Memoria

1º de Mayo: Lucha y Organización

El Cordobazo: Inicio de un nuevo ciclo de luchas obreras

Trelew: La peor violencia, la más fácil, la más cobarde

 

1º de Mayo

Lucha y Organización

"Las luchas de nuestra época son las consecuencias y los antecedentes de otras luchas, aquello por lo que se pelea hoy fue por mucho tiempo contradicción y aquello que hoy se considera solución luego no nos bastará; sólo si no olvidamos lo que era y lo que será podremos acercamos de forma adecuada a lo que es". Hermann Kant

"En todas las épocas, cuando la situación del pueblo llega a un punto tal que una gran parte se queja de las injusticias existentes, la clase poseedora responde que las censuras son infundadas y atribuye el descontento a la influencia de ambiciosos agitadores". 1º de noviembre de 1887, Adolph Fischer; tipógrafo de oficio, acusado en el proceso de los ocho de Chicago.

El primero de Mayo expresa, año tras año, las necesidades e intereses de la clase trabajadora y el único medio para su cabal cumplimiento: lucha y organización. En este artículo repasaremos historia.

Huelga en Chicago

Al llegar el último cuarto del siglo pasado, en Norteamérica, al igual que en nuestro país, la jornada laboral variaba entre 14 y 16 horas, y las condiciones de vida eran deplorables (por ejemplo, varias familias vivían en una choza). En esa situación, grupos obreros, principalmente anarquistas, iniciaron una campaña por la jornada de 8 horas, que tendría como punto principal una huelga para el primero de mayo de 1886. Unos doscientos mil trabajadores concurrieron a la misma. Hubo enfrentamientos callejeros en distintos lugares del país que dejaron nueve obreros muertos. Durante tres días se sucedieron manifestaciones de repudio, represiones y nuevas manifestaciones. Trabajadores con otros reclamos se lanzaron a la huelga. La protesta por las 8 horas y contra la acción de los "Pinkertons" (policía privada usada por los patrones contra las manifestaciones) sirvió para unificar en la acción a las fuerzas obreras. La lucha fue cruenta, al llegar el cuarto día decenas de obreros habían muerto y varios más heridos y detenidos. El cuatro, en Chicago, durante una manifestación anarquista para protestar por la represión del día anterior, en el momento mismo en que la policía se disponía a cargar sobre el público, una bomba mató a un agente. Varios muertos, centenares de heridos, toque de queda, arrestos en masa (incluida la nómina completa de lectores del Chicaoger Arbeitung, diario obrero de Chicago) fueron el resultado de la reacción policial. Los ocho anarquistas más conocidos fueron acusados de la muerte del policía; Fielden, Spies, Schwab, Engel, Neebe, Lángg, Fischer y Parsons.

El crimen de Chicago

El juicio fue una farsa (falsificación de pruebas, selección "a dedo" del jurado, testigos falsos, etc.). Sobre su objetivo, las palabras del jurado fueron trasparentes: "estos hombres han sido seleccionados... haced escarmientos con ellos, ahorcadles y salvaréis a nuestras instituciones, a nuestra sociedad". Fielden, Spies, Schwab, Engel, Lángg, Fischer y Parsons fueron condenados a muerte, y Neebe a quince años de prisión. Fueron ejecutados el 11 de noviembre de 1887. Hasta el último momento denunciaron al sistema que los condenó.

El legado de Mayo

En varios establecimientos se impuso la jornada de 8 horas. La Federación Norteamericana del Trabajo salió fortalecida. Los recién creados sindicatos incrementaron notoriamente el número de sus miembros. De esos días de mayo data una tradición que se mantendrá con fuerza durante décadas en el movimiento obrero norteamericano y le dará una de sus principales armas: capacidad para enfrentar a las fuerzas represivas. En cuanto a la lección de solidaridad no se limitó a los marcos de un país. Cuando la Federación Norteamericana del Trabajo resolvió honrar a sus mártires de la misma manera en que ellos habían vivido, luchando, las dos internacionales (socialista y anarquista) tomaron esa iniciativa y dieron lugar al primero de mayo como día internacional de los trabajadores. Obreros de todo el mundo fueron a la huelga, en nuestro país unos 30 mil trabajadores pese a la amenaza patronal de despedirlos.

A más de cien años

Hoy la lucha por la reducción de la jornada de trabajo vuelve a estar a la orden del día. En algunos países como Francia, los trabajadores consiguieron la reducción como una forma de combatir el desempleo. Todos los días nos enteramos que "los argentinos no quieren trabajar", que hay que flexibilizar la jornada de trabajo pero, al mismo tiempo, nos enteramos que muy pocos países superan nuestras jornadas (por ejemplo, Filipinas) Se trabaja más que en Corea o Hong Kong -modelos de explotación. La jornada semanal promedio es de 51 horas, muy por encima de las 40, que son norma. Es necesario recordar el heroísmo y la entrega de estos hombres que dieron su vida por un mundo mejor. Queremos terminar recordando las palabras de Schwab, encuadernador de oficio: "El socialismo, tal como nosotros lo entendemos, significa que las tierras y las maquinas deben ser propiedad común del pueblo. La producción debe ser regulada y organizada por asociaciones de productores que suplan las demandas del consumo. Bajo tal sistema, todos los seres humanos habrán de disponer medios suficientes para realizar un trabajo útil, y es indudable que a nadie le faltará trabajo. Cuatro horas de trabajo por día serían suficientes para producir todo lo necesario para una vida confortable, con arregelo a las estadísticas. Sobraría pues, tiempo para dedicarse a las ciencias y el arte".

