La moral del socialismo de mercado,
el campesino parcelario y la pequeñoburguesía urbana

A la moral clientelista pacata o rácana de adaptación al capitalismo imperialista, fluctuando entre el voluntarismo utópico y el oportunismo de cuño pequeñoburgués, va íntimamente asociada la "mística revolucionaria", especialmente en los escenarios de mayor atraso cultural y político. Roberto Santucho, mítico líder político y militar del Ejército Revolucionario del Pueblo y del Partido Revolucionario de los Trabajadores, que proyectó ese liderazgo ameritando su militancia entre las masas campesinas y el proletariado rural del noroeste argentino, hasta que fue asesinado por el ejército dijo siempre ser "marxista leninista"[22]. En cierta ocasión, refiriéndose a la necesidad de cohesionar a los explotados argentinos para traducir su acción en términos estratégicos socialistas, dijo que "las masas necesitan una mística, sin este requisito no puede haber revolución triunfante posible"

Cierto, como decimos en polémica con Guy Sabatier, según la doctrina militar moderna cualquier ejército es viable mientras se cohesiona en torno a una idea moral y combate por ella. Sin este elemento de unión no puede haber ejército ni entidad comunal diferenciada. En este sentido, a los fines políticos o militares, la idea moral de "patria", por ejemplo, no es ni más ni menos válida y eficaz que la de "internacionalismo proletario". Esto es tan veraz como que en determinadas condiciones y circunstancias, cualquier idea moral puede hacer crisis al interior de cualquier ejército. De lo cual se desprende que la verdad o falsedad de la idea por la que se combate, es lo de menos, siempre que se crea en ella, resulta igualmente eficaz que otra cualquiera. En sus "Escritos militares" Trotsky evoca al "viejo soldado" Kudinych, personaje creado por el novelista ruso Gleb Ivanovich Uspenski:

<<Para Kudinych, la idea religiosa iluminaba la idea del poder zarista, esclarecía su existencia campesina y desempeñaba para él, aun cuando de manera primitiva, el papel de la idea moral. En el momento crítico, cuando su fe ancestral fue conmovida sin haber hallado aún nada con qué remplazarla, Kudinych se rindió. La modificación de la idea moral entraña la disgregación del ejército>> (Op. Cit.: "Formación de las fuerzas armadas rojas"

Sin duda, el desmoronamiento de la autocracia zarista ante el empuje de la revolución bolchevique, quitó base de sustentación a los valores espirituales del ejército imperial Ruso, y la moral de sus soldados, junto con la de Kudinych se disolvió como un azucarillo en el agua. De este razonamiento se desprende que, dada la funcionalidad bélica de la idea moral que aglutina a un ejército, su eficacia pasa a depender exclusivamente de su organización, disciplina, destreza en el manejo de las armas e instrucción general y militar de sus efectivos, así como del dominio de la ciencia y el arte de la guerra por parte de sus mandos. En el "Anti Dühring", Engels extrae de las memorias de Napoleón lo que dice acerca del combate de la caballería francesa -cuyos jinetes eran malos, pero disciplinados- contra los mamelucos, "indiscutiblemente la mejor caballería de la época en el combate individual", pero indisciplinados. Y de los resultados de la práctica saca esta conclusión:

<<Dos mamelucos eran sin discusión superiores a tres franceses; 100 mamelucos equivalían a 100 franceses; 300 franceses eran en general superiores a 300 mamelucos, y 1.000 franceses aplastaban siempre a 1.500 mamelucos.>> (Op. Cit.Cap. XII "Dialéctica. Cantidad y cualidad")

Ahora bien, fijémonos que, a diferencia de líderes políticos y militares, como el mencionado Santucho, no por casualidad Trotsky habla de "idea moral", por ejemplo, la idea de "patria" o la de "internacionalismo proletario". No se le ha ocurrido hablar de "mística" como elemento generador de una fuerza moral. El concepto de "idea moral" se vincula directa y conscientemente con la idea sobre unas relaciones sociales de producción alternativas, históricamente superadoras de capitalismo, que se corresponden con el desarrollo alcanzado por las fuerzas productivas que ya no caben en las actuales formas sociales de producir y reproducir la vida humana.

El discurso místico, también se vincula con un sustrato social definido, pero no directa y conscientemente sino a través de una entidad de naturaleza religiosa, metafísica, abstracta que lo escamotea. Lo místico está comprendido en la doctrina basada en la comunicación primordial entre el ser humano y cualquier entidad suprahumana, providencial o divina imaginada, que impide por completo la vía del conocimiento sobre la relación entre base material que soporta esa mística y las condiciones históricas que la aceptan o rechazan. El discurso místico a los fines de la cohesión de una sociedad ancestral de propietarios autosuficientes, como es el caso de las comunidades indígenas, es esencialmente irracional. El mérito a la más alta expresión de esta moral completamente anacrónica le corresponde sin duda hoy día al llamado "SubcmandanteMarcos" del EZLN.

