La tarea de la Constitución Partidaria del Proletariado
¿Existe Partido Comunista en el actual Estado Español?
Aunque
parezca una pregunta con obvia respuesta, esta pregunta no está lo
suficientemente reflexionada y meditada en nuestra época y en nuestro
Estado.
Todos
los que se hacen llamar a sí mismos marxistas-leninistas, pensándolo
rápidamente contestarán no. Pero, y aunque su intuición no les falle,
responder rápidamente no les acercará ni un ápice a la realidad, y menos
a su objetivo final: la superación de la existencia de clases y
división social del trabajo dentro de la Humanidad.
No sólo basta con responder con preguntas sencillas, como si de un
examen tipo test se tratará. Un verdadero revolucionario tendrá que ir
más allá, tendrá que buscar de entre esas preguntas sencillas, otras más
complejas y aprender a resolverlas sin miedo a quedar atrapado en los
esquemas que le impone su pensamiento, esquemas burgueses por otra
parte.
Muchos camaradas sabrán ir más allá, cogerán de verdad lo que otros ya
expusieron, pero no sabrán aplicarlo a la realidad actual. Otros
simplemente no sabrán comprender bien que significa ese aprendizaje
legado que llamamos teoría y otros habiéndolo comprendido no habrán
analizado todavía las experiencias del proletariado aún sin sintetizar
para mejorar y hacer verdaderamente revolucionaria esta teoría de
emancipación. Esto ocurre cuando los camaradas exponen que para crear
las condiciones de la existencia del Partido Comunista hace falta
desarrollar destacamentos de vanguardia del proletariado. Tesis que en
sí es correcta, pero que puede ser manipulada de todas todas. Porque entonces las preguntas siguientes que se hace el camarada son: ¿qué es ser vanguardia? y ¿cómo se es vanguardia?
Y efectivamente la primera pregunta suele tener una fácil respuesta,
vanguardia es todo aquel destacamento que consigue guiar en la lucha al
proletariado debido a su demostrada capacidad para ello, y por tanto, el
proletariado sabiendo que está siendo guiado por ellos conseguirá
mejores resultados.
La segunda pregunta puede no ser tan efectiva como una tercera no
siempre formulada, pero que contiene el matiz de la segunda y otros
muchos más matices. Esta pregunta sería: ¿hacia dónde? O sea, ¿vale con
ser vanguardia en cualquier dirección? Si se es vanguardia se debe guiar
al proletariado en alguna dirección, y aunque todos puedan tener en su
voluntad la de guiarlo hacia la emancipación, no todos han meditado
sobre el camino hacia ella.
Algunos destacamentos actuales guiaron efectivamente a sectores
estudiantiles en las luchas de Bolonia, otros incluso en la lucha del
15-M, en la lucha de los mineros, o en cualquier otro ejemplo de lucha
sindicalista. Podemos exponer que consciente o inconscientemente fueron
luchas para conseguir que los objetivos de estos movimientos fueran más
efectivos o incluso más radicales para poder tener una mayor acumulación de fuerzas. Estos destacamentos son lo que llamamos vanguardia práctica del proletariado.
Pero aparte de las efímeras y escasas victorias de estos movimientos,
que nos llenan el corazón pero no siempre la razón, ¿qué consiguieron
estos movimientos y, por tanto, estos destacamentos que iban guiando?
¿Es el proletariado actual, más revolucionario que antes? ¿Tiene en su
cabeza la necesidad inminente del asalto al poder? ¿Tiene la necesidad
de implantar su dictadura revolucionaria? O incluso, ¿se mantuvo esa
acumulación de fuerzas con el tiempo o se perdió rápidamente?
Estas preguntas tienen respuestas obvias cuyo tiempo no merece gastar
en una respuesta simple. Es, por tanto, que iremos más allá. Analicemos.
¿Tenemos una respuesta meditada que dar al proletariado para demostrar
que nuestro objetivo es realmente efectivo y que siguiendo nuestro plan
llegará al lugar prometido? Y lo más importante ¿tenemos nosotros un
plan detallado que corrija las insuficiencias (cada vez menos grandes
conforme avanza nuestra capacidad de análisis y que proceden de la
siempre limitada capacidad del conocimiento del ser humano) del
comunismo a lo largo de su historia y nos lleve a un lugar donde no
podamos ser otra vez derrotados de la manera en que ya lo hizo la
burguesía? ¿tenemos un plan que nos haga escapar de esta rutina
sindicalista y que no llega a enlazar al proletariado en la vía
revolucionaria en la que se ha colocado el comunismo y se demuestra ineficaz?
