Movimiento Obrero

 

 

Una injusticia para uno es una amenaza para todos

Una injusticia para uno es una amenaza para todos

* Entrevista al Taller de Estudios Laborales:

Parte 1 - El movimiento obrero ante la emergencia de un nuevo mundo del trabajo (1998)

Parte 2 - Lucha sindical y lugar de trabajo (1999)

* Flexibilización y Desocupación

* Flexibilización Laboral: Entrevista a la Comisión Interna de Shell

Entrevista al Taller de Estudios Laborales (Parte 1)

El Movimiento Obrero ante la emergencia de un nuevo mundo del trabajo

Tratando de comprender la nueva siluaci6n de la clase Trabajadora, sostuvimos una entrevista con Oscar Martínez y Daniel X¡ménez, integrantes del Taller de Estudios Laborales (TEL). Aquí va una primer entrega de este productivo encuentro.

Marabunta:- ¿A qué se debe el empeoramiento que ha venido sufriendo la clase trabajadora en sus condiciones de trabajo?

Daniel Ximénez:- Conviene tener presente que los problemas que ha venido sufriendo la clase trabajadora en argentina en los últimos años expresan, en primer lugar, un proceso que se está dando a nivel internacional, en el cual el capital está desplegando una fuerte ofensiva sobre las posiciones de los trabajadores en un intento de recomponer la relación capital-trabajo, en una situación mucho más favorable para sus intereses, remontando conquistas históricas de los trabajadores, implementando nuevas formas de explotación y de control del trabajo, instalando una nueva relación de fuerzas con miras a que dure muchos años. Esta ofensiva empezó con mucha más fuerza en los países centrales antes que acá, y cuando llega a nuestro país ya ha producido derrotas importantes contra el movimiento sindical y los trabajadores en esos países, lo cual contribuye a que esta ofensiva en nuestro país venga ya con todo ese impulso a su favor. Podemos luego enumerar una serie de factores de nuestra realidad que explican lo que estaba pasando en estos últimos años. Un dato importante es el crecimiento de la desocupación, que ha debilitado fuertemente la capacidad de los trabajadores para resistir las iniciativas empresarias. Otro dato es la incorporación de nuevas tecnologías, que le han dado una nueva herramientas a los empresarios, para reducir personal y aumentar su control y de esa forma ir debilitando las posiciones de los trabajadores en los lugares de trabajo. A eso habría que sumarle factores de tipo político, como la limitada capacidad de las organizaciones obreras, tanto a nivel sindical como político, para enfrentar este proceso. Sin entrar a considerar los sectores netamente corruptos del movimiento sindical, que en ningún momento se han planteado enfrentar estas políticas, pero tomando los sectores del sindicalismo que de una u otra forma intentan defender sus posiciones, y la de sus representados, en esos casos, lo que ha habido es una gran dificultad para dar respuesta a estos procesos. Por un lado, porque venían de una práctica de sindicalismo adecuado a otras circunstancias y, por otro lado, porque muchos de los fenómenos son nuevos y no han tenido la posibilidad de desarrollar experiencia y producir respuestas adecuadas a la nueva realidad.

Oscar Martínez:- Partiendo de lo que dijo Daniel, y aunque pueda parecer una obvíedad, es central ver este empeoramiento en el marco de la ofensiva del capital sobre el trabajo. No es el resultado de un desarrollo tecnológico; no es el resultado de la dinámica de los mercados, casi como si fueran fenómenos naturales como la lluvia o el sol, sino que tiene que ver con la ofensiva del capital, una ofensiva generalizada y sostenida. Generalizada porque se da en todos los planos y sostenida porque no reconoce descanso. Es muy importante pensar que no es un empeoramiento en términos de perder algún derecho o de empeorar alguna condición de trabajo, sino que esto cambio implica desde la perspectiva del capital una reestructuración del conjunto de los lugares de trabajo, del conjunto de la sociedad. A veces se piensa esto en términos de un ajuste, de la rebaja salarial o de la quita de algún derecho, esto más grave, en realidad, lo que está en juego es la emergencia de un nuevo mundo del trabajo mucho más hostil para el trabajador. Esta ofensiva del capital tiene dos grandes objetivos que están siempre presentes pero que se redoblan en cada momento en que el capital intenta reestructurar la sociedad. Uno es retomar los niveles históricos de la tasa de ganancia y ampliarlos, ésto es muy obvio, ésto se ve cotidianamente. Pero lo que no aparece como tan obvio (y muchas veces si uno no lo tiene en cuenta no puede entender algunos movimientos del capital en los lugares de trabajo) es que como condición para aumentar sus niveles de ganancia es necesario disciplinar al movimiento obrero. Disciplinar tiene un aspecto represivo pero también tiene un aspecto de cooptación, y muchas de las nuevas estrategias empresarias están apostando a esto. Y uno a veces no termina de ver por qué en los lugares de trabajo se produce tal movida del capital que no le da ganancias, no significa una mayor jornada de trabajo ni una mayor producción en lo inmediato. Pero se explican como parte de una búsqueda incansable de volver dócil a la mano de obra. El capital es el que va cambiando el terreno, digamos el libreto, y la clase obrera va aprendiendo, y muchas veces va aprendiendo de sus derrotas. Históricamente, las respuestas se van construyendo colectivamente, después que la iniciativa la tomó el capital, y al sufrir los desastres que causa. En la Argentina hay una serie de hechos que permiten explicar cómo un movimiento obrero tan fuerte, y que (más allá de lo que uno pueda opinar de su dirección política y sindical) era un dolor de cabeza para la burguesía, ha llegado a una situación tan desfavorable. Mucho se habla de los efectos de la dictadura militar, pero esa es la causa más visible, y yo creo que no la única. la guerra de Malvinas, también significó otro aprendizaje, aunque en un mal sentido: así como no se pudo con los militares, tampoco se pudo con el poder internacional. Después vino, y esto es algo que tampoco se valora, la hiperinflación, que golpeó tremendamente a la clase obrera. En una sociedad que está articulada en torno a la ley del valor, la pérdida del sentido del valor desestructura. Y sin duda desestructura más a quien no tiene ningún respaldo para pensar en el día siguiente. No digo que el proceso hiperinflacionario sea el determinante, pero creo que se le da muy poca importancia a la hora de explicar por qué la clase obrera acepte condiciones que en otro contexto eran impensables. La angustia de no saber qué le va a dar de comer mañana a los hijos hace que la gente acepte muchas cosas. Y esto el gobierno lo tiene muy claro y por eso lo usa siempre como chantaje electoral. Y por último la hiperdesocupación; que no es una decisión premeditada de la burguesía, pero la dinámica del capitalismo argentino aumentó la desocupación y sí hay un uso capitalista claramente consciente de la situación. Es la dinámica del capital la que continuamente expulsa porque la propia acumulación capita lista genera continuamente superpoblación sobrante para sus necesidades. La desocupación, el trabajo precario, la inestabilidad del empleo y cosas por el estilo, no son nuevos, son inherentes al capitalismo. Lo que los autores nombran como empleo normal ha sido una realidad de los trabajadores nativos, adultos y varones de los países centrales durante un breve período de treinta años ha partir de la posguerra.

