La RB es un mecanismo de redistribución de
la renta mediante el cual se proporciona a cada persona, por derecho de
ciudadanía, una cantidad periódica, lo suficientemente amplia
para cubrir sus necesidades básicas. El rasgo más distintivo
de esta propuesta es que la concesión de la RB es incondicional,
es decir no se pide a los perceptores ninguna contrapartida a cambio.
Más detalladamente, la RB se concedería
a personas y no a familias; independientemente de cualquier otro ingreso
que se perciba por otras vías; sin necesidad de tener empleo, haberlo
tenido o aceptarlo, si les fuese ofrecido.
La RB se distingue de otras iniciativas que también
se enfrentan a estos problemas.
Renta Mínima de Inserción.- Es una
medida de lucha contra la pobreza. Supone el derecho de todo ciudadano/a
o familia a integrarse en el Mercado de Trabajo y en la vida social y a
disponer de los recursos suficientes durante el período de inserción.
Estas Rentas han sido implantadas en gran parte del Estado Español
tras la Huelga General del 14 de Diciembre de 1988. Existen alrededor de
50.000 familias beneficiarias
Rentas Mínimas como "Impuesto Negativo de
la Renta".- Consisten en una cobertura por parte del Estado de la diferencia
entre la Renta Mínima establecida y el salario que se cobre. La
condición para recibir esta Renta es la ocupación, tener
un empleo. Sobre esta noción se construye el concepto de "empleabilidad"
base teórica de la llamada "Tercera Vía" (ni neoliberalismo
ni Keynesianismo), en torno a la cual se está agrupando la socialdemocracia
actual TRECE ARGUMENTOS A FAVOR DE LA R.B.
La reivindicación de una R.B. es objeto de
opiniones encontradas dentro de la izquierda. A pesar de sus aspectos contradictorios,
dicha reivindicación aporta elementos estimables para la lucha contra
el desempleo y la exclusión, desde una perspectiva exterior al Mercado.
Como primera aproximación podemos citar algunos
de estos elementos.
MERCADO DE TRABAJO Y RENTA BASICA
¿Qué es el Mercado de Trabajo?.- El
Mercado de Trabajo (M. de T.) es un espacio imaginario donde concurren
los vendedores de una mercancía peculiar, la fuerza de trabajo (trabajadores)
y los compradores de dicha mercancía (los empresarios).
El Mercado de Trabajo tiende a funcionar en base
a la ley de la oferta y la demanda. Si hay escasez de puestos de trabajo
y abundancia de trabajadores, los salarios bajarán. El Mercado de
Trabajo tiende a mercantilizar la fuerza de trabajo. Todos los factores
que se oponen a que la fuerza de trabajo se comporte como una mercancía
en base a la oferta y la demanda, es decir a hacerla transparente a dichas
leyes del mercado, deben ser apartados. El cuerpo y la vida sobre los que
se asienta la fuerza de trabajo, debe disciplinarse para que la fuerza
de trabajo sea una mercancía calculable, racional..
Tanto las Nuevas Tecnologías como el crecimiento
constante de la escala de funcionamiento del Capital, permiten enormes
aumentos de la productividad del trabajo, que sirven para expulsar del
mercado de trabajo a cantidades crecientes de trabajadores.
Como el producto por excelencia de la Economía
de Mercado es el plusvalor, el Mercado de Trabajo solo considerará
útiles a aquellos trabajadores que sean necesarios para la producción
de dicho plusvalor. Incluso le vendrá bien la presión de
los excluidos sobre los ocupados, para que al aceptar aquellos cualquier
trabajo por cualquier salario, hagan tender a la baja las condiciones de
los estables.
El paradigma económico actual, defendido
por el "coro único", que incluye a la mayoría de la izquierda,
impone la verdad dictada de que el beneficio empresarial es la condición
para la inversión, el crecimiento económico, el aumento del
empleo y el bienestar social. Este dogma, que se nos presenta como una
proposición de la "Ciencia Económica", no se compadece con
la realidad. Sin embargo, todos lo aceptan y nadie osa contradecirlo.
Desde esta noción, cualquier política
que se oponga a la transparencia de la fuerza de trabajo, desanima la inversión
y es, por lo tanto, causante del desempleo. De
esta manera, cualquier propuesta que defienda los derechos sociales sin
la mediación del beneficio empresarial, aparece como irracional
y al no apoyarse en una movilización social, está condenada
a la marginalidad.
Universalización de la forma mercancía.
Mercado de Trabajo y clase obrera.- En el Capitalismo, sólo el trabajo
produce valor, pero el valor se presenta bajo la forma de dinero, de Capital.
