¡Libre cultivo de la hoja de coca! ¡Libertad para los presos políticos! 

      
            Autopsia de Ingrid Betancourt

                 

                     

Carlos de Urabá / Kaos en la Red - Mariátegui
 23/02/09

Más que una biografía Ingrid precisa de una autopsia. Hay que diseccionarla a conciencia para descubrir los entresijos de su personalidad oculta.


Cuando vi la famosa foto de Ingrid en su cautiverio me dije, ¡ya está! le llegó la menopausia. Qué más puede ser: a punto de cumplir 47 años, la cabeza gacha, ese rostro de dolorosa, los labios marchitos y la mirada esquiva. Más tarde nos dimos cuenta que todo fue un teatro planeado con sus captores con el fin de inspirar compasión y presionar el intercambio humanitario -rescátenme, por favor, me estoy muriendo, indolentes- la menopausia es un periodo natural y no hay que prestarle mucha importancia: algunas mujeres se ponen neurasténicas, otras deprimidas, las hay que se empachan de chocolates, muchas se vuelven compradoras compulsivas y a las más críticas les entran ataques de histeria. En cambio a Ingrid le ha dado por los delirios de grandeza. 

A Ingrid le advirtieron el peligro que suponía adentrarse por una carretera inhóspita en esas circunstancias, pero ella prefirió correr el riesgo. Prácticamente se entregó en bandeja de plata a la guerrilla de las FARC. Todo fue fruto de un montaje publicitario para intentar sacarle un rédito político a su captura. No olvidemos que cuando ella fue secuestrada se encontraba en plena campaña política para las elecciones del 2002 y las encuestas le otorgaban una bajísima intención de voto. Había que realizar un acto espectacular, no sé algo que impresionara a la opinión pública. Una estrategia astuta y bien planificada por los cerebros de su campaña. A la cabeza su esposo el defenestrado publicista Luís Carlos Lacompte. Cuando Ingrid se movilizaba hacia la zona de despeje en el Caquetá donde tenía previsto relanzar los diálogos de paz con su presencia, cayó en un retén de la guerrilla. Un botín muy tentador, qué bomboncito más dulce: una niñita consentida de la alta sociedad bogotana. Ingrid pensó que su travesura iba a durar un par de días y luego la soltarían para ser aclamada en olor a multitudes en la plaza de Bolívar. Pero le salió el tiro por la culata. Se la llevaron monte adentro donde permaneció cautiva casi siete años en la selva. 

Hasta que de pronto un buen día, cuando ya todos la daban por muerta, las agencias de noticias anunciaron que Ingrid había sido liberada. Los servicios secretos de EEUU y Francia junto al ejército colombiano la rescataron luego de ofrecer a sus captores el pago de una millonaria recompensa. Y por fin ya libre a disfrutar de la fama y el dinero. Enardecida elogió la política seguridad democrática de Uribe y se rindió a los pies del minúsculo faraón paisa;aprobó la invasión del territorio ecuatoriano, el bombardeo y la masacre en el campamento de Raúl Reyes. De inmediato la presidenta Bachelet de Chile la propuso para el Nóbel de la Paz. No nos extraña pues ese premio se lo han ganado otras bestias como Kissinger, Simón Peres, Isaac Rabin o Walesa.Sin apenas cambiarse de ropa salió como alma que lleva el diablo hacia Paris en el avión presidencial que le mandó Sarkozy. Aclamada por todo le mundo, elevada a los altares por los medios de comunicación, miles de fotos, entrevistas, conferencias de prensa, recepciones, medallas, genuflexiones, ágapes, desfiles de la victoria. No está mal el favor que le hizo la guerrilla. 

Pero, ¿qué ha echo está señora para merecer tanta importancia? Nada, sencillamente nada. Estar tendida en una hamaca tejiendo para sus hijitos calcetines y bufandas y rumiando su desconsuelo. La niñita engreída de papito y de mamita ahora se ha convertido por obra y gracia del espíritu santo en una heroína.Hasta la han comparado conJuana de Arco. A lo mejor es su reencarnación, ¿quién sabe?No hay más que verla enarbolando la bandera de Cristo Rey,la musa de la liberté, égalité, fraternité. Monsieur Sarkozy la elevó a lo más alto del Olimpo, la doctora Ingrid condecorada en los Champs Elysees como prócer de la república francesa en plena fiesta nacional y con un sueldo vitalicio de10.000 euros mensuales. Se lo merece pues ha sufrido tanto la pobrecita. A los pocos días tras un arrebato místico peregrinó al santuario de Lourdes para darle gracias a la virgen por el milagro concedido, (milagro que costó 20.000.000 de dólares) Sin perder un minuto tomó su avión privado y rauda fue a arrodillarse a los pies del furher Ratzinger en el Vaticano. Mientras Ingrisita besaba su anillo, Benedetto XVI la proclamó beata de la cristiandad. 

