Divorcio definitivo La decisión adoptada por la mesa de Enersis de vender su participación en Endesa sin la aprobación de los directores españoles, no es sólo el resultado de las diferencias de visión estratégica de las partes, sino también, de las malas relaciones que existen entre ellos. Por Claudio Vera Acuña y Héctor Vera Azargado.
El miércoles 16, el presidente de Endesa España (EE), Rodolfo Martín Villa, se decidió a llamar a su homólogo en Enersis, José Antonio Guzmán, para confirmar o desmentir de primera mano lo que había estado apareciendo en la prensa chilena y tanto le inquietaba. Había trascendido que varias empresas, y en particular CMS Energy, habían contactado al presidente del holding eléctrico nacional para formularle una oferta por el 26 % de Endesa que está en manos de Enersis. La respuesta fue concluyente y airada de parte de Guzmán: "si me hubiesen hecho una oferta se lo habría comunicado", fueron sus palabras, según confidencia una fuente cercana al directorio de Enersis. Este episodio fue el que marcó el punto más tenso de la reunión de directorio que, dos días más tarde, se realizó en Santiago y tras la cual se comunicó la decisión adoptada por la mesa de proponer a los accionistas la venta de la participación en Endesa. Allí, Martín Villa encaró a Guzmán, le dijo que le había mentido al negarle que le hubiesen hecho ofrecimientos por la compañía generadora y que ese tipo de información no se la podía ocultar a miembros del directorio, especialmente, si éstos representan al accionista mayoritario de la empresa. La seguridad del ejecutivo español para enrostrar a Guzmán se basaba en dos llamados que había realizado el día anterior a la reunión. El primero estuvo dirigido a CMS Energy -compañía que la prensa daba como la más segura interesada-, donde admitieron haber analizado a Endesa como alternativa de inversión, pero que no habían mantenido contactos recientes. El otro, tuvo como destino a la compañía eléctrica estadounidense Duke Energy, donde no sólo confirmaron su interés, sino que le revelaron que el sábado 12 habían sostenido una reunión con Guzmán, en su casa, para tratar el tema. Aunque las evidencias parecían concluyentes en favor de Martín Villa, Guzmán replicó con sagacidad: "me preguntó si me habían hecho una oferta y eso no ocurrió. Sólo manifestaron su interés por comprar Endesa". Luego, la historia por todos conocida: tomando en cuenta el estudio entregado por Morgan Stanley, se votó la alternativa de vender Endesa y, con la anuencia de cuatro de los siete directores, fue aprobada. Por su parte, la abstención de los tres representantes de EE marcó el divorcio público y definitivo entre los directores chilenos y españoles y el fin de José Antonio Guzmán como director de consenso. Sin embargo, todos estos episodios sólo fueron el corolario al deterioro progresivo de la relación, que tuvo sus primeras fricciones a fines de 1997. A poco andar de la conversión de la "operación del siglo" en el "fiasco del siglo", Martín Villa le hizo ver a Guzmán, en términos muy duros y frente a algunos de sus pares, su descontento con las escasas y poco eficientes gestiones realizadas en favor de la deteriorada imagen y posición de EE. Al interior del holding sostienen que, pese a las disculpas ofrecidas con posterioridad por el ejecutivo hispano, desde entonces Guzmán estuvo esperando el momento para devolver la mano. En mayo de 1998, se produjo en Madrid otro hecho que contribuyó al enrarecimiento de la convivencia entre los socios. Después de la junta de accionistas en que se aprobó la fase final de la privatización de EE y a la cual asistió el directorio de Enersis, Martín Villa en un almuerzo con periodistas chilenos aseguró que la administración de Enersis marchaba sin problemas, gracias a un acuerdo alcanzado con las AFP -que poseen el 2 9%. Cuando se le hizo ver que tal situación contravenía la legislación chilena, el presidente de EE sólo dijo, "entonces, me tendrán que llamar al orden". "Desde entonces, las AFP se dieron cuenta de que tenían que triplicar sus precauciones