CARTA DE UN COMUNISTA
A UN PEQUEÑO PATRÓN ESPAÑOL

Madrid, 31 de octubre de 2000

Apreciado "... ":

Durante los 20 años largos que llevamos tratándonos, siempre a iniciativa mía más de una vez hemos conversado fugazmente de distintos asuntos políticos y nunca nos pudimos poner de acuerdo en nada. Cuando el martes pasado acudí a tu tienda, ETA acababa de explosionar un coche bomba en la calle Torrelaguna y tu estabas al teléfono hablando de eso con alguien que me pareció ser familiar tuyo. A los pocos instantes colgaste e ipso facto te dirigiste a mi un tanto airadamente para preguntarme a bocajarro si seguía pensando lo mismo de Hebe de Bonafini.

Durante los dos días inmediatamente anteriores a esta nueva barbaridad contrarrevolucionaria del nacionalismo radical vasco, todos los medios de comunicación se pusieron de acuerdo en aludir profusamente a una carta que Hebe había escrito y publicado en Internet el 23 de abril último, es decir, durante la tregua declarada unilateralmente por ETA. En esa carta que tu con seguridad no has leído, la fracción del movimiento de las Madres presidida por Hebe se solidariza con las luchas del MLNV, y tras repudiar el cierre del diario EGIN acusa al Estado español a instancias del gobierno actual, de provocar la ruptura de la tregua, denunciando su carácter totalitario y represivo al decir que "conserva lo peor del franquismo".

Cuando me hiciste la pregunta, como casi todo el mundo tu estabas bajo los efectos de esa mezcla de terror y odio compartido por la inmensa mayoría de la población fuera del País Vasco. Tal como viene ocurriendo desde hace ya tiempo ante cada atentado, exceptuando el PNV, EA y HB-EH, las fuerzas políticas parlamentarias y los medios de comunicación fuera de Euskadi, aprovecharon una vez más para recrudecer su campaña contra el nacionalismo vasco y a favor del extremismo nacionalista español.

Según todas las evidencias, tu formas parte de esa inmensa mayoría subyugada por la propaganda política de uno de los bandos burgueses en pugna. Y si, como parece, el familiar con quien hablabas estuvo o pasó cerca de donde ocurrió el acto, esto ha servido para que la burguesía centralista española reafirme en tu conciencia su posición antinacionalista vasca. Al no advertir que en ese momento pudieras encontrarte bajo los efectos emocionales multiplicados por semejante situación, traté de huir de los sentimentalismos e intenté una explicación racional empezando por querer decir, respecto de Hebe de Bonafini, que al defender en general la lucha del pueblo vasco, esta madre demuestra ser consecuente con la memoria histórica de su hijo, que murió combatiendo en Argentina por una causa política que comparte la misma raíz ideológica con el MLNV: la defensa de la soberanía nacional frente a la intervención extranjera. Por supuesto que no me has dejado terminar la idea. Cuando me escuchaste decir eso de "ser consecuente con un hijo", movido exclusivamente por el terror y la ira me cortaste el discurso para espetarme: "yo también tengo hijos y soy consecuente con ellos". Ahí acabó nuesta conversación porque tú debías atender a tus asuntos profesionales y yo a los míos. Luego tuve necesidad de volver a comunicar telefónicamente contigo por la misma razón de índole privada y me negaste la palabra; mientras derivabas la atención de mi llamado hacia uno de tus asalariados, oi que le decías: "Cógelo tu que es fulano...Este tío se ha vuelto facha".

Yo sé muy bien qué soy y qué debo hacer en política. Y aunque me has lanzado el mayor de los insultos que puede recibir un comunista, semejante acusación no me ofende ni enfada, porque te comprendo. ¿Qué es lo que comprendo de ti? Vamos a verlo razonando sin acritud ni resentimiento. Pero para eso, es neceario empezar por comprender a los que ponen las bombas. ¿Por qué? No te ofendas y sigue leyendo que lo sabrás y estoy seguro que no podrás negar racionalmente que llevo razón.

Vaya por delante que yo me cuento entre quienes piensan que, en estructuras socioeconómicas como la de Euskadi, supeditado como está al Estado español, la política de liberación nacional basada en el programa de organizacionas como ETA es esencialmente burguesa, mejor dicho, pequeñoburguesa, anacrónica y -tanto táctica como estratégicamente- reaccionaria. ¿Por qué es pequeñoburguesa, anacrónica y reaccionaria? Porque a estas alturas del proceso de acumulación del capital en Euskadi, la burguesía vasca propiamente dicha -como la del BBV, por ejemplo- está fuertemente entrelazada con el capital multinacional; sus inversiones en Lationamérica demuestran que ella misma se ha convertido en multinacional y su Estado nacional de proyección hacia el exterior ha pasado a ser el Estado español; por lo tanto fracciones como ésta de la burguesía vasca han perdido todo interés por la liberación nacional de Euskadi.

Bajo semejantes condiciones, el proyecto del MLNV debe pasar necesariamente por la alianza entre la burguesía marginal ineficiente y el proletariado vascos. En este proyecto, el proletariado del resto del Estado español no cuenta. Y no sólo eso, sino que, en la medida en que deje de apoyar activamente al MLNV, o no interfiera la política de opresión del Estado español sobre Euskadi, por ese simple hecho se convierte en enemigo. Esto nada tiene que ver con las necesidades y razones que inspiran el accionar político de los que viven exclusivamente de su trabajo, sean vascos o de cualquier otra nacionalidad y cultura. Para los comunistas, pues, allí donde los que viven exclusivamente de su trabajo se constituyan en mayoría absoluta de la población activa -y este es el caso hace ya tiempo tanto en Euskadi como en el resto del Estado español- ningun proyecto de liberación nacional debe anteponerse a la liberación social de los trabajadores; o sea que, la lucha de los trabjadores por la liberación nacional respecto del capital extranjero, pasa por luchar para alcanzar su propia emancipación como clase nacional frente a toda explotación, o sea, por la lucha contra su propia burguesía. Todo esto lo podrás encontrar explicado extensamente, visitando en la Web, dentro de la página del GPM: http://www.nodo50.org/gpm, el trabajo titulado: "El MLNV y la teoría marxista-leninista de la autodeterminación nacional". ¿Te queda claro que los comunistas no tenemos nada que ver con organizanizaciones como ETA? Y conste que no te hablo de los "comunistas" al estilo Llamazares, Pepe Frutos o Nines Maestro. Me refiero a los comunistas que Marx y Engels definieron en el "Manifiesto" de 1848.