M:- ¿De qué manera se organiza la clase trabajadora en contra de esta ofensiva del capital que ustedes mencionaban?

D.X.:- Una cosa que han observado muchos investigadores, y que nosotros compartimos, es que el carácter de esta ofensiva ha determinado que el lugar de trabajo adquiere una importancia estratégica como terreno del enfrentamiento entre capital y trabajo. En años anteriores, gran parte de esa disputa se daba a nivel nacional, sus actores eran principalmente los sindicatos por rama o la CGT, las cámaras empresarias y el gobierno, y tanto las discusiones como las formas de lucha pasaban más por ese ámbito. Se discutía fundamentalmente salario ya que lo demás estaba dado y no se cuestionaba, como las condiciones de contratación y trabajo, los deberes y derechos de cada parte, estaban fijados en la ley y los convenios. Pero en la medida que lo característico de la actual ofensiva empresaria pasa por las innovaciones en el proceso de trabajo, las nuevas tecnologías, la nuevas estrategias de gestión, y las nuevas formas de presión de lucha ideológica dentro de la empresa, las batallas que van definiendo esta guerra se están dando en los lugares de trabajo. Es una lucha cotidiana en donde las empresas y los trabajadores van disputando cada espacio que quiere modificar el capital, y en esa lucha el sindicato casi no está presente.

O.M.:- La fortaleza de la clase obrera en los lugares de trabajo influye decisivamente en el poder de los sindicatos. Es muy ingenuo suponer que es posible un movimiento obrero fuerte con una clase obrera totalmente subordinada y disciplinad cotidianamente en los lugares de trabajo. Nosotros no decimos para nada que sea el único lugar de lucha, somos conscientes de que la lucha de la clase obrera necesita de un correlato político, pero también nos da la impresión que por discutir lo político, o el alineamiento con los grandes aparatos sindicales, nunca queda tiempo para discutir la forma en que la clase obrera responde al capital en los lugares de trabajo. Y eso es regalar un espacio infernal, enorme, fenomenal, a la burguesía.

M:- En la práctica se dio esta disputa, ¿no?

O.M.:- Lo que pasa es que de hecho la clase obrera cotidianamente está discutiendo poder. Cuando alguien dice esta cosa no la hago, cuando alguien decide colaborar o no con la empresa, donde los trabajadores están regalando saber, por ejemplo en un círculo de calidad; cuando los trabajadores deciden si se van a romper el alma o si van a regular el ritmo de trabajo, se está discutiendo poder. Entonces, lo que está en discusión es cómo ésto se organiza y se extiende, y nosotros creemos que podemos aportar al movimiento obrero nuestro esfuerzo y formación en la tarea de sistematizar y socializar las respuestas que de hecho construye la clase obrera. Sabemos que lamentablemente las experiencias son mucho más dispersas y moleculares de lo que a uno le gustaría, pero estamos convencidos que hay un gran potencial.

M:- ¿Quieren comentar qué es el TEL, cómo nació, las actividades que realiza?

O.M.:- Nunca nos propusimos formar un centro y después empezar a hacer actividades, sino que como sociólogos fuimos desarrollando distintos trabajos convocados por sindicatos de nuestro país y de Uruguay (hablamos de Sindicato en un sentido amplio, incluyendo Comisión Interna, Cuerpo de Delegados, agrupaciones). Desarrollamos ese trabajo en forma personal, a veces como parte de un centro de investigación, participando en cursos de capacitación sindical. Fuimos realizando y ampliando estas tareas hasta que sentimos que se hacía necesario sistematizar nuestra labor y darnos una forma institucional. Pero cuando hablamos de TEL seguimos pensando en un equipo de trabajo, no tenemos ninguna fantasía de ser un aparato. En ese sentido, la existencia del TEL es principalmente la existencia de las actividades que realizan sus integrantes, y de ellas tal vez la fundamental es la construcción de conocimiento en conjunto con los trabajadores, ya sea en talleres, seminarios, actividades de asesoramiento, etc. No queremos aparecer como que vamos a enseñarle a la gente, sino que tenemos cosas para decir, obviamente cosas en lo que nosotros creemos, pero que continuamente son puestas en juego con los trabajadores en un proceso de ver, discutir y entender la ofensiva del capital, reflexionar la ofensiva cotidiana del capital. Y como parte de esa construcción conjunta de ideas para la acción, o sea de lucha ideológica, también hemos publicado varios trabajos, que no son resultado de una tarea de investigación en sentido estrictamente académico, pero sí de una práctica muy articulada con la lucha cotidiana de los trabajadores.

