¡Libre cultivo de la hoja de coca! ¡Libertad para los presos políticos! 

      
                         ¿Biocombustibles o la Globalización del Hambre?          

         

Siniestro. Dejar de alimentar a la gente, para mantener el ritmo de producción acelerado en las industrias de las potencias mundiales. 

Antonio Molina / Agencia de los Pueblos En Pie - Revista Mariátegui
 11/05/07


Sin duda alguna uno de los temas sensibles para el comun de los Pueblos en estos nuevos tiempos de cambio, es la del descabellado plan de Mr. Danger, de utilizar el maiz entre otros alimentos de la gente para producir los llamados biocombustiles que sustituyan a los derivados de los hidrocarburos. 

No obstante es reveladora y para nadie ya hoy un secreto la profunda crisis, del Imperialismo que no se reduce exclusivamente a lo económico, sino que es global, es decir abarca las esferas de lo politico, ideologico, etico y cultural; trasformándose en una verdadera crisis de la civilización. 

Los diversos movimientos y organizaciones sociales de Nuestra América, han planteado su rechazo rotundo a la nueva "Iniciativa", que entre otras cosas no es más que la búsqueda de una nueva fuente de energía a costa del hambre y la miseria de millones de Latinoamericanos. "Primero las dictaduras militares, Ahora la dictadura del Mercado". 

El movimiento de los campesinos Sin Tierra del Brasil y la organización internacional Vía Campesina condena la iniciativa del presidente Bush, que en su viaje latinoamericano se propone seducir y cooptar a los gobiernos de la región para que promuevan la producción a gran escala de biocombustibles -como alcohol procedente de la caña de azúcar y el atabal procedente del maíz- para exportarlos al mercado norteamericano. 

Se reunieron en Mali 600 dirigentes de todo el mundo, científicos, ambientalistas y dirigentes feministas para discutir los problemas relativos a la soberanía alimentaria en nuestros países. Hemos analizado la ofensiva en curso a favor de la producción de biocombustibles, y hemos concluido que se ha fraguado una "alianza diabólica" , a fin de unificar los intereses de tres grandes sectores del capital internacional: la corporaciones petroleras, las transnacionales que controlan el comercio agrícola y las semillas transgénicas y las empresas automovilísticas. ¿Qué quieren? Mantener el actual nivel de consumo del primer mundo y sus propias tasas de beneficio. Para lograrlo, pretenden que los países del Sur concentren su agricultura en la producción de combustibles que habrán de servir de alimento de los motores del primer mundo. 

El Presidente Fidel Castro, en el artículo "La internacionalización del genocidio" , llama la atención respecto a las reuniones realizadas en Camp David entre Lula y George W. Bush para tocar el tema de los bioenergéticos, resaltando que poco o nada fue determinado acera de las medidas proteccionistas, subsidios y apoyo a la producción del etanol que los Estados Unidos brinda a su sector agrícola. Además, tampoco se ha mencionado el tema de qué países asumirán el reto de proveer las más de 500 millones de toneladas de maíz y otros cereales para poder convertir la materia prima en biocombustibles necesarios para satisfacer las demandas energéticas de los Estados Unidos, Europa y demás países. Los cinco países principales productores de maíz, cebada, sorgo, centeno, mijo y avena suministran, actualmente, 679 millones de toneladas. Los cinco primeros consumidores, algunos de los cuales también son productores, requieren de 604 millones de toneladas para abastecer sus necesidades alimenticias. Queda un excedente de 80 millones, lo que no abastecería ni el 15% del consumo anual de combustible de los automóviles de los países ricos. 

Pero las implicaciones de este nuevo negocio que aumenta la brecha entre Ricos y Pobres, la defienden "personajes" de la naturaleza de Álvaro Uribe Vélez, presidente de Colombia, quien se mostró partidario de los Biocombustibles; y propuso además que 44 millones de hectáreas de Sabana en el país sudamericano y utilizado como la punta de lanza del Imperialismo, podrían servir para la producción de Energía. 

