Turquía: Presos políticos en Huelga de Hambre

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No nos es ajeno que mientras en Europa los gobiernos hablan de democracia en defensa de las libertades y los derechos humanos, países como Turquía, también en nombre de esas libertades y derechos, aplican una represión brutal y descarada.

Cuando las actuales democracias salen a la palestra de la historia, las organizaciones políticas y los movimientos revolucionarios de carácter clasista, son sometidos a una constante vigilancia y hostigamiento que, según el país y las condiciones en él existentes, se manifiesta de manera disimulada o con represión descarada como ocurre actualmente en Turquía.

A partir de 1991, tras el Golpe de Estado por el general Kenan Euren en 1980, apoyado por la OTAN y legitimado con la constitución de 1983 (dándole carácter democrático) en Turquía se legalizan los Partidos Comunistas y el idioma Kurdo. Los gobiernos europeos, así como los EE.UU, consideran que Turquía se democratiza al instaurarse las libertades democráticas, convirtiéndose por otra parte, además, en uno de los países desde el punto de vista económico interesante tanto para las democracias Europeas como para los democráticos intereses económicos estadounidenses que han engordado mediante la expropiación de sus riquezas; y una vez más, la burguesía gobernante de Turquía, celebrando su salto cualitativo económico, controla la vida político-militar caracterizada por una represión dirigida fundamentalmente, contra los movimientos revolucionarios que, según su parecer, suponen un grave peligro económico-político para la estabilidad de la zona y que, ante la opinión pública presentan como "Terroristas peligrosos".

¿Qué hacen los países económicamente desarrollados y con gobiernos democráticos?: apoyar al gobierno de Turquía, bien directa o indirectamente. Defienden su incorporación a la Unión Europea, le han vendido armamentos y materiales de tortura, han ocultando la violación de los derechos humanos, etc. Como se dice vulgarmente, pasan olímpicamente de los acuerdos, recomendaciones y denuncias que sobre los derechos humanos ellos mismos plantean, a través de sus organizaciones internacionales de carácter humanitario. Y esta afirmación es el resultado de que se consideren terroristas a quienes reivindiquen sus derechos laborales y sindicales, peguen carteles, canten consignas, defiendan y difundan opiniones e ideas distintas a las difundidas por el gobierno en el poder como ocurre en Turquía.

En la actualidad, el Gobierno de Turquía está formado por una coalición tripartita de la que forma parte el MHP, partido de ideología fascista. El Parlamento y el gobierno están dominados por los militares que presionan para que el sistema político no se debilite.

Existen en Turquía cuatro guerrillas que sobresalen en la lucha contra el imperialismo y el régimen títere que le sirve de soporte: El DHKP-C o Partido-Frente de Liberación Popular de Turquía; la TIKB o Unión de Comunistas Revolucionarios de Turquía; el TKP-ML o Partido Comunista de Turquía Marxista-Leninista; y el PKK o Partido de los trabajadores del Kurdistan, única guerrilla Kurda de izquierda revolucionaria.

Estos Movimientos revolucionarios se han ido desarrollando bajo condiciones de lucha muy duras pues, mientras se realizaba la "legalización" de los Partidos Comunistas y la amnistía a Presos políticos también se sucedían las luchas, se acusaba y condenaba por pertenecer a organizaciones de la izquierda revolucionaria a cualquier persona que se manifestara contra el régimen, hechos que se agudizaron y se continúan dando, aplicándose la tortura y asesinando a los prisioneros políticos. Según datos recogidos de diferentes organizaciones de presos políticos y de solidaridad así como de organizaciones políticas, en Turquía la población reclusa es de 68.000 presos, de los cuales 12.000 son de carácter político y de ellos unos 6.000 son kurdos.

Frente a la represión, la lucha de los movimientos revolucionarios se ha agudizado aumentando las acciones de masas en las que participan tanto turcos como kurdos. Las cárceles se llenan de presos políticos que se resisten a las duras condiciones a que ven sometida su existencia en las cárceles, agravada por la reforma de prisiones: el gobierno turco, aplicando las técnicas utilizadas en otros países, somete a los presos a un aislamiento total utilizando para ello las llamadas celdas "tipo F" que, según los propios presos, pretenden facilitar la tortura psicológica y física con el objetivo destruir su resistencia.