en torno a este asunto", asegura una fuente ligada a las administradoras. El cuadro se terminó de completar en septiembre de este año, cuando al listado de desavenencias de EE se sumaron los ejecutivos de Enersis, en particular, Pablo Ihnen. Tras ganar la licitación de la colombiana Codensaque, Synapsis -una filial de Enersis- salió en primer lugar para prestar los servicios computacionales a la generadora. Sin embargo, Endesa España, que también postulaba a través de una de sus filiales, logró que la licitación no fuera adjudicada a Synapsis, lo que enardeció los ánimos en Chile. Al final, ambas filiales terminaron prestando los servicios en forma conjunta. De este modo, cuando se empezó a definir la posibilidad de Enersis de vender su participación en Endesa y, en agosto, se le encargó el estudio a Morgan Stanley -para determinar el potencial del negocio multiservicios en Latinoamérica y de qué modo la integración vertical entre distribución y generación le agrega valor a la compañía- el ambiente no era el óptimo. Lo que ocurrió después fue sólo producto de las diferencias entre la visión estratégica de las partes y la animosidad nacida entre ellas. Entre los directores de las AFP, al igual que entre los ejecutivos del holding, existía la convicción y los antecedentes que avalaban la postura de enajenar Endesa. No en vano la inquietud por investigar el tema y realizar el estudio provino de ese sector. Tal apreciación quedó ratificada en septiembre de este año, cuando cerca de 50 ejecutivos de las empresas distribuidoras de Enersis en Chile y el exterior, además de los cuatro directores chilenos, se reunieron durante tres días en Marbella para analizar el futuro de la compañía. Allí ya aparecieron los argumentos que ahora se esgrimen para hablar de la conveniencia de dejar de lado el negocio de la generación: la fuerte competencia y la inexistencia de barreras de ingreso; la llegada del gas natural; la tendencia internacional al aumento de las regulaciones y multas relacionadas con la suspensión del suministro; las posibilidades de complementar, operativamente, la multiplicidad de servicios que ofrece Enersis, en lo que Endesa no encaja; las alternativas de inversión que abren los mercados regionales de distribución, gas y sanitarios, y por cierto, la necesidad de contar con financiamiento. Por eso es que el veredicto del informe de Morgan Stanley no hizo más que ratificar lo que muchos ya creían -sin perjuicio de que las AFP sigan afinando sus propios análisis- y explica, en parte, por qué no necesitaron de más tiempo para aprobar la votación. Por el lado de EE ocurre todo lo contrario: dicen haber sido tomados por sorpresa y califican de precipitada una determinación de este tipo. Aunque por razones de convivencia ninguno de los directores españoles -Martín Villa, Alfredo Llorente y Héctor López- rechazó de plano la moción, junto con la abstención hicieron algunas indicaciones, como el establecer un plan de inversiones para la compañía o el efectuar dos estudios adicionales. Según una fuente cercana a los ejecutivos españoles, lo único que ellos piden es que, si se va a tomar una decisión de esa naturaleza respecto de una compañía tan relevante, se agoten las instancias de análisis. "No es posible que entreguen el estudio el 3 de diciembre y 15 días después se esté votando", se queja la fuente. No obstante, por el flanco nacional replican que hubo instancias constantes de consulta. "Cundo se repartió el informe quedó abierta la puerta para que todo aquel que tuviese dudas fuese visitado por el analista de Morgan Stanley, en cualquier parte del mundo, para que le explicase. Y EE nunca pidió ese servicio", asegura José Antonio Guzmán. Además, asevera que en ningún momento previo habían manifestado aprensiones y que incluso se eligió a Morgan Stanley para efectuar la evaluación a instancias de Héctor López, pues se trata del banco de inversiones con que constantemente trabaja EE. "Revisé las actas de la reunión de directorio de agosto, cuando se encomendó el estudio, y nadie manifestó la necesidad