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                   Desastres en Panamá: Minería, embalses, represas y ANAM 

Héctor Endara Hill / Panamá Profundo - Mariátegui
 04/12/08

La mano de los poderes 
Al fin y al cabo, las pésimas políticas ambientales encuentran su origen en determinadas personas erigidas como autoridad por determinados gobiernos. Estos gobiernos y estas personas no pueden pasar agachadas, tiene que asumir su parte, ante la configuración evidente de los desastres que están acabando con los ecosistemas y muchas vidas en Panamá. 

El desastre de los poderes 
Lo menos natural, son los llamados desastres causados por inundaciones, en un país que tiene como característica lluvias abundantes. La depredación de bosques, las múltiples concesiones mineras, el inaudito desorden en la construcción -en ciudades y campos-, la irresponsable promoción de represas para hidroeléctricas y otras tantas aberraciones ambientales están en la base de lo que fácilmente, funcionarios y medios de comunicación, llaman desastres "naturales". 

La naturaleza es víctima 
Nada de natural tiene la destrucción de la naturaleza. Ella no se está cobrando -como insistentemente repiten- el daño que le hacemos. Lo que ocurre es responsabilidad directa de las autoridades competentes que, con su actuación, y su omisión, han ido creando todas las condiciones para que el desastre -pérdida de vidas humanas y la destrucción de infraestructuras- lo tengamos encima. 

El lucrativo negocio de la construcción 
Aún no hemos cosechado toda la maldad que irresponsablemente hemos estado sembrando. ¿Qué van a decir cuando -Dios no lo quiera, pero los funcionarios sí- ocurra una desgracia en el cinturón de torres de condominios que han levantado a lo largo de la Avenida Balboa y Punta Paitilla, con todos los permisos y aval de todas las autoridades? No podrán decir que ellos no son responsables, o que se trata de un desastre natural… las cartas del desastre anunciado, en este exclusivo sector de la ciudad, están echadas. Las autoridades, y no la naturaleza, son responsables del desastre -muertes y destrucción- que allí pueda suceder en cualquier momento. El Cuerpo de Bomberos de Panamá ya ha señalado lo peligroso de la situación, sin que nadie diga ni haga nada al respecto. 

Profunda inconciencia 
¿Cómo si ellos, sus hijos y sus nietos no vivieran en el mismo país o en el mismo planeta que, con sus estúpidas decisiones están acabando? ¿Cómo si ellos y sus descendientes no estuvieran afectados ya por la destrucción del medio ambiente y por el daño irreversible que ellos, con sus decisiones absurdas, están provocando? 

De nada le servirá lavarse las manos 
Como dice el refrán: "tan culpable es el que mata la vaca como el que le sostiene la pata" . Todas las autoridades e instituciones del gobierno que tiene que ver con Minera Petaquilla son cómplices y participes del desastre y la destrucción de los ecosistemas de la Nación panameña que esta empresa está devorando. Las arbitrariedades y atropellos que Minera Petaquilla a cometido, prácticamente en todos los ámbitos, no han sido suficientes para que la ANAM (Autoridad Nacional del Ambiente) cumpla con su trabajo. 

Hipotecando el futuro 
La ANAM y la gente que hoy está al frente, Ligia Castro y su equipo de ambientalistas, expertos legales, ingenieros y demás "guardianes" del ambiente, son los responsables, al mismo nivel que Minera Petaquilla, de la destrucción de bosques primarios; de la contaminación de las aguas y de los daños causados a las comunidades campesinas e indígenas. Ellos -los de la ANAM- como si fueran dueños de los ecosistemas y de las generaciones futuras, toman decisiones que se constituyen en la crónica de una muerte anunciada. 

De nada le sirve a la naturaleza el laberinto jurídico ambiental 
En un artículo publicado en La Prensa el sábado 29 de noviembre, "Aplicación del derecho ambienta" , Harley Michell Morán -asesor legal de la Anam-, afirma que: "El adornar de retórica o calificativos a un agente contaminante no soluciona ningún problema ambiental, sino que le añade un matiz de violencia y desasosiego". Un día después de la publicación mencionada, el mismo diario, trae la noticia -que podrán leer abajo- "ANAM avala proyecto Petaquilla Gold" . No existe adjetivo que pueda calificar la magnitud del crimen ecológico contenido en las decisiones de la ANAM. Esta es la primera y verdadera violencia que está sembrando desasosiego en todo el país. Mientras los "agentes contaminantes" hacen de las suyas a diestra y siniestra, la ANAM adorna de retórica y calificativos los fallos que avalan la destrucción de los ecosistemas. 

¿De qué le sirve al país que la gestión ambiental panameña cuente con un marco legal muy bien estructurado, como señala el asesor legal de la ANAM , si a la hora de la verdad, la misma ANAM, institución encargada de que se cumpla con ese marco legal, favorece con su inmovilismo y sus fallos la evidente destrucción de los ecosistemas? 

Los responsables de los desastres deberán ser juzgados 
En un país con sólidas instituciones democráticas y con una ciudadanía probada, este tipo de actuaciones tendría que ser penalizadas. Los funcionarios y funcionarias al frente de las instituciones del Estado que, en los hechos, contribuyan a la conformación de los desastres que tantas vidas y daños les causan a la Nación , deben ser juzgados y condenados severamente como responsables de lo que erróneamente llaman desastres "naturales". 





                         

 

                         

                




                  


 

 

 

 

 

                                                            Mariátegui. La revista de las ideas.