La revolución en India y la vanguardia
en el Estado español
Presentamos a continuación una serie de textos que
pueden agruparse bajo este epígrafe. Desde hace unos años, la guerra popular
dirigida por el Partido Comunista de India(Maoísta) y que se encuentra inmersa
en un estadio de rápido crecimiento y desarrollo, despierta un creciente
interés entre los heterogéneos componentes del movimiento comunista en el
Estado español. Este interés, no obstante, viene acompañado por una gran
confusión respecto al significado de lo que representa este proceso
revolucionario en el contexto de crisis en el que el Movimiento Comunista
Internacional (MCI) y
En esta sección de este número de El
Martinete pretendemos dar cuenta de este fenómeno. Se abre la sección con
nuestra declaración de apoyo a la guerra popular en India, motivada por la
semana internacional de solidaridad promovida en abril por el Comité
Internacional de Apoyo a
Sin embargo, el desarrollo de la
lucha de líneas en el seno de los destacamentos maoístas, tanto a nivel del
Estado español como internacional, que se dio en los meses siguientes, a raíz
de la aparición juntos en el comunicado del 1º de Mayo de este año de los
revolucionarios indios y de los traidores revisionistas nepalíes (por cierto,
que en este número de nuestra revista también publicamos algunos documentos
relacionados con este enfrentamiento, en el que el MAI también participó, en la
lucha contra el centrismo), provocó saludables desplazamientos en este
espectro. Efectivamente, la vigorosa respuesta de la izquierda del maoísmo a los
movimientos centristas y conciliadores con los oportunistas nepalíes, provocó
la ruptura en España del Comité Internacional de Apoyo, quedando los
representantes del centrismo en el Estado, precisamente los gallegos, cada vez
más aislados.
Efectivamente, paralela a esta
lucha, iba dando sus frutos el trabajo, encabezado por los camaradas de Odio de
Clase, para coordinar a distintos y muy heterogéneos grupos en un verdadero y
genuino trabajo internacionalista respecto a la revolución en India. Fruto de ello
nacía a mediados del verano el Comité Proletario Internacionalista (CPI), para
el desarrollo de esta actividad en el Estado español.
El CPI, en el que también participa
el MAI, supone un gran paso desde el punto de vista del internacionalismo, pues
en sus orígenes está la reacción al apoyo seguidista y a la subordinación a los
tabúes que imponía la conciliación con el oportunismo. Así, las premisas de
este nuevo organismo incluyen, como exige el internacionalismo, tanto la
necesidad del estudio minucioso de la experiencia india, para nuestro propio
aprendizaje, que nos permitirá extraer fecundamente lo que de universal tiene
la particular experiencia india, como la denuncia de todo oportunismo,
especialmente el que busca traficar con la sangre de las masas para negociar su
integración en el viejo Estado, como el que liquidó la revolución en Nepal. Así
pues, el CPI se puede interpretar como una expresión de la reacción de la
izquierda del MCI a la experiencia de los últimos errores y fracasos de
Decía Lenin que el hecho de que las disputas y
conflictos internos de los destacamentos nacionales del movimiento
revolucionario se convirtieran en internacionales era una señal de la creciente
madurez del proletariado revolucionario internacional. En este sentido, el CPI
también ha sido, y está llamado a ser, una caja de resonancia de estas luchas
necesarias. Si, desde su misma constitución, ya ha sufrido los ataques de los
conciliadores (algo que también queda reflejado en este número de El
Martinete), por su mismo carácter de expresión de la solidaridad con los
revolucionarios indios, está llamado a tener un papel importante en la lucha
contra el revisionismo local, como ya se vislumbra. No en vano, el revisionismo
en India tiene fuertes lazos con el local, y ambos se enfrentan a los
revolucionarios (“izquierdistas” y “aventureros” son expresiones habituales
tanto en la península como en el subcontinente entre ese sector autodenominado comunista), aunque el distinto grado de
desarrollo de la revolución en cada lugar hace que este enfrentamiento
inevitable tome distintas formas; mientras en India ya se ha llegado a las
armas, en España apenas ha empezado a andar el combate ideológico sistemático
contra este revisionismo, paso imprescindible, el arma de la crítica, para pasar a la crítica de las armas. Así pues, aunque el CPI aún está lejos de ser
ese referente de izquierda del movimiento comunista que tan acuciantemente
necesitamos los proletarios conscientes tanto a nivel internacional como
estatal, sí es un paso que invita al optimismo, pues si la derecha del
movimiento aquí se está agrupando, la izquierda, mucho más minoritaria,
heterogénea y fragmentada, también parece comenzar a dar pasos en ese sentido
necesario.
El CPI, en nuestra opinión, también es una muestra de
que la lucha es lo único positivo y que nos puede hacer avanzar, que no se la
debe temer, ni se debe temer a quitarse de encima a los lastres que se hacen
pasar por amigos, y que una vez que se está dispuesto a arrojar por la borda
esos lastres se pueden avanzar grandes pasos, e incluso encontrar nuevos amigos
en lugares insospechados. Adelante pues la lucha, cuyo primer momento, la
premisa imprescindible que permitirá el despliegue y desarrollo de nuestro
movimiento, es la lucha de clases en el plano ideológico,
Movimiento Anti-Imperialista
Diciembre 2011