LA
AUTORA:
TOTI
MARTÍNEZ DE LEZEA,
nacida en Vitoria-Gasteiz en 1949, vive en Larrabetzu, un peque
pueblo de Vizcaya, en compañía de su familia, rodeada de libros
y objetos de artesanía de diversas procedencias.
Durante
veinte años compaginó su profesión de traductora técnica con
trabajos para teatro y televisión, donde escribió y dirigió más
de mil programas infantiles.
En
1988 emprendió su carrera de escritora con la publicación de su
primera novela histórica, La
calle de la judería.
Posteriormente han visto la luz Las torres de Sancho
(1999), La
herbolera (2000),
Seños de la guerra
(2001),
La abadesa
(2002), Los
hijos de Ogaiz
(2002) y La voz de Lug
(2003), así como también Leyendas de Euskal-Herria
y la novela juvenil El mensajero del rey.
EL
LIBRO:
En
agosto de 1511, dos jóvenes de 15 y 20 años, respectivamente, se
unen en matrimonio por acuerdo de sus familias. La joven ha
retirado la palabra a su padre al considerar que su enlace es
desigual y que el rango de su futuro marido está muy por debajo
del de ella. Son doña María Pacheco, descendiente los Mendoza y
de los Villena, Grandes de Castilla, y Juan de Padilla, pequeño
hidalgo de Toledo.
Diez
años más tarde, él muere degollado en Villalar y ella toma su
puesto en la defensa de la Comunidad de Toledo, única ciudad que
aún no se ha rendido a las tropas imperiales de Carlos I. María
mantendrá la lucha durante seis largos meses para, finalmente,
verse obligada a exiliarse en Portugal, donde morirá en la
pobreza y abandonada por su poderosa familia.
A
lo largo de la presenta narración, el lector recorre la vida de
unos personajes singulares que osaron liderar un movimiento
revolucionario para la época: la
revuelta de las Comunidades de Castilla que exigían el derecho
del pueblo a participar en la gobernación del reino y a la libre
elección de sus representantes políticos, en contra del poder
absoluto encarnado por el monarca y la nobleza.
Es
también la historia de amor entre dos seres cuyos destinos unió
la vida de manera casual y que ni la derrota ni la muerte pudieron
destruir.
“A
quienes me llaman ignorante respondo que pocos hay entre ellos
capaces de superar mis conocimientos. ¿Qué saben ellos? ¿Acaso
no leí las obras de Platón y de Aristóteles, de Pico de la Mirándola,
del maestros Erasmo y de Tomás Moro, humanistas, hombre de
sentido y sentimiento? Las
entendí y las hice mías, porque mío es también derecho de
creer en un mundo mas justo, en la igualdad, en la libertad del
ser humano; mío es también el gobierno del pueblo y para el
pueblo.
Es fácil agraviar a una mujer que no puede defenderse, que lo ha
perdido todo: familia, patria, bienes y honor, pero yo les reto
ante Dios a que demuestren sus calumnias y ante la Historia
para que ella juzgue si la lucha comunera fue crimen o justicia...”
“Fueron
nobles e hidalgos, sí, los jefes del movimiento, pero sólo en su
principio. Interesados en causas menos dignas, intentaron mantener
sus privilegios, deseando ocupar los puestos de los flamencos,
pero los
dos mil de Segovia, los cuatro mil de Tordesillas, los seis mil de
Villalar no eran nobles ni hidalgos, sino hijos del pueblo.
Tenderos, pellejeros, boticarios, campesinos, clérigos,
escribanos, curtidores, tejedores, hombres y mujeres, levantaron
el pendón de la justicia que equipara a todos los seres humanos.
Pocos nobles e hidalgos se mantuvieron firmes hasta el final y
muchos de los exceptuados en el perdón del hijo de la reina ya
habían mudado de casaca cuando el triunfo se convirtió en
derrota, cuando más falta hacía. Ahora pagan su traición siendo
a su vez traicionados...”
“Maldigo
a nuestros enemigos, a todos aquellos cuya terquedad les impide
escuchar la voz de la razón pidiendo un gobierno justo,
denunciando los abusos de los grandes y el expolio de Castilla; a
los que niegan la palabra al pueblo y se arrogan el derecho divino
de dar a uno lo que a
mil corresponde.
Maldigo a los cobardes, traidores de pensamiento y de hecho; a los
que alientan la esperanza de un futuro mejor en los corazones
humildes y les vuelven la espalda por miedo o provecho, y también
a los ricos comerciantes cuyas bolsas se llenan con el hambre de
los pobres.
