Declaración en torno a la consulta del 9N en Cataluña


Presentamos el siguiente comunicado como complementario al de los camaradas de Balanç i Revolució [1], concretamente desde el País Valenciano, un territorio donde el movimiento nacional español es mucho más fuerte que el movimiento nacional de nación oprimida, y donde incluso los sectores independentistas de los «Països Catalans» dentro de la vanguardia teórica se han posicionado mayoritariamente contrarios o dubitativos ante el ejercicio del derecho a la autodeterminación de Cataluña; de este modo, esos independentistas de los «Països Catalans» se han posicionado a favor de la nación opresora contra la nación oprimida catalana (que no incluye al País Valenciano).

Aprovechamos para recordar que el 9N se planteará una doble pregunta:

«Quiere que Cataluña acontezca un Estado?» y, en caso de respuesta afirmativa, «Quiere que este Estado sea independiente?».

Aproximación a la historia y a la situación concreta de Cataluña en relación con el Estado español

El Estado español se ha configurado históricamente sobre la alianza política de las grandes burguesías de la nación opresora española –la cual es la dirigente principalmente y de las naciones oprimidas por ésta. Esto se explica porque el predominio histórico de la aristocracia feudal castellana sobre la burguesía naciente y los campesinos, dado que la nación española gozaba de la explotación y el saqueo coloniales de América del Sur, mientras otorgaba privilegios a la ganadería productora de llana y despilfarraba sus frutos en la compra de productos de lujo en los países del norte de Europa, favoreciendo la inflación de los precios que entorpecía el crecimiento de la burguesía. En cambio, en Cataluña y el País Vasco (que incluye Navarra), fue posible la alianza entre la burguesía naciente y los campesinos; esta burguesía naciente se desarrolló hasta realizar la potente revolución industrial en estos dos territorios, y se erigió como clase nacional, como clase dirigente de un movimiento nacional que se forma históricamente relacionándose con un entorno sociológico, caracterizado por un conjunto de características, que lo determina objetivamente; esta clase social dirigente es la que, en lucha de clases, selecciona, sintetiza e incluso modifica a los aspectos socioeconómicos, culturales, etc. de acuerdo con sus intereses de clase. En las condiciones concretas del Estado español, sin embargo, la construcción de su unidad jurídico-formal centralizada, impuesta por la fuerza de las armas, se contrapone con los intereses de amplios sectores de la burguesía media y pequeña de las naciones oprimidas catalana y vasca, que ha participado históricamente del bloque de dominación burgués español (y ha estado y está representada en su Parlamento central), pero también ha sido excluida, en la forma franquista del régimen burgués. Aquí radica la contradicciones principal en el seno del movimiento nacional catalán: es la contradicciones entre, de un grupo, la gran burguesía catalana y, por otra parte, la burguesía media y la pequeña burguesía. De aquí se deduce también que la opresión nacional sobre Cataluña no es de tipo colonial –idea que sostienen algunos sectores de la Esquerra Independentista respecto a los «Països Catalans»–, porque la burguesía catalana forma parte de la alianza internacional del Estado imperialista y el imperialismo está plenamente desarrollado tanto en España como en Cataluña.

