Aún somos demasiados e incuantificables. Nacemos a cada rato en el paupérrimo laberinto de la salud estatal, también en la endeudada finura de los "malls" hechos clínicas y bautizados con un solo nombre: DINERO.

La razón de nuestro existir es de sencillez elocuente: estamos, vivimos y peleamos porque la miseria abunda, nos duele y no vamos a permitir que se propague, menos en nuestras conciencias.

Peleamos contra todo aquel bastardo proveedor de falsas ilusiones, contra todo aquel que pretenda decidir por nosotros. Mientras tanto, aquí estamos soportando "el baile de los que tienen", preparando la mejor forma de comenzar los mortales embates, algo cansados de tantas bajas, deserciones y olvidos…(pareciera que hay una desesperada necesidad de dar vuelta la página, dejando atrás pedazos fundamentales de historia individual y de importantes grupos humanos: Cómo hacerme el "leso" con mis propios hermanos y obviar la miseria en vana comenzar a vivir mis hijas y mis pequeños vástagos…NADA SE OLVIDA, YO TENGO MUY BUENA MEMORIA!)

A nuestra privilegiada corta edad y larga experiencia, los estímulos de la adolescente transgresión con ojos al aire, cubiertos rostros y pañuelos indómitos se transforman en la energía necesaria para el reimpulso…de todo…

Que la verdad jamás nos destruya, por el contrario, que nos sirva de cimientos para solidificar la unidad real de desadaptados y explotados.

Ya no hay tiempo para seguir soportando esta ficticia paz social.

Ya no hay espacio para reproducir mecánicamente discursos foráneos, envejecidos y, ante todo, superficiales, que reaparecen remozados por ahí buscando adeptos, condenando a la vida fugaz cualquier serio intento transformados.

Ya no hay lugar para verdades únicas, dogmáticas y totalizantes.

No farrearse la posibilidad de ensanchar el Kamino de la transgresión constante implica la aceptación de cada una de las nuevas y distintas realidades que manifiestan su interés en un Futuro Libertario, Anticapitalista y, por sobre todo, Humano.

Que cada desadaptado encarne su propia lucha por romper cotidianamente las raíces del Poder. La pelea es por dignificación constante de todos los espacios construidos para el hombre y en completo respeto por la biodiversidad.

La ideología de la dominación debe ser expulsada de nuestro íntimo razonar.

No podemos permitir la adopción de prácticas morales y organizativas en las relaciones humanas que tengan como finalidad la sumisión de unos, ante la autoridad de otros. Ni jerarquías, ni mando, ni obedientes "soldados".

LIBELO Nº 3, Octubre 1997. Santiago de Chile.