¡Libre cultivo de la hoja de coca! ¡Libertad para los presos políticos! 

      
           
      Crisis Política a menos de un año de Gobierno

             

       Dedo en la llaga. El líder nacionalista desenmascara la demagogia alanista.

"Alan García es preso de la Improvisación y debe admitir que no tuvo, ni tiene un Plan de Gobierno para el Perú"

Ollanta Humala Tasso / PNP - Mariátegui
 09/08/07


A un año de gobierno y con mayor fuerza y claridad en los últimos meses, se han derrumbado dos de los principales argumentos que santificó la derecha para considerar al APRA una opción de Gobierno. El primero, que Alan García y su cúpula partidaria tenían la capacidad para dirigir los destinos del país. Y segundo, que este grupo dentro del APRA con su "cambio responsable", significaba el mal menor. Error, la incapacidad e ineficiencia del gobierno, ahora, constatada, para resolver los problemas del país y cumplir con sus promesas electorales nos ha colocado en el "continuismo irresponsable" (como lo ha denominado Jürgen Schüldt) que aqueja nuevamente la vida política y social de nuestro país. 

El pueblo está indignado señor García

"La misma ruptura social que se reflejó en las elecciones, se da ahora entre el Gobierno y la población"

El cambio de rumbo prometido se convirtió, una vez llegado a Palacio, en el continuismo neoliberal de los gobiernos anteriores, con un crecimiento económico que no se deja sentir en el ciudadano común y que ha terminado por enervar a la Población. La ausencia de un equipo comprometido y coherente que organice un Plan de Desarrollo Nacional, como lo exige el país, ha llevado al presidente ha realizar apariciones públicas para promover programas de bajo alcance pero con la aparente intención de mejorar su imagen en la población. 

El gobierno de Alan García dice que "no va a aceptar que las protestas sociales impidan el normal desarrollo de las actividades en el país" y califica a los sectores sociales movilizados, como enemigos a los que hay que combatir. Promueve 11 Decretos Legislativos que criminalizan, de un solo manotazo, derechos fundamentales como la Libertad de Expresión, Opinión, y el derecho a la Protesta.

Para este fin, ordena a los militares actuar mediante la represión, sin considerar la responsabilidad por la muerte de pobladores y efectivos de las fuerzas del orden, en el intento por solucionar una crisis política y social cuyas causas reales se encuentran en la falta de rumbo y ejecución de políticas de Estado. 

Si dejamos que el país continúe con el "normal desarrollo de las actividades" según García y Del Castillo, seguiremos con los vergonzosos y lacerantes índices de pobreza en los que se encuentra el Perú, como en Huancavelica, que oficialmente cuenta con más del 88% de pobreza o Ayacucho con 78%, Puno con 76%, Apurímac con 74% etc. 

Entonces, ¿cuál es el desarrollo normal de actividades del que habla García si sólo en este último mes se han desarrollado más protestas sociales de las que tuvo que afrontar el gobierno de Toledo en su época más negra? ¿Cual es esa actividad normal si decenas de miles de personas reflejan el hartazgo y la constatación de que estamos en un régimen de más de lo mismo y que además reprime y judicializa la protesta social?

Hoy el presidente de la República debe hacerse una autocrítica y reconocer que la existencia del denominado "Sendero Político", expresión renovada de la violencia demencial del pasado, se debe en gran parte a que el Gobierno ha fallado.

Por lo tanto, no es un balance sencillo. Deberíamos empezar a preguntarnos porqué hasta el momento hay poblaciones en las que no existe presencia del Estado, si debió ser la primera tarea, en la agenda de un Partido llamado, antiguamente, popular y revolucionario. ¿! Cómo explicar la conversión del APRA Revolucionario al Reaccionario!? 

La cúpula aprista parece haber abandonado la prédica de sus textos fundamentales, sin reemplazarlos con nuevos planteamientos, ordenados en un programa. No ha decidido sumarse a los sectores populares sino mas bien, enfrentarse a ellos.

Hoy, es un gobierno frágil que no tiene mayoría propia en el Parlamento y no tiene presencia en el movimiento popular. Su fortaleza se halla en el control del aparato y dinero del Estado y en la bonanza del Crecimiento Económico del país, de la cual Alan García hace constante alarde cuando no ha podido solucionar, ni por asomo, la situación de pobreza extrema en la población.

Por el contrario, ha institucionalizado las políticas económicas privilegiando a los grandes capitales, mientras reproduce la pobreza con programas asistenciales que ahondan la fractura social en el país.