de encargar informes adicionales", agrega Guzmán. Entre los reparos que los hispanos hacen al informe está la inexistencia de la valoración de Endesa, cuestión que según los chilenos nunca estuvo contemplada y que, aseguran, será una de las tareas del banco de inversión que se haga cargo de la venta. En relación con la falta de un plan de inversiones al cual se destinarían los dineros de la operación, afirman que el propio informe de Morgan Stanley tiene un acápite de las oportunidades. Entre ellas se menciona el desarrollar proyectos a través de las empresas externas en las que ya tienen presencia, el ampliar la participación accionaria y un sinnúmero de nuevas alternativas en distribución eléctrica, sanitarias y gas natural que se abrirán en Argentina, Venezuela, Brasil y Colombia. Pero la decisión de votar en forma inmediata refleja una diferencia mucho más profunda que las anteriores. Los directores chilenos han mencionado que actuaron con rapidez para evitar que los españoles bloqueen la iniciativa, declaración más que sintomática del recelo que existe entre las partes. A su vez, fuentes cercanas a EE afirman que al interior de esa compañía existe la sensación de que la premura con que se votó podría tener su origen en una suerte de preacuerdo de venta, donde el nombre de Duke Energy aparece con más fuerza. Pese a las suspicacias, las cartas parecen estar echadas. No es mucho lo que le queda por hacer a EE. Antes de la junta extraordinaria de accionistas convocada para el 4 de febrero, en enero habrá dos reuniones ordinarias de directorio, donde es poco los que se puede cambiar. Se supone que la firma española se jugará sus cartas en la junta, donde, seguramente, presentará dos informes alternativos -uno interno y otro externo-, si es que éstos contravienen la postura del de Morgan Stanley. En todo caso, parece remota la posibilidad de modificar el parecer de los accionistas, en especial, si las AFP están por la tesis de vender y la propia gerencia general de Enersis es de esa línea. Sin ir más lejos, antes de que Morgan Stanley evacuara su informe, el propio Pablo Ihnen hizo una completa disertación ante chilenos y españoles para explicar por qué era conveniente separarse de Endesa. Esto, sin mencionar la acogida que le ha dado el mercado a la noticia, al reaccionar con sendas alzas para Enersis y Endesa. Otra opción que debe analizar EE es la posibilidad de participar de la licitación de Endesa, aunque para ello deberá dar un serie de explicaciones a sus accionistas en España, porque cuando invirtió US$ 1. 250 millones en las Chispas aseguró que con eso obtendría el control de Enersis y Endesa. Sin embargo, ha quedado demostrado que el control no se basaba en los títulos de esas sociedades de inversión, sino que en los acuerdos logrados por la anterior administración. Aunque, tal como EE ha manifestado, si este es un mal momento para vender, lo es bueno para comprar y por ese lado se puede despertar el interés de los accionistas. Pero se teme que la competencia será fuerte, en especial, si ya José Antonio Guzmán ha reconocido que tres compañías le han manifestado su interés por participar del proceso (ver recuadro). Y hay otros síntomas. "He sido visitado por dos empresas extranjeras que tienen interés en participar de la compra de Endesa para pedirme que los asesore y, en ambos casos, mi decisión fue no involucrarme en ese proceso", admite el ex gerente general de Enersis y ex presidente de Endesa, José Yuraszeck. Al margen de lo que ocurra con Endesa, los ejecutivos de EE han dicho que seguirán adelante con su idea de cambiar los estatutos de Enersis y así poder controlar el 50 % de las acciones. Otra pelea que se ve difícil, pues requiere del apoyo del 75 % de los accionistas para hacerlo y el ambiente está lejos de ser propicio para ello. Aunque esto no significa que en el futuro se vaya a presenciar riñas descomunales. Después de todo, se trata de una guerra entre caballeros, de un divorcio que parece definitivo, pero civilizado.
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