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             El triunfo del sí derrotó a la derecha agresiva en Venezuela / Entrevista al economista italiano Luciano Vasapollo

                       

                     Foto: minci.gob.ve

Modaira Rubio * / Mariátegui
Desde Caracas
 20/02/09

El economista italiano, Luciano Vasapollo, profesor de la Università degli Studi di Roma La Sapienza y miembro de la coordinación de la Rete dei Comunista italiana estuvo en Venezuela como observador internacional en el proceso del 15 de Febrero. 

- Modaira Rubio: ¿Cuál fue tu visión de las elecciones del 15 de febrero en tu rol de observador internacional? 

- Luciano Vasapollo: Como observador internacional hay que mantener una imparcialidad política y ese rol lo cumplí hasta después del proceso electoral. Tal y como lo señaló el informe de toda la misión de acompañamiento, las elecciones del 15 de febrero, reafirmaron la capacidad del Consejo Nacional Electoral venezolano de garantizar elecciones correctas, tranquilas y transparentes. El fuerte nivel de automatización permitió la rapidez de los resultados y la emisión del primer boletín. Estuve aquí antes en noviembre y hay grandes garantías de un proceso electoral perfecto, sin errores, lo que se traduce en no sólo una gestión tecnológica sino en la constatación de una democracia verdadera en Venezuela. Pienso que se puede hoy hablar de una gran diferencia entre la democracia representativa que hay en Europa, que está conformada por partidos que no representan el verdadero interés de las clases populares y la democracia popular y representativa que hay en Cuba, Venezuela y Bolivia ahora, la cual permite una votación clara, transparente, que cada día se va perfeccionando. 

- MR: ¿Y cómo dirigente de la izquierda, como dirigente comunista, qué pudiste observar? 

- LV: Te hablo ahora no sólo como profesor universitario, sino como miembro de la coordinación nacional de la Rete dei Comunistas, lo cual se me permite al terminarse mi rol de observador internacional. 

La Rete dei Comunistas saluda positivamente esta gran victoria que no es sólo de Chávez, sino del pueblo venezolano y de todas las fuerzas políticas que apoyaron la enmienda constitucional. No es sólo el PSUV, que por supuesto es el partido mayoritario, sino también de organizaciones como el PCV que aportan un voto de conciencia política de clase. 

Porque la convocatoria a la enmienda, era un llamado de carácter político. No era una propuesta, como se dice en Europa en sectores de la derecha y la socialdemocracia, de Chávez para poder reelegirse, era de reafirmación del proceso revolucionario .Un proceso que es real, democrático y que está reforzando justamente la democracia de clase, la democracia obrera, la democracia popular. 

Esta victoria supone una afirmación y una interrogante. Es una victoria contra el imperialismo, contra la derecha, cuando vemos que aquí hay una derecha agresiva, una derecha mezclada con la violencia y el paramilitarismo en muchos casos. Esto que ocurrió el domingo, el incendio del centro de estudiantes de la Escuela de Trabajo Social de la UCV , es una muestra de eso. Es un acto de intimidación de la derecha, como el asesinato de los obreros de la fábrica Mitsubichi supuestamente por parte de la policía. En esta lucha de clases, hay infiltración en el ejército, en la policía, de grupos que están cercanos a esta derecha y que utilizan la violencia en forma de terrorismo contra el movimiento revolucionario. Esta victoria es contra esta derecha agresiva y contra la moderada que tiene relación con intereses foráneos, imperialistas. El voto popular para el sí, que alcanzó aproximadamente el 55% del electorado, demuestra una fuerza grande pero hay que saberla utilizar. Por ello, saludamos la victoria del Sí con gran respeto y entusiasmo. 

La victoria del sí en Venezuela, es una victoria de los movimientos revolucionarios del continente latinoamericano. En la integración latinoamericana que persigue caracterizarse por la idea del socialismo en el siglo XXI, la tradición del movimiento de clase comunista internacional, con sus errores y aciertos, debe ser tomada en cuenta como referencia, las experiencias del pasado; el marxismo debe continuar actualizándose en esta nueva situación pero sin olvidar el camino ya recorrido. 

En este sentido lo que está ocurriendo en Latinoamérica puede ser un estímulo para una Europa donde no hay una izquierda revolucionaria sino mayormente liberal o neoliberal. 

En la fiesta de la celebración la noche de la victoria, el discurso de Chávez fue contundente, expuso estos elementos positivos para la marcha hacia el socialismo. 

- MR: ¿Y Qué debe venir después del triunfo del Sí para consolidar la propuesta socialista en Venezuela? 

- LV: Como revolucionario, como comunista amigo de este proceso, señalo algunos elementos fundamentales. Primero, esta victoria da una mayor tranquilidad. Se puede pensar ahora en el futuro, a largo plazo, se puede construir una prospectiva. Hay tiempo para construir un gobierno popular y una organización popular .Ya pasaron 10 años de grandes conquistas, como las misiones, la nacionalización de fábricas, pero en este punto se necesita la organización de clases. El PSUV debe fortalecerse. Por ahora es un intento de organizar un gran partido pero aún no está totalmente consolidado. Allí hay posiciones diferentes .Se tiene que dar una lucha en su interior para construir un partido de clase y eso significa combatir la lucha de clases no sólo al exterior sino al interior de la organización, contra la burocracia, el oportunismo, la corrupción, porque el PSUV debe transformarse en un partido organizado de la clase obrera, de los frentes sociales y populares, en una revolución que tiene un carácter socialista. 

