CONGRESO
2001
"CONSTRUIR LA ESCUELA DESDE LA DIVERSIDAD Y PARA LA IGUALDAD"
Documento
base nº 2
Marco
sociopolítico
En los últimos años,
y cada vez con mayor intensidad, se extienden entre la opinión pública
en general pero de manera especialmente significativa entre el profesorado
y los usuarios del sistema educativo, ideas, juicios y valoraciones
negativas sobre la calidad de la Educación en España.
Nuestro
sistema educativo es sin lugar a dudas claramente mejorable y esta
exigencia debe impulsar las reivindicaciones de las organizaciones del
profesorado, de los padres y madres y del alumnado, así como la de todos
los ciudadanos y ciudadanas que entiendan que la Educación es una inversión
de futuro imprescindible para una sociedad más justa. El análisis y la
crítica que hagamos del sistema educativo debe partir de dos supuestos:
la definición de cuál es el modelo educativo que deseamos y de cuáles
son los aspectos positivos que debemos preservar del sistema actual, para
no contribuir a una estrategia a la que pudiera convenir que la educación
se deteriore, para con esa excusa introducir contrarreformas que vayan a
favor de una educación selectiva y no comprensiva.
Curiosamente, las pruebas que se aportan para la valoración negativa se
supone que han sido extraídas de la Educación Pública. Algunos de los
temas más recurrentes y con mayor carga ideológica suelen ser: el
fracaso escolar, la violencia en los centros, la insatisfacción del
profesorado, la pérdida de autoridad y la extensión de la indisciplina y
la disminución de los contenidos educativos.
Sin negar la importancia de estos u otros temas similares, debemos
entender que su solución pasa por un análisis serio y objetivo tanto de
su situación real como de las causas que los originan, y siempre con
relación al marco general del sistema educativo.
Un
análisis crítico de la situación actual del Sistema Educativo debería
partir de una reflexión sobre los siguientes aspectos.
1.- La Educación
y los cambios socioeconómicos
El desarrollo económico de las sociedades occidentales ha ido acompañado
de un proceso de deterioro de las instituciones tradicionales de
socialización. El reparto de las tareas socializadoras entre la familia y
la escuela hace tiempo que ha entrado en crisis, en una sociedad cada vez
más compleja que ha invertido muchos de los valores tradicionales. Hoy en
día la adquisición de valores, pautas de comportamiento, hábitos y
actitudes procede también de instancias diferentes a la familia y la
escuela. Ambas han perdido en buena parte la iniciativa de la socialización
y se ven obligadas a actuar a la defensiva intentando contrarrestar las
influencias externas. Esta situación es la base de un potencial conflicto
entre familia y escuela: acusaciones mutuas de falta de responsabilidad en
las funciones atribuidas. Conflicto que se hace más grave cuando las
familias pretenden transferir a la institución escolar funciones que no
son delegables o cuando los centros docentes renuncian a la educación
integral.
La
evolución socioeconómica ha modificado vertiginosamente la estructura
ocupacional de la población. La tecnificación y especialización del
sistema productivo plantea graves dificultades de adecuación del sistema
educativo. Las titulaciones académicas ya no son garantía de integración
y promoción en el sistema
económico. Se le exige al sistema educativo que sea cada vez más
flexible y capaz de formar para un mercado laboral cambiante. Con todo, y
para resituar la sensación de relativo fracaso de la institución escolar
en la promoción socio-laboral, deberíamos recordar que con anterioridad
a la extensión del Derecho a la Educación, la selección y diversificación
de la promoción social se hacía fuera del sistema educativo a partir de
la clase o categoria social a la que se perteneciera.
2.- Los valores básicos
de la Reforma Educativa
La promulgación de la LOGSE fue el resultado de una mayoritaria exigencia
de reformar un sistema educativo que presentaba considerables disfunciones
y carencias. Entre las más
evidentes estaban:
·
Insuficiente duración de la educación obligatoria y
gratuita.
·
Doble titulación al final de la E.G.B.: Graduado Escolar y
Certificado de Escolarización.
·
Obligación de elegir prematuramente entre Bachillerato y
Formación Profesional, convirtiendo a ésta última en la única vía
para quienes no poseían el Graduado Escolar.
·
Inadecuación y desprestigio de la Formación Profesional.
·
Carencia de ciertos contenidos educativos: segundo idioma,
educación musical y artística, tecnología,..
Dar solución a todos estos aspectos implicaba un cambio de la estructura
del sistema educativo. Pero la LOGSE iba más allá de las reformas
organizativas y de contenidos. Figuran en ella, además, nuevos
planteamientos y principios educativos:
·
Una mejor educación para todos que se adaptase a la
organización democrática de la sociedad.
·
Una educación comprensiva y diversificada capaz de dar
respuesta a las diferentes capacidades, motivaciones e intereses del
alumnado.
·
Una enseñanza que favoreciese aprendizajes funcionales,
logrando una mayor conexión con el entorno, con el mundo del trabajo y la
cultura.
·
Un diseño curricular más completo orientado al desarrollo
integral de la personalidad del alumnado.
Con la implantación de la Reforma Educativa empezaron a emerger críticas
y problemas que progresivamente fueron rompiendo el consenso y las
ilusiones iniciales que había despertado en sectores mayoritarios del
profesorado, de los padres y madres y del alumnado. Con todo, deberíamos
preguntarnos si la causa de todo ello radica en que se estén cuestionando
los principios centrales de la Reforma o si bien al contrario es el
resultado de la falta de provisión de los mecanismos y de los recursos
necesarios para su aplicación.