 Para que tú y yo nos entendamos hablando en términos coloquiales, lo que quieren los dirigentes, militantes y simpatizantes del Movimiento de Liberación Nacional Vasco es vivir en condiciones tales que solamente los burgueses de origen vasco organicen y usufructúen la explotación capitalista del trabajo dentro del llamado territorio de Euskalherría. Esto no excluye que en el chollo éste de vivir del trabajo ajeno puedan participar eventualmente burgueses extranjeros, pero siempre bajo condiciones aceptables y aceptadas para los "nacionales".

Tampoco importa la etnia de los asalariados, por que ya se sabe que, a la hora de disponer qué se hace con el producto del trabajo social, la ley del valor que rige en todas partes la relación entre explotadores y explotados, no distingue según el orígen genético de unos y otros sino según su distinta condición social; y esta distinta condición social consiste en que quienes trabajan por un salario crean plusvalor, pero no disponen de él ni lo usufructúan, pertenezcan o no al factor RH negativo y hablen o no el euskera. O sea que, como ocurre en todo el mundo, quienes trabajan por un salario en Euskadi están sujetos a las mismas condiciones de vida y de trabajo, sean o no de origen vasco, porque lo que les identifica frente a sus patrones no es el factor genético y cultural sino su común carácter social de explotados. A esto se reduce la estrategia de ETA. Esta es la sustancia y el sujeto que mueve al Movimiento de Liberación Nacional Vasco (MLNV). Todo lo demás es verso, "razones" ideológicas, justificaciones que encubren el sustrato material sobre el que cabalga la voluntad política tanto de quienes ponen las bombas como de quienes en cada caso mandan ponerlas.

¿En qué te pareces tú a los etarras? No precisamente en poner bombas, desde luego; pero sí en que ambos defienden la pequeña propiedad capitalista. ¿En qué te diferencias? En que el baluarte político de tu propiedad privada es el Estado español con sus poderosas FF.AA., mientras que el referente político de los que ponen las bombas es el MLNV con su aparato político y su escuálida fuerza armada como gérmen del futuro Estado vasco independiente.

Ahora bien, para comprenderte a tí más acabadamente confrontando tu esencia social con la que mueve a los militantes del MLNV, es necesario remitirse al origen más remoto de la opresión del pueblo vasco en la era moderna, es decir, a lo ocurrido en Euskadi durante los últimos 170 años, desde que los burgueses liberales de España fueran inducidos por la ley del valor a vencer por las armas la resistencia reaccionaria de los Carlistas, bloque de poder clerical-absolutista con base social campesina en el caserío vasco. Se trataba de que la formación social vasca predominantemente feudal fuera convertida al capitalismo dentro del futuro Estado español burgués moderno.

Hasta 1830 las aduanas del mercado español estaban en el Ebro y su comercio con Euskadi era tan exterior como el comercio con los ingleses. Los vascos tampoco pagaban impuestos a la hacienda española y acuñaban su propia moneda; por ejemplo: todavía en 1832 la ceca pamplonesa labró una moneda cuadrada, el cornado, que en su anverso ponía F.III.D.G.N.R.1832 (abreviatura de Fernando III Dei Gratia Navarra Rex porque coincidía que el Rey Fernando Vll de los españoles fuera Fernando III Rey de Navarra por la Gracia de Dios). El cornado equivalía a tres maravedíes españoles.

Y el caso es que en Euskadi había mucho hierro y muy fácil de explotar a cielo abierto. Además, sus yacimientos eran los más próximos al mercado inglés (mucho más cercanos que los suecos, por ejemplo), y con unas características que se harían especialmente importantes cuando en 1856 se descubrió el procedimiento Bessemer, que permitió por primera vez producir acero barato en masa a partir de un mineral de hierro poco fosforado (como es precisamente el vizcaíno).

Dada esta ventaja comparativa, la burguesía incipiente española tenía la oportunidad de financiar los aprovisionamientos necesarios de capital fijo para consumar la industrialización de la península mediante las masivas exportaciones del hierro vizcaino a Inglaterra. Pero los Fueros, inspirados en la concepción económica inmovilista del feudalismo autosuficiente todavía imperante en esas tierras, prohibían la exportación del mineral de hierro vasco. La Ley XVII del título I del Fuero de Vizcaya se encabezaba de esta forma: "Que no se saque vena para reinos extraños". Tal fue la raíz del actual conflicto entre el Estado español y Euskalherría. Después de las derrotas sucesivas de los Carlistas acaecidas en las guerras civiles de 1833-39 y 1872-76, las aduanas se trasladaron a la costa. De este modo, aplastando militarmente a la reacción Carlista, las fuerzas progresistas encarnadas en la burguesía española facilitaron políticamente la tendencia de la ley del valor hasta entonces larvada en Euskadi, allanando el camino para completar la revolución social capitalista en España entera, como así fue. Según el Real Decreto de 30 de Noviembre de 1833, en las cuatro provincias vascas vivían por entonces 518.455 habitantes, en su mayoría de condición campesina. En 1975, este mismo territorio había pasado a ser habitadio por 2..556.297 personas, de las cuales el 93,7% vivía en 269 municipios urbanos.

 Entre 1876 y 1975, los hitos más importantes de la historia contemporánea española fueron tres: la instauración de la segunda república, la guerra civil y el franquismo.

En su libro "La Iglesia como problema en el País Vasco" (Buenos Aires, Editorial Vasca Ekin, 1973), Manu Elu Lipúzcoa reproduce unos datos tomados de Astilarra (pseudónimo): "Historia documental de la guerra de Euzkadi" (aparecida en México en 1941 con más de 800 páginas y numerosísimos documentos vascos, españoles, alemanes, italianos y franceses) donde cifra en 930.000 los vascos que sufrieron el impacto de la primera violencia y represión franquistas.