Si pasamos revista a las políticas del gobierno veremos que primero; la política social, no tiene un rol central. No tiene prioridad presupuestal ni concentra iniciativas políticas de primer orden. Por ejemplo, el presupuesto para la salud aprobado para el 2007 fue apenas 0,01% del PBI más que el 2006, cuando el Acuerdo Nacional, que fue firmado por el APRA, implica un aumento de 3% del PBI en 5 años, progresión que a este ritmo ni se acercará.

La participación del gasto en Salud, tanto en relación al presupuesto del Estado Peruano como en relación al PBI, no experimenta ningún incremento. El gasto público total en el sector salud (MINSA, entidades descentralizadas y direcciones regionales) ha disminuido de 7.4% en el año 2006 a 6.6% para el año 2007.

La situación para la Educación no es mucho mejor, pues no hay mayores incrementos en la asignación de recursos. Si en el año 2006 la totalidad del Sector (Ministerio de Educación, universidades públicas, organismos descentralizados y direcciones regionales) captaron el 18.9% del Presupuesto Público (unos S/. 9,630 millones) para el año 2007 la participación de la Educación dentro del gasto publico cae a 17.1%.

Por cierto, se debe recalcar que el incumplimiento de compromisos suscritos con estos sectores claves se da en un contexto en el cual hay un aumento extraordinario y excepcional de los ingresos fiscales, es decir, un momento en el cual el Tesoro Público goza de una holgura pocas veces vista para incrementar el gasto en sectores prioritarios (Educación y Salud). Si la inversión social no se aumenta por lo menos en estos sectores, será imposible contener la protesta en las calles.

En segundo lugar, hay poca estructuración de las políticas sociales. La estrategia social consiste más bien en varias iniciativas en distintos frentes, sin una coordinación importante. Se entrecruzan el Comité Interministerial de Asuntos Sociales y el recientemente creado "Comando Conjunto" de Lucha contra la Pobreza. Los ministerios más propiamente "sociales", a saber: Salud y de la Mujer, son los que menos iniciativa política tienen. En estas áreas, en especial en salud y programas sociales, no hay estrategias de mediano plazo, sino solamente una suma de medidas parciales. 

La poca importancia dada a las políticas sociales, sólo acrecienta el descontento y la desconfianza en un Gobernante que maneja al Estado según sus estados de ánimo.

En la práctica, las responsabilidades indelegables del Estado como son las políticas de Salud, Educación, Seguridad y Pensiones, han sido tratadas por este gobierno como programas sociales para los más pobres; y donde, la ineficacia y corrupción han dejado honda huella. Licitaciones de patrulleros mañosas, "coimisiones" para la entrega de obras de infraestructura educativa, programa "Agua para todos" con el que se blinda al ministro a través de presiones y la compra voluntades, ONGs ligadas al círculo mas intimo del Sr. García que asumen sin transparencia la responsabilidad del gobierno en combatir la pobreza, y ni qué decir del maltrato a las Fuerzas Armadas a través del manejo de su presupuesto y los nombramientos antojadizos de sus principales mandos, entre otras. Todas éstas, muestras palpables de su "cambio responsable".

Constatamos que no hay una profunda Reforma Tributaria, ni Constitucional, que le permita al Estado exigir por ejemplo, el pago de Regalías y el Impuesto a la Sobre Ganancias mineras, pese a los esfuerzos de la Bancada Nacionalista por empujar este tema; y sin impulsar tampoco una verdadera Reforma del Sistema Judicial.

No hay distribución equitativa de riqueza y por el contrario decide utilizar los tres créditos suplementarios que le ha otorgado el Congreso de la República como caja chica para promover las obras de las autoridades amigas, el asistencialismo y populismo que tanto critican los que ahora lo respaldan.

No hay una política Agraria y el programa Sierra Exportadora no cumple lo ofrecido al país, este vacío acelera el abandono de la producción agraria nacional, el despoblamiento de nuestros territorios alto andinos y amazónicos y entrega nuestro mercado interno a los importadores de alimentos y a otros productos conexos, aumentando peligrosamente nuestra dependencia alimenticia de mercados no nacionales. 

El problema del Gobierno Aprista no es fundamentalmente económico, sino que la población requiere un Gobierno, que si bien no va a resolver sus exigencias en el corto plazo, defina un plan de acción que "evite que existan los mismos problemas dentro de 20 años".

Que se puede hacer

En el Perú lo fundamental es incluir a la gran población que está fuera del sistema político imperante. Debemos construir una gran nación, en donde se agrupe a las minorías y éstas puedan tener voz en los procesos del país, un centro de discusión, una Asamblea Popular Nacional, que de pie a la Asamblea Constituyente con el objetivo de elaborar una Nueva Constitución.