Y nadie se ha preguntado de quienes eran todas ésas 44 millones de hectáreas, pues hoy están en manos de los nuevos narcoterratenientes y paramilitares que despojaron a sangre y fuego a más de 5 millones de colombianos sus tierras y de paso los desplazaron sin posibilidades de regresar por lo arrebatado. 

Lejos de llenar las expectativas ambientales y sociales, abrió la puerta a la emisión de contaminantes peligrosos para la salud y la calidad del aire. 

Sin embargo ese mercado de biocombustibles en vertiginoso ascenso está afectando la vieja necesidad de alimentarse de los más pobres. Lo hemos visto últimamente en las manifestaciones de México después que la principal comercializadora de grano del mundo, la norteamericana Cargill, hubiera preferido vender el maíz a las compañías energéticas norteamericanas a futuro que a los tortillerías mexicanas al presente. En México, cuna de este cereal, la tortilla dobló automáticamente su precio. Este fenómeno se está reproduciendo en muchos otros lugares. Así nuestro voraz consumo energético en el Norte se enfrenta hoy a la seguridad alimentaria del Sur. Se confrontan derechos de distinta naturaleza entre personas muy alejadas entre sí. Derecho, por ejemplo, a utilizar aires acondicionados o manejar automóviles 4x4 en España, frente al derecho a alimentarse con tortillas de maíz (lo más barato de comer en América Latina) de los que están en la retaguardia de la globalización. Una nueva interferencia peligrosa y de moda que debemos tener muy en cuenta. 

Casi como una reacción desesperada de una hidra malherida, acorralada por los pueblos y por una realidad mundial, que no sólo no puede controlar, sino que le es cada día más hostil, y es particularmente antinorteamericana a largo plazo, el pool petrolero adueñado de la Casa Blanca, desde el golpe legal del 2000, consolidado por el autoatentado de las Torres Gemelas, acaba de buscar una salida desesperada a la crisis del petróleo, a la del dólar y a la emergencia de un nuevo bloque de poder mundial expresado en las posiciones autónomas de China, Irán, la Revolución Venezolana, la revolución Boliviana, Ecuador, el crecimiento de la India, Brasil y la nueva actitud más autónoma del gobierno de la nueva oligarquía rusa expresada por Vladimir Putin, que descubrió que después de Irán les tocaba a ellos... 

Los impactos ya se han demostrado en paises como México Guatemala y Bolivia. El incremento de 78 por ciento en el precio del maíz blanco , principal renglón de la dieta de los guatemaltecos, causa alarma en el país debido a sus efectos negativos en la alimentación familiar. En México los productores rechazan usar caña de azucar para biocombustibles La industria cañera no debe distraerse en la generación de energías alternas porque podría repetirse lo que pasa con el maíz, que se encareció por utilizarlo en la producción de etanol en países como Estados Unidos y Brasil. 

Y en Bolivia se ha anunciado que, ya son participes del ingreso de las grandes empresas transnacionales al pais andino, tratando de reinsertarse dentro del imaginario colectivo, impulsando otra faceta de las constantes embestidas que prometen grandes cambios sociales y ambientales, para conservar su filosofía del lucro, de la jerarquización y sumisión de nuestras hermanas naciones, que sufren similares destinos. 

Los vehículos alimentados con etanol podrían contribuir al desarrollo de una mayor cantidad de enfermedades y muertes producto de enfermedades respiratorias que los autos y camiones impulsados por gasolina, reveló un estudio realizado en Estados Unidos. 

Queda demostrado, que los llamados Biocombustibles, representan un letal peligro para la vida de los seres humanos en nuestro planeta. Y es preciso continuar analizando, estudiando las investigaciones hechas hasta el momento, que le permitan a los movimientos sociales y populares sobre todo el Latinoamérica, conocer las verdaderas consecuencias de esta macabra "iniciativa Gringa", que como ya sabemos no será nada prometedor para la vida, y por tanto será altamente lesivo para la misma existencia de la Humanidad.

Globalicemos la Resistencia para contraponernos a la internacionalización del hambre. Y con esto no permitir la utilización de la comida de nuestros pueblos en beneficio del capital trasnacional decadente e inhumano. 

                                                            Mariátegui. La revista de las ideas.