D.X.:- Nosotros intentamos con el TEL ofrecer un espacio de producción de conocimiento útil para los trabajadores que hoy quieren enfrentar la ofensiva empresaria. También intentamos generar otro tipo de recursos: información, elementos técnicos, informáticos, vinculación, espacio de debate, o sea todo lo que pueda fortalecer y dar herramientas a los que hoy quieren resistir, que están resistiendo, especialmente en el lugar de trabajo. A esos compañeros que sabemos que hoy están enfrentando con muchas dificultades va dirigido nuestro esfuerzo. Creo que algo, muy poquito, dentro de nuestras posibilidades hemos hecho. Y creemos en la posibilidad de ese conocimiento, porque hay muchos que hablan de la producción conjunta de conocimiento pero no se la creen y no la instrumentan. Nosotros damos fe de que gran parte de lo que hemos producido ha sido porque lo hemos hecho con los trabajadores, eso es real.

CASO NIKE: ¿Qué hay detrás de esas prolijas camisetas?

O.M.:- Después una cosa que yo menciono acá, porque tiene que ver con algunos combates que han sido exitosos, tiene que ver con los sindicatos y los trabajadores de países del tercer mundo y con organizaciones de derechos humanos y de consumidores de los países centrales. Un caso muy claro es Nike, que trabaja con subcontratistas en todo el sudeste asiático, con trabajo semi esclavo, trabajo de chicos, sin sindicalizar, con guardias armados y cosas por el estilo. Entre los trabajadores de esos países y organizaciones de Europa se montaron boicot a los productos, campañas masivas, campañas en los supermercados, y se le impuso a la compañía un código de conducta laboral. Por ejemplo, N¡ke se comprometió a no subcontratar ninguna empresa que permita el trabajo de tal edad, con una jornada mayor de las 12 horas, con chicos menores de 10 años, no puede estar prohibida la sindicalización, no puede haber maltrato físico D.X.:- Cosas menos mínimas, pero que estaban pasando. O.M.:- Mientras la tendencia a nivel mundial es "para ser competitivos igualemos hacia abajo, jornada más prolongada etc., etc." Pero cierto movimiento internacional le ha impuesto igualar hacía arriba.

"La primera debilidad es el desconocimiento"

O.M.:- Un ejemplo pequeño pero representativo, fue un caso como el de Techint, donde la patronal quería imponer nuevas condiciones de trabajo en nombre de las normas ISO 9000 (normas de calidad>, y los trabajadores ya sabían de qué se trataba porque habían realizado un taller sobre el tema con nosotros, y le pidieron al gerente que les mostrara en qué parte de las normas figuraba lo que la empresa pretendía imponer, y la empresa tuvo que dar marcha atrás. Es un ejemplo muy micro. Pero en este caso los trabajadores pudieron discutir de igual a igual. El hecho de que el trabajador sepa de qué se trata, lo pone en otra relación de tuerzas e impide que la empresa lo corra como siempre, presentándose como la encarnación del saber técnico, cuando en realidad está tratando de imponer lo que a ella le conviene, sus intereses particulares. ¿Cómo le vas a cuestionar si es una cuestión de calidad? Tener otro enfoque y datos ciertos le permite al delegado sentirse con más legitimidad para discutir. D.X.:- Se revierten de esta manera dos peligros: primero que te impongan cambios perjudiciales mediante engaños; y segundo, el peligro de quedar paralizado por desconocimiento frente a las iniciativas de la empresa. El conocimiento da elementos y confianza para asumir un papel activo en la relación con la empresa y con el propio sindicato. Vuelve así a aparecer el delegado como referente, como alguien preparado para respaldar y aconsejar al trabajador en una situación cambiante y adversa.

MATERIALES PUBLICADOS POR MIEMBROS DEL TALLER DE ESTUDIOS LABORALES:

- "Pensando la reconversión", Oscar A. Martínez (compilador), Ed. Cipes, 1994.

- "Reconversión en las empresas. Su repercusión laborar", Daniel Ximenez - Oscar Martínez, Ed. Letra Buena, 1993

- "Japón ¿Milagro o pesadilla?", Oscar Martínez (compilador), Ed. TEL

- "Encuentro: reconversión y movimiento obrero (compilación)", Ed. Cipes, 1995.

- "El proletariado Industrial: transformaciones y composición, 1963-1991", Ed. ldelcoop.

 

Entrevista al Taller de Estudios Laborales (2ª parte)

Lucha sindical y lugar de trabajo

"La reconstrucción del movimiento obrero se está dando por abajo, en la lucha de todos los días"

Marabunta:- Hay posiciones que plantean que la situación laboral divide la sociedad en incluidos y excluidos ¿Cómo ven esta cuestión?

Oscar Martínez:- Esto de la sociedad dual es falso en dos sentidos. Primero no es cierto que los que están afuera, realmente lo están y tampoco es verdad que los que están adentro se encuentran bien. Es una idea que hay que combatir; los que tienen trabajo hoy día no son privilegiados del modelo, sino que también son víctimas. Están sufriendo este modelo aunque a veces esto no se vea o se lo presente desde otro lugar. El que está desocupado y angustiado por esa situación, ve al que trabaja como a un privilegiado simplemente porque está en peor situación. A través de esas visiones "progresistas" se les hace un favor a los empresarios, ya que implica la idea que aquellos que tienen un trabajo relativamente estable no tienen problemas, y entonces no hay que discutir condiciones y ambiente de trabajo, los ritmos de trabajo, salarios, etc. Además lleva a pensar en un enfrentamiento entre "incluidos" y "excluidos", encubriendo cl antagonismo central de la sociedad que sigue siendo entre cl capital y el trabajo. Creo que la recomposición de la capacidad de lucha del movimiento popular en general depende, en gran medida, de que tos trabajadores se organicen y se pongan en movimiento. Mientras eso no ocurra la posibilidad de avance en las reivindicaciones del campo popular está muy limitada.