 La burguesía media catalana –así como la vasca– participó de los pactos constitucionales de la «transición» del franquismo a otra forma de la dictadura de la burguesía, la monarquía parlamentaria, que, a diferencia del fascismo, tiende a incluir más fracciones de clase (nunca proletaria) en el bloque dominante, que ha incluido desde entonces a esa burguesía media –representada tradicionalmente por CiU, más que por ERC–, junto con algunos sectores de la pequeña burguesía catalanista –representados por ERC y PSUC/ICV–, e incluyendo también en el mercado parlamentario la aristocracia obrera –representada principalmente por los grandes sindicatos (CONC-CCOO, UGT, USOC), por el PSC y por el PSUC y las formaciones que se derivan, como ICV o PSUC viu. Actualmente, los sectores independentistas de la pequeña burguesía y de la burguesía media han organizado un amplio movimiento de masas en torno a las asociaciones ANC, Òmnium Cultural y AMI, como alianza favorable a la independencia que equilibra las disputas en el seno del bloque soberanista. Los sectores de la aristocracia obrera radicalizada –representados principalmente por el PCC, por los sectores críticos de CCOO, por el sindicato Co.bas, etc.– y de la pequeña burguesía radicalizada –representada principalmente por la Esquerra Independentista–, si bien no forman parte del bloque dominante, aspiran a integrarse, para lo que ven el resultado del proceso soberanista como una oportunidad para hacerlo. La aristocracia obrera (radicalizada o no), sin embargo, no tiene la independencia como reivindicación histórica, la cual fue sostenida como reivindicación inmediata durante muchos años únicamente por la Esquerra Independentista, que está muy poco vinculada con la aristocracia obrera radicalizada, a diferencia de sus homólogos vasco y, sobre todo, gallego, lo que se traduce en la gran fuerza de LAB en el País Vasco y de CIG y CUT en Galicia, en comparación con la debilidad y marginalidad de la Intersindical-CSC y de la COS en Cataluña, donde el movimiento nacional de nación oprimida es mucho más fuerte que en Galicia. El amplio sector de la aristocracia obrera que promueve el proceso soberanista se ha limitado a ir a remolque de la alianza entre la burguesía media y la pequeña burguesía (la soberanista sobre todo, pero también la unionista, en menor medida), con la esperanza de que su situación mejore, y es en este sentido que hay que entender, por ejemplo, el pacto de colaboración entre el ANC y CCOO [2] y el acercamiento entre CCOO y UGT, por un lado, y Òmnium Cultural, por el otro [3]. Sin duda, esto ha propiciado que ICV-EUiA se posicione a favor del Sí-libertad de voto en la consulta del 9N, en lugar de la opción coherente con su posición histórica federalista, que mantiene firmemente el PSUC viu (el referente del PCE en Cataluña) en el seno de EUiA, mientras que el POR (EUiA) y sectores de ICV y del PCC (EUiA) se muestran favorables a la independencia. En cuanto a Podemos [4] y Guanyem, destaca la posición favorable al SíSí de Ada Colau, si lo continúa liderando (aunque no lo dirija) el movimiento nacional de masas [5].

 Son estos sectores los que han promovido el actual proceso soberanista, que podemos entender como la expresión de la confrontación cada vez mayor entre, por una parte, esos sectores de la burguesía media y pequeña, y, por otra parte, la burguesía monopolista española. Y este es el foco principal de la crisis política actual del Estado burgués español lo está debilitando como eslabón concreto de la cadena imperialista, donde la aristocracia obrera y la pequeña burguesía del resto del Estado responden de manera sumisa ante los golpes recibidos, planteándose como máximo un retorno a los años del Estado del bienestar burgués con una ampliación cuantitativa, mientras que el proceso soberanista al menos amenaza su configuración política –si bien ninguno de los dos amenaza al imperialismo.

Por supuesto, también existen círculos de la pequeña burguesía, de la burguesía media y de la aristocracia obrera que se oponen, por sus intereses materiales, al proceso soberanista; estos sectores están representados por las plataformas Societat Civil Catalana y la pequeña Federalistes d’Esquerres, y por PP, Ciudadanos, PSC, UPyD, la extrema derecha de la burguesía españolista, la extrema derecha de la burguesía independentista, etc.

 No existen círculos de la gran burguesía catalana que se manifiesten claramente a favor de la independencia, y mayoritariamente siguen siendo reticentes o incluso opuestos, si bien siempre han existido los sectores soberanistas de FemCAT y otros, como el presidente de Grífols, que, aun así, nunca se han posicionado a favor de la independencia. Por lo tanto, sostenemos que la gran burguesía catalana no tiene interés en la independencia, y sí, en cambio, en el mismo proceso en sí, es decir, en el proceso soberanista como medida de presión para renegociar su posición dominante en el bloque hegemónico del régimen burgués español. La renuncia de CiU, en primer lugar, a convocar un referéndum (vinculante jurídicamente) y, en segundo lugar, a su propia consulta soberanista del 9N (no vinculante jurídicamente) amparada en la Ley de Consultas (anulada por el Tribunal Constitucional), para sustituirla por una «convocatoria de participación ciudadana» el 9N con la misma doble pregunta que la consulta anterior (y también suspendida por el Tribunal Constitucional, pero que el Gobierno de la Generalitat mantiene) como paso previo a unas elecciones plebiscitarias, obedece los intereses de clase de la gran burguesía catalana [6], y no los de los sectores de la burguesía media, que se está orientando cada vez más hacia ERC, como lo demuestra que ya no es sólo que el Cercle Català de Negocis está vinculado fuertemente con ERC, sino los gestos recíprocos recientes entre ERC y los empresarios en general. Sin embargo, la burguesía media, la pequeña burguesía, la aristocracia obrera y la pequeña burguesía radicalizada han aceptado la «convocatoria de participación ciudadana» de CiU, exigiéndole a través de sus representaciones políticas que, como representante de la soberanía nacional, aplique el resultado de la votación del 9N, si bien se muestra reticente o desfavorable ante la convocatoria de elecciones plebiscitarias, pero nunca se les ocurre, por su propia naturaleza de clase, convocó el movimiento de masas a aplicar el resultado de la consulta. En este grupo de posicionamientos, también se incluye el de la «desobediencia» de la Esquerra Independentista [7], quien está intentando disputar la dirección del proceso a la alianza entre la burguesía media y la pequeña burguesía, pero no puede conseguirlo por su propia naturaleza de clase; ésta es la razón por la cual se encuentra en contradicciones internas cada vez más intensas.