Las derrotas son siempre internas, son muestra de la debilidad interna
de un movimiento. Pueden, efectivamente, ser catalizadas externamente.
Pero toda derrota reside en la incapacidad de enfrentamiento frente al enemigo debido a una incapacidad interna.
La lucha del ser humano, el único ser con capacidad de raciocinio, es
la lucha por conocer la realidad, por conocer la naturaleza y por
conocerse a sí mismo como ser social. El conocimiento evoluciona, la
acumulación de experiencias que nos permitan un avance y la acumulación
de síntesis de tales experiencias enriquece cada vez más nuestra lucha y
nos da mayores herramientas de enfrentamiento. Hoy somos mejores que
ayer, pero somos incapaces frente al nosotros del mañana.
Con el comunismo, como teoría social de emancipación de la Humanidad,
ocurre lo mismo. Siempre será limitado, pues no se escapa de la
capacidad de conocimiento del ser humano, no viene dada por ningún ente
divino que nos expone la Verdad Absoluta.
Y está visto que el comunismo actual ha fallado como ideología, pues no
ha sabido dar respuesta estable (debido a la siempre limitación de
nuestro conocimiento) y no la sabe dar ahora (más cuando se encuentra en
el callejón sin salida del sindicalismo que no mira más allá de sus
pies) a las tareas del proletariado para la consecución de esa nueva
etapa social llamada Comunismo.
¿Qué nos toca hacer ahora?
Nos toca revitalizar nuestro ideario, actualizarlo, darle nueva forma
para que consiga superar lo que de falso se ha demostrado en él. Nos
toca repasar la gran y rica experiencia que surge desde que el
proletariado toma las riendas del Estado por primera vez hasta que el
proletariado es vencido, no sólo políticamente sino ideológicamente, y
ver los éxitos y los fracasos de nuestra concepción del mundo. Analizar
cualquier matiz que nos permita en el futuro no caer en la misma piedra.
Nos toca ahora poner énfasis en el estudio de la teoría, para poder
reelaborarla de manera que con las experiencias pasadas, no tomadas en
consideración de una manera efectivamente científica, podamos dar una
respuesta, con las herramientas actuales, al proletariado para la
comprensión de la necesidad de su emancipación y que le garantice poder
avanzar de una manera certera con el conocimiento que actualmente
acumula o puede acumular la Humanidad.
No hace falta estrellarse mil veces para darse cuenta de la necesidad
de frenar antes de una curva, con una vez que ocurra y la suficiente
meditación sobre el hecho seremos capaces de no estrellarnos. Podemos
después de haber efectuado este conocimiento darnos cuenta de que si se
acelera mientras se sale de la curva el coche reaccionará mejor y,
además de evitarnos un eventual accidente, nos proporcionará una mayor
velocidad al salir de la curva. Y no hace falta que tengamos que
experimentarlo personalmente, con que nos avise alguien de lo que
ocurre, sabremos más o menos manejar la situación. Pero hay quien se
obstina en no tomar ninguna advertencia y no frena en la curva nunca, a
la espera de salir airoso alguna vez. Otros, sin embargo, toman
advertencias que se han demostrado como erróneas o peligrosas, pero no
quieren ver tal peligro, achacándolo a factores externos, como que había
demasiada agua en la carretera. Pues bien señores, se trata de analizar
bien nuestra conducción y nuestros factores externos para que no haya
ningún accidente, o haya los mínimos posibles.
Se trata de reconstituir toda nuestra visión del mundo para dirigir al proletariado hacia un movimiento de masas verdaderamente revolucionario.
¿Cómo llegamos a este movimiento revolucionario?
La pregunta también puede ser formulada así ¿cómo llegamos a la constitución efectiva del Partido Comunista?