La empresa de Ingrid es todo un éxito, es tan productiva que poco le ha afectado la crisis económica mundial, es una multinacional de la paz, la libertad y la solidaridad casi indestructible. Desde que se fundaron los comités Ingrid Betancourt la cosa ha ido viento en popa. La familia de Ingrid maneja cuentas en Suiza, se desplaza en aviones privados y tiene varias mansiones en la cote d`Azur. Incluso han invertido en bolsa pues las donaciones millonarias rinden dividendos excepcionales. Porque la gente se preguntará, ¿de dónde saca el billete sino ha trabajado durante tantos años? En la selva que sepamos sólo estuvo haciendo punto y enseñándoles francés a sus camaradas de cautiverio. Uno de sus alumnos fue J. Frank Pinchao quien después de años de curso intensivo lo único que aprendió fue "Bon Jour" y "J´etaime". Según su ex esposo Fabrice Delloye, Ingrid era negada para el francés y a trancas y barrancas se hacía entender. 

El pueblo francés hundido en la recesión ya no la aguanta, está que arde de rabia, ve a Ingrid como un parásito, un inmigrante más que se ha colado en la corte de vanidades de Sarkozy. La que faltaba para el ménage à trois con Carla Bruni. Qué esa arribista colombiana viva a cuerpo de rey a costa del erario publico, es algo inaudito. Aunque la propaganda estatal intente convencerlos de lo contrario, que es francesa, más francesa que el pate de foie-gras, que está emparentada con Luis XVI y Maria Antonieta, que Betancourt es un apellido de linaje, de alta alcurnia y descendiente de los reyes Normandos. ¡Qué cosa más ridícula! en Colombia ese apellido es muy común y lo llevan desde los negros, los indios o los mestizos. Suele ocurrir que las familias más encopetadas pretendan buscar su rancio abolengo en Europa. Porque es fundamental exhibir el árbol genealógico impoluto. A ella le dieron los papeles franceses por sus relaciones con la crema y nata de la petit bourgoisie y gracias a su matrimonio con el diplomático Delloye. Ante tal éxito su hermanita Astrid no se podía quedar atrás según sus biógrafos después de semanas de asedio asaltó por sorpresa la residencia del embajador francés en Bogotá, monsieur Daniel Parfait, expulsando del lecho nupcial a su mujer Nicole. Ahora Astrid es considerada una de las damas con más influencia en la corte del palacio del Eliseo. 

El papito de Ingrid también fue político, ministro de educación y embajador. El excelentísimo señor Doctor Gabriel Betancourt inició su brillante carrera a órdenes de la dictadura del genocida y corrupto general Rojas Pinilla que le encomendó la tarea de "educar al pueblo colombiano". Al tiempo que su mamita, Yolanda Pulecio, ejerció de reina de belleza, diplomática, política y ángel de la guarda de los niños pobres bogotanos. . ¡Qué hermosa misión! "Mamá Yolanda" recogía las limosnas en los clubes de la alta sociedad para luego repartirla por los barrios pobres y así ganarse el cielo. Como suele suceder en Colombia las reinas de belleza tienen un estatus parecido al del presidente o el cardenal primado y sus deseos son órdenes. Doña Yolanda Pulecio se ha distinguido por ser una mujer muy astuta y pretenciosa., la "reina madre" es la clásica arpía que no desfallece en su afán por sobresalir y opacar a los adversarios. Maneja un ego estratosférico muy difícil de saciar Y no ha tenido ningún escrúpulo en adquirir protagonismo a costa del drama de su hija. Fruto de esta mezcla explosiva salió Ingrid Betancourt que con creces ya ha superado a sus progenitores. 