Vascos muertos en campos de batalla 10.800
Vascos muertos por la aviación 15.200
Vascos heridos de gravedad 49.500
Vascos asesinados o fusilados (hasta marzo de 1939) 21.780
Vascos prisioneros en campos de castigo (en 1939) 86..550
Vascos exiliados por fuerza o por voluntad 150.000
Vascos sancionados de otras formas 595.000
TOTAL 929.630

Los "vascos sancionados de otras formas" son quienes sin sufrir condena de prisiones o exilio –nos dice Lipúzcoa-:

<<fueron incluidos y afectados por otra clase de castigos; prisión moderada, obligación de presentarse y firmar cada día o periódicamente en los registros de la policía o en los cuarteles de la Guardia Civil, retención de sus cuentas corrientes, requisa de muebles o inmuebles y negocios, multas no inferiores a las 10.000 pesetas (de 1939), destitución de cargos, empleos, sueldos, etc.>>

 

En función de la población calculada para las cuatro provincias vascas (1.324.000 habitantes) eso significa que el 70.22 ª% de la población vasca sufrió los efectos de la primera violencia franquista. Todas estas víctimas eran padres o hijos, abuelos o hernanos, tios o cuñados de otros que les sobrevivieron y acusaron hondamente todo ese sufrimiento y odio frente al enemigo centralista. Y esto se trasmite y fija de modo indeleble en la memoria colectiva.

Según la encuesta dirigida en 1984 por el sociólogo vasco José Ignacio Ruiz de Olabuenaga –director a la sazón del Gabinete de Prospección Sociológica de la Presidencia del Gobierno Vasco- directamente o a través de algún miembro de su familia, un 15% de los vascos mayores de 18 años fueron víctimas de la primera violencia franquista. Ese 15% supone 238.000 personas que sufrieron esa violencia que, como escribe Ruiz de Olabuenaga (Violencia y ansiedad en el País Vasco, Bilbao, Ediciones Ttarttalo, S.A., 1985): "Va desde la represión económica hasta la cárcel, el exilio y aún la muerte" .

Pero aquellos vientos que trajeron estos lodos no cesaron ahí. Entre 1956 y 1975, ante la contestación violenta de los vascos, la Dictadura de Franco implantó nueve veces el Estado de excepción en Guipúzcoa, siete veces en Vizcaya y cuatro veces en Alava y Navarra. Esto explica sin duda por qué los vascos recuerdan vívidamente la insurrección franquista más que en otras partes del Estado español.

Ander Gurruchaga, en su obra ya citada El Código Nacionalista Vasco durante el franquismo, expresa acertadamente la ligazón existente, a nivel simbólico también, entre la violencia fundacional del NUEVO Estado español de Franco en Euskadi y la violencia estatal española desencadenada de nuevo contra los vascos en los estados de excepción. Véanse sus páginas 293 y 297:

<<Los estados de excepción reproducen simbólicamente el acto fundacional del nuevo Estado franquista porque implican que abiertamente la violencia se transforma en el principio fundador del orden franquista. La consecuencia de esta situación se interpreta como la reproducción del "código de guerra que dio origen al surgimiento del régimen franquista, es decir, deslegitimación como sistema social capaz de crear un espacio público donde la convivencia sea evidente (…) los estados de excepción reproducen simbólicamente la violencia fundacional del régimen franquista y representan la escisión de la sociedad en dos grupos que se reconocen uno a otro en los actos cotidianos o excepcionales de transgresión. Así pues, el punto de unión de unos y otros es el conflicto, la transgresión de la normativa oficial>>

Ha sido Alfonso Perez-Agote quien ha aislado, con precisión, la función clave de los estados de excepción franquistas. En una conferencia dictada en el mes de febrero de 1980 con el título de: "Problemas de legitimación del Estado franquista en el País Vasco", recogida y reelaborada en su libro: "La reproducción del nacionalismo"…, nos señala (pág. 79 y sgtes.):

<<¿Qué son los estados de excepción?. La declaración de estado de excepción significa la creación de una situación de violencia indiscriminada sobre un territorio. Por supuesto que en el País Vasco se daba continuamente una persecución, discriminada, a los demócratas, a la izquierda, a los nacionalistas, etc. Se sufría una persecución que aunque abarcaba a amplios sectores de la población era relativamente discriminada respecto a ésta. Pero los estados de excepción tenían la virtud de no discriminar, de provocar una situación de violencia represiva de un territorio definido… En este sentido fue paradigmático (aunque tal vez sea porque su cercanía en el tiempo hace que nos acordemos mejor de él) el último estado de excepción, durante el que pueblos enteros, barrios enteros, ciudades enteras fueron sometidos a situaciones de temor indiscriminado…

Lo que lleva consigo esa indiscriminación de la población a la hora de reprimir sobre un territorio es precisamente la discriminación del territorio objetivamente definido, en términos de violencia y de significación social. La discriminación del territorio, lo cual deslegitima la unidad del territorio del Estado y legítima, es decir, da significación social al territorio diferenciado en términos de unidad y de diferencia. Dentro del territorio diferenciado por la represión este territorio es significativamente diferencial, tanto para los nacionalistas como para los que no lo son. Pero la significación de este territorio afecta también a los ciudadanos del Estado que no lo habitan, porque es el Estado el que objetivamente está marcando este territorio (y hoy en día la significación de Euskadi como territorio diferenciado sigue dándose, pues tanto nacionalistas vascos como nacionalistas españoles, se plantean Euskadi como problema>>

Los "estados de excepción" son los momentos (que duran meses) culminantes y exacerbados de la violencia estatal franquista contra los vascos. Pero esa violencia se ejerce también cuando no hay estado de excepción. El resultado es que son docenas de miles los vascos detenidos, miles y miles los vascos presos y torturados por el Estado español franquista.