Si entendemos al Partido Comunista como la suma de organizaciones de
todo tipo que actúan como un Partido Comunista de Nuevo Tipo, es decir,
de una manera efectivamente revolucionaria, y que, por tanto, apliquen
en la realidad la dictadura del proletariado o estén en capacidad real e
inminente para su aplicación, y además, entendemos al Movimiento
Comunista como la unidad dialéctica entre el movimiento obrero y la
vanguardia proletaria, entonces ¿debe la crisis económica del capital
generar la lucha de clases revolucionaria entre el proletariado y la
burguesía o es la lucha de clases del proletariado quien deba generar la crisis política del capital?
La
respuesta que responda como válida a la primera pregunta no tendrá en
cuenta las innumerables crisis económicas del capital a lo largo de la
historia en todos los países y la ineficacia del proletariado en todas
esas ocasiones para generar su toma del poder. Sin embargo, la historia
demuestra que sólo cuando el proletariado es capaz de generar crisis
políticas al capital, cuando verdaderamente está pertrechado con las
herramientas necesarias para acometer la revolución, entonces es cuando
puede ejercer su dictadura revolucionaria de clase a través de sus bases
de apoyo, incluso cuando el capital no se encuentra en una de sus
crisis económicas, aunque este caso es más favorable, porque genera
mayor inestabilidad política a la burguesía, tampoco es condición
indispensable. Sólo cuando hablamos de esta capacidad real es cuando
hablamos de una efectiva praxis revolucionaria.
Entonces, ¿qué herramientas necesita el proletariado para poder acometer sus labores revolucionarias?
El proletariado necesita estar convencido de su emancipación como clase
y de las tareas concretas para su realización. Pero sólo cuando exista
un Programa verdaderamente revolucionario este le empujará a entender
cual es su vocación histórica. Pero, ¿quién elabora su programa?
Su programa es elaborado por todo un movimiento de líderes del
proletariado capaces de convertir la cosmovisión total del comunismo en
una serie de consignas revolucionarias que enlacen en la práctica al
proletariado con estos destacamentos de vanguardia práctica. Pero,
¿quién elabora esa nueva cosmovisión? ¿Proviene del cielo? ¿Es la
cosmovisión legada de los grandes líderes teóricos del comunismo o
necesita una reelaboración que elimine todo lo que hay de falso debido a
sus limitaciones históricas y nos permita comprender mejor las
conclusiones universales y desechar las prácticas que llevan a "salirnos
de la curva"?
Los grandes fallos del pasado provienen de las causas internas de esa
cosmovisión que se fueron propagando por todo el Movimiento Comunista y
lo fueron descomponiendo debido a la incapacidad de reparar sobre ellos.
Por tanto, lo que parece necesario desarrollar actualmente es la
actualización revolucionaria de la ideología comunista. Lo cual parece
posible sólo entre los destacamentos de la vanguardia ideológica del
proletariado, aquellos que han comprendido esta necesidad y priorizan su
trabajo en el desarrollo ideológico del proletariado para pertrecharlo y
conseguir explicar los errores en la aplicación del Comunismo. Errores
que sólo pueden surgir de esta concepción del mundo.
Mientras desarrollan esta lucha, deben también mantener esfuerzos en
ganarse para esta causa a los líderes o sectores de vanguardia práctica
del proletariado, convencerlos de esta necesidad actual.
En este primer período necesitarán establecer el armazón, el corpus
teórico, del Comunismo, comprender las Leyes Generales de la sociedad. Y
sólo cuando haya acabado esta labor inconmensurable, necesaria e
inevitable, entonces podremos pasar a otra nueva etapa.
La gran labor de Lenin, y todo el conjunto de grandes teóricos de su
época, en este sentido en el período de finales de siglo XIX y
principios del XX es un ejemplo de la capacidad del proletariado, y de
sus sectores más avanzados en este caso, para acometer esta labor. Sin
esta tarea no hubiera sido posible la gran ofensiva que realizó el
proletariado desde 1914.
Una vez alcanzado esto, la siguiente etapa que se nos vendrá encima
será la de generar una cosmovisión totalizadora del Comunismo, darle al
armazón forma de edificio. Hacer que el comunismo inunde todos los
aspectos de un nuevo pensamiento liberalizador, eliminándolo de toda
influencia burguesa, tanto como nuestro período nos lo permite.