El Cordobazo

Inicio de un nuevo ciclo de luchas obreras

(Esta nota es una colaboración del colectivo que integra la revista LOS ´70)

El 29 de mayo de 1969, el pueblo cordobés, encabezado por la clase obrera local, tomó la ciudad v derrotó mediante la acción directa los planes corporativistas del dictador Juan Carlos Onganía.

Esa rebelión pondrá en escena a los nuevos actores de la década: el obrero-masa, crecido en el corazón de las modernas plantas automotrices multinacionales, y el movimiento estudiantil que, con la universidad gratuita y de masas, devino una fracción social contestataria y lúcida.

De ese encuentro en la lucha y en la calle de obreros, estudiantes e intelectuales, saldrán los nuevos movimientos revolucionarios, algunos con raíces en la larga resistencia peronista, otros nacidos al socaire de una revisión absoluta del stalinismo y de la renovación internacional del marxismo.

Por otra parte, fermentaba allí la influencia de la Revolución Cubana, la poderosa imagen del Che, el movimiento socialcristiano, el Mayo francés, el otoño Caliente italiano y las experiencias antimperialistas de los movimientos de liberación nacional y social de Asia, Africa y América latina. Y, a nivel local, el Cordobazo tenía como antecedente decisivo la larga huelga con que los estudiantes cordobeses habían enfrentado la intervención de las universidades en 1966, cuando la policía asesinó al estudiante-obrero Santiago Pampillón. Esa huelga marcó el acceso de sus jóvenes protagonistas a experiencias de organización y lucha que fueron asimiladas por los trabajadores -muchos de ellos eran al mismo tiempo estudiantes de las escuelas técnicas y de la Universidad- y serán invalorables tres años después.

Pero en el Cordobazo convergerán también los elementos objetivos de la crisis del capitalismo mundial de los '70, que a nivel local adquiría la forma de una durísima disputa entre la burguesía industrial, estrechamente ligada a las multinacionales, y la vieja alineación de poder de terratenientes y financistas.

Las formaciones ultramontanas de Onganía, sus diseños corporativistas, chocaban de lleno con el intento de renovación capitalista que tenía su base en la dinámica industria automotriz y que fracturaba al bloque en el poder. También el sindicalismo se dividía entre los viejos burócratas colaboracionistas y los que pugnaban por incorporarse a la reconversión capitalista y, por lo tanto, al recambio político que impulsaban poderosos sectores burgueses y una fracción cada vez más extensa de las fuerzas armadas.

El Cordobazo se inserta entonces en esos múltiples conflictos para abrirle paso a un nuevo ciclo de luchas obreras que cambiará de cuajo el debate teórico y político que impregnaba la intelectualidad revolucionaria de esos anos.

A partir de ese día, la teoría y la práctica encontrarán un sentido trascendente en nuevo movimiento de masas que acababa de nacer. Los años siguientes serán una vorágine en la que movimiento revolucionario y vanguardia obrera y popular gestarán los niveles más altos de conciencia y organización.

Ni el aislamiento y derrota de las fuerzas revolucionarias a partir de 1975, cuyas causas aún son materia de debate, ni el Terror de Estado instaurado entonces, podrán borrar de la memoria colectiva el contenido profundamente libertario, autónomo y solidario que tuvo el Cordobazo.

Trelew

La peor violencia, la más fácil, la más cobarde

Durante 1972 la Patagonia vivió la primavera más agitada de su historia, siendo testigo no sólo del fusilamiento de 19 evadidos del penal de Rawson, sino también del mayor operativo conjunto de las fuerzas guerrilleras del país, y posteriormente, la unión de todas las fuerzas sociales del pueblo para exigir justicia.

La Fuga

El día 15 de agosto los detenidos esperaban una señal de afuera que indicara que todo funcionaba bien. Esa señal se demoró. Cuatro vehículos debían esperar a los fugitivos en la puerta del penal. En ese momento un vuelo salía de Comodoro Rivadavia a Buenos Aires y hacía escala en Trelew. Dos guerrilleros subirían al avión en Comodoro y en Trelew esperaba una compañera como apoyo. Debían copar el avión en Trelew y esperar a los fugitivos. La fuga sería masiva, pero se dividieron en tres grupos. El primer grupo lo conformaban los miembros de cada dirección guerrillera: Santucho, Gorriarán Merlo y Mena por el ERP, Osatinsky y Quieto de FAR y Vaca Narvaja de Montoneros. El segundo eran diecinueve militantes. En el tercer y último grupo estaba el resto de los presos políticos del penal. Durante el copamiento sólo se produjo un tiroteo en una de las torretas de guardia donde un guardiacarcel fue muerto y otro herido. A las seis y media, el penal estaba totalmente copado y los grupos formados en el patio. Los vehículos nunca llegaron. No existe una única versión acerca del por qué. Lo cierto es que un militante de FAR debía recibir una senal desde dentro del penal que indicaba cuándo debían ingresar los vehículos y otra que significaba el fracaso de la operación. Algunos dicen que no vio la señal y otros que interpretó lo contrario.

