LibWeek2001
Acerca de las Jornadas Libertarias de Madrid
De la Federación Anarquista Uruguaya (FAU)
"Cuando el conocerse es un aporte"
Estimamos que las relaciones de dominación impugnadas por la crítica anarquista imponen una problemática insoslayable. Se ha observado históricamente que cada sistema de organización social, en mayor o menor medida, genera las condiciones necesarias para su reproducción y preservación y "trata" que los márgenes para el cambio se mantengan dentro del propio marco institucional y no molestan aquellas manifestaciones que puedan ser absorbidas por el sistema.
Digámoslo de paso no pensamos al sistema, a ese conjunto articulado de relaciones de dominación, como un sujeto pensante que está diagramando el devenir. Pero sí, que los lugares básicos de macropoder están dotados de intencionalidad.
Cualquier estrategia de cambio, obviamente, se enfrenta a un sistema que no es neutro, que tiende a expulsar, no hacer lugar y reprimir determinadas practicas. Desde el inicio, entonces, partimos de un condicionamiento muy preciso y concreto: un sistema estructurado y, como todos sabemos, basado en la violencia.
Una primer conclusión es que nuestra Estrategia debe hundir sus raíces en esa cruel realidad. Una realidad que no podemos "decretar" que sea distinta desde un proceso de pensamiento.
Esto no lleva de la mano a plantearnos un conjunto de problemas vinculadas a nuestro objeto: la revolución. Vale decir, a la realización coherente de prácticas tendentes a la transformación radical de las relaciones de poder, o lo que es lo mismo, a la desestructuración de los dispositivos en los que descansa el sistema vigente. El sistema, se descarta, peleará con uñas y dientes contra estas prácticas "provocadoras".
Necesitamos armar un discurso adecuado para la tarea emprendida. Nosotros, FAU, no tenemos ningún discurso acabado, si es que alguna vez un discurso puede quedar acabado, hemos tratado con esfuerzo, con mucho esfuerzo, de darnos algunos rudimentos de discurso para poder operar en este momento. El armado de un discurso fresco y con rico desarrollo escapa a nuestras posibilidades, nos parece tarea para un colectivo muy amplio, el que pueda nuclearse internacionalmente. Quizás las Jornadas pueden dar el puntapié inicial.
Claro está que todo discurso está armado por un cuerpo de conceptos que se despliegan en su interior. "No hay discurso ingenuo" han dicho algunos estudiosos del tema. Hasta el mismo planteo, que aquí nadie a hecho, de que es mejor manejarse con cosas simples e inmediatas es ya un discurso con sus correspondientes conceptos implícitos.
Nos parece que un buen comienzo para un resultado finalmente fecundo es que hagamos explícito lo que puede estar implícito. Que digamos con que herramientas conceptuales haríamos el trabajo, o lo que es similar, cuales herramientas debemos escoger y si conocemos suficiente sobre ellas, de lo contrario realizar el trabajo pertinente para aminorar nuestra ignorancia al respecto. Compartimos mucho aquello de Malatesta de declararse ignorante, como actitud para estar siempre en el aprendizaje.
Tenemos experiencias de que trabajar con sobreentendidos, con conceptos que cada cual entiende a su manera, con referencias al "sentido común", genera rápidamente dificultades múltiples.
Proponemos, lo que podemos llamar por comodidad de lenguaje, un sinceramente conceptual al comienzo mismo de la tarea.
¿Es que nos gusta teorizar, recorrer entretenidos -o tediosos- caminos de abstracciones?
Podemos responder con total sinceridad que ¡NO!. Lo vemos como una necesidad ineludible. La FAU fue y es una organización de predominancia obrera, propensa a la acción social concreta. Pero ¿cómo realizar esa concreta acción social, en que espacios, en que marco preciso de la dinámica enemiga?
Quisiéramos no dar palos de ciego o caer en una rutina improductiva o actuar en función de las modas de turno. Decimos quisiéramos de manera consciente, porque ante ese desafío hemos estado siempre y ¿cuantos errores habremos cometido en su nombre? Y pese a todo quien sabe cuantos más cometeremos.
Igualmente estaríamos muy de acuerdo con Bachelard en aquello de que plantearse un problema correctamente es ya un principio de solución.
Nos hemos planteado una estrategia ambiciosa y está bien. Dice el Borrador de las Jornadas: "...a organizarse, a constituir una red internacional que fomente el antagonismo social a la globalización capitalista, a trenzar las resistencias, los miles de hilos que conforman la estrategia subversiva, el hermoso tapiz de la revolución social...". Son postulados hermosos y tocan la sensibilidad de todo buen libertario. Tiene a la vez aquello de Bakunin, de plantearse lo imposible que puede ser la mejor manera de lograr lo posible.
Pero junto a esto, y para ello, nos hemos planteado el ajuste de nuestra estrategia a las actuales condiciones de la coyuntura histórica. Esto nos lleva necesariamente a plantearnos problemas teóricos. De que manera sino podríamos intentar establecer las características de la coyuntura aludida.
