La falsificación histórica como argumento
de la teoría del socialismo en un solo país.
La teorización "post festum" o posterior a los hechos de la política stalinista -que quebró la continuidad en la línea de pensamiento y acción política revolucionaria trazada por la "Liga de los comunistas" alemanes en el período de 1847 a 1852 y los bolcheviques rusos entre 1905 y 1924- fue presentada por Stalin y su camarilla revisionista durante el sétimo congreso de la Internacional comunista en 1935. Estas falsificaciones teóricas fueron las que permitieron al stalinismo tergiversar la realidad histórica de la URSS haciendo pasar por socialismo lo que, según la línea oficial del PCURS trazada en 1921, no era más que una de sus etapas de transición. Estas etapas fueron descritas por Lenin en abril de ese año:
Lenin
estableció que la lucha por el socialismo en 1921 estaba entre las etapas
2 y 3, donde el campesino y el capitalista privado en la industria, se resistían
al capitalismo de Estado como última etapa hacia el socialismo. Y aquí
es necesario destacar que, cuando en el contexto de este proceso los bolcheviques
hablaban de capitalismo de Estado, obviamente se referían a Estados donde
la clase dominante es el proletariado y no la burguesía,
como hoy es el caso en países como Irak, Siria o la ex Yugoslavia:
<< Son numerosos los que imaginan
que nuestra industria de Estado representa un auténtico capitalismo
de Estado, en el sentido más estricto de la palabra, tal como
ha sido aceptado universalmente por los marxistas. No se trata exactamente
de ello; si se habla realmente de capitalismo de Estado (en la URSS)
debe hacerse con importantes comillas que recubran el propio término
¿Por qué razón? Es evidente: al utilizar ese término
no puede olvidarse el carácter (social) de ese Estado.
(...) Bajo un capitalismo de Estado auténtico, es decir, bajo
una dirección burguesa, el crecimiento del capitalismo de Estado
significa el enriquecimiento del Estado de los burgueses, y su poder
creciente sobre las masas obreras. Entre nosotros, el crecimiento de
la industria de Estado soviética significa un crecimiento del
socialismo que procede directamente del poder proletario. >> (L.D.
Trotsky: "Informe ante el IV Congreso de la Comintern sobre la Nueva
Política Económica soviética y las perspectivas
de la revolución" 14 de noviembre de 1922)
Cuando Trotsky presentó este informe -que
previamente debió ser aprobado también por Stalin- el por entonces
Partido Comunista Ruso (PCR) entendía que el Estado soviético
salía de la etapa 3) y se encaminaba hacia el cumplimiento de la cuarta:
el capitalismo de Estado, que estaba comprendida en la Constitución de
1918 fundada en la <<declaración de los derechos del pueblo
trabajador y explotado>> promulgada el 3 de enero de ese año
y ratificada por el III Congreso de los Soviets ese mismo mes.
Para los bolcheviques y el PCR -incluido Stalin-
las medidas revolucionarias que se tomaron en 1918: abolición de la propiedad
de la tierra, de las aguas y del subsuelo sin indemnización; de los grandes
capitalistas propietarios de fábricas y talleres, de bancos, sociedades
anónimas, ferrocarriles, etc.; control obrero estatal de la industria
con el fin de asegurar el poder político de los explotados sobre los
explotadores; anulación de las deudas del Estado; trabajo obligatorio;
armamento de los trabajadores y desarme de los antiguos propietarios, toda esta
realidad impuesta por la Dictadura del proletariado, no obstante, en modo alguno
suponía pensar que se había alcanzado la meta socialista. Comentando
el programa aprobado por el PCR -y también por Stalin- en marzo de 1919,
Lenin decía que para hablar de socialismo como una realidad tangible
en cualquier parte del globo, el proletariado debía conseguir que las
clases desaparecieran, incluso en el ámbito internacional y reconocía
que esa era una tarea que demandaría mucho tiempo de perseverancia en
la misma política y resolver problemas de mucha dificultad, sobre todo
en la relación entre obreros industriales y trabajadores del campo, porque
tras haber sido expropiados, el espíritu de los burgueses subsistía
encarnado en otras relaciones y categorías sociales, bajo "otras formas"
de manifestación, en tanto no habían desaparecido las bases económicas
o materiales que seguían dando sentido a su existencia, tanto a nivel
nacional como a escala internacional. En este sentido Lenin fue categórico
y, Stalin, en aquella época no lo pudo ser menos:
<< Socialismo significa la
abolición de las clases. La dictadura del proletariado ha hecho cuanto
estaba a su alcance para abolir las clases. Pero las clases no pueden abolirse
de golpe. Y en la época de la dictadura del proletariado las clases subsisten
y subsistirán. La dictadura dejará de ser necesaria cuando
desaparezcan las clases. Pero éstas no desaparecerán sin la dictadura
del proletariado.