En Colombia es tal el complejo de inferioridad que mucha gente cree que bautizando a sus hijos con nombres extranjeros elevan el pedigrí de sus cachorros. Es el típico caso de la aristocracia criolla heredera de los decrépitos castellanos viejos, beatos babosos que se inclinan a recibir la comunión de manos del Cardenal primado, conversos que se rompen el pecho rezando el rosario tres veces por día. Ingrisita fue criada por coimas y mucamas, jamás se puso un vestido sola, jamás se limpio el culo sola, jamás supo lo que era una olla o una trapeador. Su acento denota su petulancia, un dulce acento de mojigata o chica chic del club de los Lagartos. Todos la alaban: habla un castellano que envidiaría Cervantes, usa la gramática más pura y el léxico perfecto. Son sólo apariencias y lisonjas fugaces. de todos es sabido que la hipocresía es el principal rasgo del carácterde la aristocracia criolla. Lo demostró a cabalidad cuando recién liberada esbozó una cínica sonrisa ante el abrazó emocionado de su marido Luís Carlos Lacompte y sin inmutarse un pelo se subió en una limusina de la embajada francesa dejándolo tirado en la cuneta como si se tratara de un perro sarnoso.

¿Qué más se puede esperar de esta furibunda mestiza?Después de tantos años interna en el selva ahora quiere recuperar el tiempo perdido, ella se sabe la elegida por Dios padre omnipotente para redimir este mundo plagado de bandidos y terroristas. Ingrid es el adalid de los derechos humanos, en ella se encarna el sufrimiento de todos los secuestrados y desaparecidos. Merece ser beatificada como la patrona de los cautivos.

Ingrid siempre vivió en un cuento de hadas; Desde la más tierna infancia cursó sus estudios en el liceo Francés de Bogotá, donde comprendió que lo más importante en la vida es encontrar a un príncipe azul que la lleve a lo más alto de la Tour Eiffel. Su libro preferido: "El Principito", de Saint Exupéry, por supuesto. Ya adolescente se trasladó con sus padres a París donde continuó sus estudios hastagraduarse en el Instituto de Estudios Políticos. La pequeña burguesía criolla se la pasa soñando con New York, Miami, Madrid o Paris. Aman todo lo que le suene gringo o europeo y odian a su propio pueblo. Sea como sea su estirpe debe perpetuarse porque así funciona la monarquía colombiana; es endogámica y se reproduce entre clanes familiares de apellidos ilustres. Una verdadera clonación en el mejor sentido de la palabra. Ingrid igual que su papito tenía que ser política, la heredera al trono, pero no cualquier política, debía aspirar a la máxima investidura, a la presidencia de la república y convertirse en la primera mujer en llegar al palacio de Nariño. 

Esa es la lógica de la aristocracia criolla: la megalomanía y los delirios de grandeza. Lo mismo sucedió con el hijo del famoso pintor Botero. Estaba escrito que él sería el nuevo Simón Bolívar. Pero el pícaro muchachito setorció aliándose con los narcotraficantes para financiar la campaña política del partido liberal. Hoy vive exiliado en México disfrutando de los milloncitos que se robó a manos llenas. Este casó mejor conocido como el proceso 8000 es la demostración más clara que el dinero de la droga alimenta el fuego de la "democracia" colombiana. La libertad burguesa es bien egoísta, unos la disfrutan mientras la inmensa mayoría permanece encerrada en una jaula.

¡Ingrid, estás divina! ¡regia mijita! cómo la adulan y le echan flores los poetas palaciegos. Influida por la moda del ecologismo europeo fundó su partido Oxigeno Verde. No en vano había estudiado en la facultad de sciences politics donde fue adoctrinada con las teorías de Daniel Cohl-Bendit, Dany el Rojo del mayo del 68. Según cuentan las malas lenguas en ese entonces Ingrid y Astrid le echaron el guante a monsieur Dominique de Villepin, un prestigioso profesor que más tarde sería primer ministro del gobierno de Jaques Chirac, a quien se llevaron al huerto en sus prácticas extracurriculares. Como no tenían nada que hacer los niños bien de la clase alta capitalina se les ocurrió la brillante idea de salvar el planeta tierra ¡Divino! Ingrid con Clarita Rojas, su jefe de debate, su esposo, el cornudo apaleado de Lacompte y director de su campaña, la reina madre, doña Yolanda Pulecio y otros amiguitos y amiguitas lanzaron a Ingrid como candidata a la presidencial de la república por el partido Oxigeno Verde. 