Daniel Ximenez:- Nosotros somos muy antiguos y creemos en la centralidad de la clase obrera.

M:- Se discute mucho sobre las causas de la desocupación ¿Cuál es el análisis que hacen ustedes?

O.M:- El discurso oficial sostiene que se pierden puestos de trabajo por la introducción de nuevas tecnologías y en realidad se pierden por la ofensiva del capital donde son una herramienta mas. En Argentina hay ramas de la producción, como la del plástico, del calzado o la textil, que fueron barridas por la importación, pero también, podemos encontrar ramas donde se expande la economía y a su vez se expulsó mano de obra a causa de las distintas formas de intensificación del trabajo. El sector de comunicaciones viene creciendo y aún así ha expulsado mano de obra. Otro caso se da en la industria automotriz: actualmente, con muchos menos trabajadores, produce mas autos que en la década del 70 y esto no sucede por la introducción de robots sino por la intensificación del trabajo, en lo que hoy en día son prácticamente cárceles. También se responsabiliza a las "rigideces" de la legislación laboral, lo cual es totalmente falso. En esta década se ha pe8ado un salto en la flexibilización, legal y de hecho, de la situación de los trabajadores, y a su vez aumentó notablemente la desocupación.

Respuestas y organización desde la clase trabajadora

M:- En el encuentro anterior destacaban que el conflicto se centra en los lugares de trabajo. ¿por qué el sindicalismo no da cuenta de eso?

D.X:- La ofensiva del capital ha trasladado fundamentalmente el enfrentamiento al lugar de trabajo. En esa lucha el sindicato no está presente por la forma que adquirió el sindicalismo en nuestro país una de las estrategias más efectivas en la Argentina fue la llamada vandorista, que consistía en golpear y negociar. Su principal medida de acción eran los paros generales, demostraciones de gran fuerza, es decir el conjunto de la clase o de alguna rama paraba un día provocando una fuerte presión o movilización y después iba cl sindicato y negociaba. Este tipo de acciones implicaban fuertes y masivos aparatos sindicales que podían negociar acuerdos generales, relacionados con el salario, la vinculación de la empresa con el sindicato... Entonces los grandes conflictos eran salariales, ahora lo que el capital pone en discusión son todas esas cosas que antes estaban como dadas, me refiero a la forma de trabajar, los horarios, las categorías, las calificaciones, las nuevas tecnologías, la autoridad en el lugar de trabajo, inclusive las nuevas formas de organizar el trabajo incorporan un elemento fuerte, bastante novedoso, es toda una ofensiva de las empresas que intentan meterse en un terreno que hasta hace poco no ocupaban y habían resignado. Se trata de aquello que hace ala ideología y la identidad de los trabajadores, un terreno donde el sindicalismo argentino era fuerte. En esa lucha que se da todos los días en el lugar de trabajo, el sindicato hoy perdió presencia porque su fuerza anterior estaba a nivel de un sindicalismo tomado en conjunto. Antes, en el lugar de trabajo no tenía una presencia cotidiana porque se lo consideraba un lugar donde las cosas estaban más o menos resueltas. Hoy, en aquellos lugares donde existe alguna forma de organización, como delegados o comisiones internas, que podrían plantearse enfrentar esta ofensiva, se encuentran con que no tienen armas para estoy los sindicatos que podrían haber dado apoyo a la lucha, preparando a la gente, capacitándola, definiendo líneas para los conflictos, no lo hacen o no lo han hecho porque tendieron a subestimarlos. Muchos de los dirigentes sindicales, formados en otra escuela, en otra época y otras realidades, consideraron un logro, una avivada, ceder a las demandas de la empresa a cambio de pequeños aumentos salariales u otras concesiones; cuando las empresas están haciendo una apuesta a largo plazo e incluso están dispuestas a poner dinero para conseguir los cambios que se proponen.

O.M:- En la medida que el capitalismo hace esta profunda transformación, en la medida que cambian los procesos productivos, y cambian el grado y la forma de la relación de fuerzas capital-trabajo, también son necesarias nuevas respuestas por parte de la clase obrera. Hay un discurso muy armado por dirigentes sindicales, pero también a nivel mundial por la socialdemocracia que habla de adaptarse a los tiempos, de nuevas respuestas, de colaborar. Nosotros no hablamos para nada de eso, decimos que así como hay que como hay que retomar las mejores tradiciones de lucha y de organización, también hay que dar respuesta a la nueva realidad. No es un proceso sencillo, no depende de un dirigente, por brillante que sea; ni de un sociólogo ni de un político, por más lúcido que sea, porque es una experiencia que va haciendo la clase. Nosotros pensamos que estarnos en un momento, y cuando hablamos de momento pensamos en décadas, en el que la clase obrera, a nivel mundial, está practicando nuevas formas de resistir, de luchar en el lugar de trabajo. Por otro lado, tampoco la izquierda que se proclama marxista, le dio mucha importancia a los lugares de trabajo, estos eran sólo lugares donde reclutar gente, ganar una elección de delegados, un sindicato, pero no eran vistos como un origen y cristalización de determinadas relaciones de fuerza.

D.X.:- En Vez de tratarse de un problema técnico o una cuestión menor; porque "los problemas políticos son otros", me parece que la reconstrucción del movimiento obrero a nivel sindical y en perspectiva a nivel político, se está dando por abajo, en el lugar de trabajo, en la lucha de todos los días.

M:- ¿En qué consiste la ofensiva ideológica?

O.M:- La patronal tiene una ofensiva muy fuerte en lo ideológico, esto implica mandarte a sus trabajadores folletería a la casa, darle una carpeta, libritos para que el hijo coloree. Es una ofensiva para integrar a la familia, para que la familia sea un contrapeso en cualquier actitud rebelde del trabajador En la lucha contra esta ofensiva de la patronal ha sido muy útil en muchos casos la ridiculización y la sátira del discurso empresario. También en algunos casos (por ejemplo en sectores de Subterráneos) la organización empezó o tomó fuerza a través de alguna revista que busca nuclear a la gente de la dispersión absoluta en que se encuentra.

