b) Centralización de los capitales y socialización objetiva del trabajo

De estas premisas y consecuencias reales del capitalismo, surge lógicamente la necesidad objetiva de implantar en la sociedad el control predeterminante de lo que se produce y cómo. Pero esto supone subvertir las condiciones sociales en que se produce bajo el capitalismo, restaurando el vínculo histórico-natural entre producción y necesidades sociales[16], convirtiendo la propiedad privada sobre los medios de producción en colectiva, lo cual supone la histórica supresión del trabajo asalariado. Y como es natural y comprensible, los prejuicios sociales de "la objetividad mecanicista en que se atrinchera la voz de la costumbre", dicen que esto es imposible y, por tanto, utópico. La experiencia de lo que pasó por ser socialismo en la ex URSS y demás países del llamado "socialismo real", con su lastre histórico de atraso tecnológico ligado al desorden económico, la penuria relativa de las mayorías y los privilegios de la burocracia dominante, abonan sin duda esta creencia.

Toda producción social genérica, es decir, independientemente del sistema social de vida imperante, se lleva a cabo mediante los llamados factores de la producción. Estos factores son: el trabajo (FT) y el conjunto de maquinas herramientas, edificios, materias primas y auxiliares (combustibles, lubricantes, etc,) o sea, los medios de producción (MP) a través de los cuales se lleva a cabo todo proceso de trabajo. El producto material de este proceso resulta de la articulación entre FT y MP, en tanto que el progreso de la fuerza productiva del trabajo se determina mediante la relación positiva creciente entre MP y FT, esto es, por la creciente capacidad de la fuerza de trabajo individual FT para poner en movimiento mayores y más eficaces medios de producción MP, lo cual se traduce en una mayor riqueza material a disposición de la sociedad. Esto implica que el empleo de los factores de la producción durante cada proceso de trabajo, además de reproducir o reponer el desgaste de los factores de la producción, tenga capacidad para crear una creciente masa de riqueza excedente. A este progreso material de la vida social se le llama también "reproducción ampliada"

En la sociedad capitalista, donde no se produce sólo para crear riqueza material sino valores y no sólo valores sino ante todo plusvalor o ganancia, los factores materiales de la producción se traducen en distintas magnitudes de valor-capital empleado o invertido -donde MP se convierte en C (capital constante), FT en V (capital variable o salario)- para la producción de riqueza excedente bajo la forma capitalista de plusvalor Pl.

Ahora bien, si como es cierto que el progreso de la fuerza productiva se mide por la relación crecientemente positiva MP/FT, lo cual supone que una parte creciente del trabajo que excede al necesario para reponer los factores de la producción en funciones se destina a fabricar más y mejores medios de producción, bajo el capitalismo esto se traduce en que una parte relativamente mayor del trabajo excedente apropiado por la burguesía bajo la forma de capital adicional o plusvalor obtenido en cada rotación del capital social global, se invierta en capital constante C en detrimento de la ampliación de la plantilla de personal asalariado o inversión en capital variable V.

Y según crece históricamente la relación MP/FT, cuya expresión de valor es C/V o composición orgánica del capital, el mínimo de capital en funciones por cada empresa compatible con la tasa de ganancia aumenta en el marco de un recrudecimiento de la competencia intercapitalista, lo cual acelera la centralización de los capitales y la consecuente socialización objetiva del trabajo.

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[16] Nos referimos a las condiciones sociales del comunismo primitivo, determinadas ahora, no por el atraso de las fuerzas productivas y la penuria absoluta, sino al contrario. Para alcanzar tal extremo de progreso, fue necesario que el mismo desarrollo de esas fuerzas productivas determinaran necesariamente que los productores directos debieran negar históricamente la propiedad social de las condiciones objetivas de su trabajo, enajenándolas  en sucesivas formas de propiedad privada usufructuadas por una minoría social de propietarios. Ahora, cuando tras el más grande progreso alcanzado por las fuerzas productivas de la humanidad en toda su historia a instancias del capitalismo, los productores directos –descendientes directos de aquellos comunistas primitivos- estamos en condiciones de negar aquella negación haciendo subjetivamente posible la necesidad objetiva de superar el capitalismo en el comunismo.