3.- La reforma de la
Reforma
El
Ministerio de Educación se encuentra en pleno proceso de reforma de la
Reforma, pero sin explicitar qué cambios pretende introducir en el
sistema. Mucho nos tememos que el resultado final de los mismos sea
configurar un nuevo sistema educativo del que desaparecerán algunos de
los valores básicos y, a nuestro entender, irrenunciables, del actual.
La contrarreforma extrae sus argumentos de una perspectiva sesgada:
a)
Por un lado, presenta el fracaso escolar como el motivo fundamental
que justifica los cambios introducidos, aunque aquel sea un tema
recurrente que está por delimitar. El informe del I.N.C.E. no es
concluyente y en algunos aspectos contradictorio. No existen datos
objetivos para afirmar con rotundidad que el actual sistema genera peores
resultados que el anterior; y si así fuese, faltaría comprobar si el
mayor fracaso escolar estaría motivado por las prescripciones de la LOGSE
o por las deficiencias en su aplicación.
b)
Pero, por otro lado, no contempla los recursos necesarios para
hacer realidad uno de los aspectos más positivos de la LOGSE: la previsión
de flexibilidad para adaptarse a las particularidades del alumnado. En
este sentido, la ESO debería permitir optimizar los resultados educativos
para cada alumno y alumna. Si la extensión de la obligatoriedad de
escolarización hasta los 16 años se realiza en un sistema educativo
unificador, es indudable que los niveles de aprendizaje disminuirán. Pero
si el sistema atiende de manera personalizada las peculiaridades del
alumnado, los resultados globales deberían ser mejores que con el sistema
anterior.
Por
ello, debemos preservar en nuestro sistema educativo una educación básica
y común para todos los ciudadanos, en el marco de una escuela
comprensiva, con una intención no selectiva y no discriminatoria.
4.-
Descentralización y transferencias educativas
Completadas las transferencias educativas a todas las Comunidades Autónomas,
los distintos sectores educativos deberán adaptarse a la nueva situación
para evitar ciertos efectos no deseables de la descentralización. Los
aspectos positivos de la descentralización educativa son evidentes y por
tanto las transferencias concluidas deberían permitir avanzar en la
calidad de la educación en todas y cada una de las Comunidades Autónomas.
Algunos de los efectos no deseables de la descentralización que
especialmente deberíamos prevenir serían:
a)
El aumento de las diferencias en la satisfacción del Derecho a la
Educación entre los alumnos según la Comunidad Autónoma a la que
pertenezcan. Si en estos momentos las diferencias en las prestaciones
educativas son considerables, en el futuro
pueden aún ser mayores como consecuencia de políticas educativas
distintas. Sin pretender en ningún caso un sistema unificador e idéntico
sería deseable un proceso de convergencia que en lo fundamental
satisficiera el principio de la igualdad de oportunidades.
b)
El control social sobre la Educación será más imprescindible que
nunca pero también más complejo y difícil de llevar a cabo en un
sistema en el que las responsabilidades de la política educativa están
repartidas en cada una de las Comunidad Autónoma,
c)
La evaluación del sistema educativo resultará ciertamente más
dificultosa, pero los criterios y procedimientos de evaluación deberán
ser homogéneos y compatibles para todas las Comunidades Autónomas.
d)
Será necesario arbitrar nuevos sistemas de coordinación en los
distintos sectores de la comunidad educativa para garantizar su capacidad
reivindicativa y de movilización.
5.- Expansión de
los conciertos educativos
Por lo que respecta a los conciertos educativos, recordemos que la LODE
establecía un sistema mixto: público – privado. Y ello fue así, básicamente
por dos motivos: por la importancia que los centros educativos privados,
mayoritariamente vinculados con organizaciones de la Iglesia Católica,
tenían en España; y por la imposibilidad económica y técnica de crear
a medio plazo suficientes plazas escolares públicas. Unos y otros, con
mayor o menor convencimiento, aceptaron un sistema mixto con los
conciertos educativos para la educación obligatoria. Es más que probable
que las organizaciones vinculadas en la defensa tanto de un sistema público
como de un sistema privado interpretaran de distinta manera la solución
adoptada. Para los primeros se enfatizaba el carácter subsidiario de los
conciertos educativos con el sector privado y para los otros era el
reconocimiento de la libertad de la iniciativa privada.
En los últimos años las administraciones educativas, en especial del
gobierno del Estado, pero también de algunas CCAA, vienen adoptando políticas
educativas que al tiempo que limitan la oferta pública educativa,
favorecen la extensión de los conciertos educativos, sin atenerse a ningún
criterio de necesidad social y en muchos casos sin las debidas garantías
de preservar la calidad de la educación, como pone de relieve la selección
encubierta del alumnado que se permite a esos centros.
El último
capítulo, que no el definitivo, en este proceso se inició el pasado
curso escolar con la orden ministerial que extendía al segundo ciclo de
la educación infantil la posibilidad de los conciertos educativos, en
contra de lo dispuesto en la LODE que solo prevé los conciertos para las
etapas de educación obligatoria. Y, para que no quedara ninguna duda
sobre las intenciones del gobierno, se destinan fondos públicos para
financiar actividades privadas cuando la primera obligación del Estado es
la de mantener la calidad de la educación pública, que es la educación
de todos y para todos.
|