 Las amplias masas proletarias, tras el fin del ciclo revolucionario de Octubre, se encuentran entre dos bandos que batallan para utilizarlas como carne de cañón, y así continuarán hasta que reconstituyamos el Partido Comunista. A pesar de que históricamente se han decantado en mayor porcentaje a favor del nacionalismo español, y a pesar de que se encuentran en buena parte desvinculadas del proceso soberanista y también del movimiento político de la nación opresora, hay una tendencia desde hace años a decantarse más hacia la independencia, si bien en la actualidad esta última no es hegemónica en su seno [8], y debemos tener en cuenta que la vanguardia marxista-leninista no puede influir actualmente (en ausencia del Partido Comunista) en las amplias masas proletarias, sino sólo en su vanguardia.

La razones de nuestro posicionamiento

 Cèl·lula Roja lucha por la reconstitución ideológica y política del comunismo (concretamente, en la actualidad para la reconstitución ideológica y su correlato de construcción de la vanguardia), y trabaja para que se organice en el marco estatal (español, en este caso) por ser la determinación material de mayor peso que expresa una correlación de clases determinada y corporiza la opresión política de clase, y, en coherencia con esa labor, está trabajando para la articulación de un referente de la vanguardia marxista-leninista a nivel estatal, como paso insuficiente y modesto, pero necesario en el camino hacia la reconstitución del Partido Comunista en el Estado español, como fusión de la vanguardia revolucionaria y las masas. Nosotros estudiamos cada paso que hacemos desde una perspectiva estratégica de conjunto (táctica-plan única que vincula las necesidades históricas con las necesidades políticas concretas, y con la que se vincula toda tarea que realizamos), de manera que nos capacitamos para hacer pasos superiores al transformar la vanguardia para elevarla a la posición marxista-leninista, y permitir que pase a regirse por el plan colectivo.

 Para definir el contenido concreto de este plan, sin embargo, tenemos que estudiar el marco político y social más amplio en que el objeto de nuestra actividad transformadora (la vanguardia) está inmerso objetivamente: la situación concreta de la lucha de clases en el Estado español. Atendiendo, pues, la crisis política actual del Estado español, y teniendo en cuenta el debilitamiento que esta conlleva sobre los vínculos entre las diversas fracciones que componen el bloque de dominación de clase, debemos centrar ahora el plan para la reconstitución –y el balance, la lucha de dos líneas, la línea de masas y la propaganda y agitación que planificamos– en las cuestiones que más pueden entroncar con la coyuntura política actual, para conseguir un mayor efecto práctico de nuestra actividad. De este modo, incluso el plan de formación, inserto en nuestro plan colectivo, también debe obedecer la integración entre las necesidades históricas y las necesidades políticas concretas. Por ello, así como otras organizaciones del Movimiento de Reconstitución del Partido, creemos que es necesario que nos posicionemos claramente sobre el proceso soberanista de Cataluña y de su consulta, a pesar de que, en ausencia de movimiento revolucionario de masas, los marxista- leninistas no podemos influir en la lucha de clases amplia, sino sólo en su expresión en el seno de la vanguardia teórica, es decir, aquéllos que se hacen preguntas sobre cómo superar históricamente el capitalismo y dan respuestas con profundas implicaciones teóricas al resto de la clase; y, secundariamente, podemos transformar también algunos individuos de la vanguardia que no se plantean esos problemas (es decir, que pertenecen a la vanguardia práctica), atendiendo de manera personalizada sus problemáticas subjetivas particulares.

