¡Libre cultivo de la hoja de coca! ¡Libertad para los presos políticos! 

      
     
De la derrota a la autocrítica magisterial



                                                            

        A levantarse. Los maestros seguirán resistiendo a pesar de los golpes apristas y las contramarchas del CEN del SUTEP.

Francisco Vásquez Carrillo */ Revista Mariátegui
 05/02/07

El SUTEP con Caridad Montes, ha salido de la defensiva de invierno del 2006 a la defensiva del verano 2007. Hace falta a sus alternativas la firmeza de Catón, la voluntad de un místico y la contundencia de los verdaderos líderes coherentes que movilizaron conciencias. 

Las convivencias del CEN (Comité Ejecutivo Nacional) del SUTEP con los gobiernos anteriores, han mellado su moral, voluntad y firmeza. Lograron mantenerse de la miel llamada Derrama Magisterial; la cercanía al poder económico les quitó los reflejos para pasar de una defensiva a una ofensiva sindical sólida.

Los aires de triunfalismo, en el Colegio de Profesores, falsificando la verdad; el doble discurso dirigencial; las declaraciones victoriosas de Montes, demuestran poco sentido común para la interpretación de la realidad magisterial y la sociedad peruana ágil y divergente. El triunfo pírrico de Alan García y el Ministro Chang, a partir de amenazas y chantajes a los profesores contratados y nombrados va surtir un efecto bumerang. De los docentes inscritos, no todos han rendido su examen convencidos de la justa gubernativa, más bien, han rendido el examen por presión y temor a perder su estabilidad laboral, así que ellos serán los primeros exigir capacitaciones de calidad y aumentos remunerativos. 

El CEN del SUTEP y el Gobierno han sido los grandes ganadores de cámaras y lentes mediáticos. El primero por sus ambivalencias e inconsistencias y el segundo por su prepotencia, improvisación en la ilegal evaluación. Los grandes perdedores de ésta danza brutal han sido los maestros; a consecuencia de un claudicado mando, que condujo a incertidumbres y un desbande generalizado. 

La sociedad civil, ha apresurado su paso criticando sin piedad, acorralando y colocando sobre las cuerdas a los profesores; los medios de comunicación han sido implacables. Los maestros por vez primera en la historia han pasado de victimas a "sinvergüenzas" y "haraganes" ante la opinión pública. El magisterio ha abandonado la proximidad a su comunidad: la mayoría de los docentes, han olvidado su misión apostolar y liderazgo con los padres de familia. Hay una notaria ausencia de identificación a los problemas socio-económicos y culturales de los alumnos y su entorno. Ganar la confianza perdida de la comunidad educativa no será tarea fácil. Se podrá revertir, cuando los docentes demuestren capacidad, calidad y compromiso efectivo, que implicara un tiempo prudencia de medio a un año.

Un sentimiento ácido-amargo embarga, a consecuencia de la lucha de dos titanes con pies de barro, y una sociedad civil ubicada en las tribunas ante los dos gladiadores en circo romano montado por el presidente peruano. Los resultados de la Evaluación aprista, sumando el primero y la segunda evaluación han logrado un 80% de "aceptación". Anuncio porcentual, ha servido para ajustar a los gustos y anuncios presidenciales, aunque éstos no expresen la realidad objetiva. Los antojos no son buenas consejeras, menos corresponsales de la realidad. Las marchas y contramarchas del CEN del SUTEP para con la evaluación; fue finalmente aprovechado por un gobierno que sabe manejar los hilos de los medios de comunicación. 

La maquinaria aprista, descompuso los nervios del sindicato nacional que no pudo enfrentarlo de igual. El CEN del SUTEP, nunca encontró los instrumentos orgánicos y el necesario liderazgo para enfrentar una arremetida de éste nivel, que vino en paquetes: liberalización educativa, liquidación del sindicato, corte a licencias sindicales, condicionamiento a profesores contratados respecto a la evaluación, ascensos congelados a los docentes que no se presenten a la evaluación; factores que coadyuvaron a un colapso moral. Alan García supo capear de la peor manera, la crisis de la Evolución Censal. El maquiavélico el principio "divide y vencerás", lo propiciaron agudizando las contradicciones: primero entre el SUTEP y el Ministerio de Educación; segundo, contradicción entre maestros y medios de comunicación; tercera contradicción entre maestros y padres de familia junto a la sociedad civil; cuarta contradicción entre profesores nombrados contra profesores contratados; quinta contradicción entre profesores nombrados que dieron la prueba y docentes nombrados que no dieron la evaluación; sexta contradicción vendrá como un torrente entre los profesores que no dieron la evaluación con los alumnos y una contradicción frontal que espera el gobierno, es entre los docentes a partir del primer día hábil de trabajo de marzo y como un efecto dominó se confronte docentes, alumnos y padres de familia.