Hemos hablado más arriba de sinceramiento conceptual, de que cada cual sepa como trabaja el otro, como encara su actividad. Y la sinceridad debe empezar por casa. Por ello enviaremos una síntesis de algunas posiciones de la Organización. Para irnos conociendo, ya que nosotros como relación regular, con informes sobre la marcha del trabajo, solo tenemos una noción enriquecida de OSL de Suiza y de CGT de España. Hemos tenido sí una relación fraternal, que mucho estimamos, con cantidad de organizaciones y personas a nivel internacional y sus periódicos y revistas nos han llegado con regularidad. Pero todos sabemos que un informe de las tareas y de los conceptos que prioriza una organización constituyen otro nivel de información. Como persona hemos tenido una colaboración regular del compañero Noam Chomsky, nos ha enviado permanentemente artículos, sus libros, adhesiones, etc.
Tenemos que agregar que el idioma ha sido otro dificultad importante, muy importante. ¿Quién sabe cuanto aporte de compañeros y organizaciones libertarias andan por el mundo e incluso dentro del material que recibimos, que por estar en otro idioma no logramos tener acceso?
IMPORTANCIA DE LA TEORIA
Para entender lo que pasa -en la etapa, en la coyuntura- hay que poder pensar correctamente. Pensar correctamente significa ordenar y tratar adecuadamente los datos que se procucen, en montón, sobre la realidad.
Pensar correctamente es condición indispensable para analizar correctamente lo que sucede en un país en un momento dado de la historia de ese país o de cualquier otro. Eso exige instrumentos. Esos instrumentos son los conceptos. Para pensar con coherencia se requiere un conjunto de conceptos, una teoría.
Sin teoría se corre el riesgo de pensar cada problema solo en particular, aisladamente, a partir de puntos de vista que pueden ser diferentes en cada caso. O en base a subjetividades, pálpitos, embalajes, etc.
Para proponer un programa hay que conocer la realidad económica, política, ideológica de un país, una región. Lo mismo para formular una línea política suficientemente clara y concreta. Si se conoce poco y mal no habrá programa y solo podrá haber una línea muy general, muy difícil de concretar en cada lugar. Si no hay línea clara y concreta no hay práctica político-social eficaz.
El voluntarismo se convierte en hacer con buena voluntad lo que va saliendo. Pero no se incide de modo determinado sobre los acontecimientos, en base a su previsión aproximada. Se es determinado por ellos y ante ellos se actúa espontáneamente.
La línea político-social presupone un programa, o sea las metas que se quieren alcanzar en cada etapa. El programa indica qué fuerzas son favorables, cuáles son los enemigos y quienes son los aliados sólo transitoriamente. Pero para saber eso hay que conocer profundamente la realidad del objeto a trabajar. Y para conocer se necesita teoría.
Precisamos tener un "casillero" eficaz para ordenar y jerarquizar la masa creciente de datos referentes a nuestra realidad económica, político-social e ideológica. Precisamos tener un método para tratar esos datos. Para ver cuales son los más importantes, cuales se precisan primero y cuales después. Para poder así administrar correctamente nuestras fuerzas.
Pero con las herramientas conceptuales que adoptemos, el trabajo de conocer cada lugar lo tenemos que hacer nosotros, porque nadie lo va a hacer por nosotros.
Pero, hay que recalcar esto, no podemos aceptar cualquier teoría a ojos cerrados, sin crítica, como si fuera un dogma. Queremos realizar una transformación total y no vamos a adoptar para pensar aquellas teorías que han creado los burgueses. Con concepciones burguesas vamos a pensar como los burgueses quieren que pensemos. Tampoco podemos adoptar aquellas teorías provenientes de tiendas socialistas que la historia descalifica.
Queremos estudiar y pensar el Uruguay, la región, el mundo, como revolucionarios. Entonces, vamos a tomar los elementos que mejor nos sirvan para ello. Elementos teóricos, resultado de investigaciones rigurosas, que pueden provenir o no de la corriente socialista.
No vamos a adoptar una teoría para ponernos un cartelito de moda. Para vivir repitiendo citas que otros dijeron en otros lados, en otro tiempo, a propósito de otras situaciones y problemas. La teoría no es para eso.
Como organización político-social queremos la teoría como instrumento, como herramienta. Para producir el conocimiento que necesitamos para la tarea militante de todos los días. Una teoría que se "traduzca" a comprensible línea político-social, indicadora de caminos cotidianos de acción.
ALGUNOS CONCEPTOS GENERALES
En primer término estableceremos un concepto rector que pautará los análisis a realizar. Definiremos el sistema Capitalista como un sistema dividido en clases. Como un sistema basado en la dominación y con una estructura ideológica, jurídica y represiva que reproduce las características fundamentales de tal sistema en el sigue jugando papel relevante la explotación.