 En caso de que existiera un movimiento revolucionario de masas, las condiciones objetivas serían muy distintas, y, por tanto, también lo sería la opción que deberíamos tomar (aunque en cualquier condición deberíamos apoyar el ejercicio del derecho a la autodeterminación, posicionándonos por una u otra opción), dado que las contradicciones interburguesas (de las que es expresión la agudización de la lucha nacional) no serían las principales, sino que lo sería la contradicción entre trabajo y capital, entre proletariado y burguesía, que es la contradicción generalmente principal en el imperialismo, pero que no lo es, mal que nos pese, en el momento político actual en el Estado español. Para que vuelva a ser ésta la contradicción principal, debemos reconstituir el Partido Comunista.

Como no existe movimiento revolucionario de masas, sabemos de antemano, sin embargo, que no podemos influir en el resultado en la actual correlación de fuerzas, y que unas u otras fracciones burguesas conducirán el resultado de la consulta en concreto y del proceso en general hacia una situación más favorable a sus intereses de clase. Sin embargo, no podemos hacer tábula rasa, sino que debemos tratar de diferente manera el nacionalismo (burgués) de nación opresora y el nacionalismo (burgués) de nación oprimida, siempre con el fin de combatir y atenuar las luchas nacionales, a favor de la reconstitución de la unidad política internacional del proletariado, dividida por la contradicción entre nación opresora y nación oprimida, por lo que tenemos que hacer hincapié en la libertad de unión en la nación oprimida catalana y énfasis en la libertad de separación en la nación opresora española.

La única manera de atenuar cualquier conflicto nacional en el seno de un Estado imperialista es su resolución mediante el ejercicio del derecho a la autodeterminación de las naciones, que es el derecho democrático-burgués el ejercicio efectivo del que garantiza la igualdad nacional. Por ser un derecho democrático-burgués, su ejercicio es posible en el marco del imperialismo, y, por tanto, el conflicto nacional es plenamente resoluble en el imperialismo. Lo que no es posible en el marco del imperialismo es la superación de la cuestión nacional, que supone la extinción de toda opresión nacional al fusionarse todas las naciones y, por tanto, sólo es posible en la fase de transición hacia el comunismo –que implica la destrucción violenta de todo Estado burgués, ya sea español o catalán–, con el reconocimiento del derecho a la autodeterminación de las naciones como mediación, una vez este proceso consciente revolucionario esté realizando en todo el planeta.

Además, debemos tener en cuenta que, paradójicamente, la sustitución por el Gobierno de la Generalidad de la consulta soberanista amparada en la Ley de Consultas por su verdadero plan de «convocatoria de participación ciudadana» seguida de una convocatoria de elecciones plebiscitarias, expone claramente una convocatoria donde predomina el carácter democrático-imperativo (la consulta del 9N, de cualquier modo), y otra donde predomina el burgués-representativo (las elecciones plebiscitarias), ya que el resultado de la primera no será vinculante en absoluto, sino que continuará el mercado burgués parlamentario, para la legitimación del que sirven las elecciones plebiscitarias. Así pues, si existiera un movimiento revolucionario de masas (armadas), éste debería aplicar inmediatamente el resultado de la consulta del 9N y boicotear las elecciones plebiscitarias. De esta forma, además, incorporaría el apoyo de buena parte de las masas de la pequeña burguesía.