M:- ¿Se están dando experiencias entre sindicatos o empresas de distintos países, de la misma rama o empresa?

D.X.:- Sí, se está dando un movimiento muy fuerte. Acá no lo sabemos, por un lado, por desinformación y aislamiento y por otro lado por toda una tradición localista que tiene el sindicalismo argentino. Este siempre ha menospreciado o ignorado el trabajo de la militancia internacional. Creo que esta postura también tiene que ver con una ideología muy propia de los dirigentes sindicales de acá, es un rechazo al internacionalismo obrero, repudio a toda forma de organización internacional así no tenga ver con el marxismo.

O.M:- Estos componentes nacionalistas, en el peor de los sentidos, de la mayoría de nuestro movimiento sindical debilitan sustantivamente al movimiento obrero, por ejemplo: hoy uno de los pilares de la ideología de la ofensiva del capital es la globalización y la competitividad, esto significa meter a los trabajadores en esa lógica, trabajar para competir mejor y derrotar a la competencia. Ese pensamiento inhibe cualquier tipo de alianza con los trabajadores de otros países y todas las estrategias posibles que se van desplegando cuando se supera esa mentalidad. El sindicalismo argentino ha caído mucho en el pensamiento que la función de los trabajadores argentinos es salvar a las empresas argentinas, hacerlas competitivas para salvar la fuente de trabajo, hacerte bien al país. Más allá de esto, lo que sabemos es que hay una creciente articulación de sindicatos -sean internos, sindicatos nacionales, cuerpos de delegados, trabajadores de base- en distintos países. En el NAFTA es bastante frecuente...y hubo un hecho que aquí pasó bastante desapercibido, en Europa pararon todas las plantas de Renault, hubo una huelga internacional contra Renault por el cierre de la planta de España.

M:- ¿Cómo se coordinó eso?

D.X:- En algunos casos a través de los sindicatos de planta y en otros por abajo, depende de la actividad local, pero fue un paro europeo. Después en varias de las huelgas de transporte hubo articulación. Ese es todo un tema, pero la realidad parece marcar que la nueva herramienta que está tomando el movimiento obrero es la articulación más allá de las fronteras.

 

Flexibilización y desocupación

La estrategia del capital y la respuesta de los trabajadores

Me matan si no trabajo y si trabajo me matan

Los trabajadores nos enfrentarnos hoy a dos grandes problemas: la flexibilidad laboral y la desocupación. ¿Se trata de dos problemas diferentes o, por el contrario, ambas cuestiones son las dos caras de una misma realidad? Pensándolo bien, nos sería imposible dar cuenta de la situación en que nos encontrarnos tomando las dos cuestiones por separado. ¿Cómo seria posible que los trabajadores aceptásemos las condiciones de trabajo denigrantes que nos impone la flexibilización sino fuera por la amenaza constante de perder cl empleo? La desocupación es la mejor garantía de la reforma laboral: "Si no laburás en estas condiciones, vas a parar derechito a la calle". Antes de perder el laburo, uno acepta lo que venga: más horas de trabajo, menos sueldo, etc. Entonces, la flexibilización es posible porque existe la desocupación. Pero aquí no termina el asunto, porque si la flexibilización hace que trabajemos más horas por el mismo sueldo (incluso por menos), entonces, los patrones necesitan cada vez menos empleados para hacer el mismo o más laburo que se hacía antes. Si a esto le agregarnos que la reforma laboral elimina o reduce las indemnizaciones que les corresponden a los trabajadores por ser despedidos, el patrón se ve con las manos libres para echar a todos los empleados que le "sobren". Por lo tanto, tina consecuencia directa de la flexibilización es el aumento de la desocupación. Entonces, como vemos, no sólo la desocupación genera flexibilización sino que ésta, a su vez, genera desocupación. Ambas están íntimamente relacionadas. Por lo tanto, seria errado analizarlas como dos cuestiones separadas, como se hace habitualmente.

¿Excluidos vs. incluidos?

Generalmente, este análisis que separa las dos cuestiones, parte de verlas como dos problemas distintos que afectan a dos grupos absolutamente diferentes: la flexibilización afectaría a los que tienen trabajo, la desocupación a los que no. Sin embargo ¿hasta qué punto podemos pensar estos sectores corno diferentes y no como un mismo y único grupo social: la clase trabajadora? La explicación más difundida para fundamentar esas diferencias es la que ve a la desocupación como un problema estructural de largo plazo: habría cada vez más grandes masas de la población que no consiguen trabajo y que tampoco lo podrán conseguir en el futuro. El capital ya no los necesita, quedaron afuera del sistema y, por lo tanto, deben buscar nuevas alternativas para sobrevivir. Frente a este grupo se encuentran los trabajadores que todavía tienen el "privilegio" de trabajar; que aún "gozan" de sus puestos de trabajo. Los primeros estarían así excluidos del sistema, los segundos incluidos. Estos últimos no podrían llegar a ser protagonistas de un cambio social revolucionario porque, al estar dentro del sistema, no estarían dispuestos a perder los beneficios de su inclusión. Los segundos, en cambio, por estar por fuera del sistema ya no tendrían nada que perder y, entonces, estarían resueltos a llevar adelante la transformación revolucionaria de la sociedad. La primera duda que nos surge ante este análisis es: ¿realmente podemos considerar que los trabajadores ocupados (y, seguramente, flexibilizados), "gozan" de algún beneficio por estar "incluidos en el sistema"? De ninguna manera podemos considerar que personas que soportan jornadas agotadoras por salarios magros en condiciones pésimas "gozan" de su "inclusión". Por otra parte, ¿es tan claro y definido el límite entre esos dos grupos? Sabemos que si estamos trabajando, en cualquier momento podemos ser despedidos y ser reemplazados por otra persona que hasta entonces estaba desocupada. Entonces, automáticamente el incluido se transforma en excluido y viceversa. Por último, ¿puede considerarse a los desocupados como realmente "incluidos" del sistema capitalista? El capitalismo no se "olvidó" de los desocupados. Todo lo contrario, el capital los necesita, y mucho. Necesita poner a una parte de los trabajadores en esa situación para poder imponer a la otra parte menores salarios, jornadas más largas y peores condiciones de trabajo en general. El capital utiliza a los desocupados para imponerse sobre los ocupados, y mejorar así su dominación sobre toda la clase trabajadora. Desde este punto de vista, los desocupados son un punto central dentro del capitalismo, no están por fuera de él. Siguen conformando el tan famoso "ejército de reserva del capital" como parte esencial de la estrategia dc los patrones para dividir a los trabajadores e imponer así sus intereses.