El carácter moral esencialmente oportunista pequeño burgués de todos los intelectuales inscritos en el movimiento antiglobalización, se recrea en este tipo de discurso. Su cultura política fraguada en las universidades del sistema, está hecha de una mixtura intelectual entre Marx, Keynes o Weber, asimilado al "pensamiento mágico" que acaricia el sufrimiento y las aspiraciones de las más amplias masas rurales, donde las verdaderas causas objetivas de ese sufrimiento, que son esencialmente las mismas en Chiapas como en el resto del mundo, se diluyen entre recurrentes alusiones al conflicto entre los indígenas mejicanos y sus gobernantes de turno, desde Porfirio Díaz a Fox, sirvientes, a su vez, de la "bestia" imperialista. Un discurso que personifica esa forma del capitalismo como sus clientes políticos han venido personificando a las fuerzas de la naturaleza, no para dominarlas a través de la imaginación sino para ocultar sus leyes descubiertas hace ya más de ciento cincuenta años.

"Queremos que se reconozca nuestra condición de indígenas mexicanos" es la consigna central del FZLN; “que se nos trate como parte del pueblo de México merecedores del respeto hacia nuestra cultura y...de la parte de riqueza que con nuestro trabajo contribuimos a crear”. De todo este montaje resulta una especie de sincretismo entre la arcaica mitología agraria y la más moderna superchería del mercado capitalista, con la finalidad de completar la disolución de la propiedad territorial originariamente comunitaria de una economía autosuficiente, dentro de un "moderno" régimen que combine la propiedad comunal con la pequeña y mediana propiedad privada parcelaria, para que, a instancias de su participación en el mercado a precios subsidiados, el Estado y la "bestia" imperialista (domada, amagándole con echarle encima toda "la fuerza del viento"), obren el sortilegio económico, social y político, de conjugar el enriquecimiento personal moderado (esto es, pequeñoburgués) explotando trabajo asalariado, con los explotados, donde, naturalmente la "bestia" se lleve lo suyo, pero no tanto como hasta ahora. Todo en aras del "bien común" o "interés general" entre los propietarios explotadores (la pequeña y mediana burguesía y el capital imperialista), y de éstos con los no propietarios asalariados o aparceros explotados, donde parezca que todo el mundo sale ganando y el abismo de opulencia y miseria entre las clases desaparece para siempre. Esto es lo que quieren los zapatistas. Este es el sentido de su mística. La misma que comparten con todos los reformistas. Como si las leyes sociales del capitalismo se pudieran domar como creían los indígenas mexicanos de los tiempos de Moctezuma II que se podía hacer con las leyes de la naturaleza.[23] ¿Cómo pretenden los zapatistas materializar esta mística mutándola del estado gaseoso al estado sólido?  

Para contestar a esta pregunta es necesario saber que Chiapas es uno de los Estados más ricos de México, y que las masas chiapanecas viven en la más cruel de las miserias. Así describió el Subcomandante Marcos la situación económico-social de esa región mexicana, en un documento de 1992 dirigido a los mexicanos del norte, centro y occidente del país, supuestamente desconocedores de esa realidad:

<<Por miles de caminos se desangra Chiapas: por oleoductos y gasoductos, por tendido eléctricos, por vagones de ferrocarril, por cuentas bancarias, por camiones y camionetas, por barcos y aviones, por veredas clandestinas, caminos de terracería, brechas y picadas; esta tierra sigue pagando su tributo a los imperios: petróleo, energía eléctrica, ganado, dinero, café, plátano, miel, maíz, cacao, tabaco, azúcar, soya, sorgo, melón, mamey, mango, tamarindo y aguacate, y sangre chiapaneca fluye por los mil y un colmillos del saqueo clavados en la garganta del sudeste mexicano.Materias primas, miles de millones de toneladas que fluyen a los puertos mexicanos, a las centrales ferroviarias, aéreas y camioneras, con caminos diversos: Estados Unidos, Canadá, Holanda, Alemania, Italia, Japón; pero con el mismo destino: el imperio. La cuota que impone el capitalismo al sudeste de este país rezuma, como desde su nacimiento, sangre y lodo.>>Op. Cit: "Chiapas: el Sureste en dos vientos, una tormenta y una profecía": http://www.fortunecity.com

