El Martinete - Número 17

Septiembre de 2004

 

Bases de la revuelta bolivariana

 

 

“La potencia soviética ha colapsado, pero esto no significa que el capitalismo neoliberal debe ser el modelo a seguir para los pueblos de Occidente. Así sea por esta única razón, invitamos a China a que mantenga ondeando su bandera, porque el mundo no puede ser dominado por una fuerza policial universal que quiere controlarlo todo”

 

Palabras en la visita a la tumba de Mao Tse-Tung el 12 de Octubre de 1999 -fragmento del libro “A la sombra del Libertador” de Richard Gott - Caracas 2002

 

¿Tú consideras que el sistema capitalista es reformable, humanizable?

“Cuando conversaba aquí con Meszaros, el economista marxista, y le decía “bueno critícanos”, él me respondió: “No, yo no tengo nada que criticarles, ustedes están en una etapa de transición y creo que el problema no es solamente de Venezuela”.

Nosotros no planteamos la política como el arte de lo posible, sino el hacer posible mañana lo que hoy parece imposible.

¿Es posible para Venezuela trascender en este momento el modelo capitalista sembrado hasta en los tuétanos, no solo en Venezuela sino en el mundo?

Te respondo: Creo que el capitalismo no es humanizable ”.

Entrevista de Hugo Chávez con Marta Harnecker en “Una revolución sui géneris” (24 de enero 2003)

 

 

A pesar de estas declaraciones de Chávez creo que no es erróneo afirmar que el ideario de los dirigentes de la revolución bolivariana de Venezuela, no contempla una revolución socialista, ni tiene en su perspectiva futura el socialismo y el comunismo. El porque deberíamos buscarlo en la misma historia de Venezuela, en su desarrollo, en sus partidos de vanguardia, en el seguidismo que el PCV hizo de las funestas tesis del PC estadounidense dirigido por Earl Browder en 1944 paralelas a la degeneración ideológica que se vivía ya en el seno del PCUS y que llevaron a una paralización, si no algo peor, de los partidos comunistas. Una primera fragmentación importante del PCV fue un grupo denominado los Machamiques (dirigido por Luis Miquilena, Gustavo y Eduardo Machado) que en 1946 cristalizó en la creación del Partido Comunista Venezolano Unitario (los negros) como reacción a la supeditación del PCV a los dictados del PCUS. El problema fue que en lugar de profundizar en las raíces del marxismo-leninismo para rehacer la vanguardia revolucionaria, se basculó hacia un socialismo autóctono antiestalinista cuyo máximo exponente fue Salvador de la Plaza, profesor de historia de la Universidad Central de Venezuela llamado por los estudiantes “el monje rojo”, cuyas tesis influenciaron desde la década de los 50 la llamada izquierda venezolana y parte de ellas están integradas en el proyecto que lidera el presidente Chávez

 

Otro aspecto a considerar es el cultural. El capitalismo venezolano ha escrito, como en el resto del mundo, la historia a su medida. Desde la parcialidad de la figura de Simón Bolívar, hasta la desaparición histórica de otros personajes molestos que han jugado un papel importante en los diferentes escenarios de las luchas de clases que se han ido sucediendo a lo largo de los años. No cabe duda que la influencia norteamericana ha tenido mucho que ver en cuanto a la estructuración ideológica venezolana. Tan solo la figura de Bolívar, encumbrado a la categoría de héroe no ha podido ser removido, y ahora, dentro del conglomerado ideológico bolivariano se intenta extraer del contenido de su obra, acción y escritos, aquellos aspectos que habían sido desdibujados o escondidos.