Ante lo expuesto, para razonar cuál debe ser nuestro posicionamientos, tenemos que partir de la necesidad de avanzar en la reconstitución ideológica del comunismo y su correlato de construcción de la vanguardia, labor que nos exige reconstituir la unidad política internacional del proletariado, comenzando necesariamente por su vanguardia, que es actualmente nuestras masas (principalmente, la vanguardia teórica, y, secundariamente, la vanguardia práctica), y, en base a ello, hemos estudiado y atendido políticamente el proceso soberanista catalán y las posibles consecuencias de uno u otro posicionamiento para tomar la posición de cara a las masas (sin poder desentendernos de las consignas que les lanzamos, al tratarse de política a gran escala) que nos permita cumplir con la labor expuesta en los dos puntos anteriores. Así pues, nuestras tareas son:

  1. Como primera prioridad, desarrollar la lucha de dos líneas para deslindar campos claramente con el nacionalismo de nación opresora y con el nacionalismo de nación oprimida en el seno de la vanguardia. En este sentido, nuestra tarea se presenta muy parecida a la que deberíamos seguir en el corazón de la nación opresora, al posicionarse la vanguardia teórica valenciana mayoritariamente opuesta o, al menos, dubitativa ante el ejercicio del derecho a la auodeterminación de la nación catalana.

  2. Como labor inseparable de la anterior, educar a la vanguardia contra su chovinismo, en lo que tiene de progresista la consulta (mandato imperativo como aspecto principal, etc.), en el desprecio de la legalidad burguesa (tanto a sus fronteras estatales como a su mandato representativo) y en la posibilidad de ruptura revolucionaria que favorecería la crisis política del Estado burgués si ya existiera el movimiento revolucionario de masas. Para hacerlo, es útil, entre otras, una tarea secundaria de agit-prop, ampliando el espacio de opinión pública proclive a la línea de reconstitución.

No podemos ahora los comunistas romper la unidad jurídico-formal impuesta por la burguesía que nos divide nacionalmente en vez de unirnos, pero sí podemos combatir (lucha de dos líneas) contra la barrera subjetiva (que obstaculiza el restablecimiento de su unidad política internacional) que ésta supone en el seno de la vanguardia al posicionarnos condicionalmente a favor de la independencia y por el boicot a las elecciones plebiscitarias, combatiendo así los recelos nacionalistas que pueda sentir la vanguardia de la nación oprimida hacia la de la nación opresora, especialmente en un momento en el que la apelación al derecho a la autodeterminación ha devenido, entre los «comunistas» chovinistas de nación opresora, una palabra vacía –que se extiende de modo abstracto sin aplicación concreta alguna– más que un reconocimiento real de este derecho democrático-burgués. Y esto es así porque la independencia supondría la solución de esa relación material de imposición que es intolerable hoy para cada vez más sectores del proletariado (y, especialmente, de su vanguardia), que es la base material de su división nacional (y en la que se basan tanto la consigna «Espanya ens roba» como las de odio contra la supuesta «avaricia catalana»), y que sirve para alimentar la reacción española y catalana. Si la existencia de esta relación material sirve para alimentar la reacción española, ¿por qué debe seguir sirviendo para alimentarla la solución de la misma relación material? No se puede concluir inequívocamente que la solución de la relación material de opresión dejaría de alimentar a la reacción española y catalana, porque lo que haría no es cancelar la contradicción (lo que requeriría la revolución socialista hacia el comunismo), sino solucionarla en el marco democrático-burgués (lo que es posible), pero tampoco se puede deducir de esto que sí la alimentaría: hemos de estudiar concretamente lo concreto. De cualquier forma, para nosotros lo principal es que el posicionamiento nos sirva para deslindar los campos en la lucha de dos líneas, y para ello pensamos que la valoración del escenario que abriría el triunfo de cada opción no supone el mejor argumento. La cuestión radica en que debemos restablecer la unidad política internacional del proletariado, y, para ello, la independencia (así como su apoyo condicional por parte de la vanguardia marxista-leninista) puede servir como mediación dialéctica hacia ese objetivo, partiendo del divisionismo nacional actual que produce la opresión nacional, intolerable para cada vez más sectores de las masas, incluso de las masas proletarias.

En resumen, nuestro posicionamiento político respecto al referéndum del 9N debe tener una utilidad táctica fundamental como instrumento para deslindar campos tanto con el chovinismo de la nación opresora como de la nación oprimida, educando a la vanguardia teórica valenciana, es decir, debe servir para allanar el camino hacia la unidad política internacional del proletariado, empezando por su vanguardia, cumpliendo con nuestro deber internacionalista. Es decir, se trata de una cuestión de principios, subordinando la cuestión nacional a los objetivos revolucionarios del proletariado.

¡Deslindemos los campos en la lucha de dos líneas!

