CONGRESO
2001 "CONSTRUIR LA ESCUELA DESDE LA DIVERSIDAD Y PARA LA
IGUALDAD"
Materiales
previos y conclusiones del Grupo de Trabajo
Educación
continua y acción sociocultural
Coordinación
del grupo: Aurora Ruiz (FETE - UGT)
Materiales
previos
Autora: Aurora Ruiz
La educación y la formación a lo largo de
toda la vida – formación permanente o continua- es fundamento de la
dignidad de las personas, de su desarrollo personal y socio cultural y
de su promoción laboral. Las personas adultas son sujetos de educación
y de formación a lo largo de toda su vida, independientemente de su
edad, sexo o condición socioeconómica.
La educación continua es asimismo un
elemento básico para el desarrollo social y económico, sostenido y
sostenible, de las sociedades democráticas que requieren la incorporación
activa de sus miembros y su participación ciudadana.
Las nuevas realidades del mercado de trabajo
y las nuevas cualificaciones laborales y profesiones requieren nuevos
aprendizajes, sobre todo los ligados a las nuevas tecnologías y a la
adquisición de otras capacidades, habilidades y destrezas.
Pero el aprendizaje durante toda la vida no
es un argumento exclusivamente económico, ni sólo para los
asalariados/as o para encontrar un trabajo. Es también un instrumento
fundamental para combatir la exclusión social y promover una ciudadanía
activa, informada y crítica. Su meta es la expansión de conocimientos
y capacidades que permitan a las personas actuar en la sociedad.
La formación continua tiene que apoyarse en
una formación básica, de aprendizajes
integrales, métodos de trabajo instrumentales y conocimientos sólidos.
Requiere una formación básica polivalente, que permita el paso
posterior a una formación permanente, a la adquisición de nuevos
conocimientos, destrezas y competencias. Una formación básica que
integre los objetivos orientados al desarrollo personal y social con
aquellos más específicos dirigidos a una formación profesional y
tecnológica.
Es preciso reconocer que los aprendizajes,
generados en contextos de
acción, comunicación y participación, son siempre posibles. Aprender
a aprender es una de las necesidades más ineludibles de las personas.
Una vez adquirido el hábito de aprender, se está en condiciones
de seguir aprendiendo y de conectar con las evoluciones tecnológicas,
organizativas y culturales.
La diversidad de situaciones educativas y
formativas de las personas adultas -jóvenes procedentes del fracaso
escolar, personas adultas en demanda de formación personal y cultural,
personas adultas necesitadas de titulación académica que les permita
conseguir un nuevo empleo, colectivos socialmente marginados y titulados
con necesidad de aprendizajes en nuevas
tecnologías- precisa un diseño de
sistemas de educación y formación diversificados, flexibles e
integrados.
La educación y formación continuas supone
una segunda oportunidad para aquellas personas que una vez terminado el
proceso formativo obligatorio no han alcanzando la correspondiente
titulación. Son en su mayoría jóvenes mayores de 18 años que no
obtuvieron el título de graduado en secundaria y desean incorporarse de
nuevo al sistema educativo. Para otras que, por motivos diferentes,
presentan carencias básicas en su formación o acceden por primera vez
a un proceso de educación y formación, será probablemente su primera
oportunidad, por lo que constituyen sectores de acción prioritaria. La
educación y la formación de estas personas adultas es sin lugar a
dudas una exigencia de la redistribución de los bienes y servicios
culturales.
La superación de la falta de formaciones básicas
y las dificultades de reinserción en el mundo laboral afectan de modo
especial a las mujeres, y
por ello, precisan de
acciones específicas de educación y formación.
La formación general debe estar abierta a
todos los sectores que presenten carencias básicas, sin ningún tipo de
discriminación y en este sentido hay que considerar a un amplio sector
de inmigrantes adultos que requieren
una formación que
les facilite su integración individual y social.
Tras la educación obligatoria,
debe garantizarse a todos los jóvenes una formación profesional
que les permita iniciar la vida activa laboral
con una cualificación profesional inicial, o continuar, tras los
estudios de Bachillerato, el acceso a la Universidad.
Las nuevas dimensiones de las cualificaciones
profesionales exigen asimismo la cooperación y convergencia de los
sistemas educativo y laboral.
Es primordial
fomentar la educación y la formación continuas, como prolongación
de la educación obligatoria y de la formación profesional inicial, y
sensibilizar a la opinión pública, y a los interlocutores sociales
sobre lo que supone “una segunda oportunidad”.
