Nuestra lucha no la vemos limitada en lo que se refiere al proletariado, reconocemos que es el motor de la sociedad, y el que puede ponerla en jaque de forma definitiva, por esto nos debemos preparar para un cambio estructural con nuevos elementos, que den existencia a estrategias y análisis que ayudaran a dejar de ver de manera paternalista, las luchas sociales que vive el pueblo.

Así, recogiendo aportes desde todos lo sectores, dejando de utilizar a los pobres como nuestra voz de LUCHA, seremos capaces de generar las palabras de la REVOLUCIÓN.

Debemos canalizar nuestras propias utopías, dejando atrás la impotencia del "no se puede", llenaremos de ideas todos nuestros espacios, no con programas definidos y acotados.

Lo nuestro será extender la reflexión, la kreación, el debate, para dar mayor vitalidad: a las capacidades que surgen de nuestro espíritu rebelde.

Krear y rekrear los valores, la cultura, la estética, todo kontra lo establecido e impuesto por la casta dominante, será una de nuestras preferencias.

Revertiremos todo el orden, no restringiendo libertades sino liberando los límites que se imponen desde las leyes, la iglesia, las normas y cultura dominante.

Ampliaremos nuestro campo de akción en la búsqueda de la solidaridad conciente y comprometida, como elemento central en el desarrollo de nuestra libertad.

(TIRO nº 1. Noviembre 1998)