No hubo entre todos estos avariciosos, mezquinos, egoístas, ni
uno solo que defendiese el bien de esta tierra antes que el suyo
propio. Amagaron
sin golpear, ladraron pero no mordieron y escondieron la cabeza
bajo el ala cuando vieron sus privilegios en peligro...”
“Ambiciosa,
sí, lo soy. Ambicioné
la igualdad entre las personas, la equidad, el gobierno del
pueblo, la libre elección de gobernantes y el reparto de las
riquezas...”
“Los
cronistas, escribientes de oficio pagados por sus amos, vierten
calumnias en sus escritos pues es más cómo acusar de defender.
Podrán engañar durante algún tiempo al pueblo atemorizado, a
quienes desean escuchar lo que quieren, a quienes se empeñan en
justificar la la rectitud de un rey que nunca ha amado a Castilla,
no quiso comprenderla, la dejó en manos de extraños y en las de
unos pocos cuyos intereses son el poder y la bolsa. Algún
día las buenas gentes castellanas recordarán añorantes a los
hombres y mujeres que lucharon por la Comunidad. Habremos muerto
para entonces, pero los calumniadores y sus amos también, y serán
olvidados.
Nosotros
no.”
El
mundo 28/10/03
SOBRE
LA VIDA DE MARÍA PACHECO
Toti
Martínez rescata la historia de una comunera
RAFA
CERECEDA
Renunciar
a las comodidades de una vida lujosa para luchar por unos ideales,
enfrentándose a toda una sociedad no es algo habitual. Es más
complicado si eres mujer y vives en el Siglo XVI, y eso fue básicamente
lo que hizo María Pacheco, una ‘olvidada’ por la historia.
Toti Martínez de Lezea ha investigado sobre ella y nos lo cuenta
en ‘La
comunera’ (Maeva) en
un intento interesante de hacer de convertir la vida de un
personaje anónimo en un personaje histórico.
En
‘coma histórico’
En
opinión de la autora, la figura de María Pacheco es uno de éstos
casos en los que ha obrado la injusticia histórica, y a buen
seguro se deba a que es mujer “cuando se estudiaban los
comuneros, nos aprendíamos de carrerilla aquello de Bravo,
Padilla y Maldonado y poco más”. Toti Martínez, en varios
viajes por Castilla, se empezó a preguntar por la historia
comunera, y aquí y allá aparecía el nombre de María Pacheco,
siempre como algo accesorio “decía un amigo en Toledo que es un
personaje dejado en coma por la historia, yo siempre he tenido
debilidad por los personajes olvidados”.
La
versión oficial
En
la presentación del libro, Toti Martínez explicaba que esto
ocurre porque los cronistas eran, en primer lugar hombres, y en
segundo lugar, pagados por los señores para más gloria del que
pagaba así, no es fácil investigar la historia de una mujer
rebelde en a Edad Media. La historia oficial refleja a María
Pacheco, (esposa de Juan Padilla) como una persona ambiciosa, que
empuja a su marido a enfrentarse al Rey,y que prácticamente
quiere ser Reina de Castilla.
Una
personalidad insólita
Nace
nada más y menos que en la Alhambra de Granada, de padre
humanista e ilustrado, por lo que los cronistas explican que María
Pacheco hablaba griego, latín, sabía de matemáticas, geografía,
historia, religión… A los quince años, es casada con un pequeño
hidalgo toledano, Juan de Padilla. María Pacheco se enfada con su
padre por casarla con alguien de tan poca ‘alcurnia’ y le deja
de hablar. Simplemente éste hecho ya habla de la fuerza de la
personalidad de ‘La comunera’. Finalmente se enamora de su
marido y tienen una buena relación, que se sólo se rompe cuando
Padilla es ejecutado por sus oposición a Carlos I. La teoría de
Toti Martinez sobre el porqué de la implicación de María
Padilla en la lucha comunera, es que, si habla latín y griego,
pudo leer las revolucionarias teorías de Erasmo, la República de
Platón, con lo que debía tener una concepción avanzada de la
justicia social.
Historiadores
vs. Novela Histórica
Como
no podía ser de otra manera durante la presentación surgió el
tema de cómo se toman los historiadores la novela histórica, la
fabulación. Muchos sin duda reniegan de los métodos y las formas
de trabajar de los novelistas, pero los jóvenes ya van cambiando
su concepto de lo que tiene que ser la transmisión de la
historia. “Yo no pretendo dar lecciones, yo investigo a través
de los historiadores, y luego por supuesto, escribo una novela.