Detalla que en Chiapas hay 86 pozos petrolíferos por donde cada día salen "92.000 barriles de petróleo y 516,7 mil millones de pies cúbicos de gas". Respecto del café,"el 35% de la producción nacional sale de estas tierras que emplean a 87.000 personas. de cuyo trabajo "el 47% de la producción va al mercado nacional y el 53% se comercializa en el extranjero, principalmente el Estados Unidos y Europa. En 1988 el kilo de café "pergamino" se vendió en el extranjero a un promedio de 8 mil pesos, pero al productor chiapaneco se lo pagaron
a 2 mil 500 o a menos. Lo mismo sucede con el ganado vacuno. Tres millones de vacas salen anualmente de los ejidos chiapanecos para los frigoríficos de Arriaga, Villahermosa y el Distrito Federal. Por cada Kg. de carne en pie los ejidatarios reciben 1.400 pesos, que los "coyotes" (intermediarios) venden hasta diez veces más caro a los frigoríficos. Siempre según Marcos, el 55% de la energía hidroeléctrica se genera en ese Estado que equivale al 20% de la electricidad total del país. "Sin embargo sólo un tercio de viviendas chiapanecas tienen luz eléctrica. "¿A dónde van los 12.907 gigawattts que producen anualmente las hidroeléctricas de Chiapas?". Otro tanto sucede con distintas variedades de madera (entre 1981 y 1989 2.4444.700 M3 de maderas preciosas coníferas y corrientes tropicales con destino al Distrito Federal, Puebla, Veracruz y Quintana Roo. En 1988 la explotación maderera dio una ganancia de 23 mil 900 millones de pesos, 6 mil porciento más que en 1980); la miel cuya producción de 79.000 colmenas va íntegramente a EE.UU. y Europa; el maíz, que la mitad producida en Chiapas se consume en el resto del país; lo mismo con el sorgo, al aguacate, el tamarindo, el mamey y el cacao.

Dada esta realidad, ¿qué quieren los zapatistas?:

1)       ¿Acabar con la injerencia del imperialismo en México? ¡NO!

2)       ¿Destruir el aparato político capitalista de ese país basado en la democracia representativa de partidos que responden a determinados intereses burgueses particulares, cuya estructura organizativa basada en la separación de poderes permite la discrecionalidad o arbitrio necesarios para que, a espaldas de los representados y en la segura confidencialidad de los despachos oficiales, los ocasionales representantes de la "Patria" practiquen el cohecho sistemático con los representantes directos de los conglomerados imperialistas en todas las áreas del país? ¡NO!

3)       ¿Acabar con todo lo que garantiza el odioso binomio económico-político entre la corrupción y la alternancia en el gobierno de los distintos partidos burgueses oficiosamente reconocidos por los poderes fácticos del "sistema democrático" ¡N0!

4)       Destruir el entramado jurídico político que legitima y legaliza las "mociones de censura", las "comisiones de investigación parlamentaria", la figura de los distintos "fiscales anticorrupción", las querellas ante la justicia ordinaria, la oportuna disolución de las cámaras y, finalmente, el recurso mágico a las elecciones que permiten reemplazar a los corruptos que hacen mutis por el foro del oprobio social para que accedan al mismo teatro donde siempre se representa la misma farsa, nuevos personajes que cada partido saca de su cantera -los que han optado por el "bon vivant" de la política de andar por casa, como los paradigmas insuperables de la honestidad personal y política, el último grito de la moda patriótica que cada partido exhibe en la pasarela de cada oportuna campaña electoral, donde todos proclaman el "nunca más" y tratan de ilusionar a los explotados con un nuevo "borrón y cuenta nueva" que es siempre el mismo prolegómeno de nuevos enjuagues entre el poder político formal y los poderes económicos, que es por donde la riqueza que producen los trabajadores cambia de manos, pero que el subcomandante Marcos se cuida muy bien de no explicar, reemplazando todo este tinglado por algo que, siempre en un contexto protopoético el llama simple y eufemísticamente "la bestia". ¿Quiere hacer todo esto el EZLN? Pues, ¡NO!

5)       ¿Quiere, finalmente el EZLN (nos referimos a sus dirigentes), cortar por lo sano con todo este macabro teatro jurídico-político -donde la burguesía ha venido reproduciendo ente bambalinas el sistema explotador y corrupto del capitalismo nacional y sus necesarios y estrechos vínculos con el imperialismo- reemplazando toda esta inmundicia por el control obrero de la producción, cortando de un solo hachazo la columna vertebral de "la bestia", ¡NO!

