¡Libre cultivo de la hoja de coca! ¡Libertad para los presos políticos! 

      
                A propósito de la Asamblea Popular Nacional

                 

         Propuesta popular. En un mitin donde las masas se desbordaban, Ollanta Humala lanzó la idea de la Asamblea, que entusiasmó a muchos. 

César Zelada */ Mariátegui
 09/08/07

En el mitin del 11 de julio, el líder del nacionalismo peruano, por la presión social, hizo un planteamiento a la Confederación General de Trabajadores del Perú (CGTP) y a las masas presentes a organizar una Asamblea Popular Nacional (APN) para unificar la lucha contra el gobierno de Alan García. 

Humala dijo, "…cuando los de arriba ya no pueden gobernar y los de abajo ya no se dejan gobernar, existe una crisis del sistema político…", "…por tanto hay que organizar una Asamblea Popular Nacional para enfrentar al gobierno aprista…". 

Para algunos esto suena a puro discurso. Para otros no existen condiciones para una APN. Estos últimos prefieren una Asamblea Constituyente (AC). Dicen que el pueblo no tiene conciencia ni tradiciones revolucionarias sobre las Asambleas Populares (APs). 

¿Puro discurso?
El líder del Partido Nacionalista Peruano (PNP) hasta el momento manifiesta las ideas del patriotismo nacionalista. Este hombre actúa por las presiones de las clases sociales. Es por eso que en algunos puntos como el TLC es vacilante. Un día dice que esta en contra y otro día dice que quiere negociar en mejores condiciones. En verdad, sus zig zags parecen más al de Lucio Gutiérrez que a los de Hugo Chávez. Sin embargo, el planteamiento de organizar una APN es acertado. 

En verdad, más allá de que Ollanta lo haya planteado, las APs son potencialmente las herramientas tradicionales de organización por las cuales el pueblo podrá derrotar a la dictatorial administración García (aunada a una huelga nacional indefinida, como paso previo). Es por esto que los medios de prensa burgueses han respondido histéricos. "…Humala se une a los radicales comunistas…". 

A Humala lo han escuchado millones de trabajadores refiriéndose a realizar una APN. Este es un paso en el camino correcto. Solo la APN puede aglutinar a todos los trabajadores peruanos. Solo un organismo de estas características podría paralizar totalmente todo el país (y particularmente la capital). Lo que correspondería ahora es llevar a cabo, autónomamente pero coordinadamente, reuniones para organizar las APs en cada fábrica, en cada barrio, en cada distrito, provincia y región del país. 

Pero esta consigna debe ser clara y no confusa. Plantear la APN y la AC puede ser peligroso. ¿Cual de las dos Asambleas será la prioritaria o principal? ¿En cual de las dos asambleas el pueblo puede avanzar en su fortalecimiento como organización? 

La consigna de la Asamblea Constituyente 
En Perú el estado burgués está en crisis. Si hay algo que caracteriza en los últimos días a las regiones de Ucayali, San Martín, Arequipa, Puno, etc. es que ni siquiera las FF.AA. han podido imponer el orden burgués. Al contrario, las fuerzas policiales (y armadas en algunos casos como Juliaca y Arequipa) han sido subordinadas por las masas. 

Esto no significa que el Estado burgués peruano no exista. Sino que el Estado esta muy debilitado. En algunos lugares como Ucayali, el pueblo tenia el poder en sus manos las semanas pasadas (ahora ya no). Pero ahora se ha recuperado por la falta de una dirección realmente revolucionaria en los sindicatos y organizaciones populares. 

El uso de las FF.AA. (Estado de emergencia solapa) lejos de intimidar a los trabajadores, ha tenido el efecto contrario, ha provocado en las masas más determinación y energía. 

En el Perú la inestabilidad política es la norma y eso no es más que un reflejo de la incapacidad del capitalismo para solucionar los problemas más urgentes de las masas. Y el gobierno ha sido el mejor agitador para que todo esto suceda. Lenin decía que, "…un hombre al borde del abismo no piensa…". Y eso es lo que esta pasando con Alan García. Cada viaje del presidente a las regiones para moderar los ánimos de las masas solo conseguía agitar más el espíritu de lucha democrático. El Perú esta ingresando en la onda del proceso de la revolución latinoamericana. 