El mes de marzo, será un mes de punto de quiebre, o se unifica el magisterio o se desgaja en átomos provinciales. A cada maestro le quepa una gran misión: buscar la concordancia, los criterios de unidad, instalar esfuerzos para una profunda autocrítica y demostración real de profesionalidad, entrega de mística y voluntad hacia la problemática de su comunidad educativa. 

Los tambores de huelga en un plazo breve es un verdadero suicidio. Los guerreros de la batallas han caído heridos, y requieren tiempo para subsanar sus heridas. Un repliegue estratégico es lo recomendable.

La evaluación de enero, se ha ido convirtiendo en una guerra de guerrillas entre hermanos. El gobierno ha llevado a los maestros en una guerrilla fratricida. Pero hay que considerar que en los peores momentos post guerra, aparecen las verdaderas oportunidades de triunfo. El magisterio por naturaleza se encuentra a diario en contacto directo con el pueblo; ese es su fortaleza. Los padres de familia y alumnos serán aliados, en el instante que sus argumentos aparezcan de conciencia y no como una masa de maniobra. 

El SUTEP, gracias a Caridad Montes, autoproclamada miembro de Patria Roja y el alanismo aprista, estarán complacidos de ver a los maestros trotando de tumbo en tumbo confundidos conceptualmente y moralmente alicaídos. El desconcierto va producir mayor atomismo, una posible inclinación a posturas radicales que lidera Huaynalaya y/o una posible rebelión de las bases provinciales del magisterio para exigir un Congreso Extraordinario e iniciar los cambios dentro de la estructura del SUTEP, propiciando las banderas de la revolución francesa: elecciones secretas y universales y luego un urgente cambio de mando y administración, con las mismas características de la Derrama Magisterial. Caridad Montes como Robert Huaynalaya desean venganza, uno para deponer al Ministro de educación y el otro para destituir a Caridad M. El camino del magisterio es opuesto a esta forma de encarar los problemas. La cuesta de las nuevas medidas antimagisteriales del gobierno aun recién ha empezado.

El voto secreto y universal caminará de escalón a escalón, primero en las provincias, luego a las regiones y finalmente podrá acorralarse a la cúpula sindical que se ha encerrado en una campana de cristal. 

La concentración de docentes en las aulas en marzo, permitirá un recogimiento antes que lamentaciones y unidad ante la dispersión; convergencia y fraternidad ante las discusiones inflamadas. El magisterio peruano opondrá valores y actitudes de calma, reflexión, conciliación al malvado propósito del gobierno de lograr la agudización de pleitos entre docentes y el rompimiento del SUTEP. La unidad es la estratégica sincera y efectiva para revertir la satanización y el desprestigio.

El gobierno aprista a colocado al magisterio peruano, como la rémora de la educación, pero por su características organizativas puede revertirse, convocando a los demás gremios sindicales regionales y nacionales para compartir una verdadera oposición al gobierno central.

El SUTEP, tendrá que modificar sus estatutos para hacer partícipes al profesorado contratado en el mismo nivel y equidad, antes de iniciar una medida de lucha. Se encuentra en el deber histórico de un recambio de las dirigencias provinciales, regionales y nacionales; es pertinente una reingeniería organizacional luego de un debate nacional, y ofrecer nuevos signos y señales de cambio hacia adentro y hacia fuera. 

Es conveniente primero curar las heridas para luego ofrecer cualesquier batalla. La derrota es una lección didáctica que pone al docente un shock autocrítico para luego exigir una verdadera reforma educativa de raíces y no ensayos o cuetes ratifícales aislados. Los maestros tienen la palabra y la decisión de su futuro y el futuro de la educación peruana.

* Responsable Interinstitucional del Movimiento Pedagógico Popular

                                                            Mariátegui. La revista de las ideas.