Hay historiadores que cuando escriben novela histórica son
incapaces de poner que el Cid tenía una peca, si no lo dicen las
crónicas”. Bajo ésta premisa, sería imposible escribir nada
sobre, por ejemplo, el pueblo llano, “como están pagados por el
señor, sólo escriben sobre su señor”. No se debe confundir la
finalidad de un género, el ensayo histórico y otro, la novela
“sólo pretendo escribir un buen libro, documentado, y que luego
sea el lector el que investigue, la novela histórica tiene que
incitar al conocimiento de la historia”. La Comunera, incluye
una completa bibliografía con referencias para estudiar conocer
la historia de los comuneros.
Entrevista
con Toti Martínez de Lezea. La Comunera.
Toti
Martínez, nacida en Vitoria, en 1949, ha compaginado durante 20 años
su profesión de traductora técnica de trabajos para teatro y
televisión, donde escribió y dirigió mas de 1000 programas
infantiles. En el 98 decidió emprender su carrera como escritora
con su primera novela "La calle de la judería". A esta
le han seguido otras como "La Abadesa" o "La voz de
Lug". Ahora tenemos la oportunidad de charlar con ella de su
última novela: "La Comunera"
Manjón
Guinea
Uno
puede tener la idea, antes de leer el libro, de que los comuneros
son clases desfavorecidas que se sublevan ante la monarquía de
Carlos I. Pero estaríamos equivocados. Todos ellos pertenecen a
la oligarquía y a la nobleza. ¿Por qué surgen entonces esta
serie de sublevaciones encadenadas?
Bueno,
también estaríamos equivocados si dijéramos que estos
personajes pertenecían a la nobleza y a la hidalguía únicamente.
Nobles e hidalgos comienzan a reclamar sus derechos con respecto
al abuso de los nobles flamencos que Carlos I ha traído con él.
Pero a esos nobles se les van uniendo otras gentes que son
personas libres, artesanos, párrocos, frailes, médicos,
escribanos, tejedores, curtidores, zapateros, etc..
Por
tanto no se puede decir que sólo fueran nobles, como tampoco se
puede decir que únicamente fueran gentes “plebeyas” o
sencillas.
¿Qué
tiene que ver en esta rebelión de comuneros la figura de Juana la
Loca?
La figura de Juana la Loca aparece en el libro porque Juan de
Padilla y los demás comuneros van a Tordesillas a plantear el
asunto, a comentar los problemas y a jurarle lealtad a Juana la
Loca. Pero la aparición es en un pequeño momento, un transcurso
en la novela que hace referencia a un momento histórico
El
nombre al que mas peso otorgas en la novela es al de María
Pacheco, hija de don Iñigo López de Mendoza. ¿Cómo has visto a
María Pacheco en la investigación de tu libro?
¿Una
humanista ilustrada? ¿Una oligarca caprichosa?...
María
Pacheco aparece en la novela como una humanista ilustrada, como
una mujer de mucho carácter con unos ideales fijos, muy en contra
de lo que se podría suponer que era su clase. No hay que olvidar
que en definitiva contra quien lucha es contra los de su propia
clase, e incluso sus propios hermanos y parientes.
Maria
Pacheco era una mujer muy convencida de lo que está haciendo. Se
la tacha de ambiciosa, de mandona, de haber impulsado a su marido
a la revuelta, y no creo que eso sea así. En realidad, María
Pacheco empieza a aparecer precisamente a partir de la muerte de
Juan.
Según
dice la historia, fue Maria Pacheco la que instigó a su “pacífico
marido” a llevar adelante la revuelta y a que uniera Toledo a
las Comunidades.
Sí, claro. Y ¿quién lo dice? Pues lo dicen los cronistas de la
época. Cronistas hombres, que sirven a sus señores, que son los
que les pagan, y que por supuesto no podían tomar parte por el
pueblo
Según
cuentan Maria Pacheco no estaba conforme cuando el 10 de noviembre
de 1510 se firman los esponsales con Juan Padilla, que era un no
toledano y de rango inferior.
¿Existía
amor entre Maria Pacheco y Juan Padilla?
En
eso se ponen de acuerdo los cronistas al decir que era una pareja
enamorada. Es cierto que cuando a ella la casan, porque en esa época
les casaban, ella no está conforme porque ella es doña y el no
es don. Ella es una mujer cultísima. Porque también hay una
serie de diferencias culturales que los distancian enormemente.
