Algo más sobre el estilo del PCE(r)

Después de la reprimenda y la censura, y tal vez porque haya experimentado ciertos remordimientos de conciencia por el papelón que ha interpretado en público, el PCE(r) ha publicado Unas palabras sobre la declaración política del MAI , en su órgano Antorcha , donde, siguiendo su prosapia maledicente, mantiene su vulgar estilo calumnioso y prepotente. No quería ser el objetivo de esta carta abierta entretenernos todavía más con estas gentes, sino ofrecer la valoración del MAI del significado e implicaciones que, para nuestro movimiento, tiene la última controversia con ellos y, al hilo de la misma, presentar propuestas constructivas y concretas a los comunistas revolucionarios del Estado español: la intención de esta carta abierta es la de continuar avanzando en la clarificación del terreno que pisa la revolución en este país, no la de continuar atascados en el pantano del litigio permanente con estos señores, que sólo alimenta su vanidad y el engaño de creerse referente de vanguardia. Sin embargo, es preciso reconocer que el deslindamiento de la línea proletaria pasa todavía, al menos en parte, por el desenmascaramiento de los elementos oportunistas y revisionistas que nutren la línea del PCE(r) y, como ha demostrado la última cuasi polémica, es preciso realizarlo, al menos, ante un sector de la vanguardia que todavía se ve influida o confundida por los alardes de este partido. Aprovechando las palabritas que nos dedica Antorcha , intentaremos ampliar nuestra contribución en este cometido.

El sermón que lanza Antorcha desde la atalaya de su soberbia pretende zanjar lo que para ellos es un debate incómodo, por lo que, acompañando a su ya habitual y esperada verborrea incontinente y huera, se ha visto obligada a introducir argumentos de tipo político y a ponerse a ello dedicando parte de su precioso tiempo al “grupito de amiguetes” que dicen que es el MAI. Tanta condescendencia nos conmueve y permite pensar que se ha hurgado bien, pues la comadreja ha salido de la madriguera. No perdamos, pues, la ocasión que nos brindan para confrontar argumentos políticos y no despropósitos.

Sin embargo, todavía la primera parte del texto se corresponde con esa dialéctica de baja estofa a que nos tienen acostumbrados. Comienzan tratando al MAI con displicencia, casi con desidia, reprochando a “los del MAI” por inmodestos y por creerse “los portadores de la verdad universal” y “los sumos guardianes” del marxismo-leninismo, etc., etc. Algo que ya viene siendo habitual entre quienes nos censuran y, por lo demás, aburrido. Parece ser el premio con que el sector pacato de nuestro movimiento paga la independencia ideológica y la expresión firme, con convicción y lo mejor fundamentada que se puede, de lo que se piensa. Seguidamente, se burlan de la represión sufrida por algunos miembros del MAI a la que aludíamos en la Declaración Política. Dicen jactanciosamente que será “alguna multa de tráfico” y nos acusan de “jugar a la revolución”. Desde luego, nosotros no hemos expropiado ni ejecutado a nadie, así que no fue como para ir a acompañarles al talego ; fue, precisamente, por pedir la libertad de su gente. El PCE(r) es quien habla de Estado fascista y de represión fascista, de modo que apliquen su propio criterio imaginándose cómo respondería ese Estado ante tales consignas y obtendrán una medida de la represión sufrida, desde luego más cercana a la realidad que la caricatura insolente con que la presentan. A continuación, y a propósito del tema de la infiltración policial que se había situado en la Declaración, se introduce, sin venir a cuento, todo un pasaje de exaltación épica en el que se reitera por enésima vez el tostón de lo veteranos, valientes, sacrificados y listos que han sido siempre y son los del PCE(r), y vuelta a poner encima de la mesa a los muertos y torturados. Es su argumento estrella, y es el que utilizan siempre para deslegitimar al contrario y “coger ventaja en el debate”, para, desde ella, expulsar por su negra boca lo más aberrante que se les ocurra. Por ejemplo, que “los del MAI” se han convertido “en apéndices y correas de transmisión de la propaganda y la guerra psicológica fascistas”. Por este tipo de referencias crispantes comenzó este asunto entre el PCE(r) y el MAI, y precisamente éste aludió al tema de la infiltración para hacer comprender a estos señores que ese tipo de argumentos no sirven para hablar de política, que ir acusando a todo el mundo de ser fascista o de pertenecer a la Guardia Civil no es una buena costumbre, y que puestos a contar provocadores, dónde mejor que en sus filas… ¡por razones obvias!, añadíamos. Y esta obviedad es la que han vuelto a explotar en este último documento para mayor autocomplacencia. Antorcha acusa al MAI de “frivolidad”, pero ¿hay mayor frivolidad que, por ejemplo, meter a Kimetz entre los “cómplices” del fascismo porque no eliminaban la Declaración del MAI de su foro, para luego sacarlos, una vez que estos camaradas cedieron a su presión? ¿Es esto serio? No sabemos si son hábiles en el arte de combatir las infiltraciones; ellos dicen que sí, pero estando gran parte de su organización en la cárcel induce a la duda; de lo que no cabe duda es de que sí son diestros en el arte de manipular las cosas a su antojo.