Debido a las peculiaridades históricas y políticas del País Valenciano que hacen de este territorio un rara avis dentro del Estado español por el antagonismo y diversidad de identidades nacionales, nuestro colectivo se desarrolla en un entorno marcado por la coexistencia de organizaciones políticas que enfocan la problemática nacional de una manera un tanto particular; este es el caso de los independentistas catalanistas de Valencia, representados por FRPC y algunos sectores del ala izquierda de la Esquerra Independentista [9]. Estos colectivos, debido a su orientación catalanista, que asume como unidad de destino unos hipotéticos «Països Catalans», rechazan de pleno la consulta por considerar que no tiene en cuenta al conjunto de la nación catalana, que abarcaría a Cataluña, el País Valenciano y las Islas Baleares, además de otros territorios. Como alternativa, FRPC exige un referéndum (vinculante) convocado por las «classes populars» y que sirva para avanzar hacia esa unidad de destino [10]. Esto, desde el punto de vista marxista-leninista, es un error de principios porque asume, en un alarde de subjetivismo y voluntarismo, el carácter estático y esencialista (no dialéctico) de la nación, dada la ausencia de la base material de una nación catalana que abarque los tres territorios antes mencionados: no existe el movimiento nacional se forme históricamente relacionándose objetivamente con un entorno sociológico que lo determina, por medio de la dirección de una clase social (burguesa) en lucha de clases que seleccione, sintetice e incluso modifique los aspectos socioeconómicos, culturales, etc. de acuerdo con sus intereses; no existe una psicología nacional compartida, por ejemplo. Esto se debe a que las burguesías de cada territorio de los «Països Catalans» han tenido un desarrollo desigual y han adoptado identidades nacionales diferentes según sus intereses de clase: la mediana y gran burguesía valenciana siempre renegó de su identidad nacional asumiendo la española, de modo que es la pequeña burguesía quien nutre el movimiento nacional de nación oprimida en el País Valenciano, siendo incapaz por sí sola de cohesionar todo un territorio nacionalmente.

Es por ello que esta postura es idealista y que en consecuencia lleva a quienes son consecuentes a organizar naciones («construcció nacional dels Països Catalans» [11]) e intensificar las luchas nacionales y a negar el derecho de autodeterminación de la nación catalana, una nación con bases materiales objetivas y cuyo movimiento nacional se ha desarrollado lo suficiente como para poner en primer orden la resolución de la opresión nacional de Cataluña, sino que su resolución no requiere necesariamente que Cataluña espere un hipotético incremento del movimiento nacional de nación oprimida en el País Valenciano para resolver su propio conflicto nacional al mismo tiempo. Esto, por otro lado, no implica asumir que no exista opresión nacional en el País Valenciano, ni tampoco negar la unidad del idioma catalán ni los vínculos económicos y culturales entre el País Valenciano y Cataluña, sino que su resolución no pasa por la asunción programática de la independencia en nuestro programa. Por el contrario, como enemigos de la opresión nacional, nos decantamos a favor de la igualdad y normalización de los dos idiomas hablados en nuestro territorio: el valenciano y el castellano.

En cuanto al MDT, el ala derecha de la Esquerra Independentista, éste muestra su extremo cretinismo parlamentario al exigir al Gobierno de la Generalitat que convoque elecciones, elecciones no plebiscitarias para que «el poble de Catalunya» (en el que incluye todas las clases sociales, dirigidas por la burguesía y mediante su aparato estatal) «dirimeixi en quina o quines forces polítiques [...] diposita la seva confiança» [12].

Por otro lado, desde las trincheras del revisionismo, observamos unas posturas que, al igual que el «izquierdismo» independentista, se posicionan de facto a favor la «inexistente» nación opresora española al renegar también del derecho de autodeterminación e incluso, en el caso de RC, llegamos a un subjetivismo inversamente proporcional al del catalanismo al negar la existencia de la nación española, en lo que se escuda para decidirse por el boicot de la consulta, al considerar que su ejercicio supone un acto de cretinismo parlamentario, sin comprender que su aspecto principal es el mandato imperativo [13].