Ahora después de las liberaciones sabemos que todo fue un burdo montaje: Clarita no era ni amiga ni iba a ocupar la vicepresidencia, simplemente la metieron en las listas para darle importancia y protagonismo tras el secuestro. Pasaba por allí y le tocó seguir a su líder espiritual. Y fíjense que entre ellas no se pueden ver, se tiran de los pelos, son enemigas acérrimas. Ingrid le tiene mucho odio desde que Clarita se acostó con un eminente guerrillero que la sedujo con su labia marxista. La puso a guarachar de lo lindo y que mejor que la jungla para gozar de los placeres prohibidos. ¡Qué maravilla! libre para hacer el amor en los playones del Guaviare lejos de los pomposos salones de la sociedad conservadora bogotana. Exótica aventura en medio del fragor de la batalla. Clarita se echó en brazos de la revolución y comprendió lo que significan los escarceos románticos, los idilios clandestinos y las declaraciones de amor a la luz de la luna. No todo iba a ser un valle de lágrimas, ¿no? ¡Qué paradoja! ahora rodeadas de lujos y comodidades echan de menos las emociones fuertes, la fiebre y el jadeo tropical. El tedio no lo soportan, la rutina urbana en Bogota, Paris, New York o Miami no las convence. ¡qué aburrimiento! A pesar que las mesas estén repletas de platos exquisitos, las mil y una noches, tanta fama y oropeles no son suficientes para llenar ese vacío. Las lenguas viperinas las han señalando como amantes de los guerrilleros y ese estigma va a ser difícil de quitárselo. La alta sociedad capitalina las ha proscrito. Pero, ¿qué hacer ahora? los chicos que las rodean no dan la talla, esos cachacos pendejos están entretenidos con el Apple y los computadores. Las niñitas excitadas se suben por encima de las paredes y locas buscan infructuosamente algún sucedáneo. Ingrisita, ¿qué haces en Paris rodeada de metrosexuales y amanerados? ni punto de comparación con esos guerreros indómitos tan toscos y bruscos pero tan suculentos en las lides amatorias. 

Ya libre Ingrisita lo primero que hizo fue dedicarse a la vie en rose: vacaciones en las islas Seychelles, playas paradisíacas, hoteles cinco estrellas, grandes recepciones y banquetes para intentar saciar el hambre atrasada. Lo malo es que mientras se hartaba de caviar y champagne se le aparecían los fantasmas de sus compañeros de cautiverio reclamándole por su indiferencia ¡Oh qué remordimientos! Ella les había prometido que jamás los olvidaría, juró y perjuró que lucharía hasta la muerte por rescatarlos. Ingrid de repente se dio cuenta de su error ¡El Nóbel, por Dios !el trofeo más codiciado se le escapaba de las manos. Tenía que ganar puntos y de prisa llamó a Miguel Bosé, Alejandro Sáenz, Shakira y Juanes, afamados artistas, cocainómanos y marihuaneros muy entendidos en los temas humanitarios. El objetivo: ganarse el premio Nóbel de la Paz, pasar a la posteridad y ver escrito en letras de oro su nombre en los anales de la historia.Pero tenía que hacer algo extraordinario, algo que impresionara al jurado sueco: acostar en la misma cama al Mono Jojoy y a Uribe, liberar a los rehenes, y firmar un tratado de paz duradero en Colombia. El caso es que desde la su suite presidencial en su castillo parisino no iba a materializar su sueño dorado. Y es que los milagros tenía que hacerlos en Colombia, claro. Ingrid armada de jubilo inmortal organizó marchas de solidaridad por los secuestrados, marchas mundiales, continentales, universales, quería ver a millones en la calle portando su retrato, gritando su nombre ¡Ingrid que seriamos sin ti! pero ese montaje programado por los medios de comunicación, fracasó. No supo asumir la derrota y herida en lo más profundo de su ser le exigió a monsieur le president Sarkozy que la nombrara embajadora extraordinaria y plenipotenciaria de la V república. Juana de Arco tomó el primer avión con destino a Colombia para demostrar su amor y fidelidad a su amada patria. Tenía que presentarse urgentemente en el país para calmar las críticas que la tildaban de ingrata traidora. En ese tour por América Latina visitó presidentes, ministros, obispos, cardenales, estuvo en Ecuador, Argentina, Brasil, Chile, México, le echaron flores, le cantaron serenatas, la recibieron con alfombra roja, saludó hasta Madonna en la Casa Rosada. Tuvo encuentros muy fructíferos con los presidentes Lula, Kishner, Bachelet, Uribe, Chávez, Calderón. a los que les presentósu plan de paz avalado por el presidente Sarkozy. Su intención no era otra que desbancar a la senadora Piedad Córdoba que con justicia es la única mediadora valida para el intercambio humanitario. En fin, todo se quedó en el fuego fatuo de una vanidosa comedia: flashes, carros blindados, guardaespaldas, perros sabuesos, hoteles de cinco estrellas y mucho caviar y mucho champagne. 

