Caretas, pues, con este número y con muchos otros más, forma fila con las plañideras publicaciones que viven del maccarthismo y de la calumnia contra las bellas esperanzas de nuestras Patrias Mariateguistas y Bolivarianas. 

                                                            Mariátegui. La revista de las ideas.