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Desde hace varias décadas tiene lugar en India una
Guerra Popular de masas. La revolución está dirigida por un partido
revolucionario de nuevo tipo, el Partido Comunista de India (Maoísta) –PCI(M).
Este proceso revolucionario, en la perspectiva de vanguardia del comunismo,
debe ser apoyado por todos los revolucionarios y progresistas del mundo, y, por
supuesto, por la vanguardia proletaria internacional, por lo que desde el MAI
hemos decidido sumar nuestro apoyo a la campaña Semana internacional de apoyo a la guerra popular en
Y es que la pujanza del proceso
revolucionario dirigido por el PCI(M), que en los últimos años ha aumentado
espectacularmente su influencia entre las masas indias, a la par que ha
multiplicado la capacidad operativa del Ejército Guerrillero Popular de
Liberación, es una muestra radiante de la contemporaneidad de
De este modo, desde el punto de
vista de las masas y de la propaganda entre ellas, la revolución india es un
excelente argumento para combatir el discurso burgués sobre la caducidad de la
revolución proletaria y de los instrumentos de que la ha dotado el marxismo. Es
así un elemento importante en el cometido de crear una opinión pública comunista, que familiarice a esferas de la clase,
más amplias que sobre las que ahora tenemos capacidad objetiva de incidencia
efectiva, con el discurso y el enfoque del proletariado revolucionario. Será
éste un trabajo del que recogeremos los frutos más adelante, cuando el proceso
de reconstitución del Partido Comunista esté más avanzado.
Asimismo, desde la perspectiva de la
vanguardia, nos brinda a los comunistas revolucionarios contundentes armas para
combatir al revisionismo, principal enemigo de la revolución, y en defensa de
la línea roja revolucionaria, aquella que es capaz de unir coherentemente los
requisitos sobre el carácter de clase proletario de la revolución contemporánea
y sus métodos y formas de organización, fundamentalmente el partido
revolucionario de nuevo tipo, con la violencia revolucionaria de las masas y la
dictadura de éstas, esto es, con
Así, de forma brillante, los
camaradas indios muestran la profunda verdad de que el primer y más importante
elemento del internacionalismo proletario es la preparación y ejecución de la
revolución en el propio país, que ello es la mejor garantía de fortaleza e
impulso para otros procesos revolucionarios en marcha o en gestación. Ésta es
una verdad sobre la que algunos maoístas del Estado español deberían
reflexionar detenidamente, pues en las últimas décadas se ha convertido en una
cierta costumbre en este espectro político el organizarse como comité de apoyo, intentando actuar como caja de resonancia de procesos
revolucionarios foráneos, con reducido eco y también con escasa incidencia, y
sensibilidad, para con la lucha de dos líneas contra las manifestaciones
domésticas del revisionismo. Por ello, no es que nosotros neguemos el deber y
la necesidad del apoyo a la revolución en el exterior y la denuncia de la sanguinaria
represión reaccionaria (como en el caso de la vasta operación militar
contrainsurgente, promovida por el Estado indio y apoyada por el imperialismo, Cacería Verde, que los naxalitas están
enfrentando exitosamente), pero estamos convencidos de que el mejor servicio
que podemos hacer a los camaradas extranjeros y a
Por otro lado, debemos prevenirnos
contra todo triunfalismo y contra la autocomplacencia en la que muchos maoístas
parecen instalados. Aunque la revolución india es objetivamente un hito en la
historia de la lucha de clases de nuestra época y una gran esperanza para todos
los oprimidos del mundo, no es menos cierto que procesos que parecían tanto o
más pujantes en su momento, como Nepal, han sido vergonzosa y traidoramente
liquidados por el revisionismo. Esto, junto a las posiciones de, por ejemplo,
Porque si bien, como decimos, el
maoísmo es el mejor hijo de la revolución proletaria del siglo XX, y una buena
base para acometer ese Balance, tarea universal que todos los revolucionarios
del mundo tenemos pendiente, no es menos cierto que bebe de muchas de las
mismas bases que otras corrientes que durante el pasado Ciclo se reclamaron del
proletariado revolucionario. Los ejemplos que citamos más arriba son una
contundente expresión de estas limitaciones, a lo que se puede añadir que el
maoísmo sólo ha conseguido armar el inicio de procesos revolucionarios de masas
en países oprimidos y semifeudales (algo que también debería dar pie a la
reflexión de los maoístas honestos de los países imperialistas), y en ninguno
de ellos ha alcanzado aún a conquistar el poder en todo el país. Es decir, a
pesar de la indudable gesta que ello supone, y más en estos tiempos de
apostasía generalizada, los procesos revolucionarios dirigidos por maoístas aún
no han alcanzado el estadio de máximo desarrollo a que llegó
Así pues, también consideramos un
deber internacionalista el estudio de la experiencia india, patrimonio de todos
los pueblos y revolucionarios del mundo, así como la denuncia de la
autocomplacencia y la vigilancia revolucionaria, en la confianza de que la
resolución de las tareas ideológicas que el cierre del pasado Ciclo nos impone
necesariamente, nos fortalecerá a todos los revolucionarios del mundo,
asegurando que la revolución india no es la última página gloriosa de un
capítulo ya cerrado de la historia de
¡Apoyar la Guerra Popular en India!
¡Viva el internacionalismo proletario!
¡Por la reconstitución ideológica y política del comunismo!
¡Viva la Revolución Proletaria Mundial!
Movimiento Anti-Imperialista
Estado español, Abril 2011