El PCPE, por su parte, llama al voto nulo [14], con lo que se opone indirectamente al ejercicio del derecho a la autodeterminación, para el que el pueblo debe manifestarse a favor de una opción u otra, y lo hace con argumentos cuya base ideológica es la del viejo economismo imperialista. Esta postura y la de RC caen en el «izquierdismo» y el subjetivismo e inventan que la cuestión nacional no puede ser resuelta en el imperialismo (en el caso de RC y FRPC) o simplemente en la Unión Europea (en el caso del PCPE), a pesar de que existe un ejemplo muy reciente de ejercicio del derecho de autodeterminación en la Unión Europea imperialista: Escocia. Esto los lleva indirectamente a las posturas de Rosa Luxemburgo por cuanto no se reconoce que en la lucha contra la opresión nacional hay siempre un contenido democrático general a pesar de no ser una colonia y de ser protagonizado por la burguesía de una nación oprimida en un Estado imperialista. Por supuesto, cualquiera de los resultados del ejercicio del derecho a la autodeterminación de Cataluña, en las condiciones actuals de ausencia de movimiento revolucionario («la finalitat és totalment en favor de la burgesia», como dice el FRPC [15]), será utilizada por una u otra fracción burguesa a favor de sus intereses en lucha con otras fracciones (a lo que nos oponemos los comunistas, pero no tenemos capacidad de incidencia en esto actualmente), así que el proceso soberanista no tiene nada de revolucionario, pero también lo sería el mantenimiento incuestionado de las fronteras sin el proceso soberanista, y los comunistas no dejamos de ser enemigos de la opresión nacional para poder atenuar las luchas nacionales. Por tanto, tampoco tiene sentido la campanya espontaneísta «Independència per canviar-ho tot» de la Esquerra Independentista.

Además, los oportunistas, apóstoles y discípulos de la táctica-proceso en la «lucha de calle» y en el «estar con las masas para concienciarlas y ganarse su respeto», muestran nuevamente su bancarrota ideológica y política, al mostrarse incapaces de influir en el escenario político actual en Cataluña.

Nuestro posicionamiento

Por todo ello, como enemigos de toda opresión, reconoceremos, aceptaremos y defenderemos la aplicación del derecho a la autodeterminación de Cataluña y todas las naciones, hasta sus últimas consecuencias, sea cual sea el resultado. Y en el caso concreto de Cataluña en las circunstancias inmediatas actuales, nos posicionamos a favor del SíSí condicional y por el boicot contra las elecciones (sean plebiscitarias o no) para la lucha de dos líneas y para la educación de nuestras masas en el internacionalismo proletario, con tres condiciones incluidas en dicho SíSí:

En Cataluña, en cambio, como hemos dicho más arriba, los comunistas debemos hacer énfasis en la libertad de unión, por lo que en Cataluña no debemos hacer campaña por el SíSí –lo que no dejaría margen para hacer énfasis en la libertad de unión ni deslindar campos con el movimiento nacional hegemónico–, sino por la libertad de voto, como acertadamente hacen los camaradas de Balanç i Revolució, y, en ese sentido, su posicionamiento es complementario al nuestro.

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Cèl·lula Roja
Noviembre 2014

Notas y referencias

[1] Balanç i Revolució es un nuevo destacamento que se organiza en Cataluña para luchar por la reconstitución ideológica y política del comunismo, y que se ha presentado con el documento La encrucijada del nacionalismo:

https://cellularoja.wordpress.com/2014/11/07/bir-el-parany-del-nacionalisme-catalacastella/

https://balancirevolucio.wordpress.com/

[2] http://www.ccoo.cat/noticia/180007/ccoo-de-catalunya-i-lassemblea-nacional-catalana-signen-un-acord-de-collaboracio-pel-dret-a-decidir-i-la-catalunya-social-

[3] http://www.aldia.cat/espanya/noticia-consulta-ccoo-ugt-suneixen-campanya-domnium-cultural-favor-dret-decidir-20140324205402.html

[4] Podemos está a favor de la consulta:

http://www.elperiodico.com/es/noticias/politica/podemos-elecciones-anticipadas-catalunya-proceso-soberanista-3472800

No obstante, un sector del círculo de Podemos de Barcelona ha presentado esta ponencia contra el ejercicio del derecho a la autodeterminación de Cataluña:

http://es.reddit.com/r/podemos/comments/2htwt9/derecho_a_decidir_como_libre_determinaci%C3%B3n_de_los/

De hecho, según El Triangle (periódico nacionalista español de izquierda de la burguesía), el círculo de Podemos de Barcelona está fraccionado, así que la ponencia anterior no se ha admetido a trámite:

http://www.eltriangle.eu/es/notices/2014/10/el-independentismo-tambien-provoca-tensiones-en-podemos-2697.php