La vivencia de haber sufrido esa violencia estatal franquista discriminadamente (más virulenta, distinta y diferente que otros pueblos del Estado español) ha desarrollado entre los vascos de toda condición social una cultura contestataria tan violenta y cruel como la que sufrieron. Un sociólogo vasco, Luis Nuñez, publicó en 1977 una trilogía de la que forma parte el libro: "La sociedad vasca actual" (San Sebastián, Editorial Txertoa, 1977). En él figuran estos dos párrafos:

<<La importancia de la represión ha sido tal que es imposible hacer de ella una valoración que represente algo o que indique algo más o menos preciso. Creemos que la represión ha ejercido una influencia grande en la actual generación vasca, en su cultura, en la manera de ver el mundo, en su sicología. El fenómeno de la represión física ha sido sin duda alguna uno de los de mayor importancia social de los tiempos recientes. No es en absoluto exagerado decir que ha marcado a una generación. No tanto quizá como una guerra, pero tampoco mucho menos.

La represión está en la base de muchos de los reflejos y comportamientos actuales de la población. Así dentro del entramado de causas y efectos que se entrelazan a la descripción de la actual sociedad vasca, la represión tendría que figurar, ya hoy, más bien entre las causas de la situación presente>>.

Tras la muerte de Franco, en Euskadi se repitió la historia de los 40 años anteriores. ¿En qué consistió el "Estado democrático de derecho" que sucedió al "Estado totalitario franquista" respecto al problema de las diversas nacionalidades y culturas sometidas por la Dictadura?: en legalizar -intentando al mismo tiempo legitimar de modo antidemocrático y fraudulento- la usurpación y el expolio de la propiedad (soberanía territorial) ajena, perpetrada por las fuerzas fascistas de Franco tras la interrupción violenta del proceso democrático abierto con la Segunda República, que tendía a hacer realidad los derechos históricos y la voluntad democráticamente expresada de pueblos como el catalán y el vasco.

Una vez impuesta por Franco la representación del Estado en la figura del monarca borbón, el segundo paso lo dieron quienes pactaron con sus secuaces, haciendo aprobar por referendum la llamada "reforma política". Y aquí ya mostraron el plumero de la manipulación ideológica y psicológica con fines políticos precisos. ¿En que consistió la "reforma"? En devolverle a la gente el chupete de las elecciones periódicas. Se trataba de darle un primer empujón a la dinámica de conseguir el "sí" al paquete que ya venía atado y bien atado desde arriba.

Desde el punto de vista estrictamente democrático y respetuoso del ejercicio irrestricto de la soberanía popular, son los ciudadanos quienes determinan el comportamiento de Estados y gobiernos, no al revés, de modo que cuando se convoca un referendum sobre algo, se lo debe anunciar así: referendum sobre esto o aquello. El referendum sobre la reforma política del régimen franquista se convocó a fines de 1976, cuando quienes la negociaron y acordaron mediante los métodos de la diplomacia secreta ya sabían en qué consistía y se pusieron de mutuo acuerdo en conseguir que se aprobara comicialmente. Esto no tierne nada que ver con la soberanía popular sino con la típica manipulación oligárquico-conspirativa desde los tiempos de Maquiavelo. En efecto, este referendum fue anunciado profusamente mediante el siguiente slogan: "REFERENDUM NACIONAL para la Reforma Política, 15 Diciembre", donde el vocablo "para" ya induce subliminalmente a la respuesta afirmativa. Es como si se tratara de decidir acerca de la pena de muerte y en vez de anunciar la realización de la consulta diciendo "Referendum sobre la pena de muerte" se dijera "Referendum para la pena de muerte", slogan que lleva implícita la decisión previa de quienes convocan la consulta.

Y para remachar el clavo de la manipulación política, al pié de la convocatoria se incluyó esta frase: "Hay razones para el sí". La tarea de "ofrecer" esas "razones" fue encomendada al estamento intelectual a sueldo de los grandes medios de comunicación masivos. Plenamente consciente de que su función consistía no en contribuir a que el pueblo decida, sino a que apruebe lo ya decidido a sus espaldas, el periodismo venal coincidió por unanimidad nada casual en difundir, cínicamente, que lo esencial de "las razones para el sí" pasaba por dejar atrás la Dictadura trasladando la decisión sobre el presente y el futuro de los españoles a los españoles mismos a través de sus representantes partidarios: la "democracia".

En junio-julio de 1978, cuando la mayoría del pueblo español había disfrutado jugando por primera vez a votar en el jardín de las primeras elecciones legislativas del 15 de junio de 1977, concedida una muy amplia amnistía, realizados evidentes cambios en las leyes y en las prácticas políticas, en plena elaboración de un texto constitucional, el profesor Juan J. Linz dirigió una encuesta sociológica realizada por DATA, S.A. y financiada por la Fundación Democracia y Humanismo. Sobre 5.898 entrevistas para el conjunto del Estado español y 1.040 para las cuatro provincias vascas, ante la pregunta acerca de si "ESPAÑA ES HOY UNA DEMOCRACIA", el resultado fue el siguiente:

 

 

Total España T%

País Vasco + Navarra T%

SI

46

33

NO

44

53

No sabe, no contesta

10

13

Base de los T%. Nº entrevistados

(5.898)

(1.040)

 

 

La mayoría de los vascos demostró así que el juego del chupete democrático no iba con ellos.

Cuando a fines de 1978 se convocó el Referéndum que debía, en apariencia decidir acerca de la Constitución española, se procedió de la misma forma que tan buenos resultados dio para conseguir el "sí" a la reforma política. El texto de la convocatoria difundido machaconamente por todo el territorio del Estado durante quince días se redactó así: "Referendum nacional DÍA de la constitución, 6 de diciembre". Es como si en todo ese tiempo, a la gente se le anunciara la convocatoria a participar, por ejemplo, en un "Referendum nacional DÍA del divorcio, 6 de diciembre", donde lo que, en realidad, se le está induciendo a pensar, es que, más que ser el día del referendum sobre, el divorcio, es el DÍA del divorcio. De este modo, el mismo Estado español que convocó el Referendum sobre la Constitución hizo campaña -que financió con fondos públicos- no para que los ciudadanos decideran libre y soberanamente, votaran lo que votasen, sino por el triunfo del "sí".