No se pueden definir las clases sociales como traslación
de la figura del capitalista y del trabajador, estableciendo su identidad
en base al lugar que ocupan en las relaciones de producción y al
origen de su renta. El Capitalismo no se reduce al campo de relaciones
en el interior de la fábrica sino al campo de las relaciones sociales.
Marx descubre las leyes del capitalismo en base al análisis de los
mecanismos de poder que permiten que el capitalismo funcione. Al realizar
esta tarea, Marx muestra que, tras la apariencia de leyes naturales, se
ocultan relaciones político-sociales.
Cuando las relaciones sociales, las necesidades
y hasta los deseos, están dominados por la lógica del Capital,
se produce la subsunción real del Trabajo en el Capital y éste
aparece como único principio de realidad. Bajo esta lógica,
la realidad se presenta invertida. Ya no es el trabajo lo que valoriza,
sino el Capital. Aparece el Capital como autónomo y verdadero sujeto
de las relaciones económicas, políticas y sociales.
Este funcionamiento exige la universalización
de la forma mercancía y la generalización de la mixtificación.
Frente a la realidad de que lo único que produce valor es el Trabajo,
se impone la apariencia de que lo único que valoriza, que impulsa
el progreso de las naciones, es el Capital. La condición para que
se desarrolle el Trabajo, desde esta óptica, es que se desarrolle
el Capital.
Esta lectura nos conduce a la política como
fuerza, a considerar las propuestas políticas como viables, en tanto
en cuanto se sustenten en una fuerza. El socialismo aparece no como un
porvenir cierto, sino como un hecho político y la "clase obrera"
como una "subjetividad política antagonista" que debe ser construida
y comparecer en la escena interrumpiendo, y no desarrollando, la lógica
del Capital.
Nada que ver, pues, con las visiones de la política
como técnica, capaz de introducirse en la administración
de la lógica del Capital, o como ciencia, que premiará con
el honroso título de "vanguardia del proletariado" a quien mejor
interprete las "leyes" de la historia y de la lucha de clases, . Describir
las leyes del capitalismo como leyes naturales, otorgando a la clase obrera
la "racionalidad" frente a la irracionalidad de la burguesía, equivale
a sostener que la historia tiene leyes que podemos descubrir. Esto es lo
mismo que aceptar un mundo ordenado por una voluntad providencial.
La izquierda funciona con la fantasía de
no tocar el poder del Capital y desde dentro de su lógica, extender
la racionalidad económica a toda la humanidad. El socialismo desde
esta visión consiste en conseguir "Tarjeta Visa Oro para todos"
y se concibe como "el Capitalismo dirigido por la vanguardia de la clase
obrera".
En última instancia, el problema no se reduce
a la Economía capitalista, sino a la Economía como principio
de realidad que propone: la producción por la producción,
las necesidades ilimitadas, la confusión entre bienestar y consumo
material.
¿FIN DEL TRABAJO O FIN DEL PLENO EMPLEO?
Una vez desaparecido el escenario político
y económico que explica el período Keynesiano, la seguridad
de un empleo permanente, a tiempo completo y durante toda la vida para
el 95% de la población activa, es una quimera.
La dinámica actual se caracteriza por la
reducción del núcleo de trabajadores estables mientras aumenta
la proporción de trabajadores temporales, precarios y a tiempo parcial.
El total de parados/as, de asalariados a tiempo parcial, de personas cuyo
salario es inferior al nivel de pobreza (working poor) y de personas que,
a pesar de su nivel de formación, no encuentran más que trabajos
no cualificados, representa más del 40% de la población activa
de EEUU y Gran Bretaña y ente el 30 y el 40% en la mayor parte de
los países de Europa.
En el Estado Español 6 de cada 10 asalariados,
(8 de cada diez asalariados menores de 25 años), están fuera
de una relación laboral estable. Insistir en que el "Valor Trabajo"
siga siendo el elemento central de pertenencia y de cooperación
social o que pueda volver a serlo en el futuro capitalista, es sencillamente
irresponsable.
Paradójicamente, para la mayoría de
las personas, sobre todo jóvenes, este valor ya no está en
la base de la organización social. De ahí su extrañamiento
de las formas de participación y representación política,
(- partidos, sindicatos -) propias de una etapa en la que el valor trabajo,
sí ocupaba el centro de la sociabilidad.