Con esto Lenin estaba diciendo claramente que
el socialismo no puede alcanzarse en ningún país mientras subsista
el capitalismo en el ámbito internacional. Pues bien, fue en el sétimo
Congreso de la Comintern que Stalin y sus secuaces al frente de la URSS abandonaron
oficialmente el marxismo leninismo, cosa que, como hemos visto hicieron oficiosamente
desde 1924. Ese año, en abril, tres meses después de la muerte
de Lenin, bajo el título de: "Los fundamentos del leninismo",
el PCURS publicó una compilación de conferencias pronunciadas
por Stalin en la Universidad de Severdlov. En la primera edición figura
el siguiente párrafo:
<< Bastan los esfuerzos de un
país para derribar a la burguesía; la historia de nuestra
revolución lo demuestra. La victoria definitiva del socialismo,
para la organización de la producción socialista, los
esfuerzos de un solo país, sobre todo si es campesino como el
nuestro, son ya insuficientes: se necesitan los esfuerzos reunidos del
proletariado de varios países avanzados>> (J.V. Stalin:
Op.cit.)
La edición en la que figuran estas líneas
fue retirada de la circulación, y en el otoño de 1924, una vez
más el empirismo filosófico y el oportunismo político de
Stalin dieron sus frutos en el PCURS. A la vista del fracaso de la revolución
europea y la recuperación -aunque menguada- de la economía soviética,
Stalin concluyó que su misión histórica y la de quienes
le secundaban al frente de los destinos de la URSS, consistía en limitarse
a construir el socialismo en ese país. Como hemos visto muy sumariamente
aquí, toda la política exterior de la URSS entre 1924 y 1935,
se consagró subrepticiamente a este objetivo del socialismo nacional.
Fue en 1935 cuando lo embozado de esa política se hizo manifiesto a nivel
de la política interior. Ocurrió durante las sesiones del sétimo
congreso de la Comintern -celebrado entre en 25 de julio y el 20 de agosto de
1935- que acabó por modificar la Constitución soviética
de 1918, precisamente para erradicar de ella la referencia al carácter
internacionalista de la revolución socialista, consagrando en su lugar
la "teoría" del socialismo en un solo país.
Los resultados de este congreso quedaron inmediatamente
reflejados en el Informe de Stalin ante el VIII Congreso Extraordinario de los
Soviets de la U.R.S.S pronunciado el 25 de noviembre de 1936, donde presentó
el proyecto de nueva constitución. Allí expuso los cambios que,
a su juicio, se habían producido en los doce años posteriores
a la muerte de Lenin. Esos cambios consistieron en completar la expropiación
de la gran propiedad territorial, de la gran burguesía industrial y de
los especuladores comerciales y financieros. De esto dedujo Stalin que la victoria
del sistema socialista era completa, porque afectaba a todas las esferas de
la economía nacional y que, por tanto la explotación del hombre
por el hombre había sido suprimida. Finalmente, Stalin proclamaba que
estos cambios en la realidad económica habían provocado cambios
igualmente revolucionarios en la estructura social. Al desaparecer los terratenientes,
los grandes capitalistas y los especuladores, Stalin daba por supuesto que los
grandes medios de producción habían pasado de los explotadores
a los explotados, por lo que cabía suponer que la categoría de
proletariado también había dejado de existir. De esta presunta
realidad, Stalin concluyó que la sociedad soviética había
alcanzado plenamente el socialismo y que se encaminaba hacia los umbrales del
comunismo:
<< ¿Podemos, después de
esto, llamar a nuestra clase obrera proletariado? Claro que no. Marx
decía que para que el proletariado pueda emanciparse tiene que
aplastar a la clase de los capitalistas, quitar a los capitalistas los
instrumentos y medios de producción y destruir las condiciones
de producción que engendran el proletariado. ¿Puede decirse que
la clase obrera de la U.R.S.S. ha alcanzado ya estas condiciones de
su emancipación? Indiscutiblemente, puede y debe decirse. ¿Y
qué significa eso? Significa que el proletariado de la U.R.S.S.