Igualmente estableceremos que en el seno de la sociedad capitalista, por la índole de su composición, hay lucha de clases. Si bien esta lucha puede no revestir las características que algunos paradigmas le adjudicaban, se expresaría en diversidad de formas en las sociedades concretas. La presencia de la clase poseedora es lo más escandalosamente notorio. La conciencia de cambio y de pertenecer a una clase por parte de los trabajadores es otro tema. Tema que necesariamente deberá ser encarado para establecer donde "descansa" hoy el antagonismo, el carácter dual del sistema.
En un análisis, que sabemos deficitario, la organización estableció una hipótesis sobre la problemática de clases en esta coyuntura. Es algo nada más que iniciado y sujeto a consideración permanente de los Congresos. Igualmente fue una herramienta de trabajo militante en esta década. Somos una organización política para la acción social y necesitamos conceptos operativos por más que los sepamos incompletos. Una especie de certidumbre provisoria, claro que con un fondo de incertidumbre que convoca al análisis permanente. A esta hipótesis le hemos llamado: Clases oprimidas. La clase no se define aquí por su "asiento " económico. Volveremos sobre el tema.
ALGUNOS CONCEPTOS PARA EL ESTUDIO DE UNA SOCIEDAD HISTORICA CONCRETA. PROCESO HISTORICO URUGUAYO.
El estudio de la sociedad uruguaya exige, entre otras cosas, una precisión en lo que respecta a los conceptos teóricos fundamentales que se manejarán.
Sintéticamente diremos que cuando hablamos de proceso histórico de la sociedad uruguaya nos estamos refiriendo al conjunto de transformaciones, cambios o movimientos, y al eventual sentido de los mismos, de una totalidad sistemáticamente organizada sobre la base de un conjunto de estructuras fundamentales. A su vez, definiremos en este caso la estructura como relación entre las partes de un conjunto social: esta relación distintiva y estable y, cuando nos encontramos ante estructuras fundamentales, dicha relación condicionará fuertemente a la sociedad en su conjunto.
Por su parte, el concepto de sistema expresará el conjunto de relaciones sobre cuya base se organiza la sociedad teniendo en cuenta que, precisamente por la gran trabazón entre todas sus partes, los cambios operados en cualquier sector del sistema influirán en el sistema considerado en su totalidad. En nuestro caso, concebiremos que estamos en presencia del mismo sistema social en la medida de la permanencia de las estructuras fundamentales que lo caracterizan, es decir:
1) la centralización del poder político en el Estado, constituido en organizador político por excelencia de la sociedad uruguaya; 2)las relaciones capitalistas de producción, distribución y cambio; 3)el carácter dependiente subordinado de su inserción en el esquema de poder político-económico regional y mundial.
Ahora bien, el tipo de relación existente respecto a estas estructuras fundamentales da lugar a la conformación de clases sociales y, asociados a ellas, de contradicciones de clase, organizaciones de clases y luchas de clases. Del mismo modo las estructuras fundamentales condicionan la cultura de una sociedad y, muy particularmente, un elemento sustancial de esta: las ideologías. A su vez, las ideologías, en tanto expresiones del interés y la tensión sociales, de acuerdo a como éstos se verifican en determinados contextos históricos, favorecen el surgimiento de partidos políticos, que actúan como mediadores entre la sociedad y el Estado. Esta forma peculiar de organización rara vez se corresponde con una clase social determinada, por lo cual la dinámica generada por los partidos tampoco se corresponde exactamente con la dinámica específica de la lucha de clases propiamente dicha.
En el análisis de la sociedad uruguaya se jerarquizará un cierto tipo de relaciones entre las clases y los partidos, relaciones que también se expresan en términos ideológicos: las relaciones de dominación, entendidas como una distribución desigual del poder donde las decisiones de los estratos dominantes tienen fuerza de mandato o ejercen algún tipo de obligatoriedad sobre los sectores dominados.
Ubicados en una perspectiva histórica decimos que el sistema social característico de la sociedad uruguaya atraviesa diversas situaciones: esto es, sus estructuras fundamentales asumen entre sí distintas configuraciones y producen sucesos que, a su vez, revierten sobre las mismas. Precisamente cuando hablamos de proceso nos estamos refiriendo a estos cambios que afectan al sistema social en su conjunto y que permiten construir períodos históricos de cierta duración. En cambio, si nuestro interés apunta a la construcción de períodos históricos de mayor brevedad hablaremos de etapas y si ponemos el acento en los sucesos fundamentales de un momento definiremos una coyuntura.
Entendemos la coyuntura como una manifestación altamente cambiante de una configuración peculiar históricamente determinada que, en último término, es una manifestación de las estructuras fundamentales sobre las que se organiza el conjunto social.
La construcción de períodos para la descripción y la explicación del proceso histórico de la sociedad uruguaya se hará, como se ha dado a entender, en torno a las relaciones de dominación.
Deseamos que esta pequeña síntesis sirva a los efectos de que fuera compuesta.
Por FAU: F. Charamelo - J. Pilo