En este contexto, la consigna de la Asamblea Constituyente juega un rol nefasto. Claro, no se trata de oponerse a la AC por oponerse. Pero en una situación de auge de la lucha de clases donde la burguesía esta alarmada, lo que necesitamos es mas claridad y centrar nuestras fuerzas en un solo objetivo. 

Hay que recordar que Acción Popular, Javier Valle Riestra, apoyaron la AC. De igual manera lo hacen varios juristas liberales. ¿Por qué lo hacen? Porque la AC es una consigna democrática burguesa. 

Hay compañeros que levantan la consigna de la AC creyendo honestamente que esta ayudará a elevar el nivel político de las masas. Pero de lo que se olvidan estos compañeros es que la AC es la cancha de la burguesía. Es decir que ellos nos pondrán el árbitro y la pelota. Aquí no hay ninguna probabilidad ganar. Si hacemos eje de nuestra intervención política en la convocatoria a la AC estamos condenados a la derrota. 

En realidad la Asamblea Constituyente no es más que un nuevo parlamento burgués bajo otro nombre diferente y por ese motivo puede ser fácilmente usada por la oligarquía, por la clase dirigente para desviar la atención de la lucha revolucionaria de las masas hacia el terreno parlamentario. En un momento en que las masas más amplias de la población, sobre la base de su propia experiencia, empiezan a entender que no basta con votar a un presidente u a otro cada pocos años, sino que hay que cambiar el sistema de raíz, qué mejor desde el punto de vista de la burguesía que tratar de ofrecer el mismo paquete pero con un envoltorio nuevo y más "atractivo", cambiar el nombre para no cambiar nada. 

Pero esto no es algo nuevo como tratan de querer hacernos creer algunos compañeros que no creen en la historia de los últimos 30 años de vida revolucionaria en nuestro país. La vida enseña. Un ejemplo del carácter democrático burgués de la AC es la constitución de 1979. 

La AC de 1979 sólo se convocó debido al paro nacional de masas que tuvo características insurreccionales. En esas condiciones la Asamblea Constituyente desvió la atención de las masas al terreno electoral y legalista. La AC en aquél entonces elaboró la constitución más democrática hasta ese momento: La constitución de 1979 (con un 33% e representantes de la izquierda, la firma de Haya de la Torre y el APRA). Algunos sectores de la izquierda marxista no la firmaron. En esta se defendía la estabilidad laboral, entre otras cosas, pero también respetaba la propiedad privada. Ni siquiera la Moción Roja impulsada por Hugo Blanco pudo cambiar eso. 

Al año siguiente, después de una reorganización de la derecha, Belaunde Terry ganó las elecciones presidenciales. En su segundo mandato, Belaunde no respetó la Constitución del 79. Para los grupos de poder esta constitución era una hoja sin contenido real que la tiraba al tacho de basura cuando se les daba la gana. Y es que como señalamos anteriormente, la izquierda (estalinista, trotskista, maoísta, etc.) se terminaron adaptando al régimen burgués y se olvidaron de la estrategia del poder revolucionario. Todas sus fuerzas las dedicaron a la AC y nos llevaron al fracaso. El reformismo por un lado, y las vacilaciones por otro, nos llevaron a la situación que vivimos ahora. 

La AC en el Perú solo servirá para darle más tiempo y oxígeno a la burguesía para que se recupere, reorganice y luego salga a la ofensiva. Cuando vean que el pueblo deje las calles, paros, huelgas, y tomas de carreteras, sacaran los tanques de nuevo para descabezar al movimiento revolucionario. 

Algunos pueden señalar a las experiencias de Bolivia y de Venezuela para justificar la exigencia de una Constituyente. Sin embargo, en Venezuela vemos cómo ahora se está discutiendo la necesidad de reformar la Constitución Bolivariana elaborada por la Constituyente. La AC en Venezuela a pesar de tener una mayoría aplastante Bolivariana elaboró una constitución que, a pesar de todos los avances democráticos, sigue reconociendo el régimen de la propiedad privada. En el caso de Bolivia, fue sólo la incapacidad de la dirección para aprovechar las jornadas revolucionarias del octubre rojo del 2003 y de la movilización de mayo-junio del 2005, lo que llevó al movimiento al terreno del parlamentarismo. Ahora la Asamblea Constituyente, convocada en condiciones que favorecían la representación de la oligarquía cruceña se está convirtiendo en un organismo para paralizar el empuje revolucionario de las masas. 