se ha transformado en una clase completamente nueva, en la clase obrera
de la U.R.S.S., que ha destruido el sistema económico capitalista,
ha consolidado la propiedad socialista sobre los instrumentos y medios
de producción y lleva la sociedad soviética camino del
comunismo. >> (J.V. Stalin: Op. Cit.: II Los cambios en la
vida de la URSS de 1924 a 1936)
Cierto, cuando Stalin proclamó el socialismo
en la URSS como algo ya realizado, el latifundio, la industria privada y la
agricultura parcelaria en ese país habían sido liquidadas. El
100% de la población activa industrial y el 90% de la rural era de carácter
social colectivo, y el 94% de la producción agrícola salía
de las granjas colectivas bajo el régimen de cooperativas llamadas "koljoses".
Ahora bien, esta realidad, de por sí, no alcanza para definir el socialismo.
Es necesario insistir aquí en el aforismo de Lenin: "Socialismo significa
la abolición de las clases". Y el sólo hecho de que desaparezcan
los terratenientes, los explotadores directos de mano de obra asalariada y los
especuladores, no significa que desaparezcan las clases. Las clases sólo
desaparecen cuando en la sociedad no quedan más que trabajadores puros,
cuando quedan abolidas todas las formas de propiedad sobre los medios de producción.
Y no sólo eso, sino cuando, además, el desarrollo de las fuerzas
productivas de la sociedad deja sin sentido a todas esas formas de propiedad
y a sus correspondientes categorías sociales capitalistas. Esto es lo
que Lenin quiere significar al decir que, bajo la dictadura del proletariado
"las clases subsisten". Y cuando dice esto, Lenin se refiere al campesinado,
entendida por él como la categoría social que en sí misma
contiene potencialmente la contrarrevolución capitalista. De ahí
que para él sea esta categoría social el segundo problema y la
segunda tarea -la decisiva- de la transformación socialista de la sociedad,
y ponga énfasis en la necesidad imperiosa de que, a la hora de administrar
la dictadura del proletariado, los revolucionarios no confundan al campesino
que simplemente se gana la vida trabajando, con el campesino que trabaja y al
mismo tiempo es propietario, comerciante y/o especulador, esto es, el campesino
que todavía no se ha liberado del capitalismo para presentarse en sociedad
como trabajador puro:
<< Para resolver esta segunda
parte de la tarea que es la más difícil, el proletariado, después
de vencer a la burguesía, debe mantener inquebrantablemente la siguiente
línea fundamental en su política respecto de los campesinos: el
proletariado debe separar, diferenciar al campesino trabajador del campesino
propietario, al campesino labriego del campesino comerciante, al campesino que
trabaja del campesino que especula.
Y el caso es que, cuando Stalin proclamó
el socialismo en la URSS, el 90% de los trabajadores rurales, eran al mismo
tiempo propietarios que conservaban el alma del comerciante y del especulador
en veinticinco millones de hogares repartidos entre 200.000 consejos de administración
de otros tantos koljoses o granjas capitalistas colectivas.
GPM, diciembre de 2001