En este escenario, la reducción de la jornada
de trabajo semanal o diaria, con ser necesaria, ha perdido gran parte de
su eficacia para reducir el paro. Puede aumentar, modestamente, el número
de empleados a tiempo completo, pero no tiene ningún efecto sobre
la mayoría de los empleos externalizados y a tiempo y salario parcial.
El Trabajo asalariado no se acaba. Al convertirse
en un bien escaso en manos de los empresarios, condiciona con más
intensidad que nunca la vida de los trabajadores y trabajadoras. Estamos
en la sociedad salarial más pura.
ALGUNAS PRECISIONES NECESARIAS A LA HORA DE HABLAR DE RENTA BASICA.
Trabajo no es lo mismo que Trabajo Asalariado.-
Trabajo es todo gasto de energía física o mental tendente
a producir bienes de uso que satisfagan necesidades humanas. Es, por un
lado, un metabolismo eterno entre los seres humanos y la naturaleza para
producir sus propios modos de vida y, por otro, una división del
trabajo en el interior de las sociedades humanas, para producir la dimensión
material de la vida social.
Trabajo asalariado es la forma que dicho trabajo
adquiere cuando se realiza por individuos que, al no tener medios de producción
y al ser "libres", es decir haber sido despojados de cualquier red social
que les garantice la supervivencia, se ven obligados a vender su Fuerza
de Trabajo a un empresario.
Cuando gritamos: ¡Queremos trabajo!, lo que
realmente gritamos es: ¡Necesitamos un explotador que nos robe a
vida!. Cuando luchamos por salir de la exclusión mediante un empleo,
lo que estamos defendiendo es la inclusión en una forma de vida
cuyos grados de libertad están determinados por la revalorización
del Capital.
Al insistir en la necesidad de aumentar los empleos,
a pesar de que los empleadores se niegan a contratar a más gente,
les estamos invitando a degradar las condiciones de empleo de los estables
para que, todos precarios, podamos disfrutar de magníficos contratos
basura.
Trabajo no es lo mismo que Actividad Humana.- El
ser humano tiene como dimensión específica respecto a otros
animales, su razón. La razón está vinculada al lenguaje
inteligente, que es un atributo de la vida en sociedad.
La producción de la vida humana no solo es
la producción de su dimensión material, orgánica,
sino también, la producción de su dimensión social,
simbólica, emocional. Una visión más completa de la
naturaleza humana, nos lleva a definir más planos de actividad que
el propio trabajo productivo.
En la tradición de la izquierda se ha tendido
a otorgar un papel expansivo al trabajo, que ha hecho olvidar otros niveles
de actividad de la persona, necesarios para una vida humana plena .
Aunque en los países del centro tuviéramos
todos un trabajo estable y un alto nivel de consumo -precisamente por ello,
por el coste medioambiental, humano y moral que eso implica- no podríamos
hablar de una vida humana plena, sino, más bien, de una vida de
producción y consumo, de desentendimiento y de sumisión.
Trabajo no es lo mismo que Empleo. El punto de vista de las mujeres.-
Empleo es solo la parte del Trabajo que comparece en el Mercado. Es la
parte del Trabajo que se intercambia por una renta, normalmente monetaria,
la cual constituye la principal finalidad que moviliza al trabajador/a.
Hablar de reparto de la Riqueza sin contemplar la
riqueza, no contabilizada ni pagada, producida por las mujeres en el trabajo
familiar, es unilateral. Cualquier medida de reparto que no tenga en cuenta
este hecho estará viciada de origen.
Por último, es necesario subrayar que el
trabajo doméstico no puede ser valorado estrictamente en términos
monetarios. Al no estar movilizado por el dinero, no tiene la misma naturaleza
que el trabajo asalariado y por lo tanto, no puede expresar en dinero todas
las dimensiones.
Reparto de la Riqueza. ¿De qué riqueza? El punto
de vista de los países de la periferia y del medio ambiente..- El
crecimiento de la productividad implica el máximo de producción
con el mínimo de trabajo. La competitividad exige el abaratamiento
de las mercancías y con ello, la rebaja del valor del trabajo y
la ruina de la producción a pequeña escala y de los circuitos
cortos de distribución.
La introducción masiva de tecnología
y la producción y distribución a gran escala, son capaces
de multiplicar las fuerzas productivas y generar más riqueza que
en ningún otro modo de producción de la historia de la humanidad.
Pero al mismo tiempo, son capaces de crear más pobreza, marginación
y deterioro de la naturaleza que en ninguna otra época.
El dinero es producto del trabajo, pero absorbe
la fuerza de las personas que le han producido y parece ser él quien
produce el trabajo. Se convierte en un poder autónomo que regula
la vida de las personas que le han creado. Hace desaparecer los fines humanos
y sociales y los sustituye por fines abstractos, por cantidades de dinero.
