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               Después de la aprobación del TLC, Costa Rica está en una profundización del neoliberalismo. Marcela Guerrero del Partido Acción Ciudadana.

Mariátegui
 14/05/08

Costa Rica realizó un referendo para aprobar un Tratado de Libre Comercio (TLC) y triunfó el sí, a pesar de que el pueblo salió a rechazarlo masivamente en las calles. Una de las que lideraron esa lucha es Marcela Guerrero, Coordinadora del Comité Consultivo de la Sociedad Civil del Partido Acción Ciudadana, quien disertó en la Cumbre de los Pueblos y luego dialogó con la revista Mariátegui.

- ¿Fue difícil la articulación de los movimientos sociales para lograr estas masivas manifestaciones por el No contra el TLC?
- Como todo proceso llevó mucho tiempo, paciencia y visión de corto y mediano plazo en función de los objetivos que se querían lograr. Una de las principales fortalezas era que había una oposición al TLC y lo que significaba para Costa Rica. Esto de alguna forma hizo que una ruta crítica, que tal ves en otro momento entre dirigencias por diferentes motivos no se hubiera logrado hizo que al tener un objetivo común hubiera la posibilidad de una mayor capacidad de articulación en menor tiempo. Eso fue muy coyuntural. Tuvimos las dificultades propias de lo que significa la organización por algunas diferencias de los métodos. Al final el espacio donde la gente confluyó y se manifestó la capacidad de convocatoria a esa articulación fueron las manifestaciones que se dieron en la ciudad de San José, que contó con miles de personas. Es un reflejo de que si hubo dificultades, pero que se pueden lograr algunos objetivos concretos cuando se tiene un norte común.

- ¿Existe una propuesta antineoliberal reflejada en algún partido o movimiento político en Costa Rica?
- Hay dos retos inmediatos en el caso de los partidos políticos, me parece que el que se aprobara el TLC implica una serie de cambios internos y en este momento hay una revisión sobre cuales sobre cuáles son los instrumentos de la función del Estado, de los servicios públicos y por lo tanto hay una base, que permite una discusión. Y en el movimiento social desde el 2002, vienen dándose unas propuestas en término de modelo-país, que sirve para tener a lo menos un piso para empezar a construir algunas cosas, no hay definiciones absolutas en este momento, sino hay una posibilidad de poner a discusión una serie de temas que hay que revisar en este momento, pero que hay bases.

- ¿Es realmente Costa Rica el país de la democracia perfecta?
- Hay que ponerle mucha atención sobre como efectivamente lo que le permite a Costa Rica ir a referendo es su tradición democrática, en término de que la gente legitíma esas reglas de juego como una posibilidad de discutir y llegar a decisiones. Efectivamente, esta institucionalidad en el marco de los tratados comerciales, no solamente están teniendo un impacto económico, sino quienes están representando el poder dentro o fuera del aparato estatal, encontraron una forma de legitimarse a través de las instituciones, pero también un obstáculo. Y ese obstáculo lo están intentando de alguna forma adaptar a la correlación de fuerza transnacional y creo que Costa Rica ha tenido una tradición no perfecta, pero mínima. En este momento siento que está muy debilitada en función de sus objetivos de apertura comercial.

- ¿Cuán avanzado está el modelo neoliberal?
- Diría que el último escalón en este momento está entre el tratado de libre comercio y el acuerdo de asociación que quieren concretarlo en el 2009. Es decir, una atracción de inversión extranjera galopante. En este momento tener desarrollos turísticos con un capital exagerado que está teniendo alto impacto, por lo tanto hay un deterioro real del uso y aprovechamiento de los recursos naturales que Costa Rica también se le ha publicitado como un país que preserva sus recursos naturales. Esta inversión está abultando las cuentas nacionales y además el tema de la apertura es profundo y avanzado. En términos de los servicios públicos, finalmente se dio el golpe de gracia con la apertura de servicios. Por eso te digo que, en este momento estamos en una cuenta regresiva real, después de la aprobación del TLC, Costa Rica está en una profundización del neoliberalismo.

- Esta contundencia de las movilizaciones contra el TLC ¿Crees que tengan alguna relación por el momento que vive América Latina con algunos gobiernos progresistas y el fortalecimiento de los movimientos sociales?
- Costa Rica tiene una ventaja y una desventaja. La ventaja es que en algún momento intento -como decimos nosotros a la tica- desarrollar algunas formulas internas, esa ventaja le ha permitido un nivel de convivencia e incluso crítico sobre el quehacer político. Una desventaja es que está muy desvinculada, no solamente por interés de la ciudadanía sino por un cerco mediático internacional que tiene impacto sobre nosotros. Hay un descontento en América Latina, los recambios en los gobiernos no se están viendo como un resultado, sino como un síntoma helado. El proceso en mi país tiene que romper una serie de mitos sobre su papel en América Latina y eso conlleva a poner mucho más atención a los procesos que se desarrollan en la región.





 

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