 

Pero otras figuras son claves para entender el ideario de la revolución bolivariana, una de ellas es Simón Rodríguez, (1769-1852) maestro de escuela y que durante un tiempo fue el tutor de Simón Bolívar, le clausuraron la escuela que había abierto y en la que aceptaba “blancos, negros y pardos”. En Bolivia abrió escuelas públicas que pronto fueron clausuradas ya que en ellas iban niños indígenas. Se incorporó a los primeros movimientos por la independencia de 1797 y al ser aplastada la revuelta huyó a Jamaica y luego a Europa, donde pasó casi veinte años, define en sus escritos que “trabajé en un laboratorio de química industrial, concurrí a juntas secretas de carácter socialista, estudié un poco de literatura, aprendí lenguas y regenté una escuela de primeras letras en un pueblecito de Rusia” . Se encontró de nuevo con Bolívar en París (1804) y en 1823 fue a Londres donde conoció al exiliado filósofo venezolano Andrés Bello, el cual lo convenció para que regresara a latinoamérica y en 1825 se unió al ejército de Bolívar hasta Bolivia, donde en el actual Sucre (Chuquisaca) Bolívar lo nombró “Director de Enseñanza pública, Ciencias Físicas, Matemáticas y de Artes y Director General de Minas, Agricultura y Caminos Públicos de la República Boliviana” y abrió una escuela a pesar del odio que le tenían las oligarquías criollas locales. Se dirigió a Cochabamba para fundar otra escuela y en su ausencia le clausuraron la de Chuquisaca. Así lo dejó escrito Simón Rodríguez: “Un abogado de nombre Calvo, destruyó mi establecimiento en Chuquisaca, diciendo que yo había agotado los fondos, a fin de mantener rameras y ladrones, en lugar de dedicar mi esfuerzo a educar gente decente. Las rameras y los ladrones eran los niños de los verdaderos dueños del país, es decir, los cholitos y cholitas que deambulan por las calles y que son de hecho considerablemente mas decentes que los niños y niñas del señor Calvo”.

Renunció a todos sus cargos y tras diez años en Chile fue a vivir a Lacatunga (Ecuador) donde en 1847 escribió unas reflexiones sobre el trabajo y el comercio. Esta es una de sus consideraciones: “La división del trabajo en la producción de bienes, solo sirve para embrutecer la mano de obra. Si para producir tijeras para uñas, baratas y de calidad, tenemos que reducir los trabajadores a máquinas, es preferible que nos cortemos las uñas de los dedos con los dientes”.

Simón Rodríguez creía que la revolución latinoamericana debía tener su origen en el campo: “Los (latino) Americanos deben intentar una genuina revolución económica empezando por las áreas rurales: desde allí, la revolución se trasladará a los talleres industriales”

 

Y finalmente Ezequiel Zamora (1817-1860) llamado el “General del Pueblo Soberano” líder de las fuerzas federales durante la guerra civil 1840-1850. Su trayectoria política paralela a la militar estaba basada en tres ejes fundamentales: Dar tierra a los campesinos, Expropiar a los latifundistas, y combinar militares y civiles en la insurrección y la guerra.. Apenas hay testimonios escritos de su historiografía ya que su nombre lo borraron de cualquier libro, pero de lo poco que se conserva son el grito de combate “oligarcas temblad, viva la libertad” y los puntos para el campesinado:

- las cinco leguas alrededor de cada pueblo o caserío en toda la circunferencia alrededor han de ser destinadas al uso comunitario

- abolición del sistema de estimación de la renta sobre tierras agrícolas

.Militarmente fue un gran estratega, y de lo que queda escrito está la crónica de la batalla de Santa Inés.

 

Así podríamos resumir a groso modo cual es el punto de partida o la base ideológica de la revolución bolivariana de Venezuela.

 

Pero no tan solo existe una idea abstracta, sino que hay concreciones y personas que las llevan a cabo. Dentro del conglomerado de grupos y partidos que apoyan la revolución bolivariana, tenemos: Patria Para Todos (antigua Causa R), El Movimiento Revolucionario Bolivariano-200, Movimiento V República, MAS MAS, Partido Comunista de Venezuela,...

 

Causa R fue fundada en los años 70 por Alfredo Maneiro, luchador de las guerrillas del PC en los años 60 a raíz de las escisiones que se originaron en el PCV al final de las luchas guerrilleras. Maneiro fue comandante del frente oriental y en la confrontación chino-soviética se alineó con la posición china a diferencia de otro ex guerrillero (Petkoff) que se alineó con la socialdemocracia europea.