Como ejemplo, las condiciones de la Moneda Unica
Europea: Tipos de interés, inflación, déficit público,
deuda pública, cambios fijos entre las distintas monedas.
Las condiciones de la construcción europea, son sólo magnitudes
relacionadas con el dinero.
Cuando hablemos de Reparto de la Riqueza, no debemos
olvidar que la Riqueza no es una cosa sino una relación social.
La enorme riqueza actual tiene como condición la miseria masiva
y la destrucción de los recursos naturales. La enorme capacidad
de crear riqueza de la economía capitalista depende de la tecnología
y de la globalización del capitalismo. La tecnología actual
no es algo neutral sino que forma parte de las fuerzas productivas capitalistas.
Las prioridades de los recursos disponibles en una
sociedad más democrática y más libre no pueden ser
las mismas. Viviendas para los jóvenes en lugar de teléfonos
móviles y ordenadores. Producción de alimentos con precios
suficientes para los pequeños agricultores en lugar de ingeniería
genética. Pozos de agua potable para frenar la sed y la disentería
en lugar de carrera espacial. Sembrar el desierto en lugar de redes transeuropeas
de transporte. Cercanía contra distribución a gran escala.
Pequeña producción en lugar de dependencia de los grandes
mercados.
Por otro lado, si convertimos la Renta Básica,
el reparto de la riqueza, en la consigna "dinero gratis" no tendremos más
que una "boutade" que hará imposible nuestra comunicación
con la sociedad.
No se puede pedir reparto de la riqueza sin preocuparse
de como y a costa de qué se ha acumulado esa riqueza.
La escasez no es una propiedad intrínseca
de los medios técnicos sino que nace de la relación entre
medios y fines. Puede haber opulencia produciendo mucho y también
deseando poco.
A MODO DE RESUMEN
La Renta Básica como reivindicación
no es la panacea para las tribulaciones de la izquierda ni un "bálsamo
de Fierabrás" para nuestra división, nuestra ignorancia,
nuestro sectarismo. Sin embargo, puede ser útil si sortea todas
sus ambigüedades, sino se le exige más de lo que puede dar
y si cala en los medios militantes.
La Renta Básica si prospera, puede ser más
antagónica para la lógica capitalista y la moneda única
que el trabajo asalariado. Quien se opone a ella enfrentándola con
un empleo, comete al menos tres errores. Uno: la práctica demuestra
que ese empleo no existe para millones de personas en el Estado Español.
Dos: lo único que parece importarles es ponernos a todos/as a trabajar
en el ciclo de producción del Capital. Tres: se olvida de la suerte
de mucha gente sin empleo y sin ningún tipo de subsidio.
La Renta Básica puede permitir ejercer simultáneamente
el derecho ciudadano a una vida digna y el deber de trabajar dignamente
lo cual exige acabar con el trabajo indigno y embrutecedor con el trabajo
asalariado sometido al egoísmo antisocial de los empresarios.
La Renta Básica debe ayudar a combatir las
consecuencias y las raíces de la dualización social y de
la pobreza. Por un lado exigir un salario social garantizado como derecho
ciudadano y por otro, poniendo en cuestión lo que se produce y como
se produce. Denunciando los efectos devastadores de la economía
de mercado sobre la naturaleza, incluida la naturaleza humana. No solo
buscando atenuar las disfunciones de la economía de mercado, sino
luchando contra el hecho de que la economía organice las relaciones
sociales.
La R.B. abre la posibilidad de convergencia entre
sectores ocupados, precarizados y desempleados, así como con los
jóvenes y las mujeres, en defensa de sus derechos sociales contra
la globalización y la moneda única.
Las limitaciones de la R.B. como consigna movilizadora
son consustanciales a cualquier consigna. La R.B. tiene la virtud de avanzar
una propuesta de lucha contra la precariedad y la exclusión. Eso
no es poco para la izquierda que está, al menos estupefacta, ante
estos fenómenos que afectan a más de la mitad de la población
asalariada.
Si nosotros no ensayamos fórmulas de lucha
para resolver los problemas, será el Mercado quien se encargará
de regular estas "anomalías".
La Renta Básica sin un discurso que confronte
con el Mercado, sin ambición constituyente, sin vocación
de convergencia en la lucha, solo será subsidio, apoliticismo, compasión
y, en todo caso, otro terreno de juego para la progresía, sus ritos
y su mala conciencia.
La R.B. debe desplegarse como consigna en varios planos.