Pero la resistencia de los presos, por el contrario, se fortaleció y se presentó con la única arma que contaban, la Huelga de Hambre como medio de presión para luchar contra las torturas y las prisiones de "tipo F" construidas para dividir y debilitar las fuerzas de los presos políticos revolucionarios.

Las reivindicaciones de los presos al iniciarse la Huelga de Hambre eran:

1.- Denuncia del modelo de celdas "Tipo F" que implican el aislamiento total

2.-Supresión de la política de los Ministerios de Interior, Justicia y Salud, que vulneran los derechos elementales de los presos.

3.-Supresión de la Ley 3713 que, con el pretexto de combatir el terrorismo, se utiliza para aplicar la tortura.

4.-Supresión de los tribunales Especiales del Estado creados en 1984.

5.-Creación de una comisión impar-cial formada por médicos, abogados y familiares para garantizar el respeto a los derechos de los presos de carácter político.

6.-Investigar y castigar a los responsables de anteriores masacres cometidas en contra de los presos en conflictos anteriores

7.-Liberación inmediata de los presos enfermos

8.-Castigo a los funcionarios torturadores

9.-Derogación de todas las leyes antidemocráticas y fin de la opresión sobre el pueblo Kurdo

La lucha de los presos con la huelga de hambre se ha convertido en un proceso que les lleva a la muerte y el Gobierno Turco se ve con las manos atadas: es una situación para él insostenible, por lo que decidió intervenir por la vía militar para acabar con la protesta. Así, en los días 19 y 20 de diciembre del 2000, el gobierno de Turquía arremetió contra los presos de 20 penales enviando cientos de policías que rodearon las prisiones, se introducían en los patios a través de helicópteros, disparando a diestro y siniestro, apaleando a los presos a pesar de su debilidad causada por la huelga de hambre. El resultado de la intervención conocida con el nombre de "operación salvar la vida" -supuestamente se pretendía salvar la vida de los presos políticos en Huelga de Hambre- fue de 30 muertos, cientos de heridos y seis "desaparecidos". El gobierno intentó impedir que los hechos llegaran a conocerse por los periodistas, tal como ocurrieron, y negó que los presos murieran por culpa de-las fuerzas de seguridad. Este ataque del ejército a las prisiones fue el detonante para que en Europa los ciudadanos iniciaran acciones de solidaridad y denuncia, en su mayor parte protagonizadas por turcos y kurdos: tal es el caso de Ginebra, París, Londres, Holanda, Bélgica, Suiza, Alemania, etc. .

En España, la AFAPP así como las gestoras pro-Amnistía han emitido comunicados de condena. La coordinadora de solidaridad con Kurdistan difunde información sobre el conflicto, etc. Se destacan como principales responsables del ataque a Bulen Ecevit, jefe de gobierno que se niega a dialogar con los presos; a Hikmet Sami Tuk, Ministro de justicia y teórico responsable de lo que acontezca en las prisiones; y Osman Durmus, Ministro de Salud que ha defendido siempre la intervención como medio para evitar la muerte por Huelga de Hambre.

También en Turquía se han llevado a cabo movilizaciones: manifestación de estudiantes en Ankara en solidaridad con los presos; en la capital del Kurdistan - Amed Diyarbakir - hubo una manifestación que acabó con la intervención policial; se suceden acciones de repulsa y solidaridad por parte de organizaciones estudiantiles y del movimiento obrero y organizaciones culturales.

Frente a estas acciones de solidaridad y apoyo a los presos políticos de Turquía, la prensa oficial de los estados europeos ratifica las versiones dadas por el gobierno turco negando con ello a los presos turcos, sus derechos humanos.

Desde el M.A.I, nos solidarizamos y apoyamos la justa lucha de los presos políticos en Turquía. También denunciamos a las democracias europeas por apoyar y ocultar el carácter represivo de gobiernos como el de Turquía que viola una y otra vez de forma sistemática los derechos y libertades de los turcos y los kurdos, en definitiva, por atentar contra el derecho de los pueblos a no ser oprimidos, reprimidos y masacrados por el imperialismo.


Movimiento Anti-Imperialista
Septiembre 2001