Ella a los 15 años ya hablaba griego y latín. Además, sabía
historia, geografía y matemáticas. Es decir, que era una niña
precoz y muy ilustremente educada. De todo eso se encargó su
padre, que era un humanista y pretendía que sus hijos estuvieran
muy educados, porque consideraba que la cultura era poder. María
Pacheco se enfada tanto con este matrimonio que le niega la
palabra a su padre.
Sin
embargo cuando Juan de Padilla muere, antes de morir, Maria le
escribe una carta en la que le declara su amor, y no sólo eso
sino que en la carta se dice claramente que ella está enamorada
de él. Ella tiene 25 años entonces.
¿El
roce hace el cariño?
Hombre... el amor es una cosa insospechada. Si los dos compartían
ideas, y luego Juan de Padilla demuestra ser un hombre con el que
nadie se mete porque todos le consideran una persona honrada,
noble, justa... entonces, ¿por qué no se iba a enamorar ella,
una persona apasionada, que era todo fuego y todo amor?
Esta
mujer, que es voluntariosa y fuerte, cuando se enamora se enamora
plenamente, y cuando toma una decisión la toma sin titubeos. Se
lanza al amor, se lanza a la lucha comunera y se lanza a todo lo
que considera que debe hacer.
¿Cómo
muere María Pacheco?
Toledo no puede resistir, le faltan alimentos y están cercados.
Hay que llegar a un acuerdo. Ella lo que promueve es un acuerdo
con las tropas reales en la que se pueda conseguir una rendición
honrosa. Gracias a ese acuerdo entran las tropas en Toledo. Pero
los comuneros no se desarman, y precisamente lo que lleva a la
revuelta de los comuneros del día de San Blas es que los
imperiales quieren que los comuneros se desarmen, pero María dice
que no hasta que el emperador no ratifique el acuerdo.
Entonces
los realistas organizan altercados para provocar que los comuneros
empuñen de nuevo las armas, y así luchar con ellos y acabar de
una vez por todas ya que eran superiores en número.
María
Pacheco se escapa de Toledo y se exilia a Portugal. Muera
abandonada , condenada a muerte por Carlos I. Es una de las pocas
personas que nunca son amnistiados. Entre otras cosas porque ella
no lo solicita nunca. De hecho ni siquiera se le traen los huesos
a Toledo que es donde quería ella reposar. Muere joven, con 34 años
y enferma, acompañada de unos cuantos sirvientes.
¿Cuál
ha sido la mayor dificultad que has encontrado a la hora de
documentarte para hacer el libro?
Lo que más que costó fue averiguar si tuvo hijos. En algunos
documentos aparece que tuvo hijos, en otros indica que no tuvo
ningún hijo, en otros que tuvo un hijo... Al parecer, este asunto
a los historiadores no les pareció importante. Sin embargo, en
una novela es algo fundamental, sobre todo si estás contando la
historia de dos personas casadas y unidas. El caso es que tuvo un
hijo que se llamó Pedro, y que murió de peste a los siete años.
NOTA
DE AGRADECIMIENTO DE IZQUIERDA COMUNERA A LA AUTORA:
Enhorabuena
por el libro y gracias Toti. Gracias por regalarnos con este libro
que describe espléndidamente los sentimientos del Movimiento
Comunero y nos ayuda a conocer a una de sus figuras más
importantes.
Ideas
justas no se han olvidado ni se olvidarán:
-
La asamblea es
soberana y los representantes elegidos por ella solamente se
pueden limitar a eso: portavoces, representantes, retirables en
cualquier momento y que nunca deben decidir en contra o al margen
de los decidido y discutido asambleariamente,
-
Las acciones de interés común no se espera que se tomen desde
arriba, sino que se inician, se proponen, se abordan y se ejecutan
desde abajo, extendiendo la autogestión al mayor ámbito posible.
-
Defender el comercio justo, la no explotación de unos pueblos por
otros, y eso implica la preponderancia de la producción sobre la
especulación económica, que debe ser reducida o anulada, y de
una racionalidad en esa producción y en su reparto que hagan la
vida sostenible en la tierra.
Realistas
y traidores todavía existen, pero el pueblo al final despertará,
abrirá los ojos y conseguirá realizar una Castilla más democrática,
justa y solidaria.
Recibe
una sincera felicitación por este trabajo de unos Comuneros del
siglo XXI.
Castilla,
Enero de 2004
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