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INTRODUCCIÓN
Es muy
significativo que, pese a la fortaleza e indiscutible carácter positivo de las
ideas libertarias, y pese a la rectitud e integridad de las posiciones
anarquistas al enfrentar la Revolución Social, y finalmente al heroísmo e
innumerables sacrificios de los anarquistas en la lucha por el comunismo
libertario, el movimiento anarquista permanece débil pese a todo, y ha
aparecido, con mucha frecuencia, en la historia de las luchas de clases como un
pequeño evento, un episodio, y no un factor importante.
Esta
contradicción entre lo positivo y la indesmentible substancia de las ideas
libertarias, y el estado miserable en el que el movimiento anarquista vegeta,
tiene su explicación en un número de causas, de las cuales la más importante,
la principal, es la ausencia de principios y prácticas organizativas en el
movimiento anarquista.
En todos los
países, el anarquismo está representado por una serie de organizaciones locales
que advocan teorías y prácticas contradictorias, sin tener perspectivas de
futuro, ni una constancia en el trabajo militante, y habitualmente
desapareciendo , dejando difícilmente la más mínima huella tras de sí.
Tomado como un
todo, tal estado del anarquismo revolucionario sólo puede ser descrito como
"desorganización crónica".
Como la fiebre
amarilla, esta enfermedad de desorganización se introdujo en el organismo del
movimiento anarquista y le ha sacudido por docenas de años.
Está, pese a
todo, más allá de toda duda que esta desorganización se deriva de algún defecto
en la teoría: notablemente, de una falsa interpretación del principio de
individualidad en el anarquismo; confundiéndose esta teoría muy frecuentemente
con la ausencia de toda responsabilidad. Los amantes de la afirmación del
"ego", sólo con una visión al placer personal, obstinadamente se
aferran al estado caótico del movimiento anarquista, y se refieren en su
defensa a los inmutables principios del anarquismo y a sus profesores.
Pero estos inmutables
principios y sus profesores nos han mostrado exactamente lo opuesto.
La dispersión y
el atomismo son desastrosos; una unión fuerte es señal de vida y desarrollo. Esta
ley de la lucha social se aplica tanto a las clases como a las organizaciones.
El anarquismo no
es una bella utopía; ni una idea filosófica abstracta, es un movimiento social
de las masas laboriosas. Por esta razón debe agrupar sus fuerzas en una
organización, constantemente agitando, como lo demanda la realidad y la
estrategia de la lucha de clases.
"Estamos
persuadidos", dice Kropotkin, "que la formación de una organización
anarquista en Rusia lejos de ser perjudicial para la tarea revolucionaria
común, es deseable y útil en el más alto grado."(Prefacio a "la
Comuna de París" de Bakunin, edición de 1892)
Tampoco Bakunin
mismo se opuso nunca al concepto de una organización anarquista general. Por el
contrario, sus aspiraciones en lo concerniente a las organizaciones, tanto como
su actividad en la Primera Internacional, nos dan todo el derecho a ver en él a
un partisano activo de una organización tal.
En general,
prácticamente todos lo militantes anarquistas activos lucharon en contra de la
actividad dispersa , y desearon un movimiento anarquista cohesionado por la
unidad de fines y medios.
Fue durante la
Revolución Rusa de 1917 que la necesidad de una organización general fue
sentida más hondamente y más urgentemente. Fue durante esta revolución que el
movimiento libertario mostró el más alto grado de seccionalismo y confusión. La
ausencia de una organización general, llevó a muchos militantes anarquistas
activos a las filas bolcheviques. Esta ausencia es también la causa de que
muchos otros militantes hoy en día permanezcan pasivos, impidiendo el uso de su
fuerza , que es frecuentemente considerable.
Tenemos una
necesidad inmensa de una organización la cual, habiendo reunido a la mayoría de
los participantes del movimiento anarquista establezca en éste una línea
general, táctica y política la cual sirva como guía para todo el movimiento.
Es tiempo de que
el anarquismo abandone la cloaca de la desorganización, de poner fin a las
eternas vacilaciones ante las más importantes cuestiones tácticas y teóricas,
de avanzar resueltamente hacia un fin claramente reconocido, y de operar en una
práctica organizada y colectiva.