A pesar de esta nueva manipulación de la opinión pública -no por previsible menos escandalosa- sobre un censo de más de veintiséis millones y medio de electores, en todo el Estado votó "sí" el 58,8% (más de quince millones y medio), pero las cosas fueron al revés en Euskadi:

Referéndum constitucional 6-12-1978 en las cuatro provincias vascas:

   

T% sobre censo

Votaron SÏ

661.412

34,6

Votos por el NO, nulos, en blanco y abstencion

1.252.568

65,4

Total censo electoral

1.913.980

100,0

 

Los porcentajes de síes sobre el censo electoral de cada provincia y de las dos comunidades autónomas luego constituidas fueron:

t% de síes sobre el censo electoral

Guipúzcoa ……………………………………………. 27,7

Vizcaya ………………………………………………. 31,1

Alava …………………………………………………. 42,3

Conjunto de la C.A.V. ………………………………... 30,9

Navarra ……………………………………………….. 50,4

 

Esto quiere decir que en el País Vasco y Navarra, la suma de abstenciones, voto en blanco y negativos alcanzaron el 72,3% en Guipúzcoa, el 68,9% en Vizcaya, el 57,7% en Alava, y el 49,6% en Navarra. Aunque estos porcentajes no son el reflejo fiel de las formaciones políticas nacionalistas: PNV que propuso la abstención y E.E por el "no", porque se incluyen los votos negativos de la extrema izquierda y la extrema derecha. Pero aun descontando los votos de estas últimas formaciones en las elecciones generales del 77, el rechazo a la Constitución en el País Vasco superó holgadamente la voluntad política de los votantes encuadrados en las organizaciones nacionalistas partidarias de la independencia. Los vascos seguían mayoritariamente sin chuparse el dedo respecto de lo que, para ellos, significaba la Constitución.

 

Este significado aparece bien claro en los artículos 2 y 8 que contiene el "título preliminar" del actual texto constitucional: El artículo 2 dice textualmente que:

<<La constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la nación española, patria común e indivisible de todos los españoles....>> (El subrayado es nuestro)

Y el artículo 8:

<<Las Fuerzas Armadas, constituidas por el ejército de tierra, la Armada y el Ejército del Aire, tienen como misión garantizar, la soberanía e independencia de España, defender su integridad territorial y el ordenamiento constitucional>> (El subrrayado es nuestro)

Si se reconoce que la "indisoluble unidad de la nación española" es el fundamento de la nueva Constitución, cuando es sabido que ese mismo fundamento fue el que movió al alzamienmto subversivo fascista contra la Constitución genuinamente democrática vigente durante la Segunda República, entonces, cuando las Madres de Plaza de Mayo encabezadas por Hebe de Bonafini dicen que el Estado "democrático" español "conserva lo peor del franquismo" llevan razón.

A pesar de que los ciudadanos del País Vasco decidieron por abrumadora mayoría el rechazo a la Constitución votando implícitamente contra los artículos 2 y 8 y por la independencia, el escrutinio se realizó según el espíritu político del fascismo franquista triunfante en la guerra civil, que fue previamante pactado con los poderes fácticos del régimen por una irrisoria minoría de truhanes políticos que se arrogaron la representación de todo el pueblo del estado. Y ese espíritu objetivado en el pacto preexistente, consistió en convertir la realidad de los distintos pueblos de España en una ficción política llamada "pueblo español". Así fue cómo los votos del Referendum escrutados en Euskadi fueron a un cómputo global mezclados con los del resto del Estado, de modo que la voluntad política separatista democráticamente expresada por los electores vascos, pudo ser groseramente burlada por la voluntad política de una mayoría manipulada que votó por el sí.

¿Te has preguntado alguna vez de qué carácter político fue la memoria histórica a la que apelaste tú cuando el 6 de diciembre de 1978 votaste afirmativamente la voluntad política que contenía ese documento constitucional? Como la inmensa mayoría de quienes participaron de ese acto, te dejaste convencer por la propaganda continuista, conspirativa y manipuladora del sistema a través de los partidos políticos centralistas y los medios de comunicación masiva, que negociaron la legalización de sus intereses corporativos con los poderes fácticos del franquismo a cambio de dar por buenos los resultados políticos humana y moralmente más abyectos del régimen fascista triunfante en la guerra civil, como fue el caso de la negación despótica y genocida del derecho democrático-burgués a la independencia de Euskadi.

Si el proceso democrático de liberación nacional de Euskadi fue interrumpido bélicamente por el franquismo en 1936, y si el régimen que le sucedió cuarenta y dos años después ha venido a legalizar todo aquello reafirmándo a Euskadi como parte indisoluble de España por la gracia de Dios y la garantía del recurso a la violencia de las FF.AA., el nuevo régimen de convivencia política vigente desde diciembre de 1978 -que la oligarquía política que lo gestó gusta llamar "Estado democrático de derecho"- en realidad sigue siendo una Dictadura militar del nacionalismo centralista español. No es casual que el legítimo y legal sucesor de Franco -El monarca Borbón que pasó a ser Juan Carlos I de España", haya pasado a ser la cabeza del nuevo Estado español "democrático y de derecho". Así fue cómo la fracción más radical del MLNV llegó a la conclusión, de que para empezar a hacer realidad el ejercicio de los derechos históricos de Euskal Herría violentamente conculcados, no les queda otra que seguir respondiendo con la violencia a la imposición de una voluntad política que sienten tan usurpadora como violenta.

 

A poco de reiniciados los atentados de E.T.A. durante el gobierno de Adolfo Suarez, aparentando cínicamente abrazar la filosofía demócrata liberal atribuida al régimen jurídico-político del nuevo "Estado democrático de derecho", numerosos personeros actuantes en los estamentos políticos, jurídicos y periodísticos del estado español, se entregaron a la tarea de conseguir que una mayoría de la sociedad española se tragara el infundio de que a organizaciones como E.T.A. y movimientos como el MLNV no se les condena moralmente y penaliza legalmente por los fines que persiguen sino por los medios violentos que emplean.

