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Lo normal cuando alguien se encuentra unos restos humanos en el campo es avisar a la Guardia Civil para que haga un atestado. Despus viene el juez de guardia para el levantamiento del cadver, a partir de lo cual se abren diligencias judiciales para averiguar lo ocurrido y en caso de que se trate de una muerte violenta, poner al autor a disposicin de los tribunales.
Eso es lo normal en Espaa, salvo que se trate del cadver de alguien fallecido a consecuencia de la represin franquista, en cuyo caso los jueces no querrn saber nada, y adems los denunciantes del hallazgo sern acusados de aventar fantasmas del pasado o de reabrir viejas heridas. Espaa tal vez sea el nico pas del mundo en el que los denunciantes de un asesinato se ven obligados a gestionar por sus propios medios la investigacin de lo ocurrido, al margen del sistema judicial, al tiempo que son vilipendiados por una parte de la opinin pblica.
Aqu mismo, en Salamanca, hay todava gente enterrada en el campo que sufri muerte alevosa en 1936 por parte de las fuerzas sublevadas contra el gobierno de entonces, constitucional y legtimo. Personas que fueron detenidas por la fuerza pblica o por grupos irregulares al servicio de los militares sublevados, y de las que nunca se volvi a saber nada. Personas sacadas de la crcel, en la que estaban detenidas a disposicin de las autoridades, y cuyo rastro se perdi para siempre. Aqu mismo, en Salamanca, hay fosas comunes de vctimas del franquismo. Algunas de esas fosas han sido abiertas a lo largo de los timos treinta aos y los restos que contenan fueron inhumados de nuevo, dignamente, pero siempre al margen de la administracin de justicia.
La actuacin del juez Garzn ha sido el nico intento por parte de la Justicia espaola para dar proteccin jurisdiccional a las vctimas de la represin franquista. Ha recibido todo tipo de crticas, desde que lo ha hecho para salir en la tele, hasta que la ley de amnista ha cerrado toda posibilidad de investigar lo ocurrido. Se supone, pues, que a estas alturas nos veremos obligados a desenterrar cadveres de salmantinos mientras los jueces miran para otro lado, olvidando que una cosa es la responsabilidad penal de los autores de las muertes y otra la obligacin jurisdiccional de averiguar lo sucedido.
El asunto, de una forma u otra, acabar en el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, donde tendremos ocasin de ver con qu argumentos se defiende el hecho de que los tribunales espaoles se nieguen a investigar los miles de asesinatos y desapariciones cometidos en Espaa como consecuencia del alzamiento franquista. Mientras tanto, una sugerencia: cuando mate usted a alguien, entirrelo en el campo y luego diga que es un cadver de la guerra. Con eso se garantiza que nadie investigar el asunto.