Los ejemplos que ofrecen para ilustrar la justeza de sus divagaciones demuestran la “profundidad” del pensamiento que gobierna a este partido y cómo ha “asimilado” éste la teoría y la historia de nuestro movimiento. Hablando de la infiltración policial, acuden como ejemplo al Comité de San Petersburgo del Partido Bolchevique, “el más importante” en Rusia, que estaba formado en 1905 por cinco personas, tres de ellas de la Ojrana , y que, “pese a todo, el Partido Bolchevique hizo la revolución”. ¡Vaya, vaya, un “grupito de amiguetes” que finalmente contribuyó al triunfo de la revolución, sólo doce años después! Después de 40 años, por el contrario, los “cientos” de militantes del PCE(r) (o quizá “miles”, como presumía en su arrebato inquisitorial el hombre de hierro ) están presos y la reacción campando a sus anchas. Este ejemplo tan simple pone en evidencia la insuficiente comprensión del marxismo de que adolecen estos señores, porque demuestran guiarse por un criterio cuantitativo (organización) y no cualitativo (línea política) a la hora de considerar la actividad de la vanguardia. Pero hay más ejemplos y todavía más ilustrativos, como el del Partido Comunista de China, formado en una reunión de 12 delegados que representaban a los 57 miembros de que constaba toda la organización, ¡en un país de 400 millones de habitantes!, o el del Partido Comunista de Indochina, fundado por 7 personas. Nuevamente, vuelven a morder su propio anzuelo. Les vendría bien un poquito más de humildad y de respeto hacia los demás, amén de reflexionar sobre cuáles son los verdaderos valores del comunismo. Por cierto, en la época y lugar que sitúan su ejemplo, quienes poblaban las cárceles zaristas eran los populistas-terroristas y los eseristas rusos, mucho más que los marxistas revolucionarios, todavía una minoría entre el movimiento de vanguardia de la revolución rusa; y curiosamente –¡qué casualidad!–, esos presos políticos se despachaban contra los marxistas exactamente en los mismos términos insolentes que los del PCE(r) dedican a “los del MAI” cuando se desahogan a gusto tratándonos de grupúsculo de “listillos” y “diletantes” de la teoría que no hacen nada práctico ni son peligrosos para el Estado, etc. Antorcha tiene razón cuando señala que muchos pequeños grupos políticos han pasado de puntillas por la historia; pero también es verdad que torres más altas que las del PCE(r) han caído, cuanto más si tienen los pies de barro, como es el caso.

La otra prueba que ofrece Antorcha para demostrar que las posiciones del PCE(r) son correctas es la inevitable y siempre recurrente razón de los presos: que el Estado se esfuerce tanto en acabar con el PCE(r) es la mejor evidencia –dicen– de que es peligroso para él y de que le hace daño, y cierra parafraseando una cita de Mao: “si el enemigo nos ataca es que lo estamos haciendo bien”. Por esto mismo, entonces, si el PCE(r) ataca con tanta furia al MAI será porque ha puesto el dedo en la llaga. En cuanto a la cita de Mao, eso lo dijo hasta Don Quijote. No se trata de una cita que caracterice al maoísmo como pensamiento específico y diferenciado, como, por ejemplo, esta otra paráfrasis: si tenemos la línea correcta tendremos todo lo demás, las masas y las armas; si nuestra línea no es correcta, lo perderemos todo . El PCE(r) maoísta , sin embargo, invirtió los términos y prefirió pensar primero en las armas y dejar para después la política. Por eso, pretende ahora anteponer la razón de los presos a cualquier otra razón política o debate sobre política. Pero los presos no otorgan patente de corso ni ratifican una línea como correcta (entonces, hubiera tenido razón el PCE carrillista frente al PCE(r) en los 70, o Mandela frente a los revolucionarios sudafricanos en los 90, y hoy en día, ETA frente a todo el mundo, etc., etc.). En todo caso, y muy al contrario, la refutan: si el Estado ha conseguido aislarles en prisión es porque no han conseguido emboscarse entre las masas; si no han podido emboscarse entre las masas es porque no tienen masas, y si no tienen masas es porque su línea política no es correcta. Tal vez empezaran bien en los 70, con cierto apoyo social, al menos entre la vanguardia; pero por su línea incorrecta han terminado perdiéndolo todo. Ésta es la ineluctable lógica del pensamiento maoísta, señores.