La importancia de la organización gremial

Todas estas cuestiones no son un simple problema teórico. La idea de contraponer excluidos a incluidos tiene consecuencias prácticas en la estrategia a seguir por el movimiento popular, porque la idea de que los trabajadores ocupados defenderían el sistema por estar incluidos en él se amplía hasta abarcar a las organizaciones en las que ellos se agrupan para defender sus intereses: los sindicatos. Así, se llega a la conclusión deque la organización sindical no sirve como medio de lucha, y hasta incluso, se llega a atacarla. Cuando los trabajadores sufren un empeoramiento constante de sus condiciones laborales, desinteresarse de que se organicen gremialmente lleva a que los trabajadores queden indefensos ante el ataque a sus condiciones de trabajo. El resultado: mayor flexibilización y, por lo tanto, mayor desocupación. Considerar el problema de la organización gremial no significa de ninguna manera defender a las actuales burocracias sindicales quienes no tienen defensa posible. La cuestión consiste en saber diferenciar dentro del movimiento obrero "incluido" a las bases trabajadoras de la cúpula burocrática: que las bases se encuentren desmovilizadas y conducidas por dirigencias burocráticas no quiere decir que los trabajadores no tengan que buscar nuevas alternativas organizativas gremiales para defender sus derechos. La única forma de enfrentar el ataque de las patronales es que existan organizaciones gremiales de base que la frenen. Si las bases no luchan, están desmovilizadas y tienen la conducción burocrática que todos detestamos, no es porque los trabajadores estén confortablemente incluidos en las comodidades del capitalismo, sino todo lo contrario, esa situación es producto de numerosas derrotas acumuladas: la dictadura, los desaparecidos, la represión, la hiperinflación, la desocupación, la flexibilización. Todos estos procesos tuvieron y apuntan en una misma dirección: inmovilizar y dividir a los trabajadores, sacarles todo resto de solidaridad y de voluntad de luchar para que el capital imponga mejor su dominio.

Por la unidad de la clase obrera

La estrategia del capital consiste principalmente en fraccionar a los trabajadores. Los divide en ocupados y desocupados y los enfrenta, los pone a disputarse los puestos de trabajo: los desocupados luchan por conseguirlos, los ocupados por mantenerlos. Esa competencia es la que hace que caigan los salarios, empeoren las condiciones laborales y aumente la desocupación. El resultado último: el empeoramiento de la situación de todos los trabajadores, ocupados o no. El único beneficiado: la patronal. Si nosotros perdemos de vista este antagonismo principal entre los patrones y los trabajadores, dejarnos de ver a nuestro enemigo principal: el capital. Si, encima, lo reemplazamos por el enfrentamiento "excluidos versus incluidos", terminamos justificando e incluso profundizando la división que el capital nos impone. Por el contrario, la única salida a esta situación es que los trabajadores nos unamos como miembros de una misma clase para enfrentar todos juntos al enemigo. Esta unidad sólo es posible partiendo de las condiciones reales en que nos encontramos ocupados y desocupados, los problemas concretos que se nos plantean en las luchas cotidianas. Es por eso que decidimos realizar las entrevistas que presentamos a continuación, para conocer las diferencias y semejanzas reales que existen entre ambos, cómo desarrollan sus luchas, qué objetivos se plantean y con qué dificultades se encuentran a la hora de pensar una estrategia común.

 

Entrevista a Jorge, de la Comisión Interna de la refinería Shell, de Dock Sud

Flexibilización laboral:

"Menos trabajadores, más recargados de laburo, con peores sueldos y más jodidos de salud"

Marabunta:- Nos pareció interesante el trabajo que hacen con los que quedan desocupados para que no sean compañeros que se pinchen, que se desmoralicen.

Jorge:- Cuando te echan, al más pintado lo desacomoda. Pierde su punto de referencia como trabajador; el lugar dónde trabaja, se queda sin eso, sin el horario, sin los compañeros, sin los chistes, sin esa comunicación permanente. Muchos compañeros despedidos hablan rodeado, habían colaborado con el trabajo nuestro de reorganizar la sindical dentro de la fábrica y se seguían identificando con el lugar de trabajo realizando tareas fuera de ahí. Nosotros los comprometíamos y ellos se presentaban y tenían contactos permanentes. En la parada del colectivo, la hora de salida, la de entrada, con otros compañeros que seguían trabajando. Creo que fue un punto importante para romper el cerco ideológico de la patronal. Instala el tema de que a este lo echaron porque era vago, este faltaba, este se enfermaba mucho, este muy rcbelde. Esto entra porque decís "a mi no me va a tocar" Entonces, el contacto entre el compañero despedido y cl que sigue trabajando, fortaleció mucho y enfrentó esa mecánica que instalaba la empresa. Veníamos de un año sin representación gremial y todos los viernes nos despedían compañeros. Nos llegaron a despedir entre 50 y 70 compañeros y no había respuesta ya que no teníamos ninguna organización gremial. La empresa instaló el terrorismo empresario. Los hacían desaparecer. No físicamente, pero sí del ámbito del trabajo. Se los llevaban y les decían: "Desde hoy, vos no entrás más". Lo acompañaban los porteros hasta el cofre, levantaban la ropa y no aparecía más. Ese clima de terror que se instauró en la fábrica mientras no tuvimos representación fue lo que más nos costó romper, que se supiera que habían echado un compañero por enfrentar a la patronal, por apoyar a la comisión interna, por tener una actitud digna. Qué mejor que el compañero despedido para relacionarse con los otros y contarles: "Mirá, a mi me echaron por esto, esto y esto". Así, hubo compañeros que participaron en asambleas, movilizaciones, volanteadas, en actividades que hicimos donde no podíamos exponer a ningún compañero en actividad, como una frente a la casa central. Para nosotros era mucho más fácil y para la empresa más difícil explicar porqué ese compañero había sido echado. Ya era más difícil cooptar ideológicamente al trabajador.