Lo cierto es que el pueblo colombiano la odia, su popularidad es nula. Qué más se puede esperar de una mujer que se abraza a la bandera francesa despreciando a la tierra que la vio nacer. Ingrid adora Francia, la grandeur de la France ni compararlo con ese país tercer mundista poblado de salvajes, un país de lichigos amantes del aguardiente y el vallenato. Ella ha preferido encerrase en la torre mas alta de su castillo parisino a descansar, reflexionar y sentada frente a la chimenea escribir sus memorias. Aunque últimamente se le ha visto por la Avenue Montaigne comprando en las boutiques más lujosas los trajes diseñados por los mejores modistos de la Ciudad Luz. Todas esas veleidades parece que no la satisfacen porque cuando se acuesta en su cama y conversa con la almohada echa de menos la cintura criolla, el cuerpo a cuerpo, la piel con piel del trópico ardiente. 

Lo que le aconteció a su esposo Luís Carlos Lacompte es imperdonable. Ese santo varón se la pasaba lanzando en la selva desde las avionetas fotos de sus seres queridos para brindarle consuelo, le recitaba poemas por la radio y no se cansaba de jurarleamor eterno. ¡Increíble! Juan Carlos Lacompte se desvivía las veinticuatro horas por ella, no hacía sino recorrer el mundo hablado sobre su caso, exigiendo su libertad. Y doña Juana de Arco, sin clemencia, le dio una patada en el culo. ¡Qué asco! Ahora el pobre se retuerce de rabia, pues en sus planes estaba el asumir el papel de príncipe consorte y acompañar a Ingrid en sus periplos urbi et orbi. Pero así actúan estos oligarcas: te usan, te utilizan y cuando ya no sirves, te tiran a la basura. 

Hasta en la sopa se encuentra Ingrid, nuestra heroína sale todos los días en los noticieros, en los programas de radio o en las portadas de la prensa. Su presencia es más divina que humana pues parece que goza del don de la ubicuidad. Hasta la hemos visto en las elecciones presidenciales de Estados Unidos declarando que adora Obama pues desde que salió de la selva tiene una gran debilidad por lo étnico. Desde Washington voló en su avión privado hasta Italia para recoger un nuevo galardón, la mujer del año 2008. No para, se le nota eufórica, el príncipe de Asturias de la Concordia también recayó en sus manos. Vive una segunda juventud. Y hasta la retrataron agarrada de la mano de un hombre en las playas de Miami. Las revistas del corazón hicieron su agosto: que es un amante; que no, que es un amigo; que no, que era un primo como en la canción del santo cachón. Allá en el hotel Ritz-Carlton uno de los más lujosos del mar Caribe se divirtió de lo lindo junto toda la familia en un justo homenaje a su noble figura.

La suerte está echada, su futuro sin duda se encuentra en Europa. Seguramente Sarkozy la nombrará alta consejera o quizás ministra o vaya uno a saber si lanzará su candidatura al parlamento europeo ¿por qué no? Aunque su prioridad es el Nóbel, a pesar de la metida de pata que tuvo al convocar a los periodistas a una rueda de prensa creyendo que se lo iban a otorgar este pasado mes de noviembre. Ya tenía hasta preparado el discurso de aceptación y la corona de laurel lista para ceñirla en sus sienes. Pero se le atravesó en el camino ese cabrón de Martti Attishari. ¡Una injusticia manifiesta! -comentó en privado Sarkozy. Este es un asunto prioritario y no se puede jugar con el honor de la república francesa. Desde el palacio del Eliseo se están realizando todas las transacciones necesarias en bonos del estado yeuros para que este año 2009 le concedan por aclamación el Nóbel. La historia de Ingrisita, como en el cuento de Caperucita Roja, debe tener un final feliz. Ya ha cruzado el Arco del Triunfo y se apresta a brillar con luz propia opacando hasta el mismísimo creador del universo.

------------------------
Carlos de Urabá es Investigador de Colombia














                         

 

                         

                




                  


 

 

 

 

 

                                                            Mariátegui. La revista de las ideas.