No es
suficiente, en cualquier caso, el establecer la necesidad vital de tal
organización: es además, necesario establecer el método de su creación.
Rechazamos como
inepta, práctica y teóricamente, la idea de crear una organización con la
receta de la "síntesis", esto es, con reunir los representantes de
diferentes tendencias del anarquismo. Tal organización, habiendo incorporado
elementos heterogéneos teórica y prácticamente, sólo sería un ensamblaje
mecánico de individualidades cada cual teniendo una diferente concepción de
todas las cuestiones respecto al movimiento anarquista, un ensamblaje el cual
llevaría inevitablemente a la desintegración en el encuentro con la realidad.
El método
anarcosindicalista no resuelve el problema de la organización anarquista, ya
que no le da prioridad a este problema, interesándose solamente en penetrar y
ganar fuerzas en el proletariado industrial.
En cualquier
caso, gran cosa no puede ser lograda en esta área, ni siquiera ganar un base, a
menos que haya una organización general de anarquistas.
El único método
que lleva a la solución del problema de la organización general es, en nuestra
perspectiva, el reunir a los militantes anarquistas activos en una base de
posiciones precisas: teórica, táctica y organizativa, ie., la base más o menos
perfecta de un programa homogéneo.
La elaboración
de tal programa es una de las principales tareas impuestas a los anarquistas
por las luchas sociales de los años recientes. Es esta tarea a la que el grupo
de anarquistas rusos en el exilio dedican una importante parte de sus
esfuerzos.
La
"Plataforma Organizativa" más abajo publicada, representa los
lineamientos, el esqueleto de tal programa. Debe servir como primer paso hacia
la congregación de las fuerzas libertarias en una única, activa colectividad
revolucionaria capaz de dar la lucha: la Unión General de Anarquistas.
No nos caben
dudas de que existen omisiones en la presente plataforma. Tiene omisiones, como
las tiene todo paso nuevo, práctico, de alguna importancia. Es posible que
ciertas cuestiones importantes se hayan omitido, o que otras sean tratadas de
forma inadecuada, o aún que otras sean demasiado detalladas o repetitivas. Todo
esto es posible, no obstante, no es de vital importancia. Lo importante es
asentar las bases de una organización general, y es este fin el cual se
alcanza, hasta un punto nercesario, con la presente plataforma.
Es asunto de la colectividad toda, de la
Unión General de Anarquistas, el extenderla, el posteriormente darle mayor profundidad,
el hacer de ésta una plataforma definitiva para todo el movimiento anarquista.
En otro sentido,
no nos caben dudas. Prevemos que muchos representantes del egocéntrico
individualismo, así como del anarquismo caótico, nos atacarán, con espuma en la
boca, y nos acusarán de quebrar los principios anarquistas. Sin embargo,
sabemos que los elementos individualistas y caóticos entienden por el nombre de
"principios anarquistas" la indiferencia política, negligencia y
ausencia de toda responsabilidad, lo que ha causado a nuestro movimiento
divisiones casi irremediables, y en contra de lo que estamos luchando con toda
nuestra energía y pasión. Es esto por lo cual podemos ignorar tranquilamente
los ataques de este sector.
Basamos nuestra
esperanza en otros militantes: en aquellos que permanecen fieles al anarquismo,
, habiendo experimentado y sufrido la tragedia del movimiento anarquista, y
buscan dolidamente una solución.
Más aún, tenemos
grandes esperanzas en los jóvenes anarquistas quienes, nacidos al aliento de la
Revolución Rusa, y situados desde un comienzo ante los problemas constructivos,
ciertamente demandarán la realización de principios positivos y organizativos
en el anarquismo.
Invitamos a
todas las organizaciones anarquistas rusas dispersas en varios países del
mundo, así como a los militantes anarquistas aislados, a unirse sobre la base
de una plataforma organizativa común.
¡Qué esta
plataforma sirva como columna vertebral revolucionaria, como punto de encuentro
a todos los militantes del movimiento anarquista ruso! ¡Qué sea base de la
Unión General de Anarquistas!
¡Viva la
Revolución Social de los obreros del mundo!
Grupo Dielo
Trouda*
París, 20-06-1926