Tras el 14-N, las tareas en el momento actual

Pasado ya el día del paro general del 14-N, la vida sigue su curso habitual: el gobierno sigue gobernando para la burguesía, ampliando sus decretos antiobreros; el Parlamento sigue legislando para la burguesía, desgranando nuevas leyes antiobreras y los sindicatos se retiran a sus cuarteles de invierno a preparar nuevas movilizaciones impactantes mientras esperan que se les llame para algún arreglo acorde con los intereses corporativos de su cabreada clientela. 

El teatrillo que se representó el 14-N en el escenario político español, de la mano de CCOO y UGT, con el apoyo entusiasta de PSOE e IU-PCE, no va a modificar un ápice la hoja de ruta del gobierno del PP, ni las directrices que exige la Unión Europea. No les cabe la menor duda de que los promotores de estas “movilizaciones” son fieles guardianes del sistema capitalista y conscientes ejecutores del papel que tan bien saben realizar: manipular a los trabajadores con señuelos “sociales” y loas al “estado del bienestar”, para encauzar su lucha por la senda de la colaboración de clase.

Históricamente se ha demostrado que la lucha por mejorar las condiciones de existencia de la clase obrera no puede estar separada de la lucha política por eliminar las condiciones de explotación y opresión en que deben de vivir millones de trabajadores, a lo sumo esa lucha solo sirve para desgastar el empuje de los trabajadores en luchas estériles que, en el mejor de los casos, lo que se consigue hoy, mañana se pierde por el propio mecanismo del capital. Debido a que esta lucha se circunscribe a los límites del intercambio mercantil por vender a mejor precio el valor de la fuerza de trabajo, o a las condiciones económicas y sociales para su reproducción como clase explotada, desviando la lucha de los trabajadores hacia senderos ajenos con su liberación como clase. Por eso, la política que no contemple la superación de las relaciones capitalistas de producción, en la perspectiva del construir el socialismo, como paso necesario para la eliminación de las clases sociales, juega con las barajas marcadas y las reglas del capital.

El día de paro general ha servido para poner de manifiesto con nitidez cinco aspectos generales:

·         La consistencia y fuerza que la burguesía demuestra en la defensa de su sistema, de sus intereses de clase, a pesar de los años de crisis, para seguir imponiendo una mayor degradación de las condiciones de existencia a la clase obrera.

·         El naturaleza represiva de la policía, como arma al servicio de la burguesía para defender su legalidad ante cualquier movilización.

·     El carácter reaccionario de los sindicatos CCOO y UGT, que junto a PSOE e IU-PCE, como devotos defensores del régimen democrático-burgués, impulsan el apoyo al sistema capitalista, ocultando bajo palabrería “progresista”,  el aumento del grado de explotación y opresión de la clase obrera,

·       El papel del revisionismo y el oportunismo, con el PCPE a la cabeza, al ampararse en el bajo nivel de conciencia de las masas para justificar su falta de principios revolucionarios, acomodándose a la situación,  reclamando el restablecimiento de unos “derechos” perdidos.

·         La debilidad política de la línea política revolucionaria, que todavía no está capacitada para articular un proyecto colectivo que engarce los intereses de la clase obrera con la derrota de la burguesía.

Por ello, el conjunto de tareas que tienen que desarrollar en el momento actual los diversos colectivos y organizaciones comunistas debe estar situado en la construcción del partido, centrada en el fortalecimiento teórico y político de los destacamentos de vanguardia, aunque sin olvidar su relación con las masas a través de la agitación política.

Podemos decir que hay más elementos para sentirse optimista en cuanto a que se detecta, entre los distintos colectivos comunistas, un tímido avance ideológico de las posiciones revolucionarias en lucha contra el revisionismo y el oportunismo. Es manifiesto que se están dando pasos favorables entre algunos colectivos hacia enfoques marxistas en oposición a las democráticas burguesas, que hay que ir fortaleciendo para que vaya tomando cuerpo colectivo  mediante la lucha de las dos líneas, en lo ideológico, y la unidad de acción, en lo político.

Hasta ahora, lo dominante entre los distintos colectivos era que cada cual actúa por su cuenta, propio de la fase de fragmentación y dispersión en que se encuentra el movimiento comunista español, fruto de la escasa formación teórica marxista y la influencia política revisionista, que lastra la formación, la consolidación y desarrollo de un proyecto colectivo comunista. Pensamos que ha llegado el momento de luchar por superar esta perniciosa tendencia, pues el impacto de la crisis económica capitalista está aportando elementos que favorecen una subjetividad positiva hacia el marxismo y la revolución proletaria en oposición al pesimismo social y la imposibilidad del comunismo, caldo de cultivo para el desarrollo del revisionismo y el oportunismo.

Debemos centrarnos tanto en favorecer el desarrollo interno de los distintos colectivos como impulsar el proceso de confluencia entre ellos mediante el fortalecimiento teórico, la lucha ideológica y la unidad de acción política.

Por fortalecimiento teórico entendemos la articulación de tres tareas relacionadas con la teoría marxista:

1) Profundizar el conocimiento general del marxismo, que ha estado y está muy descuidado.

2) Desarrollo teórico, relacionado con las contradicciones que aparecen al encarar la construcción de partido.

3) La lucha continuada contra el revisionismo y el oportunismo a través de la elaboración crítica de los temas relacionado con la lucha de clases. Esta tarea debe desarrollarse en el propio seno de los distintos colectivos, estimulando también el impulso a través del intercambio de experiencias.

Los distintos procesos de formación teórica debe ir acompañado de otro proceso de reagrupamiento político, centrado en la lucha de dos líneas como instrumento para crear las condiciones de la unidad de acción.

Para conseguir este objetivo se debe trabajar por crear un comité que agrupe a los distintos colectivos que podría ir dirigido a preparar una futura Conferencia sobre la construcción del partido en la actual etapa histórica.

Por último, también debemos contemplar la agitación política, con el objetivo del acercamiento a las masas a través de la crítica sistemática a los acontecimientos políticos y sociales relacionados con la necesidad de la revolución proletaria. Para ello, se podría ir pensando seriamente cómo articular las distintas elaboraciones en un medio común.