Conviene
recordar el título III de la LOGSE, artículo 51.2, que
establece para las personas adultas los siguientes objetivos:
-
Adquirir y actualizar su formación básica y facilitar el acceso a los
distintos niveles del sistema educativo.
-
Mejorar su cualificación profesional o adquirir una preparación para
el ejercicio de otras profesiones.
-
Desarrollar su capacidad de participación en la vida social, cultural,
política y económica.
Conclusiones
del Grupo de Trabajo
1.- Las personas adultas son
sujetos de educación y de formación a lo largo de toda su vida,
independientemente de su edad, sexo, condición social, cultural, económica
o laboral.
La educación y la formación
continua a lo largo de toda la vida es el fundamento del
desarrollo personal, social, cultural y de la promoción laboral de
todas las personas. Es asimismo un elemento básico para el desarrollo
social y económico,
sostenido y sostenible, de las sociedades democráticas que requieren la
incorporación activa de sus miembros y su participación ciudadana.
Las nuevas profesiones, la evolución del
mercado de trabajo y la aparición de nuevas cualificaciones laborales
requieren la actualización de nuevos aprendizajes, sobre todo los
ligados a las nuevas tecnologías y
la adquisición de otras competencias, habilidades
y destrezas y exigen la cooperación y convergencia de los
sistemas educativo y laboral.
Pero el aprendizaje durante toda la vida no
es un argumento exclusivamente económico, ni sólo para los
asalariados/as o para encontrar un trabajo. Es también un instrumento
fundamental para combatir la exclusión social y promover una ciudadanía
activa, informada y crítica. Su meta es la expansión de conocimientos
y capacidades que permitan el desarrollo pleno de las personas.
2.- La formación continua debe apoyarse en una formación básica
polivalente de
aprendizajes integrales, métodos de trabajo instrumentales y
conocimientos sólidos, que permita el paso posterior a una formación
permanente, a la adquisición de nuevos conocimientos, destrezas y
competencias. Una formación básica que integre
los objetivos orientados el desarrollo personal y social con
aquellos más específicos dirigidos a una formación profesional y
tecnológica.
Es preciso reconocer que los aprendizajes,
generados en contextos de
acción, comunicación y participación, son siempre posibles. Aprender
a aprender es una de las necesidades más ineludibles de las personas.
Una vez adquirido este hábito se está en condiciones de seguir
aprendiendo y de conectar con las evoluciones tecnológicas,
organizativas y culturales.
3.-
La diversidad de situaciones formativas de las personas adultas precisa
una planificación y organización de modelos de educación y formación
diversificados, flexibles e integrados,
por parte de la administración educativa que debe ser garante del
derecho a la educación permanente de todas las personas que
desean incorporarse al sistema educativo
en cualquier momento de su vida.
Personas adultas que, por motivos diferentes,
presentan carencias básicas en su formación o acceden por primera vez
a un proceso de educación y formación y que constituyen colectivos de
acción prioritaria en la redistribución de bienes y servicios
culturales.
Personas para las que la educación y formación
continua puede suponer una “segunda oportunidad”, en su mayoría
jóvenes que una vez terminado el proceso formativo obligatorio
no alcanzaron la correspondiente titulación y desean incorporarse de
nuevo al sistema educativo.
Personas en demanda de un puesto de trabajo
que precisan titulaciones básicas o aprendizajes específicos.
Mujeres a las que afecta de modo especial las
dificultades de reinserción en el mundo laboral y que por ello, precisan de acciones específicas de formación.
Un amplio sector de inmigrantes adultos que
requieren una
formación que les
facilite su integración
individual, social y laboral.
4.- Las Administraciones públicas educativas
deben :
·
Desarrollar en toda su
dimensión el artículo III de la LOGSE referente a la educación y a la
formación de las personas adultas
·
Dotar este tramo
educativo de los recursos necesarios que hagan realidad el derecho a la
educación a lo largo de toda la vida
·
Coordinarse con otras
Administraciones públicas, involucradas en la formación de las
personas adultas
·
Priorizar las
actuaciones dirigidas a los colectivos más desfavorecidos por razones
económicas, sociales, culturales, personales o laborales.
·
Planificar y ejecutar
modelos diversos y ajustados en cada momento a la realidad social que
permitan y faciliten el ejercicio del derecho a la educación.
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