Más de 20 años en este modelo, nos ha demostrado que el mercado por si solo no trae ni progreso ni equidad, no elimina la pobreza sino incluso la incrementa. Por esto es crucial que exista un Estado que anticipe y coordine la inversión, y que fomente y dé prioridad al capital y a los empresarios nacionales que corren el riesgo de ser desplazados por las empresas transnacionales. 

El Gobierno no comprende que el crecimiento económico podría multiplicarse si en lugar de recostarse sobre las olas, decidiera aprovechar y utilizar el "boom de la Minería" para producir y distribuir.

Pero antes, debe alejarse de esta alianza con la derecha empresarial vinculada al capital extranjero donde no se encuentran incluidos los empresarios nacionales.

Esta alianza en lo político viene siendo representada por el Fuji Alanismo. Este pacto inmoral se sella con la inacción cómplice en el tema de la extradición de Fujimori, a través del sabotaje disimulado a la labor de los procuradores del Estado, permitiendo por intereses mezquinos, que este ciudadano japonés se burle del país.

Los nacionalistas queremos el crecimiento económico del país; pero sobretodo el Desarrollo. Lo que nos diferencia de la Derecha y sus partidos es que rescatamos el rol importante que debe tener el Estado en la planificación y ejecución de ese desarrollo. 

Queremos el comercio internacional porque entendemos que es una vía hacia nuestro desarrollo, pero queremos que se establezcan en beneficio de todos nuestros empresarios e industriales, así como de nuestros campesinos y agricultores. 

Como esto no se cumple con el llamado TLC con EEUU nos estamos oponiendo a él, porque ni es un acuerdo de libre comercio ni favorece a nuestros campesinos ni a nuestros pequeños y medianos empresarios nacionales.

La firma desesperada del TLC con este país del norte y la falta de condiciones en lo estructural, en lo económico y en lo social para competir con productos subsidiados por la principal potencia industrial del mundo; solo traerá mayor convulsión social en el país, cuando no lleguen todas esas "bondades" que sus defensores a morir ofrecieron, y nos condenen a seguir siendo un país subdesarrollado que vive de la venta de sus recursos naturales, que hoy este Gobierno remata sin mayor recato ni decencia.

Finalmente, queremos también un país soberano. Nos oponemos a la interferencia abierta y a la encubierta de "cualquier gobierno". Por ello, en las actuales circunstancias consideramos equivocada la conducción de las relaciones bilaterales con Chile en la medida en que se priorice el comercio a los problemas limítrofes aún no resueltos incluyendo el TLC que se pretende suscribir con nuestro vecino del sur.

"El incremento del poder económico chileno en nuestro país tendrá como consecuencia el aumento de su capacidad de interferir encubiertamente en los asuntos nacionales". Deben darse cuenta que es la mayor interferencia en este momento.

Después de un año desde que inició su mandato ya podemos hacer una evaluación. Desde nuestra perspectiva, la supuesta eficiencia del actual gobernante y su partido ha sido reemplazada por el afán desbocado de figuración y por el discurso carente de realidad y contenido. La defensa de la democracia, que debe basarse en la consecución del consenso ciudadano ha sido rápidamente reemplazada por el llamado a los cuarteles para atemorizar a nuestra población. La cultura y la ilustración se han convertido en insultos destemplados, llamar "comechados" a los maestros, acusar de "comunistas" a todos los opositores no es una muestra de cultura y temperancia. 

La conclusión del primer año de gobierno del señor Alan García, es que ha contribuido ha generar una crisis política y social, que polariza, cada vez más a la población y la somete a una confrontación política y pública.

Es difícil lograr la paz y estabilidad social, pero es imposible conseguirla si no existe voluntad política y se cae en la necedad de responsabilizar de los errores de su gestión a los peruanos que no somos parte de su Gobierno.

Queremos hacer notar que los problemas que hemos visto este año no tienen que ver con la falta de dinero en el país. Tienen que ver con la falta de un Programa de Gobierno.

Alan García termina su primer año con una clara y fuerte demanda: "Los peruanos y peruanas de abajo ya no pueden seguir viviendo como antes y los que gobiernan se equivocan si creen que pueden seguir gobernando el país como antes"; este es, el meollo de la crisis política que vivimos todos los peruanos, es el punto de quiebre que el señor García Pérez aún no termina de comprender.


Ollanta Humala Tasso
Presidente 
Partido Nacionalista Peruano

                                                            Mariátegui. La revista de las ideas.