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                 Contaminación en la Sierra Central del Perú

                

         Niños de plomo. Desde que nacen, los infantes de La Oroya tienen el organismo contaminado con metales por culpa de la minera Doe Run. 

Godofredo Arauzo / Revista Mariátegui
 11/06/07


El medio ambiente aire, agua y suelo de la región central del Perú está tremendamente contaminado: subcuencas de los ríos San José- Anticona, San Juan, Yauli, Huayhuay, laguna de Huascacocha, lago de Junín, de los Reyes o Chinchaycocha; cuenca del río Mantaro, zona agrícola del Valle del Mantaro, etc., especialmente por los relaves, botaderos de desmontes, sedimentos, rebose de las canchas de relaves, agua ácida de las minas, aguas servidas, dispersión de los contaminantes secos por el aire y otros tóxicos, que eliminan sin ningún tratamiento a los recursos hidrográficos nombrados, aire y tierra las 17 compañías mineras en actividad, la refinería de la Oroya y las 67 mineras abandonadas.

A la cuencas del río Mantaro y del lago de Junín, eliminan sin ningún tratamiento las compañías mineras por año cerca de 50,000 de metros cúbicos solamente de relaves y tanto el lago de Junín como el río Mantaro que nace de este lago, se hallan contaminados. El lago expande la contaminación a las zonas de pastoreo de su periferia cuando la compuerta de Upamayo se cierra para aumentar su volumen de agua. Por estos vaivenes del nivel de agua del lago y la contaminación, se estima que se han contaminado e inutilizado 80.000 hectáreas alrededor del lago, como así también han depredado la fauna y flora en más del 80%. En 1978 en la Reserva Nacional de Junín, según Dourojeanni, habían 368 especias de vegetales y 98 especias de aves y en 1998, según Chauca solamente habían 26 especias de vegetales y 36 de aves. Han desaparecido la rana gigante de Junín, batrachoprynus macrostomus, la trucha y está extinguido o en vías de extinción el zambullidor, podiceps taczanowskii, ave símbolo de lago porque sólo en este lugar se reproducía. Se comprobó por estudios histológicos que la rana se extinguió por intoxicación por el cobre, principal componente de los relaves que se eliminan al lago; el zambullidor, por desaparición de su principal alimento: el oriestas y la trucha por la acidez. Se calcula que el lago de Junín se encuentra contaminado en más del 80%; los relaves y otras sustancias contaminantes están sedimentando. reduciendo su profundidad (colmatación) y generando a su vez envejecimiento o eutrofización. Se ha estimado que dentro de algunas décadas se colmatará este lago.

El complejo metalúrgico de la Oroya ahonda la contaminación del río Mantaro, que ya nace contaminado del lago de Junín; eliminan tóxicos líquidos por 40 efluentes al río y al aire: 1000 toneladas de bióxido de azufre, 2500 toneladas de plomo, 2500 toneladas de arsénico, 20 toneladas de cadmio y 20 toneladas de material particulado, en promedio por día, solamente por la chimenea más alta de 167.50 metros de altura, 24,000 toneladas producto de la combustión incompleta del carbón, sin contar los contaminantes tóxicos que eliminan por las 94 chimeneas pequeñas y el incinerador industrial que tiene el complejo (Programa d Adecuación y Manejo Ambiental (PAMA).Complejo Metalúrgico de la Oroya, 1996). Desde que Doe Run se hizo cargo de la Oroya la eliminación de los agentes tóxicos se ha encrementado, por ejemplo el bióxido de azufre en cerca del 300% (Cederstav. La Oroya no Espera, 2002). Además el río Mantaro aumenta su contaminación en la Oroya por los relaves y otras sustancias tóxicas que le llegan por el río Yauli, que trae de las minas que están en las inmediaciones de la laguna de Huascacocha, que se halla también marcadamente contaminada. El Comercio dijo: que si se dejara de eliminar los relaves y otros agentes tóxicos, pasarían 500 años para la recuperación del ecosistema de la laguna Huascacocha.

Una investigación de la Asociación Interamericana de Defensa del Medio Ambiente demuestra que la calidad ambiental de la Oroya se ha deteriorado seriamente desde que el complejo de la Oroya pasó a manos de Doe Run. Según informaciones proporcionadas por la propia empresa, las concentraciones de plomo se elevó en 1,163%, arsénico 606% y cadmio 1,990% ( Portugal y Cols. Los Humos de Doe Run, 2003). Los habitantes de la Oroya tienen altas concentraciones de plomo en sangre: niños de la Oroya Antigua 53.7 ug/dl (DIGESA 1999), embarazadas 39.49 ug/dl (UNES 2002), niños al nacer 19.06 ug/dl, puérperas 319 ug/100 gramos en placenta (Castro 2003) y trabajadores 39 ug/dl (Doe Run. Estudio de Niveles de Plomo en Sangre de la Población de la Oroya 2000-2001:77, 2001); máximo permitido era de 10 ug/dl; actualmente la Academia de Pediatría de USA considera como máximo permitido 0 ug/dl (CERO ug/dl)

El río Mantaro es una cloaca de las compañías mineras; es un río muerto 100% y profundamente contaminado, especialmente por metales pesados: cobre y cadmio 4 veces más de los permitido, plomo 13 veces más, hierro más de 30 veces y en ciertas épocas del año llega a más de 160 veces más de lo permitido (Horgan FG. Rl Mantaro Otro Río Privatizado Hace Tiempo. Convicciones 3-4:54, 2001) Con esta agua tremendamente contaminada se está irrigándose la zona agrícola del Valle. Investigadores noruegos y canadienses recomendaron no irrigar con esta agua sino previo tratamiento, para no contaminar los alimentos que produce y no depredar el suelo. En Oroya, Pilcomayo y Chupuro se halló plomo en el suelo: 3010, 2079 y 1160 ppm; respectivamente; lo máximo permitido es 230 ppm. (Contraloría General de la República. Sección Agricultura, Informe 38-99-CG/AGAm 1999)

Además el agua que consume Huancayo y el centro del Perú no es potable; está fehacientemente comprobado que está contaminado con heces.

Es preocupante que las compañías mineras y las autoridades de todos los niveles concientes del enorme riesgo que generan los contaminantes, a la salud, biodiversidad, ecosistemas y medio ambiente, no han dado prioridad, por lo menos cumplido sus PAMAs, que podrían haber atenuado más no eliminado la contaminación y lo que es aún más grave, las autoridades no les exigen. Más tarde que nunca será una realidad.

                                                            Mariátegui. La revista de las ideas.