Pablo Medina, otro guerrillero de los años 70 fue enviado en 1972 a SIDOR (Siderúrgica del Orinoco), para organizar el partido en lo que era el conglomerado industrial mas importante de Venezuela. Crearon el periódico “El Matancero” mediante el cual denunciaban la corrupción sindical de Acción Democrática y organizaban un frente sindical. En las elecciones sindicales de 1979 la lista “El Matancero”se alzó con la mayoría del SUTISS (sindicato único de los trabajadores de la industria siderúrgica y similares) aunque en 1981 Fetrametal en colaboración con la dirección de SIDOR y la policía intervino el sindicato y despidieron un buen número de trabajadores y dirigentes sindicales destacados, pero a pesar de esto en 1988 “El Matancero” ganó nuevamente las elecciones y en las elecciones al Congreso de este mismo año tres candidatos de la Causa R fueron elegidos diputados.

En febrero de 1997 se produjo una ruptura en la cual una exigua minoría se quedó con las siglas y la inmensa mayoría de la formación política crearon el partido PPT (patria para todos).

Es una formación política que ha tenido como origen, militancia y soporte al proletariado industrial venezolano concentrado en el Estado Bolívar, y en Caracas y otras ciudades importantes el movimiento vecinal de los barrios.

 

El Movimiento Bolivariano Revolucionario-200 es una refundación del antiguo MBR con el objetivo de convertirse en un aglutinador de las fuerzas sociales que apoyan el proceso actual en marcha con el objetivo de organizar la sociedad para la transformación, mientras el Movimiento V República gobierna. Según expresan algunos de sus miembros se trata de construir un movimiento popular y social con un mando centralizado y democrático donde estén representados el movimiento estudiantil, campesino, barrial, cultural y militar, que junto a los Círculos Bolivarianos, vaya dotando a las masas que participan en el proceso de elementos ideológicos y organizativos. Respecto a los Círculos Bolivarianos, las cifras que se barajan son de unos 200.000 con un promedio de siete personas cada uno.


Otra formación política, es el Movimiento V República, del cual es muy difícil establecer un diagnóstico ya que se agrupan gentes diversas: profesionales, militares que formaron parte del Movimiento Bolivariano Revolucionario que preparó el intento de golpe de 1992, sindicalistas, y un largo y heterogéneo etcétera. Se trata de la formación política que quiere aglutinar en una sola organización a los integrantes del Polo Patriótico que apoyan las campañas electorales que han dado la victoria al presidente Chávez.

 

Pero seguramente, lo más importante en Venezuela hoy es la organización popular de los habitantes de los barrios, de larga tradición de enfrentamiento con todos los gobiernos anteriores.

 

El renacer del movimiento campesino en toda la zona de los Llanos, en la exigencia de tierras y expropiación de los latifundios, viene de la mano de una tenaz resistencia ante la represión sistemática desde hace mas de medio siglo.

 

Y finalmente, el ejército, soldados, suboficiales y oficiales básicamente han sido el soporte logístico de la revolución bolivariana. Al parecer desde los años 80, no era solamente el Movimiento Bolivariano Revolucionario organizado fundamentalmente en el ejército de tierra, sino que también había organización en la Armada y en las Fuerzas Aéreas, en las cuales el entonces teniente Wilian Izarra ( troskista) había creado la Alianza Revolucionaria de Militares Activos (ARMA)

 

De todo este entresijo sin una definición acabada en lo político y en lo económico, aunque con ciertos avances en lo socio-cultural podríamos avanzar la hipótesis que en Venezuela se está generando un amplio movimiento, sobre todo a partir del golpe de estado de Abril de 2003, que ha supuesto un salto cualitativo en el pensamiento y la acción de millones de mujeres y hombres. Salto cualitativo en cuanto a niveles organizativos, en cuanto a fomento del cooperativismo, en una explosión cultural que va desde la reivindicación de Alí Primera hasta la avalancha de asistentes a los cursos de alfabetización, de secundaria, de bachiller y a la Universidad Bolivariana. En el debate político, en la crítica al gobierno y a la burocracia sindical, en la exigencia de participación en la toma de decisiones a todos los niveles.

