¡Libre cultivo de la hoja de coca! ¡Libertad para los presos políticos! 

      
              ¡Coca o Muerte! Un grito que retumba desde El Monzón hasta Huánuco          

    

Se incendia el monte. Ticerán dirigido por sus bases, defenderá la hoja de coca hasta las últimas consecuencias.

Construyendo el cerco a Lima

Yásser Gómez / Revista Mariátegui
 04/05/07

En el Perú se ha iniciado una espectacular "guerra contra las drogas", pero sólo contra el sector más radical y consecuente del movimiento cocalero, el del valle de El Monzón. La DEA y la embajada de EE.UU. monitorean desde Lima la represión y el arrasamiento de los cultivos de Hoja de Coca. Pero esta resistencia milenaria tiene nuevos actores y objetivos claros. 

Hace un mes los campesinos cocaleros de El Monzón pertenecientes a la CENACOP (Central Nacional Agropecuaria Cocalera del Perú) dieron inicio a una batalla milenaria para defender las plantaciones de hoja de coca, que es el único sustento para sus familias. La CENACOP surgió en el año 2003 cuando un sector de cocaleros del Valle de El Monzón, liderados por el agricultor Iburcio Morales -hoy alcalde de El Monzón- se separaron de la Confederación Nacional de Cuencas Cocaleras del Perú (CONPACCP) a cuyos dirigentes acusó de haber traicionado la lucha cocalera, realizando acuerdos con el gobierno de Alejandro Toledo, luego de una multitudinaria marcha desde los valles cocaleros hacia Lima.

Resistencia milenaria
El APRA inició su guerra contra la sagrada hoja con la orden del genocida Alan García de arrasar, bombardear y ametrallar las plantaciones de hoja de coca en el Valle de El Monzón, "porque es zona liberada para el narcotráfico". Pero se chocó con la resistencia inquebrantable de los campesinos monzonianos, quienes liderados por el hoy presidente de la CENACOP, Eduardo Ticerán, dieron el grito de ¡Coca o Muerte!. 

Los primeros días de esta exitosa protesta se realizaron con un paro total en la ciudad de El Monzón y bloqueos de las carreteras de salida tanto para Huánuco, Tingo María como para el Alto Huallaga. Pero como la respuesta del gobierno fue seguir acusando de narco-terroristas a los cocaleros, las bases decidieron mudar el paro y las protestas a la cercana ciudad de Huánuco, como primer paso para una posible marcha a Lima, si seguían siendo ninguneados. 

Establecidos en Huánuco hace quince días, han recibido el apoyo total del presidente de la Región Huánuco, Jorge Espinoza, diversos municipios, sindicatos como el SUTEP, Construcción Civil, estudiantes universitarios, la Asociación de Trabajadores del Mercado Central, movimientos barriales, el Frente de Defensa, algunos gremios de transportistas y el pueblo en general. En el primer discurso que dio Eduardo Ticerán en la plaza de Armas de esta ciudad, quedó claro el significado histórico, económico y cultural de la lucha de los agricultores de la CENACOP. "Si el gobierno quiere arrasar nuestros cultivos de hoja de coca, entonces acá vamos a morir todos: la hoja de coca, los cocaleros y la policía". Por su parte, Iburcio Morales, alcalde de El Monzón, denunció que esta guerra contra los cocaleros es una muestra más de lo servil que es AlanGarcía con Washington, todo con la intención de que EEUU firme el TLC con Perú.

Durante dos semanas los cocaleros monzonianos han realizados piquetes y bloqueos de carreteras en todas las salidas de Huánuco, que ha significado dejar sin conexión a Lima con la selva Central, cortando el traslado alimentos para los mercados y de materias primas para la industria. Pero sobre todo, el exitoso Paro de 72 horas realizado el miércoles 2 , el jueves 3 y el viernes 4 de mayo que ha sido total. Tan es así, que según una fuente policial consultada por la agencia Andina: "De no ser por la movilización de los huelguistas, la ciudad estaría completamente desierta y silenciosa". Por lo que el gobierno reaccionario del APRA los reprimió de manera brutal con el resultado de decenas de heridos, pero dos de consideración, Mildonio Navarro Tadeo de 28 años, herido de bala en el lado derecho del tórax, quien por su delicada situación fue trasladado hacia Lima y Ponciano Jerónimo Rufino, golpeado por cuatro policías con sus varas hasta fracturarle varios huesos. Asi mismo, como parte de la represión participaron integrantes de la DINOES (División de Operaciones Especiales) enviados especialmente desde Lima. Además han encerrado de manera ilegal a más de cincuenta campesinos cocaleros en el penal de Potracancha, sólo por participar de la lucha.

A pesar de la disposición de los dirigentes y las bases de la CENACOP para dialogar con el gobierno del APRA, estos siguen meciéndolos y arrasando las plantaciones de hoja de coca. Por lo que los agricultores cocaleros en esta, su habitual resistencia milenaria, tomarán medidas radicales como marchar a Lima, no sin antes, bloquear la carretera central a la altura del Centro minero de la Oroya y así asfixiar a la opulenta capital del Perú.

Y hoy nadie puede negar que el grito de ¡Coca o Muerte! también retumba en Lima.

                                                            Mariátegui. La revista de las ideas.