M:- ¿Por qué no nos hablás un poco del barrio alrededor?

J:- No casualmente se llamó "villa inflamable", se prendía fuego cada dos por tres por la contaminación que Shell dejó en la zona. Nuestra idea es darnos una política hacia ellos porque son los que reciben la porquería de lo que producimos, toda la contaminación, la inseguridad, la insalubridad, los problemas de salud. Esta gente sigue viviendo ahí porque eventualmente puede entrar a hacer algún trabajo. Alguna de las empresas contratistas los puede tomar por unos días, sacan unos mangos y no tienen que viajar. Entonces van a la puerta de la refinería a ver si algún patrón bueno les tira una changa para pucherear. También ahí tenemos que romper con la ideología patronal. Ellos fraccionan ala dase de. diferentes formas, buscan dividirnos entre tos obreros de la refinería y la gente del barrio y dentro de la fábrica también.

M:- ¿Cómo es eso de los obreros de primera?

J:- Somos los que tenemos trabajo efectivo dentro de la fábrica. Están los de segunda categoría que son los contratistas, obreros de nuestro gremio que hacen los peores laburos, como limpieza de equipos y todo lo demás, y ganan bastante menos que nosotros. Y después tenemos los obreros de tercera, sonde otros gremios, generalmente de UOCRA, que tiene el convenio más barato junto con Comercio. Además, con la libreta de desempleo el despido es baratísimo. Tratamos de romper con eso. Tenemos trabas de todo tipo; de absoluta inoperancia, por no decir complicidad, de nuestro sindicato. UOCRA se maneja corno una mafia, sino estás en los libros de ellos no entrás a trabajar y cuando se producen las paradas de planta tienen que dejar en el sindicato un 20% del premio. Hay tanta gente contratada como efectiva en la refinería, ni qué hablar de las paradas para reparación donde entran entre 1500 y 2000 contratistas. Los compañeros tienen que ser del gremio y ganar lo mismo que nosotros. Buscamos acercarnos a estos compañeros, hicimos acciones para que las contratistas les pagaran, pararnos trabajos porque no tenían agua o baño o las condiciones de seguridad o salud. Por eso es importante cl trabajo afuera de la refinería, la única salida que tenemos, la unidad de los trabajadores a partir de cosas concretas. Por ejemplo, yo acuerdo con la consigna de las seis horas por un lado por la insalubridad de nuestro trabajo en particular, y por el otro por la necesidad de nuevos puestas de trabajo en la refinería.

M:- ¿Cómo es esta intensificación del ritmo de trabajo?

J:- Una vez nos lo dijo el gerente en su holandés castellanizado: "Cuanto mejor vayan los negocios de la refinería, menos gente tiene que trabajar", con dibujito y todo. Creo que eso es la flexibilización laboral. Menos trabajadores, peores sueldos, más recargados de laburo, más jodidos de salud. Tenemos un montón de accidentes, problemas nuevos, columna, hernias de disco, producto del ritmo de trabajo. Han traído tecnificación, pero igual necesitan que hagas múltiples tareas, operar la planta, el mantenimiento y todo lo demás. Vos, al hacer otras tareas descuidás la seguridad. Estás mucho más propenso a accidentes, incidentes ambientales. Por eso nosotros sacamos notas, alertamos a la comunidad. Un incidente no lo va a parar la alambrada.

M:- ¿Cómo es el tema de la multifunción?

J:- Trabajar en una línea de montaje es terrorífico, siempre estás al mismo ritmo y laburo. Lo nuestro no es una línea de montaje, vos tenés que estar atento a un montón de variables. Un sólo operador tiene que manejar cuarenta bombas centrífugas, tiene equipos, enfriadores, ventiladores, hornos. Esto genera un riesgo de la san puta y vos tenés que estar atento a todo eso. Yo trabajo en la última parte de la destilación. Tenés que estar atento a un escape o venteo. Llega a haber un vehículo o un tipo soldando. El que hagás dos o tres tareas implica que vos te recargás de laburo y dejás a un compañero sin él.

M:- ¿Adentro tienen el tema del fraccionamiento?

J:- Ellos tienen todo, les han enchufado todo y laburan con menos de la mitad de gente que antes. La reunión de fin de año del sindicato nosotros vamos a hacer sociales, buena letra, es el único día que se juntan las comisiones internas... a hablar boludeces. Estaba la gente de DAPSA, no tenemos relación, cuando estamos volanteando directamente llaman al sindicato. El mismo día que estaban celebrando y levantando la copa les estaban echando la mitad de la gente. Ni siquiera una denuncia, nada. ¡¡Nos queríamos morir...!!!, por eso avanza la flexibilidad, la desafiliación masiva... Estoy convencido que este tipo de sindicalismo no sirve más. Muchos compañeros honestos, por más que no quieran, se transforman en administradores, se distancian de sus compañeros. Hay que buscar iniciativas nuevas, desde abajo.

M:- Hablaste de la ideología patronal y del fraccionamiento, ¿Cómo sería eso?