Aquellos que defienden la AC en la situación actual de Perú han abandonado el punto de vista del proletariado y adoptado el vulgar y pequeño burgués cretinismo parlamentario. 

El cretinismo parlamentario es una enfermedad mortal de la revolución, jugar con el parlamentarismo y las constituciones, esto es lo que los seguidores de la asamblea constituyente están invitando a hacer a los trabajadores peruanos. Esta no es una política seria sino una desviación vergonzosa, un intento frívolo de eludir la cuestión central, ¡que no se lucha por una nueva forma de democracia burguesa, sino que se lucha por el poder obrero! (Poder de los trabajadores). No se trata de cambiar el nombre de la forma de gobierno sino de cambiar la forma de gobierno en sí. En lugar de unas instituciones al servicio de los ricos y el imperialismo, unas instituciones que reflejen las aspiraciones de la mayoría de trabajadores y campesinos pobres. 

¿Cómo construir la Asamblea Popular Nacional? 
Por lo tanto, para los compañeros y compañeras de Perú Militante, la tarea central ahora es fortalecer a los trabajadores y el pueblo en general a que crean en sí mismas, en su poder y auto-organización. Se debe explicar que el único poder que existe es, por un lado, el poder de los banqueros, terratenientes y capitalistas (el viejo poder reaccionario que debe ser derrocado), y por el otro lado, el poder de las masas trabajadoras. 

En última instancia la victoria final por cualquier lado, se decidirá fuera del parlamento. Las contradicciones entre la clase dominante peruana y la clase obrera son demasiados profundos como para ser solucionados por una suma y resta de representantes en el Parlamento. 

La lucha por mantener o cambiar las cosas entre las clases en contienda es en cierta medida una cuestión de iniciativa. 

Los trabajadores y el pueblo en general tenemos que exigirle a la CGTP, los sindicatos, las fuerzas de izquierda, al PNP, que convoquen a reuniones de coordinación para organizar asambleas populares en cada fábrica, barrio, centro de estudios o comunidad. 

Estas asambleas deben de ser totalmente democráticas, implicando a los sectores más amplios posibles y se deben de coordinar entre sí mediante voceros elegidos y revocables por las mismas asambleas. De la misma manera que ya se han establecido organismos regionales de lucha en algunas regiones (Frentes de Defensa, Comités de Lucha, etc.), las asambleas populares deben de coordinarse a nivel regional y finalmente en una gran Asamblea Nacional Popular de delegados de fábricas, sindicatos, centros de estudios, comunidades campesinas, etc.

De esta manera las Asambleas Populares podrían servir para organizar la lucha, ampliarla, darle un carácter democrático y unificado, y al mismo tiempo serían embriones de un nuevo poder, el poder de los trabajadores y el pueblo que pueda reemplazar al poder de la clase dirigente. 

Hay que pelea por un programa de acción claro y realmente de cambio que plantee libertad a los detenidos, Educación pública, aumento de salarios a 2000 soles mensuales (con escala móvil), Estabilidad laboral, nacionalización de las minas y las empresas privatizadas (bajo control obrero), No al TLC, por una nueva Reforma Universitaria, una nueva Reforma Agraria, no al pago de de la Deuda Externa, etc. Pero vinculados a la transformación verdadera de esta sociedad. 

Por esto es fundamental, que en la actual situación de jornadas de lucha que vive el país, la Asamblea Popular Nacional sea organizada con el objetivo de organizar el Paro Nacional para frenar la represión y conquistar nuestras demandas democráticas. 

Este es el único camino de hacer avanzar a los trabajadores: obreros, campesinos y todo el pueblo humilde, en el desarrollo de su conciencia de clase con perspectiva de llegar a tener un gobierno del pueblo pobre y trabajador.

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http://peru.militante.org

 

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