 

No solo se está librando una lucha de clases entre una oligarquía parasitaria y unas clases medias en descomposición, sino una lucha entre el proletariado y la burguesía dentro del amasijo de fuerzas que apoyan el actual proceso. En esta confrontación, fuerzas que se autodenominan marxistas-leninistas como Bandera Roja, están aliadas con los grupos de la oligarquía a la cual sirven de ariete en las demostraciones callejeras.

Esta confrontación clasista tiene características algo especiales acordes a al desarrollo histórico de Venezuela. En primer lugar un segmento muy importante de la población, el mestizo-indio, ha estado siempre marginado, como el negro-mulato. Han sido los descendientes de los blancos criollos los que tradicionalmente han tenido no solamente el control económico, político y cultural, sino que han masacrado cualquier intento de auoemancipación de esta parte del proletariado venezolano compuesto por campesinos, obreros de la tierra y hace décadas los obreros industriales del acero, el petróleo y las minas.

 

Desde hace décadas, millones de campesinos desplazados de las tierras fértiles por los terratenientes, consorcios agro-alimentarios y empresas extractoras se ubicaron en los alrededores de Caracas, Valencia, Maracay, Mérida, Barquisimeto, Ciudad Guyana y otras ciudades importantes, en los denominados barrios. Un amasijo de vendedores ambulantes, artesanos, trabajadores de servicio doméstico, motorizados (mensajeros con moto), obreros de construcción, transportistas y un largo etcétera denominado de la economía informal forman el núcleo que podríamos denominar el proletariado venezolano más avanzado, el que en pleno golpe de estado se enfrentó a los golpistas y ocupó literalmente el palacio de Miraflores y fuerte Tiuna. Son los continuadores del caracazo de 1989. Un sector que le sigue podríamos ubicarlo en las industrias estatales minero-siderúrgicas y petroleras, con ciertas prerrogativas como seguridad social, salario estable, etc. De ellos una parte importante resistió el lokout patronal con lo que se impidió la paralización de la industria de generación eléctrica, los altos hornos, las procesadoras de aluminio, la extracción de gas y la pronta recuperación de la destrucción de los sistemas operativos informáticos petroleros.

 

Un sector característico, que se reclama “clase media en positivo”, técnicos, profesionales, algunos intelectuales, reclama su lugar en la actual lucha de clases, y como tal aparece en las multitudinarias manifestaciones de apoyo al actual proceso político.

 

Un proceso singular el de la llamada revolución bolivariana, ya que para mantenerse debe apoyarse en los sectores más combativos del proletariado venezolano, los cuales exigen mas avances en materia social, económica y política y apoyan críticamente al actual núcleo gubernamental. A medida que se consoliden conquistas como la expropiación de latifundios, la concesión de títulos de propiedad de las viviendas ilegales de los barrios, el reparto de tierras con vivienda, créditos y técnicos asesores, el funcionamiento cooperativo de las concesiones que caducan en las empresas estatales, la consolidación del plan de salud Barrio Adentro, los programas de estudios secundarios, técnicos y universitarios del Plan Sucre, Misión Rivas y Universidad Bolivariana, cada vez será más difícil retroceder sin que medie una aceleración de la lucha de clases, y a medida que se avance, los sectores más conservadores del actual complejo gubernamental se verán desplazados.

 

Ante todo este panorama cabría reclamar de los revolucionarios venezolanos una apuesta decidida hacia la formación del partido comunista, que, sin otros adjetivos forme y organice a los sectores mas avanzados, tanto para avanzar hacia una revolución socialista como para librar duras batallas contra el capitalismo y contra los oportunistas que quieren frenar el avance iniciado.

J.C.