J:- Trajeron de Holanda una planta de coque. Allá la habían desmontado porque no cumplía las condiciones mínimas de seguridad e higiene. Hubo una gran movilización vecinal y la empresa, con su soberbia habitual, no le dio ni cinco de bola y se ganó cl odio de un importante sector de la población de Dock Sud y Avellaneda. Trascendió públicamente, la planta fue famosa. A partir de ahí se dieron una política agresiva de propaganda. Invitan a los colegios de la zona a visitar lo que a ellos les conviene; la canchita, los arbolitos, la sala central, pero no los llevan a los lugares específicos porque se caen desmayados de los olores que hay... Hacia adentro sacan la famosa revista "Nosotros Shell" donde pasan toda una imagen idílica de la refinería y te mandan folletos a tu casa donde le explican a tu familia "todas las ventajas que tiene su marido (o hermano, o hijo) señora por trabajar en Shell". Hacen charlas, comidas con el gerente dónde bajan la línea. Dentro de nuestras posibilidades, tratarnos de salirles al cruce dentro y fuera de la refinería. En poco tiempo nos transformarnos en el enemigo público número uno porque nos movilizamos con los compañeros y les sacarnos la problemática afuera. Ellos dicen: "En la refinería anda todo bien, es un modelo, tenemos la ISO 9000, etc., entonces éstos están reclamando porque están locos o porque quieren romper las bolas y nada más". Quieren aislar al conjunto de los trabajadores de la comisión interna. No lo consiguieron. Si no ya estaríamos en la calle.

M:- ¿Qué les pasa a los compañeros que ven el fraccionamiento interno del personal con la política paternalista de identificación con la empresa?

J:- Para el tipo que trabajaba en Shell, que ganaba un sueldo decente y tenía garantizado que se iba a jubilar ahí, era fácil identificarse. Cuando cambió esta política el trabajador no entendía por qué cambiaba y se convertía en un verdugo. "Esto no es más la familia Shell" nos decían. Ahora está claro quiénes son los hijos y los entenados. Al compañero le costaba mucho explicarse esto, lo percibía pero se aferraba a lo otro. Nos costaba explicarle que esa era una etapa que se había cerrado Que ahora viene otra en que se sacan la careta y muestran lo que es el capital, que está acá para explotarte y mantener su ganancia y van a hacer cualquier cosa para eso: achicar gente, súper explotar, aumentar la jornada, peores condiciones... Ahora lo primero que te dicen es que el laburo no te lo garantiza nadie: "No jodás porque te puede tocar a vos también". Lo que marcó la ruptura con la empresa paternalista fue la primer lucha importante que tuvimos que fue al año y pico de estar la Comisión Interna; la lucha por el salario, esos doscientos mangos que al final conseguimos y culminó en la asamblea abierta que hicimos en la plaza Alsina. Ahí la gente vio el perfil de la empresa. Fue un proceso largo, duró como un año ir preparando y calentando la máquina. Al principio se comían el discurso: "ustedes están ganando sueldos de los mejores del mercado, cómo van a venir a reclamar cuando no hay trabajo? pegaba... al final ya puteaban al gerente, al subgerente, a los jefes, a cualquiera que le viniera con eso. El bolsillo era lo último, habla que defenderlo, había que defender lo esencial. Fue esa ruptura lo que logró esta primer importante movilización. Por primera vez en su historia Shell recula, da un paso atrás. Nadie lo podía creer, sobre todo tos trabajadores viejos. Fue un hito romper con esa imagen paternalista de la empresa. Se les fue al carajo. No habla manera de recomponerlo. Incluso vino el presidente de la empresa a hablar. Se dignó a bajar del pedestal y ver lo que pasaba. A nosotros no nos permitieron ir. Invitaron a determinada gente. Te digo más, dos de nosotros teníamos una audiencia en el Ministerio de Trabajo, o sea, nos sacaron de encima. Ya sabíamos que iba a estar él. Habíamos estado preparando, charlando con algunos compañeros mas afines, pero la reacción de la gente nos sobrepasó. Le dijeron de todo, dicen que se fue rojo como un tomate. Ese no está acostumbrado a salir derrotado de nada. La gente lo encaré y le dijo de todo, que no viniera a vender versos, una cosa inédita en la refinería, más que no había nadie de la comisión. Otra actitud marcó el estado de ánimo. Todos los compañeros que no fueron invitados del turno diurno, teniendo que irse ya, dejaron ir cl colectivo porque la reunión seguía en pleno despelote y se quedaron ahí. Cuando salió el tipo, se le abalanzaron reprochándole por qué había dejado entrar algunos si y otros no, que el reclamo era de todos, se armó un despelote bárbaro. Ese día se rompió el cordón umbilical con la empresa. A lo largo de estos años tuvimos muchos pasos atrás, problemas, pero ese día se dio un paso fundamental.

M:- Ustedes, ¿Cómo lo vivían?

J:- Ahí se convencieron nuestros propios compañeros de la comisión que se había llegado a un punto de no retorno y que para nosotros era el momento de golpear. Ahora resulta fácil decirlo, pero entonces era bastante jodido de interpretar, estábamos con miedo de meter la pata, discutíamos, nos agarrábamos, nos enfermábamos, todos andábamos con problemas de salud por la tensión. Bueno, al final se hizo la asamblea, fue una movilización espectacular Fue toda la planta, la gente de la fábrica empezó a ver que habla gente afuera que se movilizaba con nosotros, estaban los de la Sociedad de Fomento, había pibes de la UTN, contratistas de segunda y tercera...

M:- ¿Como es la relación con trabajadores de otras empresas del polo petroquímico?

J:- Nos cuesta muchísimo relacionarnos. Cada vez que hacíamos una actividad, íbamos a volantear, nos subíamos al colectivo que tomaban los muchachos y les dábamos volantes. Hay internas que hace mil años que están ahí, han vendido gente a montones. Cualquier intervención nuestra nos llaman del sindicato para que nos dejemos de joder, que no nos relacionemos tanto con los trabajadores.