El Aeropuerto

El primer grupo llegó en tiempo. El avión se desvió rumbo a Chile en donde fueron asilados, luego de varios vaivenes diplomáticos, por el gobierno de Allende y partieron finalmente a Cuba. El segundo grupo llegó para ver el despegue del avión. Inmediatarnente copan el aeropuerto. Sin más posibilidades y rodeados por la Marina, comienzan las negociaciones para su rendición. En ningun momento usaron como rehenes a quienes estaban en el aeropuerto. Las condiciones de rendición, contempladas por el plan, eran: que un medico revise a todos para constatar el estado físico, que se hagan presente los medios, un juez y un abogado que los acompañen nuevamente al penal garantizando que no tuvieran represalias. El capitán Sosa aceptó estas condiciones porque estaba el juez. Momentos después, el gobierno dictó la ley de Estado de Emergencia, con lo cual quedó todo bajo el mando del V cuerpo del Ejército. Los detenidos fueron trasladados entonces a la base Almirante Zar. Estuvieron alojados allí una semana de trato riguroso por parte de quien sería su verdugo. El 22 de agosto a las 3,30 hs., luego de formarlos en fila fuera de sus celdas, el capitán Sosa, junto con dos oficiales y tres suboficiales fusilaron y remataron con "tiros de gracia" a los diecinueve detenidos. La responsabilidad de este aberrante asesinato excede las halas del cobarde verdugo para llegar a lo más alto de las cúpulas militares que harían de esto una práctica común en el futuro.

Asamblea Popular

"Los manifestantes pintaron un cartel con la leyenda LA CASA DEL PUEBLO, y lo apostaron en la entrada del teatro, para que los dictadores sepan quién estaba adentro."

Un médico, un ahogado, un escribano, un maestro, un psicólogo, tres obreros: trece hombres, tres mujeres que representaban a todos los partidos y profesiones, fueron los cuidadosamente seleccionados por la dictadura Lanussita y secuestrados por el quinto cuerpo del ejército el 11 de octubre de 1972 en Trelew, Rawson y Puerto Madryn. La represión no buscaba terroristas, sino escarmentar a la comunidad. Desde que el gobierno decidió confinar al penal de Rawson a los presos políticos de la dictadura, los sectores progresistas de la ciudad crearon comisiones de solidaridad con los detenidos. Se encargaban de hospedar a familiares y nombrar apoderados, que además de visitarlos semanalmente se convirtieron en la voz de los detenidos, enriqueciendo los debates de la actividad política y cultural de Trelew. Luego de los allanamientos y detenciones del 11 de octubre, los 8 partidos políticos de Trelew lanzaron una convocatoria para la liberación de los vecinos detenidos. El Teatro Español se transformó en el lugar de reunión de una verdadera ASAMBLEA POPULAR que reunía dentro y fuera del salón a más de 6 mil personas (más de 1/4 de la población) que constituyeron el gobierno real de la dudad durante el conflicto. Uno de los manifestantes recordaría tiempo después: "habíamos oído la historia de algunas revoluciones donde la ideología se iba forjando al compás de la acción. En aquel momento estábamos viviendo esa experiencia y no nos atrevíamos a darnos cuenta." Hubo huelga general pese a la indiferencia de la CGT, los comercios cerraron sus puertas, no se dictaron clases y la radio transmitió sin tandas publicitarias. Fueron jornadas de desobediencia civil en donde el orden de la ciudad quedó en manos de sus habitantes sin que se produjera un solo desmán. El pueblo exigió al gobernador Acosta trasladarse a Buenos Aires para gestionar la libertad de todos los detenidos y se mantuvo en asamblea permanente hasta que el último de los presos fue liberado.

Los Fusilados

Carlos Astudillo: FAR 28 años estudiante

Rubén Bonet: ERP 30 años obrero

Clarisa Lea Place: ERP 24 años estudiante

Mario Delfino: ERP 29 años obrero

Eduardo Capello: ERP 24 años estudiante

José Mena: ERP 21 años, obrero

Alberto Del Rey: ERP 23 años estudiante

Alfredo Kohon: ERP 27 años obrero

Miguel Polti: ERP 21 años, estudiante

Jorge Ulla: ERP 27 años obrero

María Sabelli: FAR 23 años estudiante

Humberto Suárez: ERP 25 años obrero

Humberto Toschi: ERP 25 años estudiante

Susana Lesgart: Montoneros 22 años maestra

Ana Villareal de Santucho: ERP 36 años profesora

Mariano Pujadas: Montoneros 24 años estudiante

Sobrevivientes hoy desaparecidos:

María Berger: FAR 30 años, socióloga

Alberto Camps: FAR, 24 años estudiante

Ricardo Haidar: Montoneros 28 años ingeniero químico