Ahora se podrá empezar a desarrollar una línea de masas revolucionaria,
que permita ir creciendo a esa suma de organizaciones e ir elevando las
organizaciones más atrasadas a niveles cada vez más conscientes. Es
cuando se empieza a forjar una unidad dialéctica entre la vanguardia
ideológica y la vanguardia práctica del proletariado. Unidad que sólo se
puede desarrollar a través de la lucha ideológica y política más
encarnizada.
La organización que dará lugar al Partido Comunista, movimiento
revolucionario, será cada vez más tangible, más presente en la sociedad,
aunque todavía será incapaz de convencer a las masas proletarias hacia
una respuesta revolucionaria porque todavía no se está en la capacidad
de darles las consignas necesarias para ello.
Y es cuando toda la visión de ese sector cada vez más grande se hace
más netamente revolucionaria, cuando se desarrolla una visión clara de
como realizar la revolución en el aquí y en ahora, y cuando los sectores
de vanguardia práctica, por tanto, terminan de entender la grandísima
fuerza de los nuevos conocimientos revolucionarios desarrollados, cuando
se puede pasar a la última etapa de constitución partidaria.
Cuando la unión entre la vanguardia práctica y la vanguardia ideológica
se ha generado, entonces se es capaz de desarrollar consignas a las
masas capaces de convencerlas de la inevitabilidad real de la revolución
y de cómo y cuando efectuarla. Aquí es cuando se desarrolla el Programa
Revolucionario.
Las masas, cada vez más revolucionarias, se van encuadrando en aquella
suma de organizaciones que dará lugar al Partido Comunista. Y cuando
esta suma de organizaciones sea tan fuerte que sea capaz de tomar en sus
manos el poder político, cuando el proletariado ejerza su dictadura
revolucionaria a través de las bases de apoyo del proletariado, entones
es cuando podremos decir que existe efectivamente un Partido Comunista.
La aplicación de esta nueva forma política de Estado, la del
proletariado, convencerá progresivamente a aquellos sectores de las
masas que aún no comprendían bien que era eso del comunismo y se
acercarán más y más a cualquiera de los niveles que comprende el Partido
Comunista.
Entonces el movimiento ideológico y político del Comunismo será una
realidad y el proletariado podrá pasar a la ofensiva de nuevo.
¿Qué ocurre actualmente?
Actualmente nos encontramos todavía con otro panorama. La dispersión de
lo que llamamos Movimiento Comunista Español no es sino producto de la
diversidad ideológica de los distintos destacamentos prácticos o
teóricos del proletariado. Estas visiones antagónicas hacen que las
fortuitas uniones políticas u organizativas den al traste al cabo de los
meses, y con suerte, de los años. No vale con aprender frases
adquiridas en un estudio liviano basado en la lectura de algunos libros
de los clásicos marxistas, de lo que otros camaradas nos han enseñado en
conversaciones de Congresos o de lo que establezcan los documentos de
una u otra organización autodenominada comunista.
Es hora de desarrollar un estudio concienzudo que vaya más allá del
actual encorsetamiento de lo que conocemos como actual ideología
comunista, estudiando no sólo los textos de los clásicos, comprenderlos
en su contexto histórico, sino además desarrollar el estudio de las
grandes experiencias del proletariado aún sin analizar. Este estudio
debe estar lo más ampliamente generalizado, no siendo cercado por un
puñado de personas que expongan su verdad,
porque sólo de esta manera se puede generar una lucha de posiciones,
lucha de dos líneas, que desarrolle lo más rápidamente posible la
capacidad de análisis de aquellos sectores que quieren poner a punto la
ideología proletaria, los destacamentos de vanguardia teórica. La unión
del MCE sólo es posible conforme la necesidad de la Constitución
Partidaria entre los distintos destacamentos vaya generando una
ideología comunista mucho más solida y homogénea, que no puede estar más
que basada en el debate más profundo.
Parece, por tanto, que la tarea actual consiste en la necesidad de
actualización y depuración de todo lo que hay de burgués en lo que
actualmente se conoce como comunismo.
Y esto necesita del esfuerzo de los camaradas en cuanto al desarrollo
teórico del Comunismo en la actualidad para comprender las Leyes
Generales de la Sociedad (o sea, la realidad material) que nos toca
redescubrir con nuestras herramientas (la capacidad siempre subjetiva
del análisis humano).
REVOLUCIÓN PROLETARIA
SEPTIEMBRE 2012