El gobierno popular significa que además de las conquistas importantísimas que ya se tienen gracias a Chávez y a las fuerzas revolucionarias, existe un punto fundamental: el gobierno de la economía popular. Sin eso, a mi modo de ver, no se pueden resolver muchas cosas. Hay que plantearse ¿cómo se van a construir las empresas socialistas, los distritos de producción socialista? ¿Cómo se va a diversificar la economía aún monoproductora y monorentista, dependiente del petróleo y de la oscilación de sus precios? Se trata de dar un impulso en la renta y la ganancia para lograr una redistribución justa, no de carácter asistencial sino productivo de esa riqueza, al mundo del trabajo, a los trabajadores y trabajadoras. Hay que promover al interior de las fábricas la organización política de clase, que es productiva pero a la vez se convierte en la célula ideológica del proceso. 

Para hacer eso debemos considerar que la crisis capitalista a nivel mundial, como la hemos visto y analizado en la Rete dei comunistas, no es una crisis económica, es sistémica. Viene desde 15 a 20 años atrás, es una crisis estructural del capital, que empezó en el año 70, y es financiera, ambiental, de los derechos humanos y civiles, alimentaria, económica, moral. Significa que terminó su era. Eso no es que ya mañana llega el socialismo, eso no va suceder porque aún la subjetividad de clase revolucionaria hoy no es tan grande para impulsar un proceso de transformación mundial hacia el socialismo, esto particularmente en Europa. 

En América Latina, donde se están dando estos procesos revolucionarios, se tiene que considerar esta crisis sistémica del capitalismo como una forma de empezar a construir el socialismo, pero eso sí, tomando los principios de la historia y los principios científicos porque sino no se dará el paso radical para superar el modo de producción capitalista. 

No se puede decir o todo o nada. No es la lógica dialéctica. La reforma estructural hacia el socialismo debe colocarse en una idea estratégica de reforzar el socialismo con la organización de clase. 

Por ejemplo, esta victoria que garantiza la continuidad del proceso, debería empezar por un fuerte proceso de nacionalización de los sectores estratégicos como la banca y las empresas básicas. En una crisis estructural del capital, en la que las grandes empresas de las finanzas no funcionan, en la que los organismos internacionales como el FMI fracasaron, en la que 4 mil millones de personas en el mundo padecen hambre, no es la empresa privada la que va a hacer una inversión para una transformación socialista La banca nacionalizada aseguraría los recursos para la inversión social y la reactivación de la producción interna, reforzar las empresas socialistas, las cooperativas, las empresas sociales. La banca privada no va a invertir en eso. 

Los recursos, no sólo el petróleo, el hierro, la bauxita, etc se deben nacionalizar. Nacionalizar no solo en la producción sino también en la distribución, porque sino a la gente no van a llegar esos recursos por completo. 

- MR: ¿Y en cuanto otros aspectos, como el relacionamiento internacional? 

- LV: Hay un nuevo relacionamiento internacional. No podemos pensar que Europa por ejemplo, no es imperialista, sí lo es, diferente del imperialismo estadounidense pero siempre coinciden con la visión imperialista y cuando se está dando una competencia entre la Unión Europea y EEUU es por asuntos de expansión hegemónica del imperialismo. 

Hay que crear la relación internacional con los movimientos de clase, sindicatos, obreros, con los que pueden movilizar a la gente con conciencia de clase. No sólo con los Estados, con sus gobiernos socialdemócratas y de derechas. 

A nivel comercial es positivo relacionarse con gobiernos que no son esencialmente socialistas pero que son antagónicos al imperialismo norteamericano, como Rusia, Irán, Libia y China. Pero son niveles diferentes las relaciones diplomáticas y comerciales y el internacionalismo proletario. El socialismo venezolano tiene que interrelacionarse con estos movimientos. Estas no son críticas, son consideraciones para darle fuerza a un proceso que quiere caracterizarse como socialista. Es decir hablamos de una lucha de clase al exterior y lucha de clase al interior. 

Por ejemplo, la relación de la Rete dei Comunista con el Partido Comunista de Venezuela (PCV), se está reforzando y es un punto de referencia para nosotros fundamental y con el Partido Comunista de Cuba (PCC). Así como con varios partidos y movimientos sociales con contenido de clase no necesariamente comunistas. 

Porque sólo con la gestión, que ningún revolucionario puede abandonar, tener como punto de referencia todas las consideraciones de carácter económico, la plusvalía, el materialismo histórico y dialéctico y considerar la confrontación de clases, con la visión estratégica y táctica de la situación podemos lograr cambios concretos. Reforzar este tipo de relación es una gran fuerza, porque por ejemplo, ahora vamos a invitar al PCV, al PCC y a otros partidos progresistas de América Latina a un encuentro en Italia, porque la revolución no puede ser un sentimiento romántico, hay que ser concretos. 

A pesar de las contradicciones, en América Latina se está haciendo un avance importante para la transformación del sistema capitalista en el mundo. Son procesos diferentes pero con la participación de la clase obrera, del movimiento sindical, del movimiento indígena, de los partidos de izquierda, y con ello América Latina significa una referencia necesaria para la construcción del socialismo en el siglo XXI 

No es suficiente la solidaridad internacionalista. Eso lo puede hacer una asociación, una fundación, contribuir materialmente con un país que necesita apoyo. Se requiere la solidaridad política; que los movimientos sociales, como piensa la Rete dei comunistas, se coloquen en una dimensión internacional de la lucha de clase, como si existiera una quinta internacional socialista, que no existe formalmente pero existe en estas uniones estratégicas, en la realidad de los partidos comunistas y de los movimientos de clase. Sin ello no hay esperanza de construir un verdadero movimiento socialista que logre aprovechar la crisis capitalista sistémica para transformar el orden internacional. 

* De la Redacción de Tribuna Popular (TP) / Fundación Debate Abierto (FDA). 











                         

 

                         

                




                  


 

 

 

 

 

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