Entre los nacionalistas españoles que militan en Podemos, según Nació Digital (medio nacionalista catalán), se encuentra el supuesto portavoz del círculo de Podemos de Nou Barris (el distrito de Barcelona que más concentra las masas hondas y profundas del proletariado), quien fue miembro cofundador de C’s:

http://www.naciodigital.cat/noticia/72783/fundador/foro/babel/portaveu/podemos/nou/barris

[5] Guanyem Barcelona aún no se ha posicionado a favor de la independencia (a favor del SíSí), pero sí lo ha hecho su líder, Ada Colau, «sempre que la ciutadania seguisca liderant el procés», a pesar de su vacilación inicial:

http://www.elperiodico.com/es/noticias/politica/colau-desobediencia-constitucional-veto-consulta-soberanista-3462703

http://www.elperiodico.com/es/noticias/politica/colau-votara-independencia-ciudadania-sigue-liderando-proceso-3386397

[6] http://www.elcritic.cat/investigacio/lobbies-catalans-contra-la-consulta-1130

[7] http://www.desobeim.cat/

[8] Las masas hondas y profundas tienden a estar más desconectadas del proceso, y su opinión tiende a ser contraria, a pesar de que los favorables a la consulta y los favorables a la independencia van en aumento.

Para afirmar esto, nos basamos en el estudio de la evolución del voto y de la abstención en las elecciones al Parlamento Europeo (que recordamos que han tenido una participación especialmente alta en toda Cataluña debido al contexto político y social en el proceso soberanista) en Nou Barris, el distrito de Barcelona que más concentra las masas hondas y profundas: En este distrito, el partido más votado tanto el 2009 como el 2014 fue el PSC, y el segundo más votado, el PP, a diferencia de cualquiera de los otros distritos de Barcelona, donde las posiciones primera y segunda de las candidaturas el 2014 nunca corresponden a ninguno de esos dos partidos, sino a ERC, CiU o ICV-EUiA. Además, aunque la abstención ha bajado mucho el 2014 respecto al 2009 (del 62,67% al 56,01%, lo que se explica, como decimos, por el contexto político y social), continúa siendo más alta que la del conjunto de Barcelona (49,02%; sólo la supera el distrito de Ciutat Vella, con 60,59% de abstención) y que la del conjunto de Cataluña (con 52,37% de abstención). De hecho, el PSC y el PP han perdido muchos votos en Nou Barris (de 22.049 a 11.571, y de 10.029 a 7.829, respectivamente) [por el descontento general con estos partidos?] a pesar del aumento de la participación electoral, mientras que ERC, ICV-EUiA y CiU han obtenido más votos que el 2009 (de 2.094 a 7.768, de 2.849 a 6.347, y de 4.924 a 5.014, respectivamente), cosa que nos hace pensar que el soberanismo y el independentismo han ganado apoyo.

Fuente:

http://elecciones.mir.es/resultados2014/99PE/DPE0908901908.htm

http://elecciones.mir.es/resultados2014/99PEANT/DPE0908901908.htm

[9] Aquí tenemos un ejemplo representativo:

http://espaifabrica.cat/index.php/alliberament-nacional/item/729-contra-el-refer%C3%A8ndum

http://espaifabrica.cat/index.php/alliberament-nacional/item/880-la-incre%C3%AFble-hist%C3%B2ria-minvant-de-lesperit-de-catalonia

[10] FRPC: http://frpc.noblogs.org/post/2014/10/01/comunicat-davant-la-suspensio-de-la-consulta-del-9-de-novembre-per-part-del-tribunal-constitucional/

[11] Ibídem.

[12] http://mdt.cat/index.php/docus/comunicats-i-declaracions/item/1033-dimissio-del-govern-si-no-hi-ha-referendum

[13] RC: http://reconstrucciocomunistatarragona.blogspot.fr/2014/09/sobre-el-9-de-novembre-catalunya.html

[14] PCPC-PCPE: http://pcpe.es/index.php/territorios/catalunya/item/2147483693-resolucion-de-la-conferencia-nacional-del-pcpc-pcpe-sobre-la-cuestion-nacional

[15] FRPC: Loc. cit.