 

La democracia liberal, ciertamente, sostiene con carácter de principio, que los objetivos, propósitos o fines de la actividad individual o colectiva que afectan a la convivencia política dentro de la sociedad, ni en sí ni por sí mismos constituyen delito alguno. Sólo son criminalizables las acciones tipificadas como tales en el Código penal ordinario, esto es, las acciones que violan las normas de convivencia social ya establecidas. Según este razonamiento, el Estado liberal es constitucionalmente ajeno a cualquier finalidad política; en tal sentido es neutro y, por tanto, no excluyente: aconfesional en lo religioso, no intervencionista en lo económico e imparcial en lo político.

La imparcialidad política del Estado liberal hace que el concepto del "enemigo constitucional" carezca por completo de sentido, porque su constitución admite todos los antagonismos y sus consecuentes conflictos, permitiendo la acción para el cambio democático de las normas políticas de convivencia -incluyendo el derecho a la separación o segregación territorial- desde dentro mismo del Estado y de su propia legalidad, que así constituye su razón de ser neutral. Según esta concepción, mientras no se empleen medios ilícitos tipificados como tales en el código penal ordinario exento igualmente de toda consideración política, cualquier acción en pos de una finalidad determinada es legítima, legal y posible. Desde la perspectiva de esta filosofía liberal del Estado, pues, los artículos 2 y 8 del título preliminar de la Constitución española aprobada el 6 de diciembre de 1978 no tendrían razón de ser, porque es ésta la Constitución de un Estado con fines políticos precisos, en lo esencial los mismos del Estado fascista de Franco.

 

En efecto, el nuevo Estado postfranquista llamado "democrático y de derecho" comenzó a perfilarse públicamente desde la época de las leyes para la llamada "reforma política del Estado" aprobadas mediante Referendum celebrado en diciembre de 1976. Una de esas leyes, la 21/76, delimitaba los fines de las asociaciones políticas, prescribiendo que debían ceñir su actividad:

<<...a las leyes Fundamentales del Reino y, en particular, a los principios de soberanía, unidad, integridad, independencia y seguridad de la nación...>> (Art. 1-1)

 

Esta ley, que inspiró la reforma del Código Penal en cuanto a la típificación de las asociaciones ilícitas, fue presentada por el entonces ministro de justicia, quien compareció ante las Cortes para explicar su significado y alcance en los siguientes términos:

La reforma <<implica el mantenimiento del ilícito penal y la consiguiente condena de todas aquellas asociaciones y partidos políticos de todo tipo que tengan por objeto la subversión o la destrucción de nuestro orden jurídico, político, social o económico, términos literales en los que se expresa el Proyecto y descripción válida y suficiente, como ya lo ha demostrado, para la protección de la pacífica convivencia, por cuanto conductas semejantes a las descritas han sido valoradas en el pasado (franquista) como constitutivas de un actuar ilícito y sancionadas en consecuencia>> (Lo entre paréntesis es mío)

 

Hay aquí, pues, un continuismo esencial en la Reforma del franquismo que nada tiene que ver con los principios que animan la filosofía liberal del Estado, ya que al penalizar los mismos fines que la forma estatal anterior, se mantiene el mismo contenido ideológico que da sentido jurídico a la figura del delito político, donde todos aquellos que insistieron en su línea de actuación para conseguir esos ideales, siguieron tan excluidos del nuevo proyecto de "Estado democrático de Derecho" como antes. Finalmente, una vez aprobado el Referendum "para" la reforma, los excluidos a priori por la renovada oligarquia constituyente, quedaron convertidos en enemigos de la "democracia". Dicho de otro modo, no habiendo cambiado la finalidad de la acción separatista considerada como delito político por el franquismo, la conducta de quienes antes fueron perseguidos por enemigos de los Principios del Movimiento franquista, sigue siendo ahora la misma que define a los enemigos del llamado "Estado democrático de derecho", que así se convierte en represor de determinadas conductas consideradas delictivas. El artículo 22-2 de la Constitución española dice textualmente:

<<Las asociaciones que persigan fines o utilicen medios tipificados como delito son ilegales>> (El subrayado es mío)

De este modo, si el Estado liberal imaginario integra el antagonismo y los conflictos, el Estado real postfranquista surgido del Referendum constitucional del 78 los excluye. La idea de consenso en torno a la Constitución imperante desde la transición, niega cuaqluier acción que atente contra ese espíritu constitutivo del Estado postfranquista. El conflicto se deja fuera del consenso; se margina por anticonstitucional e ilegal. La política de exclusión con amenaza de criminalización de la que hoy día está siendo objeto el Partido Nacionalista Vasco -no sólo en los fueros políticos del Estado Español sino en los organismos internacionales- es prueba elocuente de ello. En esa misma política se inscribe la reciente operación represiva "apagar" legalizada por Baltazar Garzón. Actuando a las órdenes del Ministerio del Interior, el 5 de octubre último este juez de la Audiencia Nacional dictó auto de prisión contra varios integrantes de dos organizaciones cívicas que por medios legales no violentos han venido promoviendo la desobediencia civil como vía para obtener la autodeterminación de Euskadi. La información sobre lo acontecido en torno a este operativo está en: http://www.joxemi.org/sos/sosindex_g.htm

Pues bien, los más notorios profesionales del derecho, de la política y del periodismo, en especial los consagrados en diverso grado y manera a ejecutar exitosamente la transición que negociaron con los poderes fácticos del franquismo, se han empeñado en conseguir -y lo consiguieron- que una mayoría de la sociedad española actual se haya creido que el llamado "Estado democrático de derecho" surgido tras la muerte de Franco es de naturaleza demócrata-liberal, lo cual es falso, porque -como se ha visto- toda acción política con fines separatistas, por más legal y pacífica que se la pueda imaginar, topa necesariamente con la finalidad territorial totalitaria o integrista de Euskadi en el Estado español garantizada por el recurso a la violencia de sus FF.AA., finalidad y recurso cuya legalidad está prevista y consagrada en la Constitución del nuevo Estado, que así deja de ser liberal o, mejor dicho, en lo fundamental sigue siendo totalitario y excluyente, contrario al principio más elemental de soberanía de los pueblos.

En el siguiente e-mail recibido por el GPM el 11 de setiembre ppdo. aparece un fruto paradigmático del trabajo muy bien pagado de intoxicación ideológica al servicio del postfranquismo, tarea que destacados representantes de los fueros jurídico, político y periodístico del Estado español realizaron con gran eficacia, ayudados sin duda por el carácter sectario de la violencia armada contestataria desplegada por el aparato militar del MLNV, que divide y en frenta a los trabajadores del País Vasco con los del resto del Estado.