Léase detenidamente el "Programa de lucha del EZLN" o cualquiera de sus "documentos básicos" en: http://www.fzln.org.mx/modules.php?op=modload&name=Subjects&file=index&req=viewpage&pageid=9, y establézcase la relación con los cinco puntos que acabamos de exponer; ahí se verá que se trata de un discurso solapado que escamotea sus verdaderos fines políticos presentándolos como posibles; que denuncia todas las injusticias de este mundo pero no propone realmente nada que permita efectivamente acabar con ellas definitivamente, dar solución a todo lo que el EZLN dice y proclama que es su cometido.  

A tenor de lo que se dice en su programa, los dirigentes zapatistas quieren seguir perteneciendo al Estado burgués mexicano, sin tocar un pelo de la propiedad privada burguesa y su sistema de explotación de trabajo ajeno. Por tanto, mantiene intactas las bases económicas y sociales de la relación expoliatoria con el imperialismo. Pero exigen una reforma del Estado, con sus correspondientes transferencias que comiencen por "pagar la deuda histórica que la Patria tiene con los pueblos indios", esto es, que el Estado nacional restituya anualmente a los Estados de mayoría indígena, la parte equitativa de la producción que aportan con su trabajo -y más- teniendo en cuenta el agudo déficit secular que padecen en materia de infraestructuras y distintos servicios esenciales. Para ello, están negociando -hasta hoy día infuctuosamente- un plan estratégico de cohesión social del país en base a un sistema territorial de transferencias de fondos a ser administrados por las autoridades autónomas locales, que vaya supuestamente eliminando el desigual desarrollo económico y humano entre los distintos Estados del país, donde, como en Chiapas:

<<El 9.7% de la lluvia de todo el país cae sobre estas tierras. Pero la mayor riqueza de la entidad son los 3.5 millones de  chiapanecos, de los cuales las dos terceras viven y se mueren en el medio rural. La  mitad de los chiapanecos no tienen agua potable y dos tercios no tienen drenaje. El 90% de la población en el campo tiene ingresos mínimos o nulos.>>

Esto es todo lo que pretenden los zapatistas. Algo así como lo que busca el también mítico Comandante Chávez, aunque nada cuidadoso y distinto en su histriónico exhibicionismo populista, pero, en lo demás, digno correligionario en forma y fondo del SubcomandanteMarcos y el resto de dirigentes de esa organización. Cfr.: "La historia de la familia Chávez, una vez como tragedia y otra vez como farsa", en: http://www.nodo50.org/gpm/venezuela/00.htm La diferencia nada sustancial entre ambos, además, reside en que el Subcomandante Marcos no es descendiente consanguíneo de Zapata, y que Chávez busca idéntico propósito como presidente en funciones de Venezuela; su diferencia reside en que Marcos lo pretende como líder "guerrillero" opositor al actual gobierno -en una provincia mexicana históricamente relegada- fuertemente condicionado por el poder central (de ahí su atractivo para las bases sociales anticapitalistas de buena fe, embaucadas por este tipo de prestidigitadores políticos, que de la chistera del capitalismo, son capaces de operar el ilusionismo de sacar una hermosa y próspera paloma de la paz entre explotadores y explotados. He aquí a los populistas rusos del siglo XIX redivivos en figuras como el Subomandante Marcos y la legión de prestigios intelectuales de la pequeñoburguesía que les apoya y glorifica arrastrando a numerosos sectores de la clase asalariada.

Éstos son nuestros principales enemigos en la actual emergencia política, y éste es nuestro reto como propagandistas del anticapitalismo consecuente, del materialismo histórico como concepción del mundo y método científico insustituible de análisis de la realidad de nuestro tiempo. Ya en pocas palabras, del cultivo de la moral crítica comunista en su forma de lucha ideológica, germen de la incipiente moral positiva en uno de los más trágicos retrocesos ideológicos y políticos del proletariado en toda su historia.

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[22] En 1971, cuando el PRT sufrió una segunda escisión, esta vez entre quienes planteaban cambiar el escenario de la lucha armada trasladándola del campo a la ciudad, Santucho, que había forjado su liderazgo en las zonas rurales del noroeste argentino, se opuso rotundamente a esa proposición e inmediatamente antes de la ruptura formó una fracción a la que llamó leninista. Lenin estuvo siempre en las antípodas de esta concepción basada en el campesino y del proletariado rural como sujeto fundamental de la revolución, reemplazando la mística por la ciencia como condición de existencia del movimiento revolucionario. "Sin teoría revolucionaria no hay movimiento revolucionario, dijo en su "¿Qué Hacer?"   

[23] Los zapatistas, como los oportunistas sin excepción , toda vez que se les presenta la ocasión, insisten en que lo que ellos saben y proponen hacer, se lo enseñó el "pueblo", en este caso, las "hermanas y hermanos" indígenas. Y en esto tienen razón.