De: F.J.COELLO <fcoello@bbvnet.com>

Para: gpm@nodo50.org <gpm@nodo50.org>

Fecha: lunes, 11 de septiembre de 2000 18:43

Asunto: Internacionalismo.

 

 

Esto explica que pensamientos de masa pequeña como el que hoy ocupa la sesera de F. J. Coello y la tuya propia, graviten hoy por decenas de millones hacia el agujero negro del totalitarismo fascista contenido en los artículos 2 y 8 de la Constitución "democrática" del Estado surgido del Referendum del 6 de diciembre de 1978. Queda claro, pues, que si el accionar de ETA constituye un brote fascista, la raíz de ese tallo no está en suelo vasco sino en el tiesto del nacionalismo centralista español.

El compañero Coello podrá objetar que me dejo en el tintero la letra de la Constitución que contempla la posibilidad teórica de cambiar cualquiera de sus disposiciones. Cierto, el artículo 168 se refiere a eso, pero el procedimiento previsto allí convierte la posibilidad teórica de la independencia de Euskadi en absoluta imposibilidad práctica, porque para que cualquier cambio propuesto pueda ser sometido a un nuevo referendum en todo el Estado, su convocatoria deberá previamente ser aprobada por los dos tercios de ambas cámaras, es decir, por los votos de los partidos representativos del centralismo español. Este artículo es, por tanto, la negación más categórica y terminante del pricipio democrático que preside el derecho a la autodeterminación de los pueblos. Para que los vascos, catalanes o gallegos que quieren la independencia puedan separarse legalmente del Estado español, no basta con que llegen a ser mayoría absoluta en su propio territorio foral, sino que tienen que conseguir el permiso de quienes le han venido negando despóticamente ese derecho elemental de la democracia burguesa.

Y para el caso en que el MLNV llegue a tornar imposible la gobernabilidad del País Vasco en condiciones normales de funcionamiento de las instituciones políticas que componen el "Estado democrático de derecho", están constitucionalmente previstos los "estados de excepción" y de "sitio", que suponen el creciente protagonismo de las FF.AA. del sitema en detrimento del poder político y judicial, con la consecuente suspensión de derechos individuales fundamentales, como el de asociación, reunión, expresión, prensa, manifestación pública, y huelga, permitiendo al ejecutivo prolongar por tiempo indefinido la prisión preventiva, una mayor impunidad frente a la tortura y la violación del domicilio de cualquier ciudadano sin mandato judicial, así como prohibir entrar y salir libremente del territorio nacional.

Y si aun bajo estas condiciones excepcionales tampoco fuera posible mantener el consenso mayoritario y el control social hegemónico en favor del centralismo nacionalista español, la Constitución prevé el abandono del "Estado democrático de derecho" y la adopción de la Dictadura militar como forma alternativa de gobierno. Tal es el espíritu totalitario que subyace en el Artículo 2 del "Título preliminar" más arriba transcripto. En suma, que el franquismo dejó todo "atado y bien atado" de modo que, constitucionalmente, no quede resquicio alguno para ningún "invento legal" como propone ingénuamente Coello.

Imaginemos ahora que:

    1. Ese pequeño negocio del que vives tu y tu familia y donde te realizas profesionalmente, fuera algo así como el País Vasco;
    2. que no te lo has montado tu sino que fue fundado por tus más remotos antepasados familiares;
    3. que desde los tiempos de tu bisabuelo paterno el local fue asaltado por matones al mando de otros tenderos económicamente más poderosos que se apropiaron de lo que, en buena ley desde el punto de vista del estricto derecho burgués a la propiedad, hubieras debido heredar tu;
    4. que esos facciosos han convertido la tienda expropiada en una sucursal de su propio negocio, cuyo local ha pasado a ser así la "central";
    5. que desde entonces tus antecesores y tu mismo han sido obligados a cumplir y hacer cumplir las nuevas pautas "constitucionales" de comportamiento respecto de la relación entre la sede central y la nueva sucursal violentamente anexada, y aunque te permiten seguir participando en los beneficios de lo que debiera ser tu tienda, los usurpadores de tu herencia deciden sobre las cuestiones más importantes del negocio y participan en una proporción determinada por la cara;
    6. que por tradición oral y escrita tu conoces muy bien los antecedentes históricos reiterados de la resistencia que ofrecieron tus antepasados a la impostura y el expolio de la propiedad ajena, así como a los atropellos cometidos por tus enemigos para conservar sus privilegios;
    7. que como parte de esa tradición de lucha por recuperar el patrimonio económico, social y cultural de la empresa familiar expropiada, tu abuelo y tu padre fallecieron combatiendo contra los usurpadores de la propiedad ajena, hoy tienes un hermano en el cementerio y tú mismo has padecido carcel y tortura por la misma causa.
    8. Que a las sucesivas generaciones subalternas que trabajan en el local "central" del negocio dirigido por los usurpadores se les ha ocultado toda esta historia, lo cual ha facilitado la tarea de instruir a las actuales en la idea de que el local expropiado ha sido desde siempre propiedad legítima suya, porque, además, así lo dicta la Constitución votada por el personal que se desempeña en los dos locales.

¿Qué harías tu en semejante situación? ¿Qué imágen sino la tuya propia aunque invertida es la que te devuelve el espejo de estos ocho supuestos? No soy yo, pues, quien te pregunta esto sino E.T.A. Porque toda esta pequeña historia imaginada, evoca en lo esencial la historia vasca que está en la conciencia de los que hoy luchan por la independencia de Euskadi. Ellos son conscientes de que no pueden disponer libremente de lo que pasa al interior de sus fronteras nacionales, de que son expoliados y oprimidos por el conjunto de patrones capitalistas españoles, grandes y pequeños (como tú) que se sienten a gusto dentro del Estado centralista español. Y se dirigen a ti para decirte que la sangre que ellos están haciendo correr por las calles de Sevilla, Madrid o Barcelona, es una mínima parte de la han derramado los centralistas españoles en territorio vasco desde 1939 hasta hoy.

Los trabajadores conscierntes, que no somos pacifistas, ni demócratas liberales, ni nacionalistas, juzgamos a las organizaciones políticas y a los Estados no por los medios de acción que emplean sino por los intereses sociales que representan y los fines que persiguen. Hecha esta aclaración, te repito que, en el fondo, es éste un conflicto entre los fines que se proponen quienes dicen representar a los pequeños patronos vascos y los fines que persigue el conjunto de los capitalistas que se sienten representados por el Estado español postfranquista. ETA quiere que sobre los asalariados vascos manden con carácter de exclusiva los burgueses vascos, en tanto que el resto de explotadores de trabajo ajeno -entre quienes te encuentras tú- están objetivamente interesados en que las cosas en Euskadi sigan esencialmente como están, es decir, como las dejó el franquismo, dando por legítimo y bueno todo lo que supone aplicar los artículos filofascistas 2 y 8 de la Constitución actualmente vigente en el Estado español.

Tú, como ocurre con todos los pequeños patrones capitalistas, quieres gozar de la propiedad privada burguesa, pero no deseas sus consecuencias. Y estás entre aquellos que cuando sufren los efectos derivados de su condición social, siempre encuentran algún chivo expiatorio, como en esta ocasión creiste verlo en mí. Pero el caso es que el conflicto vasco es una de las consecuencias inevitables de la propiedad privada capitalista en el Estado español y tú eres eso: un propietario capitalista español. Entonces, estimado "Fulano de tal", aguanta lo que venga y no te inventes fascistas donde no los hay tratando de eludir tu propia responsabilidad social y política ante lo que está pasando. Porque éste, amigo mío, es un conflicto interburgués y tu condición de explotador de mano de obra asalariada te convierte en parte tan objetivamente interesada y comprometida en él como los que ponen las bombas.

En cambio, ni los trabajadores del País Vasco ni los del resto de los Estados español y francés tenemos ninguna necesidad de embanderarnos en conflictos como éste. Nuestro interés como clase explotada no pasa por enfrentarnos y exponer nuestras vidas luchando unos contra otros por defender los intereses opuestos de los dos bandos patronales en pugna, porque cualquiera sea el resultado de semajentes conflictos, los trabajadores seguiremos siendo explotados y, a la postre, sometidos a similares condiciones de vida y de trabajo cada vez más penosas e insoportables a la vista del progreso que contribuimos a crear. Nuestro interés no pasa, pues, por ahí, sino por unirnos para acabar con el chollo chulesco burgués de la explotación de trabajo ajeno, tanto en el País Vasco como en España, Francia y el resto del mundo.

Desde la década de los setenta y ochenta, los que vivimos exclusivamente de nuestro trabajo hemos pasado a ser, con mucho, la mayoría social absoluta en casi todas partes; en posesión, además, de la capacidad intelectual y de los necesarios conocimientos a nuestro alcance para hacer realmente posible el funcionamiento racional de la sociedad; de modo que si decidiéramos hacer uso de nuestra fuerza social superior y de la razón revolucionaria que nos asiste, estaríamos sobradamente en disposición política irresistible de rescatar los avanzados medios técnicos de producción en funciones que hoy todavía detenta la patronal, para emprender la organización científica de la sociedad dejando definitivamente atrás la ley de la selva capitalista en "la sociedad del engaño y el pillaje mutuo", con sus secuelas de miseria relativa, paro estructural, inseguridad social, deterioro creciente del medio ambiente, crisis y guerras de exterminio masivo.

Conflictos como el que hoy enfrenta a la fracción radical del MLNV con los Estados español y francés divide y debilita al movimiento obrero, porque impide a los asalariados adquirir conciencia de sus propios intereses y de la fuerza invencible de su unidad política como clase, de sus posibilidades reales de hacerse con las riendas de la humanidad. Pero seríamos unos mentecatos y unos irresponsables sociales y políticos indignos de abrir la boca para opinar, si pensáramos que esta situación es producto de una conspiración de la burguesía internacional. No. Siendo la encarnación o personificación social de las leyes ciegas de la propiedad privada bajo el capitalismo, son estas leyes mismas las que crean situaciones y conflictos que los bandos enfrentados no pueden evitar ni controlar discrecionalmente. El poder que los capitalistas en pugna ejercen sobre el proletariado como parte de esas leyes objetivas que le dominan, contradictoriamente le confieren cierto márgen de maniobra. Pero este márgen de libertad política para el dominio social de los patrones capitalistas sobre sus clases subalternas se estrecha cada vez más según el proceso de acumulación avanza, agudizando las contradicciones económicas que crean las condiciones sociales y políticas para la superación histórica del sistema.

Así, el conflicto vasco no es el mismo hoy que en los tiempos de las Guerras Carlistas. En aquella etapa, el proletariado vasco y español juntos eran una irrisoria minoría social analfabeta frente a las clases propietarias predominantemente agrarias y feudales que ejercían su dominio sobre la población trabajadora de esos territorios. Hoy, el desarrollo del capital ha creado un proletariado urbano cada vez más cosmopolita e instruido, con plena capacidad para comprender la sociedad en que vive, y que ha pasado a ser mayoría social absoluta en un mundo donde la tendencia a la unidad internacional de los capitales dejó de ser algo sólo verificable teóricamente para hacerse realidad. En semejantes condiciones, la dialéctica entre el capital nacional y el capital extranjero va perdiendo sentido social, y la conciencia nacional burguesa asociada al concepto de patria -que señoreó en la conciencia del proletariado mundial durante la etapa del imperialismo clásico- retrocede hoy frente a la necesidad cada vez más evidente y perentoria de que los trabajadores se unifiquen y organicen a nivel internacional en torno al materialismo histórico. Entonces, frente a la consigna divisionista y contrarrevolucionaria del nacionalismo pequeñoburgués vasco: "Gora Euskadi Askatasuna" (Viva Euskadi libre), más vigorosamente que nunca los trabajadores concientes levantamos la nuestra: "Proletarios de todos los países uníos".

Hasta la próxima bomba, estimado "......".

Fdo.: Un comunista

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